jueves, 4 de enero de 2024

CONCEJAL DEL CENTRO DEMOCRÁTICO PROPONE MILITARIZAR LA CIUDAD DE CALI

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El concejal del Centro Democrático, Andrés Escobar, propuso la militarización de la ciudad de Cali. Reconocido social y políticamente con el mote de “pistolero”, el recién posesionado concejal expuso el único tema que le apasiona, pero del que desconoce sus complejidades: la seguridad y el porte de armas.

En sesión del Concejo de Cali, su compañera Ana Erazo, del Pacto Histórico, confrontó la violenta narrativa con la que Escobar insiste en criminalizar a los jóvenes que participaron de las movilizaciones en la capital del Valle del Cauca, durante el estallido social. La concejala tocó, además, un asunto y un concepto clave que muy seguramente el ignaro concejal desconoce: la institucionalidad.

En su discurso, básico y precario, Escobar no cae en cuenta que cayó en dos errores imperdonables: el primero, en que él no puede ser jamás defensor de las instituciones y de las institucionalidades de allí derivadas porque usurpó funciones de policía y de manera violenta, decidió tomar justicia por su propia mano al salir a dispararles a los manifestantes, como si se tratara de forajidos del viejo Oeste americano. Y el segundo, porque al pedir la militarización, está subvalorando y cuestionando la capacidad de la Policía, institución que Escobar dice defender en su ya manido discurso. Recordemos que Escobar está imputado por los delitos de usurpación de funciones públicas, amenaza agravada, y empleo o lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos durante el estallido social.

Haría bien el concejal, mientras se define su situación jurídica, en ponerse a leer con el fin de consolidar conceptualmente un discurso y no esa narrativa muy propia de la “gente de bien” de la ciudad con la que insisten en que los problemas de inseguridad se solucionan exclusivamente con aquello de la “violencia legítima del Estado”, cuando lo primero que hay que lograr es que el Estado se haga legítimo social y políticamente. Imagino que Escobar no ha leído a Max Weber.

En cuanto a su propuesta de militarizar la ciudad, debería de considerar estos elementos antes de salir a proponer pendejadas en el recinto del Concejo local: 1. Militares no están formados para cumplir labores policiales. 2. Se reduce personal en batallones para cumplir con las propias actividades castrenses. 3. Imagen de la policía se afecta negativamente, pues la ciudadanía asocia la presencia de los militares, con incapacidad de los policiales. 4. Y por supuesto que la imagen de los militares también se afecta negativamente, pues dentro y fuera del país su presencia en las calles se asocia con regímenes de mano dura o dictaduras.

La inseguridad en Cali se debe a una histórica incapacidad del Estado en hacerse con el control de las armas, a prácticas corruptas al interior de las instituciones armadas (armas oficiales que se alquilan para cometer crímenes); si bien la pobreza es un caldo de cultivo del que brotan raponeros y sicarios, no puede estigmatizarse a quienes están en esas condiciones de vulnerabilidad y exclusión y señalarlos como agentes hostiles y responsables de la inseguridad. Hay que estimar que los procesos civilizatorios en Cali, Medellín y Bogotá devienen fallidos, circunstancia que bien puede servir para explicar los altos niveles de violencia e inseguridad.



Imagen tomada de El Nuevo Siglo 

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