sábado, 28 de septiembre de 2024

LOS BANQUEROS QUE DESPRECIAN EL PERIODISMO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Cuando un banquero compra un medio de comunicación con un prestigioso pasado periodístico para convertirlo en una plataforma ideologizada desde las que se crean narrativas mentirosas, engañosas o catastróficas, expone con claridad el desprecio que siente por el oficio y los periodistas; además, reduce la política y su ejercicio público a sus mezquinos intereses económicos. De esa manera se convierte en un agente de poder enemigo de la democracia, de la competencia empresarial y de todo lo que conlleva vivir bajo los imperativos morales adscritos a un Estado Social de Derecho y a una sociedad cuyos ciudadanos pretenden y le apuestan a ctúar bajo estándares propios de la Modernidad.

Los casos de El Tiempo y revista Semana resultan ejemplos claros de la anterior sentencia. Sarmiento Angulo compró el diario bogotano para convertirlo en una fábrica de narrativas catastróficas, mentirosas y engañosas con las que a diario buscan deslegitimar al gobierno de Gustavo Petro. A través de titulares tendenciosos y noticias falsas, El Tiempo se consolida como un actor político al servicio de una poderosa familia que maneja asuntos estratégicos como la construcción de vías y la venta de gas, entre otros negocios que convierten a Sarmiento Angulo en un gran mecenas electoral de aquellos candidatos de la derecha que estén dispuestos a mantener los niveles de privatización de la operación del Estado a través de concesiones.

Por estos días, varios medios de comunicación privados, incluidos El Tiempo y Semana vienen insistiendo en la narrativa que señala que, por culpa del actual gobierno, “el país deberá importar gas”. La respuesta del presidente de la República no se hizo esperar: “Están diciendo en la prensa que vamos a importar gas, es carreta, nosotros estamos importando gas desde hace años, lo que pasa es que el importador del gas es el dueño del medio que lo dice y los confunde”. Si no fuera por la activa presencia de Petro en la red X, millones de colombianos que consumen a diario lo que dicen cadenas radiales y de televisión, que replican lo que dicen El Tiempo y Semana, la narrativa engañosa se impondría como verdad absoluta. Medios alternativos han recogido las controversias entre el jefe del Estado y el periódico bogotano: “Petro desmiente a El Tiempo por nota sobre el carbón: ‘noticias desinformadoras’

Lo mismo sucede con la revista Semana, comprada hace poco por la familia Gilinski. El pasado periodístico de la publicación hebdomadaria habla de una revista de investigación y opinión, ejemplo de periodismo. Hoy, por el contrario, Semana, dirigida por Victoria Eugenia Dávila es una plataforma ideologizada que usa la millonaria familia para deslegitimar y desprestigiar al gobierno Petro. Es más, los propietarios de la revista Semana están tratando de madurar a la fuerza la candidatura presidencial de la señora Dávila. Por ese camino, las instalaciones de Semana terminaron siendo un laboratorio del marketing político en donde se “lavan y se ensucian imágenes” de políticos, de acuerdo con los intereses políticos y electorales de los propietarios de la señalada publicación.

En el día de ayer, durante el Congreso de Fenalco, la directora de Semana intervino para insistir en su narrativa catastrofista. Ella misma, que funge como periodista y candidata presidencial, usa la plataforma digital de Semana para alojar en esta su discurso lleno de lugares comunes. El titular da cuenta del sentido de su diatriba contra el presidente de la República: “Petro es una “amenaza” y “unidos” debemos cuidar elecciones del 26”. Finalmente, el 7 de agosto de 2026 tengo fe que va a terminar esta horrible noche, Colombia tiene que volver a progresar, Colombia tiene que volver a cumplir sus sueños, no solamente soñar, hoy hasta de pronto los sueños se los han matado a los colombianos. No solo hay que soñar, hay que acostumbrarse a cumplir los sueños. Y lo vamos a lograr”.

En su cuenta de X, la estafeta de los Gilinski agradeció a Fenalco la invitación. “Dios les pague a Fenalco y a todos los comerciantes de Colombia…En tiempos turbulentos y difíciles sus abrazos y sus aplausos me llenan el alma. Tenemos que resistir. De esta salimos… Dios nos cuide”.

