Por Germán Ayala Osorio
En la lucha por hacerse con la
alcaldía de Cali, todos los candidatos que aparecen en las encuestas con mayor aceptación
militan en la vieja derecha: Roberto Ortiz, Alejandro Eder, Diana Rojas y Miyerlandy
Torres. La izquierda, como espectro ideológico y político se desdibuja con la
candidatura de Danis Rentería, un candidato de derecha, sin mayor poder en
términos de maquinaria electoral.
Ortiz, más conocido como “el
chontico”, encubre su candidatura con el manto del populismo de derecha, muy
propio del uribismo. Una clase de populismo asistencialista que no es garantía
de cumplimiento pleno de derechos. A la candidatura de Ortiz aterrizaron políticos
liberales, partido de la U, Cambio Radical, conservadores, del Mira, del
uribismo, esto es, la clase política tradicional que dicen aborrecer sus
contrincantes, Eder, Rojas y Torres.
Con Eder está gran parte del
empresariado, sin que les disguste del todo la candidatura de Ortiz. Los
contratistas ganan con Eder, Ortiz, Torres y Rojas. Por el lado de la campaña
de Diana Rojas, su jefe político, Maurice Armitage, exalcalde de la ciudad, le
quitó el respaldo y le pidió, a través de la red X, que se hiciera a un lado, pues
el empresario azucarero ya se fue a las toldas de Eder. Un irrespeto propio de
la sociedad goda y patriarcal que se resiste a cambiar.
Aunque Diana Rojas insiste en que
puede luchar contra las maquinarias de Ortiz y Eder, la verdad es que su
posición, digna por demás, solo servirá para extender en el tiempo la agonía de
su aspiración de llegar a la Alcaldía de Cali. El cuentico de buscar un
mecanismo (una encuesta) para dirimir si Eder o ella abandonan su aspiración
para adherir al proceso de “todos contra el Chontico”, deviene con un tufillo
de clase, porque en términos ideológicos y políticos todas las campañas defienden
lo mismo: el modelo neoliberal, el desprecio por la variable ambiental, esto
es, insistir en un modelo de desarrollo económico que se mueve bajo la lógica
de la Sostenibilidad Asistémica Funcional. Entre tanto, la candidatura comodín
de Torres esperará hasta último momento para decidir si se va con el Chontico o
con Eder. Lo más probable es que termine en las toldas de Ortiz.
En las próximas horas o quizás días, sabremos de adhesiones y renuncias. Lo cierto es que la izquierda, en la ciudad que fue epicentro del estallido social, se desdibujó en buena medida por el repudio generalizado que hay en la ciudad contra el gobierno saliente de Jorge Iván Ospina, a quien muchos asocian, erróneamente, con la izquierda y la sempiterna corrupción. Huelga recordar que a la campaña de Ospina llegaron los de la U, del uribismo y del Partido Verde. Y los contratistas de siempre. De izquierda, su padre Iván Marino Ospina. Cualquiera sea el resultado electoral del 29 de octubre, lo cierto es que poco o nada cambiará en la ciudad. Por todo lo anterior, votaré en blanco.
Imagen tomada de EL PAÍS.
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