jueves, 2 de octubre de 2025

LOS MEGÁFONOS DE PETRO Y VICKY DÁVILA

 

Por Germán Ayala Osorio 

Después de la desafortunada exhortación que hizo Petro, megáfono en mano y en pleno Manhattan  a los soldados gringos a desobedecer a Trump, la precandidata uribista y ficha de los clanes Gilinski y Gnecco, Vicky Dávila de Gnecco, también usó un megáfono para incitar a los miembros de la fuerza pública colombiana  a desconocer las órdenes dadas por  su comandante en jefe, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego. Esto dijo la señora periodista: “Hoy les digo a nuestras Fuerzas Armadas de Colombia: ¡no obedezcan a Petro! ¡Obedezcan a la Constitución! (…) A nuestros soldados y policías, ¡no obedezcan esa orden a Petro! ¡No obedezcan a Petro, obedezcan la Constitución!

Aunque se trata de dos equivocadas e imprudentes invitaciones a la sedición, existen diferencias sustanciales en las dos exhortaciones.  Petro soltó semejante proposición motivado por su rechazo al genocidio en Gaza perpetrado por el sionista ejército de Israel, con la anuencia y complicidad del gobierno norteamericano, la ONU y varios países de Europa; mientras que la señora Dávila de Gnecco hace la invitación a militares y policías en protesta por la orden dada por Petro a las tropas  de coordinar acciones con las fuerzas armadas de Venezuela para combatir los delitos que se cometen en la extensa y conflictiva frontera binacional. Sin duda alguna, las motivaciones de Petro están atadas a un sentimiento de solidaridad con el perseguido pueblo palestino; por el contrario, la reacción de Dávila deviene ancorada a su afán de hacer visible su decadente e intrascendente campaña electoral, y para lograrlo qué mejor que aparecer como una "mujer berraca" capaz de desafiar  al presidente de la República. 



La parodia al discurso de Petro en Nueva York que le puede salir cara a Vicky Dávila


Al final, la periodista-periodista vallecaucana y ficha del Establecimiento colombiano logró lo que buscaba: que Petro aludiera a su desafiante exhortación, dando la instrucción política y jurídica a sus subalternos de denunciar por sedición a todos los precandidatos presidenciales que, como Dávila, se atrevan a pedirles a los militares a que desobedezcan a su comandante supremo. Petro cayó en la trampa que  la ladina precandidata le puso. De inmediato, la precandidata uribista le respondió al presidente: "no le tengo miedo". La respuesta del ministerio de la Defensa al desafío de Dávila hace más visible la caída de Petro en la celada que le tendió la periodista-periodista. 

Otra diferencia entre las dos invitaciones está atada a las circunstancias contextuales en las que se hicieron. Petro dijo lo que dijo en Nueva York extendiendo a las calles el blindaje y la legitimidad que le da el derecho internacional en su calidad de jefe de un Estado miembro de la ONU. Entre tanto, Dávila lo hace en medio de un ambiente preelectoral al que claramente quiere llevar a la tropa no solo a que no cumpla las órdenes de Petro, sino que las invita a deliberar y asumir una postura política, lo que las convertiría en sujetos políticos cercanos a la derecha uribizada que Dávila representa. Más claro: mientras que Petro exhortó a los militares gringos a desobedecer a Trump para que no se convirtieran en cómplices del genocidio en Gaza, Vicky Dávila lo hace con la intención clara de manosear a militares y policías como lo hicieron en el pasado otros agentes políticos que hacen parte de la mesnada uribista. 


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