Entre Petro y Dávila hay un enfrentamiento ideológico, personal y político. La confrontación entre la candidata-periodista y el jefe del Estado la registró así un medio digital: “A esta señora la financia un grupo económico. Su tarea permanente es calumniarme. ¿Para qué? Para hacer política de extrema derecha. Sabe que la ideología extremista que difunde se basa en dos pilares: la mentira y el miedo. Sabe que la táctica comunicacional de la mentira la enseñó Goebbels. Sin embargo, el presidente no puede defenderse porque si no es él el que ataca. La víctima cambia de lugar”.

En ambos casos, el periodismo murió para darle paso a la propaganda gris y a otras formas discursivas usadas para engañar a las audiencias. Semana y El Tiempo dejaron de informar para hacer ideología. Y lo hacen, haciéndole creer a sus audiencias que solo existe una ideología, esto es, la de Petro, con la que, según ellos, toma decisiones de carácter económico que están afectando a los empresarios.

En la historia del periodismo jamás había sido tan evidente el desprecio que por el oficio periodístico profesan los señalados banqueros. La compra de las empresas mediáticas, claramente, no se dio para potenciarlas y consolidarlas como ejemplos de un periodismo serio, riguroso, “objetivo” y defensor de la democracia. Las circunstancias bajo las cuales hoy operan esos dos medios terminaron por erosionar todo lo que concierne a la ética. Ello se refleja en los tendenciosos y peligrosos tratamientos periodísticos dados a los hechos convertidos en noticia por El Tiempo y Semana. 

Adenda: sobre el asunto de la construcción de vías por concesión y los elevados costos de los peajes, dejo esta cita tomada de una presentación de Por Gonzalo Duque-Escobar*Manizales, 23 de marzo de 2020 (Aju. 2021)

El Estado colombiano debiera de considerar que, si bien las APP se requieren para impulsar nueva infraestructura, el costo de privatizar los beneficios de la reducción en costos de transporte a través de peajes es enorme: por cada reducción porcentual del costo del transporte, la exportación e importación crecerían porcentualmente en promedio cinco veces– esto de conformidad con lo que señala el BID en su estudio “Destrabando las arterias… (2010)”.




viernes, 27 de septiembre de 2024

FENALCO, URIBE Y PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La presencia del expresidente y expresidiario, Álvaro Uribe Vélez en el congreso de Fenalco confirma dos hechos políticos: el primero, la ruptura total, a dos años de terminar el periodo presidencial, entre  Petro y su gobierno, con el empresariado que aglutina dicha federación; y el segundo, que esa dirigencia empresarial sigue siendo uribista, lo que significa que en política económica le siguen apostando al modelo neoliberal con todo y lo que ello implica en materia de operación del Estado y sus responsabilidades sociales con los más vulnerables.

Tiene también un significado ético-político y moral que confirma que a pesar de la situación sub judice de Uribe y la gravedad de los delitos por los que fue llamado a juicio, la dirigencia de Fenalco está dispuesta a poner por encima de cualquier inmoralidad y la comisión de delitos, los intereses de clase, pero por sobre todo, el objetivo de recuperar la Casa de Nari  en las elecciones de 2026 para poder echar hacia atrás todo lo que en materia social, institucional y ambiental haya dejado y avanzado el gobierno progresista de Gustavo Petro. Casos como la Yidispolítica, esto es, la compra de la reelección de Uribe y los 6402 civiles asesinados por miembros del Ejército durante el gobierno de la Seguridad Democrática para los comerciantes de Fenalco son "nimiedades" morales y éticas. 

En dicho evento, el expresidiario, latifundista y ganadero señaló que “el recaudo, inferior a $12 billones, sería para financiar el año 2025 y las elecciones de 2026. Todo para conseguir votos con empleos burocráticos y subsidios sociales engañosos”. El presidente de la República casi de inmediato le respondió al expresidente antioqueño en estos términos: “No señor Uribe, la ley de financiamiento es para pagar la deuda de USD 5.600 millones de dólares que su pupilo Duque nos dejó con el FMI, que se paga solo durante dos años, sólo porque quiso ayudar a financiar la nómina a los grandes empresarios del país”.

