Por Germán Ayala Osorio
Daniel Samper Ospina padece de la inocultable Petrofobia que
describió con toda su patología María Jimena Duzán en columna de marras. (Ver
columna). En su espacio semanal NotiDanny explicita su radical animosidad
contra el presidente de la República. Es tal el repudio que lo anima, que lo
que él considera humor es una simple diatriba ideológica.
En sus reiterativos monólogos Samper Ospina no usa los hechos
de la realidad para elaborar un discurso político, acompañado de mofas y
comentarios inteligentes, como lo hacía Jaime Garzón. No. Por el contrario,
apela a hechos noticiosos para tergiversarlos, para mentir o minimizar los
logros del actual gobierno. Entre NotiDanny y RCN o Caracol las únicas
diferencias son el set, los dos gatos llamados Nicolás (en razón a los hijos de
Petro) y claro, las presentadoras.
Imagino que Samper Ospina, hijo del decano del periodismo en
Colombia, Daniel Samper Pizano, cree a pie juntillas que su “noticiero” es
chistoso. Pero no es así. Por el contrario, su “humor” se torna aburrido y soso
porque no hay sorpresas, es repetitivo. No hay elaboraciones inteligentes. El libreto
cada ocho días es el mismo: en el centro está la figura de Petro, o Berto, o el
Mesías Humano.
Es tan básico su humor que insiste en burlarse de los enanos,
de los mochos, incluido Vargas Lleras; o de los que tienen labio leporino; los
alias de los criminales le sirven para dar rienda suelta a lo que parece ser
una fijación anal. Entonces, ante el alias ‘Diarrea’ y la imagen de un médico
proctólogo pregunta: ¿se le sale el popó? Y aparecen repetidamente en sus
emisiones otras “micciones” ideológicas.
Además, parece tener una fijación con el aparato reproductor
masculino y con aquel con el que a diario la humanidad se “caga” literalmente
en el planeta. No hay emisión en la que no repita imágenes alusivas al trasero
del presidente de la República.
En el pasado, cuando fungió como director de la revista SOHO, usó el cuerpo de las mujeres que logró que posaran desnudas, para minimizarlas en una sociedad machista, patriarcal y con inocultables visos de misoginia. En internet circulan pantallazos de correos electrónicos enviados por Samper Ospina en los que se refiere de mala manera a los cuerpos de sus modelos. “Ni se te ocurra, por nada del mundo, decir que te las mostré, pilas que me matan”, escribió para email que envió en 2011 a una persona que reconoce como su “mentor”. También usó frases como: “Están muy buenas”, “de resto hay una marimacha” y finalmente “guárdame la espalda, tú no has visto nada”.
Por todo lo anterior, la apuesta humorística de este refinado payaso no cabe dentro de la categoría de humor político. Lo que hace es otra cosa: en lugar de humor, practica una burla dañina con propósito ofensivo.
Imagen tomada de Facebook
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