Por Germán Ayala Osorio
A escasos días de dejar sumida en la mayor crisis de credibilidad a la Fiscalía General de la Nación, Francisco Barbosa anda desatado, espetando barbaridades contra el presidente Gustavo Petro, con mentalidad de peligrosa serpiente sinuosa.
En su más reciente arremetida verbal puso en el mismo nivel de perversidad y daño al país, al actual jefe de Estado con las actividades terroristas desarrolladas por el asesino y narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria. Decir que Petro tiene en jaque al país y a la institucionalidad, de la misma manera en la que el asesino serial antioqueño puso a Colombia en los 90, constituye el bufido propio de una mente desquiciada, dispuesto incluso a torcerle el cuello a la historia de Colombia, apoyado exclusivamente en su odio irrefrenable hacia Petro y en la incapacidad de demostrar con hechos que no convirtió a la fiscalía en un nido de corrupción. Y que además terminó defendiendo a bandidos de cuello blanco, protegiendo a bandas criminales y persiguiendo a víctimas, tal y como el mismo Petro y periodistas como Gonzalo Guillén lo han señalado en reiteradas ocasiones.
Barbosa, que tiene un discurso básico y un ego enorme, se atreve a hablar de respeto a la institucionalidad cuando él mismo con su mala gestión logró fue justamente lo que le endilga al presidente de la República: debilitar a la fiscalía y consolidar una peligrosa para-institucionalidad.
Envalentonado por el apoyo que sectores tradicionales de poder le han brindado -lo que tempranamente lo pone en carrera electoral hacia 2026-, Francisco Barbosa está participando en política desde la misma posesión presidencial. En medios serios como Noticias Uno y Cambio se empezaron a mostrar los encubrimientos que desde la fiscalía se han hecho de las actividades del Clan del Golfo y la visible defensa que se asumió del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe. Huelga recordar que desde las alcantarillas la fiscalía de Barbosa se ha solicitado en tres ocasiones la preclusión de ese proceso penal.
Como bufón del viejo régimen de poder, Francisco Barbosa será en el 2026 el candidato de la extrema derecha. Muy seguramente partidos como Cambio Radical, Partido Conservador y Centro Demoníaco apoyarán su candidatura presidencial, así como una parte importante del empresariado”.
Quedarán en entredicho las universidades privadas que decidan abrirle espacios académicos a quien no tiene y no tendrá jamás talante de académico. Barbosa no es connotado jurista y mucho menos un pensador universal. Eso sí, su incontrastable egocentrismo le dirá todo lo contrario, mientras se asoma al espejo y se acicala su patética alopecia.
@germanayalaosor
Imagen tomada de Infobae
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