Lo expresado por Petro y Uribe da cuenta de dos visiones distintas de lo que debe ser el país y el Estado. Mientras que el expresidiario y sub judice ciudadano quiere insistir en el proceso de privatización del Estado que inició César Gaviria Trujillo en 1990, el presidente de la República le sigue apostando a consolidar un Estado fuerte capaz de recuperar para sí el control de asuntos estratégicos que sucesivos gobiernos neoliberales (Gaviria, Pastrana, Uribe, Santos y Duque) supieron entregarle a millonarios agentes privados, acción que ayudó en buena medida a consolidar a Colombia como una plutocracia. Esos asuntos estratégicos son la generación de energía y salud pública, dos ámbitos en los que el gobierno de Petro viene trabajando en función de garantizar derechos constitucionales, erosionando el factor servicio que los gobiernos neoliberales lograron imponer a través de la entrega a empresas privadas el monopolio de la generación y comercialización de la energía y la prestación de los servicios de salud (ley 100 de 1993), bajo la captura mafiosa de billonarios recursos públicos a través de las EPS.

La visión del empresariado uribizado es propia de repúblicas bananeras en las que por cuenta de la consolidación de oligopolios se logran conculcar derechos, pauperizar la vida de las grandes mayorías y evitar el desarrollo económico del país por cuenta de peajes caros, al igual que los altos costos del gas; así como las elevadas facturas de la energía empresarial y domiciliaria, lo que afecta a las pequeñas y medianas industrias y por supuesto a las familias de estrato medio. Y evitar el renacimiento del tren como alternativa de transporte por las ventajas económicas que obviamente afectan a quienes dominan el transporte de carga y pasajeros por carretera. En tormo a las ventajas ambientales que ofrece el tren, hay que recordar que la derecha colombiana sigue apegada a la tesis negacionista que señala que el cambio climático es una “invención catastrofista” de unos científicos y del propio Petro.

Por el contrario, la visión de Petro apunta a consolidar un Estado de Bienestar, lo que implica desprivatizar la operación de muchas entidades públicas que neoliberales como Gaviria, Pastrana, Uribe, Santos y Duque debilitaron para entregárselas a sus amigos empresarios y mecenas que les patrocinaron las campañas políticas.

Al evento empresarial también asistió la directora de la revista Semana, uribista pura sangre que se muere por ser la ficha electoral de Uribe y de los Gilinski para las elecciones de 2026. Además de los dos hechos políticos que se consolidan con la presencia de Uribe en la reunión de Fenalco, se advierten otros dos del mismo carácter: la naturalización de Fenalco como un actor político uribizado y la conversión de Semana en una plataforma electoral, lo que trae como consecuencia la eliminación de cualquier posibilidad de que siga haciendo periodismo, así sea de mala calidad.



Imagen tomada de EL TIEMPO. Foto de Fenalco. 

CAMPAÑA PUBLICITARIA Y VIOLENCIA EN LOS ESTADIOS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los recurrentes actos de violencia en los estadios, el asedio de los hinchas a las sedes de los equipos y los insultos a los jugadores han recibido las mismas respuestas de la Dimayor y la Federación de Fútbol: sanciones económicas a los equipos, una que otra judicialización de los aficionados que protagonizan los desmanes y jugar a puerta cerrada. Y pare de contar.

Mientras tanto, las directivas de los equipos y los periodistas deportivos siguen sin asumir la imperiosa tarea de diseñar una campaña de sensibilización dirigida a todas las hinchadas con el único propósito de mostrarle a cada aficionado que la manera enfermiza de asumir los triunfos y derrotas hace parte de un problema psicológico del que las instituciones deportivas y los periodistas no se pueden hacer cargo.

Más claro: periodistas y dirigentes deportivos del fútbol deben hablarle clarito a esos hinchas furibundos y energúmenos que asisten cada ocho días a los estadios. Hay que decirles de frente que ellos son una vergüenza para la sociedad y el fútbol. El solo hecho de depositar la responsabilidad individual de alcanzar la felicidad en 11 jugadores constituye no solo un error, sino una verdadera estupidez.

