Por Germán Ayala
Osorio
El noticiero Caracol Noticias insiste
en un formato de debate que, curiosamente, no facilita la discusión y la
disputa de ideas entre los participantes. En el último debate con seis candidatos
a la alcaldía de Bogotá, tanto el canal Caracol, como el propio noticiero, con
sus presentadores, convirtieron el espacio televisado en un contrapunteo contra
el gobierno de Gustavo Petro alrededor de las relaciones que cada uno tendría
con el presidente de la República, de resultar electo este 29 de octubre como
alcalde de la ciudad capital. Es decir, aprovecharon que el candidato del
gobierno nacional, Gustavo Bolívar declinó la invitación que le hicieron, por
no compartir una parte de la dinámica programada y porque se hizo costumbre en
otros debates, hacer encerronas contra el único candidato de izquierda.
Después de hora y media, no hubo
debate. Los candidatos expusieron sus ideas con una rapidez que no permite realmente
contrastar su viabilidad y seriedad. Y es así, por el poco tiempo dado para
cada pregunta o tema propuesto para la discusión. Preguntas de si o no, no permiten
la discusión de las ideas. Hay demasiados bloques y preguntas insulsas hechas
por los periodistas que parecen reclamar el protagonismo como vedettes.
Insisto: hay demasiado protagonismo de parte de los tres presentadores. La
audiencia quisiera escuchar a los candidatos y no a periodistas preguntando sobre
asuntos personales o dejando salir sus preferencias políticas e ideológicas.
Lo que sí quedó en evidencia es
el parecido de las propuestas para combatir la inseguridad de todos los aspirantes
a suceder a Claudia López: más policías, drones, cámaras de reconocimiento
facial y cárcel para los ladrones. El candidato Molano, a lo Bukele, insiste en
que construirá una mega cárcel para meter en esta a todos los ladrones. Olvida
el exministro de Defensa de Duque que en el fondo hay un problema de política
criminal y jurídico que no se soluciona con la construcción de la cárcel. El
general retirado, Juan Vargas, promete acabar con el Tren de Aragua, estructura
criminal, manejada por venezolanos. El candidato Rodrigo Lara, a lo Uribe, prometió
perseguirlos y meterlos a la cárcel.
Al final, en el último tramo del
fallido “debate”, los periodistas-protagonistas confrontaron a los candidatos
con temas y asuntos en los que ellos, en el pasado, fueron protagonistas. El
fin último era que asumieran responsabilidades políticas. Por ejemplo, al candidato
Juan Daniel Oviedo (uribista y el candidato de Claudia López) le enrostraron
una opinión positiva que él expresó en la Tele Letal en 2019 a favor del
inefable ministro de Hacienda, del gobierno del presidente-títere, Iván Duque
Márquez, el mal recordado Alberto Carrasquilla. La pregunta, a todas luces
tendenciosa, buscaba confrontar el criterio de Oviedo, por haber expresado una opinión
favorable de Carrasquilla al que llamó “crack” de la política fiscal, cuando
fue el gran responsable del estallido social de 2021. Oviedo le corrigió a la
periodista, pues el programa de la Tele Letal fue dos antes del paro nacional.
Para el caso de Molano, este fue
confrontado con el caso de la masacre de civiles del Remanso, de la que el hoy
candidato Molano no se arrepiente y mucho menos asume responsabilidad política alguna,
por haber autorizado y legitimado la acción militar que terminó en el asesinato
de civiles por parte de miembros del Ejército nacional.
Insisto en que hay demasiado
protagonismo de los colegas periodistas. Mejor sería pensar en un formato en el
que cada candidato explicara, en 5 minutos, su plan de gobierno. Y luego, darle
tres minutos para que lo dicho sea confrontado, con argumentos, por los demás aspirantes.
Es mejor invitar a expertos para que confronten lo propuesto por los candidatos.
De esa manera, se les restaría protagonismo a estos periodistas-vedettes que
todo el tiempo se quieren robar el show.
Imagen tomada de Facebook.
No hay comentarios:
Publicar un comentario