Por Germán Ayala
Osorio
Que la vicepresidenta, Francia
Márquez Mina solicite al Fondo Nacional del Ahorro (FNA) un crédito hipotecario
de vivienda por 920 millones de pesos sirvió para que varios periodistas afectos
al “viejo” régimen de poder, lo convirtieran en un escandaloso hecho noticioso
e incluso, con visos de ilegalidad o por lo menos con una “indelicadeza” ética
por la relación de poder que existe entre la vicepresidencia y la entidad
crediticia estatal.
Desde el punto de vista periodístico-noticioso
la solicitud de Márquez es noticia por varias razones, a saber: la primera,
porque no es usual que un funcionario de un gobierno, de esa dignidad, acuda a
una entidad estatal para los propósitos expuestos en el interés de la
vicepresidenta. La segunda, atada a la primera, es que quienes normalmente llegan
a esos altos cargos políticos, lo hicieron bajo privilegios en los que tener
casa es asunto más que solucionado. Y la tercera, porque están tan
acostumbrados a la corrupción de los altos dignatarios del Estado, tanto los
colombianos, como los propios periodistas, que resulta por lo menos “extraño o
exótico” el requerimiento de Márquez Mina.
La respuesta de la vicepresidenta
al registro noticioso que hizo la periodista Camila Inés Zuluaga no se hizo
esperar. Esto espetó Francia Márquez: “Querida Camila ¿qué de malo tiene que
esté solicitando un crédito hipotecario que me permita acceder a una vivienda
segura para mi familia? Tal vez usted y otros funcionarios que han
ocupado el Estado nunca han tenido que endeudarse porque lo han tenido todo.
Pero para mí y para la mayoría de colombianos acceder a un crédito para tener
una vivienda es un esfuerzo de todos los días. Yo lo hago con la frente
en alto, sin hurtarle los recursos al Estado ni meterme con las mafias del
narcotráfico. Gracias a Dios”.
En lo dicho, Márquez expone el
ethos mafioso (incluye corrupción y acciones propias del tráfico drogas
ilícitas) que a muchos funcionarios en el pasado se les sindica. De inmediato, en
la misma red X, varios tuiteros recordaron a la entonces vicepresidenta, Martha
Lucía Ramírez y sus líos con una playa. El asunto se explica claramente con el
titular de Caracol Radio: “La playa pública que terminó en manos del
esposo de la vicepresidenta”. En el lead de la noticia se complementa
la información: “6AM de Caracol Radio encontró que Hitos Urbanos, la empresa
de la que es socio Álvaro Rincón, esposo de la vicepresidenta Marta Lucía
Ramírez, está construyendo el Grand Sirenis, el complejo hotelero más ambicioso
de San Andrés. En este multimillonario proyecto acompañan a Rincón la Alianza
Fiduciaria y el «clan Gallardo», la familia más poderosa de San Andrés y
miembro del Partido Liberal”.
En todo este “extraño” suceso financiero
y cultural, el veneno está en el tratamiento periodístico dado a la solicitud
del préstamo. La periodista, en su sección de “chismes políticos”, expuso el
asunto como un “chicharrón” para los miembros de la Junta que deberá aprobar o
rechazar la solicitud de Márquez Mina. Poner el caso en esos términos, tiene el
innoble propósito de manchar el procedimiento que, en otra cultura, debería de
ser normal, pero en Colombia lo que predomina es el ethos mafioso. La
insinuación de la periodista se explicaría porque estamos en Colombia tan acostumbrados
a que quienes ostentan poder terminen ejerciendo presiones indebidas sobre aquellos
que están bajo las condiciones propias de una relación vertical de poder, que se
insinúa que Márquez podría ejercer algún tipo de presión para que le sea
aprobado el crédito. A lo mejor Camila Inés Díaz se preguntó: ¿Cómo se le
ocurre a Francia Márquez pedir un crédito hipotecario?
El país espera que cuando Francia
Márquez Mina deje de ser vicepresidenta de la República, nadie pueda compararla
con Martha Lucía Ramírez, por las andanzas de su esposo, por ejemplo, con el
Memo Fantasma. Este hecho en particular cuenta con innumerables noticias
publicadas por medios periodísticos que ponen en tela de juicio el nombre de la
exfuncionaria. Baste con citar aquí dos ejemplos: 1. “La Fiscalía de
Francisco Barbosa legalizó los predios de las AUC sobre los que se construyó
un edificio del esposo de la exvicepresidenta, Álvaro Rincón, y alias Memo
Fantasma. La entidad no investigó al empresario Rincón y este borró de su
portafolio el proyecto. La Revista RAYA revela testimonios de Mancuso y otros
paramilitares que confiesan cuál era el rol de Memo dentro del Bloque Central
Bolívar”. 2. “La inundación
de un depósito borró los archivos de los negocios que la empresa familiar de la
vicepresidenta Marta Lucía Ramírez tuvo con alias Memo Fantasma,
detenido bajo los cargos de enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir y
lavado de activos”. (Revista Cambio).
Francia necesita vivir en una vivienda digna, no en casa robada como las damas o damos de la derecha
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