Antes de que sucedan hechos violentos de mayor calado, urge que se diseñe una campaña publicitaria con el claro objetivo de confrontar a esos aficionados que de manera errada exigen a 11 jugadores que asuman la tarea de hacerlos felices. En particular, esa campaña deberá ir dirigida a esos “machitos que, con excesos de testosterona”, salen al ruedo a pelearse como perros rabiosos para ver quién es el “más berraco, el más hombre, el más macho, o quién tiene los huevos más grandes”. Todas expresiones de una masculinidad en crisis, fruto de la ignorancia, la estupidez, la poca o nula lectura de libros y también quizás por falta de oportunidades; y claro, consecuencia de una sociedad patriarcal y machista que “obliga” a los hombres a tener que demostrar que son machos y a exponer su “hombría” frente a un macho retador.

Nadie niega que las violencias en los estadios de fútbol están atadas a que somos una sociedad incivilizada que exhibe débiles o truncos procesos civilizatorios, pero ello no es óbice para insistir en la necesidad de confrontar discursivamente a los violentos. Al hacerlo quizás decidan no volver a los estadios. Sería lo mejor.  Antes a los estadios se iba en familia. Hoy, prácticamente es un riesgo enorme.

Hay que utilizar los tableros electrónicos y los sistemas de sonidos de los estadios, las redes sociales, y la televisión para que la campaña logre el objetivo de confrontar a esos hinchas (verdaderos pendejos) que van cada ocho días a un estadio a buscar la felicidad cuando esta la pueden tener al interior de sus hogares, o quizás yendo a ver otros espectáculos. Ahora, si justamente van a los estadios para huir de la familia, entonces la campaña publicitaria cobra mayor sentido.

He aquí varias frases que podrían usarse si directivos y periodistas deportivos acogen lo propuesto aquí en esta columna:

1.    Si tu felicidad depende de un juego, y el fútbol lo es, usted tiene un problema.

2.    Venir al estadio a insultar los jugadores es propio de malandros.

3.    No traigas tus frustraciones al estadio.

4.    Venir a sufrir al estadio te convierte en masoquista.

5.    Ser violento no te hace Hombre, pero sí te convierte en un criminal.

6.    Oye, aficionado violento: ¿todo bien en casa?

 

 

 

jueves, 26 de septiembre de 2024

LA COP16 Y LUIS CARLOS VÉLEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el ejercicio del periodismo podemos encontrar reporteros rigurosos que buscan siempre llegar al fondo de los hechos, esto es, llegar a la verdad. También es posible ver, leer y escuchar a locutores y columnistas que, siguiendo agenda propia o la que les imponen los propietarios del medio, informan de acuerdo con esos intereses que gravitan entre lo personal y lo corporativo. Claro que también hay colegas que, al asumirse como vedettes del oficio, no les avergüenza jugar el rol de estafetas de sectores económicos y políticos interesados exclusivamente en desprestigiar a un ministro, a un presidente o a un gobierno en su conjunto. Pues bien, el locutor y conductor de la FM, Luis Carlos Vélez es un fatuo periodista que hace parte del pequeño círculo de estafetas del régimen uribizado que sufrió derrota electoral en el 2022.

Recientemente, el joven Vélez, a quien se le nota que poco lee, despreció el sentido de la COP16.  A pesar de las tímidas explicaciones que sus colegas de mesa le intentaron dar sobre la importancia y el origen de esa cumbre ambiental sobre la biodiversidad, el engreído locutor siguió con su diatriba en contra del evento de talla mundial que se llevará en Cali desde el mes de octubre.

Si miramos los efectos negativos que ya deja alrededor del mundo el cambio climático podemos confrontar el sentido de todas las cumbres ambientales, desde la cumbre de Río en 1992 y los subsiguientes encuentros. Incluso, si se advierte del poco compromiso de las potencias mundiales para reducir las emisiones de CO2, es posible asumir una postura crítica frente a esas reuniones a las que efectivamente asisten burócratas, pero también especialistas y ambientalistas a los que les preocupan actividades antrópicas como la ganadería extensiva, la deforestación, los monocultivos legales e ilegales y el crecimiento desordenado de las ciudades, entre otras que contribuyen seriamente a los problemas socio ambientales y ecológicos que afronta el planeta. Imagino que el joven Vélez no es capaz de criticar los monocultivos legales y menos aún a la ganadería extensiva de baja producción porque tiene amigos que se mueven en esas actividades económicas. O simplemente porque en su espacio radial pautan ingenios azucareros. Lo cierto es que el locutor Vélez exhibe un débil pensamiento crítico y un ego incontrastable propio de una "figurita mediática hecha a pulso".

