Por Germán Ayala Osorio
No recuerdo una alocución
presidencial en la que un presidente de la República se haya dirigido a las audiencias
para desmentir a sus opositores, detractores y enemigos. La alocución presidencial
de la noche del 24 de abril pasará a la historia porque no se pensó para que el
jefe del Estado hiciera un balance de su administración o para dar un anuncio
importante, sino para desmentir a medios de comunicación tradicionales que usan
el espectro electromagnético, propiedad del Estado, para mentir; de igual manera,
a políticos de la Oposición y periodistas-activistas que vienen tergiversando
el sentido de las reformas, en particular la pensional que acaba el Senado de
aprobar en un tenso debate.
Sentado y mirando a los
colombianos, el presidente Petro dedicó gran parte de su corta intervención a
refutar y contradecir a sus detractores que, apelando a todo tipo de perversas
interpretaciones, estratagemas y fake news, vienen desinformando a través de
los medios masivos tradicionales y las redes sociales, en particular en la red X,
sobre el espíritu y el sentido del proyecto de ley con el que se reforma el
inequitativo y perverso sistema pensional colombiano.
Petro refutó a quienes insisten
en que con la reforma pensional los “jóvenes no se van a pensionar, o que
aumentará la edad para pensionarse o que el gobierno va a expropiar los ahorros
de los colombianos”. Con ayudas audiovisuales, la alocución de esta noche cambia
radicalmente la manera como el presidente venía usando la herramienta de la
alocución presidencial. En anteriores ocasiones, simplemente el equipo de
comunicaciones de la Casa de Nariño tomaba apartes de intervenciones del presidente
en foros y reuniones, con problemas de sonido, pero, sobre todo, sin saludar y
hablarle a las audiencias.
Esta alocución se da tres días
después de las movilizaciones del 21 A en las que medios alternativos registraron
casos de colombianos que salieron a protestar, dejando ver que están mal
informados o que ignoran el sentido de las reformas sociales que aún sobreviven
en el Congreso. Otros, por supuesto, simplemente salieron a protestar porque
odian a Petro por haber sido guerrillero y otros, porque se dejaron seducir
para que “salieran berracos” a decir barbaridades.
Eso sí, debió el presidente
señalar con nombres propios a cada uno de los actores políticos, sociales y mediáticos
que vienen tergiversando y asustando a la opinión pública con sus mentiras.
Incluso, bien pudo el presidente confrontar directamente a David Luna, Miguel
Uribe Turbay, Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, entre otros políticos de
la ultraderecha, que vienen construyendo una narrativa sinuosa con la que
intentan ocultar sus intereses corporativos, atados a sus privilegios de clase,
atados a los de quienes patrocinaron sus campañas políticas o, simplemente, por
la cercanía ideológica que los hace copartidarios y defensores del inequitativo
sistema pensional colombiano. Exponerlos ante las audiencias hubiera servido
para mandarles un mensaje claro: es con argumentos que se deben discutir los
proyectos y no con mentiras o medias verdades.
Eso sí, si bien esta alocución fue
importante, debe el gobierno seguir en la tarea pedagógica de confrontar a la
Oposición mentirosa, con miras a que en las venideras movilizaciones disminuya
el número de marchantes que le comen cuento a medios que todo el tiempo están falseando
la realidad y tergiversando los hechos.
Imagen tomada de la cuenta del presidente Petro, en X.
Excelente. No vi ni escuché al presidente hoy. Lo haré mañana. Lo felicito, Su producción intelectual es virtuosa, rigurosa y extremadamente rápida. Impacta la rapídez y claridad con que logró sintetizar el discurso del presidente, con el cual estoy de acuerdo. Gracias.
ResponderEliminarGracias por leerme, Ana de Jesús.
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