Por Germán Ayala Osorio
Ser hijo del inmolado Luis Carlos
Galán Sarmiento le aseguró a Carlos Fernando Galán y a sus hermanos, un lugar dentro
del “viejo” régimen. Su cercanía a Germán Vargas Lleras y su militancia en la
empresa electoral Cambio Radical, lo convierten en un político más, lo que se
traduce en que su candidatura a la alcaldía de Bogotá es más de lo mismo. Así
las cosas, Carlos Fernando Galán no constituye una alternativa para manejar la
compleja capital del país, convertida de tiempo atrás en el nido oscuro de la
contratación público-privada. Ofrece lo mismo que en su momento ofrecieron
Peñalosa y Claudia López: inundar a la capital de buses articulados y usar esa
plataforma política para buscar la presidencia de la República.
Por ser ficha de Vargas Lleras, el
papel que Carlos Fernando Galán cumpliría en el palacio Liévano sería el de hacer
oposición política institucional al gobierno central, con miras a catapultar su
candidatura presidencial, bien en el 2026 o para el 2030.
El país no olvida la tétrica imagen
en la que Carlos Fernando Galán y su hermano Juan Manuel se la jugaron electoral
y políticamente por la candidatura presidencial del “caradura” de Rodolfo
Hernández, sancionado por la Procuraduría por corrupción por el doloso contrato
de Vitalogic. Ese apoyo a Hernández los confirmó como políticos medrosos e
incapaces de luchar con ahínco y compromiso por cambiar los estados de cosas
inconstitucional que hay en el país.
Los Galán, a sabiendas de que las
ideas de Gustavo Petro eran más cercanas a las de su padre, optaron por alinearse
con Hernández, muy seguramente por miedo a perder los beneficios políticos y
económicos que el propio establecimiento les otorgó, a manera de “reparación”,
por el asesinato de su padre. Los hermanos Galán son la antítesis de lo que fue
su padre, Luis Carlos Galán. Ninguno recogió su legado y sus luchas. Por el
contrario, optaron por jugar con las perversas reglas del propio régimen de
donde salieron los recursos y la orden de asesinar a su progenitor.
Miente Carlos Fernando Galán
cuando se presenta como “independiente”, cuando el país sabe que él es de las entrañas
del exvicepresidente, Germán Vargas Lleras, ladino personaje cercano al
criminal Kiko Gómez y al banquero Sarmiento Angulo.
La revista Hekatombe le recuerda
a Carlos Fernando Galán los hechos de corrupción que tocan a Cambio Radical: “Comencemos
por señalar que mientras Luis Carlos Galán fue asesinado por denunciar los
vínculos de políticos con narcotraficantes, su hijo promovió un partido en el
que fueron investigados 41 congresistas por tener nexos con paramilitares y 19
fueron condenados. Paramilitares responsables del 38,5 % de las víctimas del
conflicto colombiano, quienes se financiaban del narcotráfico, torturaban,
violaban, empalaban, quemaban viva a la gente en hornos crematorios y se
apropiaban de las tierras de los campesinos, con el apoyo político de
congresistas de Cambio Radical, como lo han dicho jueces. Un político decente
como su padre habría renunciado y abandonado ese partido de manera inmediata,
pero no. Carlos Fernando continuó hasta el 5 de junio de 2018 y el escándalo de
la parapolítica fue en 2006. Sin embargo, él acepta ser director de Cambio
Radical en el 2011 y apoyar las candidaturas a la presidencia de la república a
Germán Vargas Lleras en 2010 por Cambio Radical y luego como “independiente”
2018”.
Aunque Galán es ficha de Vargas
Lleras, podemos decir que al igual que Molano, Oviedo, el exgeneral Vargas y
Lara, también anda en crocs y lo que es peor, de la mano del inefable Germán Vargas Lleras. Y al ponérselos, está aportando para que el viejo régimen
de poder, que deviene corrupto y criminal, se extienda en el tiempo.
Imagen tomada de Blu radio.
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