Vélez pudo exponer sus críticas haciendo un recorrido por los compromisos adquiridos, mirando incluso los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Y también, proponerles a sus colegas de la mesa de trabajo de La FM dar una discusión entre el ya manido sentido del desarrollo sostenible y el que se le viene dando a la Sostenibilidad que deviene con un sentido sistémico. Pero no, Vélez prefirió quedarse en la burla, en los reduccionismos propios de un periodista con una nula capacidad de análisis y sobre todo, con una evidente incapacidad para cruzar variables y hechos a través de una mirada sistémica, holística.

Al decir que es preferible realizar un evento futbolístico en lugar de la COP16 porque atrae más público y deja más ganancias, Vélez dejó ver no solo su ignorancia supina, sino su “mala leche” hacia el gobierno Petro, porque fue el presidente quien tomó la decisión de darle a Cali la sede de esa cumbre ambiental por la biodiversidad. La animadversión que profesa Luis Carlos Vélez hacia el presidente Gustavo Petro es evidente. Incluso, pensaría que se trata ya de una fobia que no le permite hacer un ejercicio periodístico serio, profesional y riguroso. Lo que preocupa es que los integrantes de la mesa de trabajo de La FM no hayan confrontado al aire al arrogante conductor del programa y haber aportado a la discusión, haciendo críticas al modelo agro extractivo vigente en el país y alrededor del mundo.

Vélez y sus colegas están obligados a exhibir un mínimo dominio conceptual y categorial que les permita cubrir hechos o comentar cumbres como la COP16, sin quedar como unos encopetados ignaros de la radio colombiana. Y después se molestan porque el presidente Petro los confronta y critica, cuando a diario desinforman, tergiversan o dicen estupideces.

¿Sabrá el jovencito que Colombia es considerado como un país biodiverso, con especies endémicas? Atrévase a hacer periodismo, señor Luis Carlos Vélez. Bájele al activismo político que hace desde La FM. Como diría la inefable María Fernanda Cabal: "estudie, vago". 


Imagen tomada de Youtube.com

martes, 24 de septiembre de 2024

PETRO EN LA ONU: ¿CATASTROFISTA O LÍDER DE LA ÚLTIMA UTOPÍA?

 

Por Germán Ayala Osorio



El discurso del presidente Gustavo Petro -otro más- ante la Asamblea 79 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puede ser leído en clave catastrófica o, por el contrario, como el grito desesperado de un mandatario al que genuinamente le preocupan las consecuencias que viene y seguirán dejando las crisis civilizatorias, ecológicas y ambientales que confluyen en lo que se conoce como el cambio climático.

Quienes lo asumen en clave catastrófica terminan alineándose sin querer y quizás sin darse cuenta con la tesis negacionista de quienes creen que los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) exageran en sus análisis y mediciones, a pesar de llevar 30 años en esa tarea juiciosa de entender los efectos negativos que deja el desarrollo económico basado en los combustibles fósiles y en el consumo frenético de mercancías.

A los negacionistas se suman aquellos que expresan una confianza absoluta en que, si los problemas ecológicos, civilizatorios y ambientales actuales fueron generados por la comprensión y manipulación de la ciencia, la tecnología y la técnica, ello supone que, con la misma ciencia, la tecnología y la técnica se hallarán las soluciones a problemas como la sequía, el aumento de los niveles de los océanos que amenaza la vida de islas y extensas zonas costeras del Pacífico, intensas lluvias, peores huracanas y tifones y calores insoportables, entre otros más. 

Por el contrario, quienes asuman lo dicho por Petro como un grito humanizador, irán alineándose con aquellos que aún creen en la posibilidad de que la humanidad pueda tomar conciencia de los reales riesgos que se ciernen sobre millones de seres humanos que viven en zonas y territorios vulnerables a los efectos del cambio climático. Sin duda alguna, se trataría del renacimiento de una gran utopía, o quizás de la última, esta vez de carácter universal, planetario y civilizatorio que haría posible un diálogo entre las potencias económicas, políticas y militares responsables de la continuidad de la vida humana.

