Por Germán Ayala Osorio
Definitivamente el presidente Gustavo Petro es un polemista profesional. Desde su cuenta de X se cruzó duros mensajes con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a quien calificó de genocida; también con el presidente de la Argentina, Javier Milei, a quien tildó de fascista. En el plano local, las confrontaciones y rifirrafes con políticos y periodistas que le hacen oposición están a la orden del día.
Así como el presidente de la
República defiende a dentelladas sus ideas políticas, hace lo mismo con sus leales
servidores y amigos. Su reciente defensa del padre Francisco de Roux es una
prueba de su admiración y respeto por el sacerdote, señalado de encubrir prácticas
de pederastia perpetradas por el cura Darío Chavarriaga, quien le habría
confesado a de Roux que había violado menores de edad por allá en los años 70,
de acuerdo con la versión del periodista Daniel Coronell. Los delitos por los
que la Fiscalía investiga al padre Francisco de Roux son favorecimiento y
omisión de denuncia. Huelga recordar que el defendido de Petro le dio trámite a
los hechos confesados por Chavarriaga dentro de los protocolos y caminos del
derecho canónico.
La polémica que despertó el jefe
del Estado se explica por la notoria sensibilidad social y política que
despierta de tiempo atrás la pederastia, debido a las constantes denuncias
contra miembros de la iglesia católica comprometidos en la comisión de este delito.
Petro, en su cuenta de X, escribió: “Debo decir que lo que siento del
padre Francisco de Roux es que es un hombre íntegro al que con agrado
condecoraría por su labor de vida al lado de los humildes de Colombia”.
Por supuesto que no se hicieron esperar las reacciones de las ciento de miles
de víctimas de curas pederastas en el país. Sienten que el presidente las está
revictimizando al salir en defensa del padre de Roux, por no haber denunciado en
la justicia ordinaria los hechos que conoció de primera mano.
Está bien que Petro defienda al
cura de Roux, pero al decir que con “agrado lo condecoraría” resulta una clara
provocación que es aprovechada de inmediato por sus detractores, enemigos y
críticos. En ese punto el presidente se equivoca en grado sumo, al tiempo que
confirma su perfil provocador.
No es posible negar que en buena medida el carácter confrontacional, alborotador y provocador del presidente Petro es el elemento que usan sus opositores para descalificarlo, haciéndole creer al país que jamás hubo en la Casa de Nariño un jefe del Estado con esa personalidad, asumida como “atípica y nociva”. Olvidan que Álvaro Uribe Vélez durante sus ochos años de administración actuó de manera similar, pero con efectos diametralmente distintos a los que dejan las "provocaciones" de Petro. Uribe confrontó de manera violenta, pendenciera, belicosa, agresiva, camorrera y estigmatizante a periodistas y defensores de los derechos humanos y de la naturaleza. Por supuesto que entre esas dos personalidades, uno pendenciero y el otro provocador, existen diferencias de fondo: la primera, que en los tiempos de Uribe la prensa se hincó ante su poder intimidante, lo que hizo que su carácter belicoso pasara a un segundo plano o se validara; en los de Petro, esa misma prensa funge como una rabiosa opositora a todo lo que diga y haga el presidente de la República. Y la segunda, que de los rifirrafes con Petro no se derivan persecuciones y chuzadas y mucho menos que los periodistas con los que ha discutido en la red X deban salir a pedirle medidas cautelares a la CIDH como sucedió con Holman Morris, calificado por Uribe "amigo del terrorismo".
Lo más probable es que el caso del
padre Francisco de Roux se cierre rápidamente. Eso sí, sus detractores lograron
afectar en algo su imagen de hombre de paz y misericordioso. Y Petro, por salir
en su defensa, de la manera como lo hizo, terminó dándole “papaya” a los medios
y periodistas que en silencio cómplice celebran lo que gritan en estadios y movilizaciones:
¡Fuera Petro!
Los siguientes titulares confirman
que la prensa uribizada jamás aceptará que alguien diferente a Uribe, pueda, desde
la Casa de Nariño, defender sus ideas, amigos, ministros, obra de gobierno y
mucho menos expresar admiración por personajes como el padre de Roux, visto con
ojeriza por los sectores societales que rechazaron su trabajo al frente de la
Comisión de la Verdad.
RCN radio, por ejemplo, tituló: <<Petro
asegura que "condecoraría" a padre Francisco de Roux, a pesar de
denuncias de encubrimiento>>. El Tiempo, otro medio anti-Petro, hizo
lo propio en estos términos: <<Presidente Petro sale en defensa del
padre Francisco de Roux ante nuevas revelaciones sobre caso del cura Darío
Chavarriaga, señalado de violencia sexual>>.
Adenda: una curiosidad lingüística.
Pederastia, Pedófilos, Pendencieros, Presidente, Periodistas, Papaya, “Pelaos”,
Patrón, Probidad, Perjudicar, Prestigio, Peleador, Proteger, Prestidigitador,
Paramilitares y Provocar se escriben con P de Petro.
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