martes, 2 de abril de 2024

NACE OTRO BLOQUE DE LAS DISIDENCIAS DE IVÁN MORDISCO

 

Germán Ayala Osorio

 

En el contexto de la difusa y maximalista idea de la Paz Total, el gobierno de Gustavo Petro modificó la estrategia de confrontación político-militar con la que varias administraciones enfrentaron los desafíos de los grupos armados ilegales, en particular, la confrontación con las Farc-Ep y al ELN (Ejército de Liberación Nacional).

Después de la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, aparecieron en escena las disidencias de Iván Mordisco y la Segunda Marquetalia, estructuras dedicadas básicamente a las economías ilegales, lo que les implicó el marchitamiento de su proyecto político, ya venido a menos con la entrega de armas de sus compañeros en el gobierno de Juan Manuel Santos.

Al estar contaminadas por los lucrativos negocios del narcotráfico y la minería ilegal, el cambio propuesto por el gobierno de Petro se expresa en la decisión de golpear las finanzas ilegales de dichas estructuras armadas, con dos propósitos: ahogarlos económicamente y abandonar la práctica recurrente de anteriores gobiernos de criminalizar y perseguir al campesinado que se beneficiaba de la siembra de la coca. Se suma a lo anterior, la narrativa oficial, muy centrada en la voz del presidente de la República, con la que Petro erosiona el carácter político con el que esas agrupaciones insisten en auto validarse. En varias ocasiones puso en duda la credibilidad de los viejos comandantes del ELN y la cohesión interna de esa agrupación armada. Y recientemente, calificó a alias Iván Mordisco como una “traqueto vestido de revolucionario”.

Bajo esas dos estrategias y propósitos, los ceses al fuego pactados entre el Estado y estos grupos ilegales, las fuerzas militares asumieron la tarea de fortalecer la inteligencia, siempre con el objetivo de lograr desconectar la operación criminal de esas estructuras bélicas, con los negocios privados y las conexiones sociales.

Si se hace un balance a pocos meses de cumplir dos años al frente del Estado, el gobierno de Petro logró golpearlos financiera y políticamente. Aunque con el levantamiento del cese bilateral al fuego esas disidencias recibieron golpes contundentes, también es cierto que usaron el escenario de diálogo para fortalecerse militarmente. Lo cierto es que aún se está lejos de alcanzar una victoria militar que los doblegue y los obligue a sentarse a negociar el fin de las hostilidades. El anuncio que hizo Iván Mordisco del nacimiento de un bloque “revolucionario” es la constatación de que usó el tiempo de los diálogos y del cese bilateral al fuego, para crecer militarmente. Esa realidad militar obedece al más grave error político cometido por el gobierno de Petro de querer negociar con grupos al margen de la ley a los que jamás les interesó firmar un acuerdo de paz. Quizás pesó más la narrativa con la que Petro viene deslegitimando su lucha “política y revolucionaria”, que el entusiasmo por dejar las armas que pudieron mostrar al principio de los diálogos de paz.  Ambas jugaron a hacer la paz, mientras cada parte hacía lo que creía conveniente: el gobierno, para deslegitimarlos y golpear sus finanzas; y por el lado de los ilegales, para crecer militarmente.

Por supuesto que la creación de un nuevo bloque es la clara demostración de que las disidencias de Iván Mordisco le están apostando a la salida militar, lo que niega de plano la posibilidad de que se logre la firma de armisticio con el Estado colombiano.

Están muy bien los golpes a las finanzas de esas disidencias farianas y a las propias del ELN, pero se está fallando en un factor clave: no se ha logrado romper las cadenas de suministro de armamento y pertrechos.  La pregunta es: ¿Quiénes, dentro del Estado, hacen ingentes esfuerzos para evitar que se rompa esa cadena de suministros? Ya se han descubierto a oficiales y suboficiales vendiéndoles armas a las “guerrillas”, pero ese abastecimiento de balas para los fusiles debe responder a una estructura superior en la que muy seguramente hay empresarios nacionales e internacionales. Otra pregunta: ¿La Inteligencia Militar sabe de la existencia de esos empresarios?

Así las cosas, habrá “conflicto armado” para rato, lo que claramente beneficia a los Señores de la Guerra y a quienes convirtieron la paz en un matute en el que se reparten contratos o congresistas inescrupulosos usan los recursos de donaciones internacionales y los propios, para pagar favores políticos, es decir, para robárselos.


Imagen tomada de EL TIEMPO.com

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