Petro se queja de que no lo escuchan. Y es cierto. Y se explica el caso omiso a los reclamos del presidente colombiano porque el mundo y la humanidad entera responden a una inercia que hace casi imposible controlar. Ya Pepe Mujica, siendo presidente del Uruguay lo había dicho en una conferencia de carácter ambiental. “Porque hemos creado una civilización en la que estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta globalización, que significa mirar por todo el planeta. ¿Y estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía que está basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad? Nada de esto lo digo para negar la importancia de este evento. No, es, por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado lo gobiernan   al hombre. Y a   la vida.   Porque   no   venimos al planeta   para desarrollarnos en términos generales. Venimos al planeta intentando ser feliz. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y esto es lo elemental.  Pero si la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor, -porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, o si se detiene la economía, y si se detiene la economía, es el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros- pero ese hiper consumo, a su vez, es el que está agrediendo al planeta”.

Mientras que el ejército de Israel hace ingentes esfuerzos por eliminar hasta el último palestino en la franja de Gaza, la ONU exhibía al mundo y a sus propios miembros la complacencia de los Estados Unidos con las prácticas genocidas implementadas en Gaza. Al fin y al cabo, las guerras y los genocidios son los escenarios preferidos de aquellos presidentes, fabricantes y comerciantes de armas que creen que, ante una crisis ecológica y ambiental de carácter universal, el camino más expedito, ya mostrado por el cine, será la eliminación de aquellos pueblos señalados como débiles u obstáculos para la expansión territorial y civilizatoria de las potencias dominantes.  

La actual crisis de legitimidad y credibilidad de la ONU quizás abra la posibilidad para que, en un futuro no lejano, el planeta quede a merced de una legión de hombres que determinarán qué pueblo tiene el derecho a vivir o a sobrevivir en definidas condiciones. Pepe Mujica se quedó corto al decir que la crisis es o era de carácter político. La crisis es civilizatoria. Y esta dejó ver su rostro en el Holocausto Nazi, en las dos guerras mundiales y ahora con el genocidio que comete Israel desde hace más de seis meses. Estamos ante un sostenido proceso de bestialización de la especie humana, orientada por unas cuantas familias ricas que gobiernan el mundo hoy.. 

Cito este párrafo del discurso de Petro, que con enorme claridad define lo que es el mundo hoy. “En este recinto la capacidad de comunicación de un presidente depende de la cantidad de dólares que tenga en su presupuesto, en la cantidad que tenga de aviones de guerra y en el fondo en la capacidad que tenga su país de destrucción sobre la humanidad. El poder de un país en el mundo ya no se ejerce por el tipo de sistema económico o político o de ideas que irradie, sino por el poder de destruir la vida de la humanidad. El proyecto democrático de la humanidad está muriendo con la vida, mientras los racistas, los supremacistas, los que creen estúpidamente que los arios son la raza superior, se aprestan a dominar el mundo escribiendo el terror de las bombas sobre los pueblos".



petro en la onu asamblea 79 - Búsqueda Imágenes (bing.com)

lunes, 23 de septiembre de 2024

SEQUÍA, CAMBIO CLIMÁTICO Y SOBREEXPLOTACIÓN DEL AGUA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El racionamiento de agua que soportan los bogotanos debe asumirse como un campanazo de alerta para todas las autoridades ambientales y en particular para la clase empresarial y política, responsables en gran medida por los efectos negativos que arrastra el vigente modelo agro extractivo en Colombia.

Embotelladoras como Coca-Cola y los ingenios azucareros tienen concesiones de agua por las que pagan irrisorias sumas de dinero, lo que compromete cuencas y microcuencas, incluidos los acuíferos. Se suma al acaparamiento del agua los cultivos de aguacate Hass.

El valle geográfico del río Cauca es un vasto territorio en el que la sobre explotación y el acaparamiento de aguas superficiales y subterráneas viene de tiempo atrás. La ola de intenso calor y la sequía en varias zonas del país, incluida la capital del Valle del Cauca ameritan que organismos como la CVC asuman la tarea de revisar las condiciones de explotación de las concesiones de agua y el estado de las cuencas y microcuencas que padecen ya el “estrés hídrico” por el alto consumo para regar la caña de azúcar, el aguacate Hass y el café.

