Por Germán Ayala Osorio
Resulta una perogrullada decir que todos los medios de comunicación de masas tienen intereses económicos y políticos; y que por esa razón sus periodistas están obligados a seguir la línea editorial que les tracen los dueños y los editores. Eso sí, resulta menos evidente para las audiencias reconocer que a raíz de esas circunstancias medios como Blu radio, Caracol Noticias, La W, El Tiempo, La FM de RCN, Noticias RCN, El Colombiano, Semana y El País de Cali fungen como actores políticos que además de haber optado por hacerle oposición al gobierno de Gustavo Petro, decidieron apostarle a generar odio contra todo lo que huela a izquierda y progresismo, pero sobre todo, una sistemática animadversión contra Gustavo Petro que termina en el nacimiento de la petrofobia mediática.
Es tal la inquina contra la
figura presidencial, que los pocos analistas serios y ponderados que algunos de
esos medios tienen, terminan censurados y maltratados por conductores de
programas radiales y editores para el caso de los periódicos. En esta columna
haré referencia al espacio que en Blu radio conduce el periodista Néstor
Morales, cuñado del expresidente y extítere, Iván Duque Márquez.
De la mesa de trabajo de ese
espacio radial hacen parte, entre otros, los analistas políticos Héctor Riveros
y Álvaro Forero y los periodistas Néstor Morales y Ricardo Ospina. Estos dos
últimos defensores a ultranza del uribismo, esto es, de la derecha más
recalcitrante del país. La petrofobia que Morales y Ospina destilan es evidente,
grotesca y violenta, circunstancia esta que convierte al matutino en una bodega
generadora de lecturas y tratamientos periodísticos amañados, sesgados y
cargados de una inusual “mala leche” contra un presidente de la República.
A raíz de la renuncia del ministro
de Hacienda, Ricardo Bonilla, el tratamiento noticioso del suceso se hizo desde
el odio que le profesan Ospina y Morales al presidente de la República. Más
allá de esos sentimientos y de la mala leche de estas dos estafetas de la
derecha uribizada, lo que llama la atención es la actitud irrespetuosa y los
actos de censura que Néstor Morales en varias ocasiones ha tenido contra el
analista Álvaro Forero. No hay duda de que los análisis ponderados, serios y
rigurosos que suele hacer el columnista Forero no son del agrado de Néstor Morales
justamente porque esta “vedette” del periodismo bogotano cree que sus lecturas
e interpretaciones de los hechos noticiosos obedecen realmente a sesudos análisis
cuando claramente obedecen a lecturas maniqueas, sesgadas y malintencionadas,
fruto de la animadversión que profesa contra la izquierda, el progresismo y el
rencor que siente hacia el presidente Petro.
Veamos lo que sucedió al aire
recientemente en esa bodega de la derecha. Esto dijo Forero: “…pero si es
muy común que los ministros hagan gestión ofreciendo a los congresistas y
permitan unos cupos indicativos, todos lo sabemos y ahora no nos hagamos
los tontos. Entonces, para que lo de Bonilla no sea un falso positivo
de ponerle las botas de delincuente por hacer lo que han hecho muchos ministros
de Hacienda con estas gestiones de los cupos indicativos…” En ese momento,
el “Señor director del programa, el ladino Néstor Morales le interrumpe con el
firme propósito de evitar que continúe desnudando el evidente sesgo con el que
estaban tratando la renuncia del ministro Ricardo Bonilla. Morales logró imponer
su condición de “jefe” para condenar al saliente ministro señalando que la
adición presupuestal que hizo a la UNGRD “era para que se la robaran”.
Forero lo interpela y le dice: “… todos
los ministros hacen adiciones presupuestales. No, Usted no puede acusar
al ministro porque no tiene pruebas de que era para se la robaran… eso
lo hacen todos lo ministros y la prensa tiene que ser responsable…pero
permítame decir una frase…Entonces sigan ustedes porque no pude desarrollar la
idea…”
El rifirrafe entre el analista y Néstor
Morales termina con la salida infantil del cuñado de Duque. Esto dijo: “le
acepto la pataleta cuando uno se queda sin argumentos”. La
respuesta de Forero no se hizo esperar: “no es ninguna pataleta, no es
ninguna falta de argumentos, simplemente ustedes no dejan dar los argumentos”.
Debería el Grupo Santodomingo
ponerle la lupa a lo que viene haciendo Morales en el programa matutino, pues su
petrofobia es, además de evidente, aporta a la generación de odio y a la crispación
ideológica que se respira en el país político e incluso en la calle. De no hacerlo, las audiencias entenderán que
las actitudes y acciones de censura y maltrato de Néstor Morales hacia Álvaro
Forero hacen parte de la política editorial y de una específica directriz de un
agente del conglomerado económico, lo que por extensión convierte al Grupo
Santodomingo en un actor político que auspicia la petrofobia.
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