Hay técnicas de riego eficientes que no todos los azucareros usan para regar sus cultivos. La técnica por goteo puede resultar costosa para aquellos dueños de fincas a los que solo les interesa alquilarles la tierra a los ingenios y recibir los millonarios pagos. Estos siguen llevando el agua que extraen de ríos y acuíferos por las viejas canales en tierra, a sabiendas de que una parte del agua termina filtrándose.

Quizás llegó el momento de que el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible y las Corporaciones Autónomas Regionales empiecen a pensar en exigirles a aguacateros y cañicultores licencias ambientales. Esa discusión hay que darla cuanto antes. Entre los criterios a discutir están las concesiones de agua, el aumento del precio que pagan por el agua utilizada, límites a las hectáreas sembradas y el compromiso de asumir tareas de restauración de los ecosistemas afectados de tiempo atrás como humedales. Lo anterior, en el ámbito de lo rural.

En el ámbito urbano, hay que empezar por ponerles más controles a las constructoras. Para el caso de Cali, es urgente detener los procesos de ocupación y deforestación que vienen sufriendo los Farallones de Cali. La minería ilegal se suma a las graves problemáticas que se ciernen sobre ese valioso ecosistema boscoso.

El cambio climático es una realidad insoslayable. Justamente, muchos de los negacionistas hacen parte de las agremiaciones que insisten en seguir potrerizando las selvas y en la extensión del modelo de la gran plantación, esto es, la hegemonía de la caña de azúcar, palma africana y el aguacate Hass.

En mi tesis doctoral, intitulada ESTADO, AGROINDUSTRIA CAÑERA Y AFECTACIONES SOCIO-AMBIENTALES: SOSTENIBILIDAD ASISTÉMICA FUNCIONAL Y ONTOLOGÍAS DE LA RESISTENCIA EN MUNICIPIOS DEL NORTE DEL CAUCA Y SUR DEL VALLE DEL CAUCA, recomiendo revisar de manera profunda la institucionalidad ambiental y las lógicas de su operación, atadas a los intereses de los agentes privados. De forma concreta se recomienda dar mayor autonomía a las entidades ambientales locales y regionales y el establecimiento de una Superintendencia Ambiental que, con carácter sistémico, vigile las actuaciones de entidades como la CVC y la CRC, al tiempo que haga las veces de defensa máxima de los intereses de las comunidades ancestrales y campesinas, víctimas de ese continuum de hechos, procesos de sometimiento ontológicos y de los ecosistemas liderados por la agroindustria cañera.

Dicha Superintendencia Ambiental estaría compuesta por profesionales de todas las disciplinas, y por representantes de los tres grupos “subalternos”: campesinos, comunidades afros y pueblos indígenas. A lo anterior se suma, lo que líneas atrás se propuso alrededor de la creación de la Licencia Ambiental para Plantaciones (LAP), en virtud del traslado de la agroindustria cañera al sur del país, en particular a la Orinoquia. Dichas recomendaciones se hacen en virtud a las conclusiones a las que se llegó después del proceso investigativo. "que la operación de la agroindustria y del monocultivo de la caña de azúcar, viene dejando sistémicos y sistemáticos efectos negativos en el valle geográfico del río Cauca y en el propio funcionamiento del Estado, en particular en sus órdenes locales y regionales. Quedó claro y se puede palpar en la realidad que las instituciones estatales funcionan gracias a relaciones clientelares, asociadas estas a una forma particular de concebir lo público- estatal y lo público, es decir, lo que nos interesa a todos, de los cañicultores. 




Foto: Germán Ayala 









 

domingo, 22 de septiembre de 2024

JOSÉ MANUEL ACEVEDO: “EL GOBIERNO PETRO ESTÁ COMPRANDO A LAS FUERZAS MILITARES”

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El proyecto informativo de las empresas mediáticas que se juntaron para hacerle oposición política al gobierno Petro tiene como objetivo hablar mal, consolidar negativas sensaciones en la opinión pública, desinformar y desestimar avances y logros en materia social y económica, así como magnificar hechos públicos para generar incertidumbres y miedos como un posible desabastecimiento de energía y gas.

El noticiero RCN es, de tiempo atrás, un vocero del uribismo y de la derecha colombiana. La “mala leche” de sus periodistas es evidente y recurrente. Quienes se destacan en esa innoble tarea son Luis Carlos Vélez, en La FM y José Manuel Acevedo.

Este último, en reciente entrevista con el comandante de las Fuerzas Militares, Francisco Hernando Cubides, se atrevió a preguntar si todas las acciones emprendidas desde la presidencia para garantizar bienestar en los uniformados, en particular en el personal de soldados, patrulleros e infantes de marina podrían responder a la intención del gobierno de “comprar a las fuerzas militares”. Así preguntó Acevedo: “Oyéndolo, algunos suspicaces podrían decir lo que están es comprando a las Fuerzas Militares desde el Gobierno".

El ladino periodista intenta atar su insidiosa y malintencionada pregunta al “decir de unos suspicaces”, pero es claro que al único que se le ocurre pensar que lo preguntado pueda ocurrir es a él y no por su suspicacia, sino por su “mala leche”.

El interrogante obedece al objetivo señalado líneas arriba: deslegitimar y ensuciar cualquier acción positiva realizada por el gobierno Petro. Decir que el gobierno “está comprando a las fuerzas militares” resulta ofensivo y niega la historia de sumisión de las FFAA al poder civil que encarna un presidente de la República como comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Al comandante Cubides le faltó contundencia al negar el directo señalamiento de Acevedo.

El bienestar de los miembros de las Fuerzas Militares y de Policía siempre estuvo enfocado en pasados gobiernos en garantizárselos a la cúpula y a la oficialidad, naturalizando las paupérrimas condiciones en las que operan soldados, patrulleros e infantes de Marina. Mejorar la asignación salarial, construir un casino de soldados en Tolemaida y aumentar la ración de proteína en los ranchos de los soldados, entre otras acciones, hace parte del respeto que siente el jefe del Estado hacia quienes están en la parte más baja de la cadena de mando. Hay, sin duda, una lectura de clase a la inversa, si se tiene en cuenta que, durante los gobiernos de Uribe, Santos y Duque, las relaciones con las fuerzas militares estuvieron fincadas en el clasismo que se genera desde los altos mandos y en la instrumentalización de los más vulnerables.

Sin duda alguna, Acevedo es un periodista uribizado que con su “mala leche” siempre va a querer ensuciar acciones positivas que se adelanten desde el alto gobierno, en particular cuando estas tengan que ver con mejorar las condiciones de vida de los uniformados, pues Acevedo sabe que su admirado y “eterno presidente Uribe” jamás se interesó en esos asuntos, porque su intención siempre fue instrumentalizarlos (explotarlos al máximo) para su proyecto guerrerista y deshumanizante.



Imagen tomada de Portafolio.co

sábado, 21 de septiembre de 2024

RIFIRRAFE ENTRE PETRO Y EMBAJADORA GRINGA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el rifirrafe entre el presidente Petro y la funcionaria de los Estados Unidos, Deborah Lipstadt subsiste, por supuesto, la defensa inveterada que USA hace de Israel, su aliado militar en el Medio Oriente.

Que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza no se puede ocultar, así las “buenas maneras y la diplomacia” indiquen que ese tipo de realidades es mejor matizarlas con llamados a la cordura o posturas tibias que terminan por favorecer los intereses económicos que se ciernen sobre los territorios en disputa. Una vez Israel extirpe al último palestino, vendrán las empresas de construcción americanas y de otras latitudes a hacerse dueñas del inevitable proceso de gentrificación que se adelantará con la reconstrucción de las zonas devastadas por los bombardeos del ejército sionista de Israel. Después de la limpieza étnica, esos territorios de la franja de Gaza se transformarán en paraísos hoteleros.

La postura del presidente Petro es tan legítima como la defensa que los Estados Unidos hace de Israel, así a la prensa tradicional y a la derecha colombianas les parezca que esos “encontronazos” afectan las relaciones políticas y diplomáticas entre USA y Colombia. Una vez se conoció del enfrentamiento verbal entre Petro y la embajadora Lipstadt, Noticias Caracol entrevista al aire al señor Gabriel Silva Luján, exembajador de Colombia en Washington, quien calificó al presidente de la República de “provocador”  y de exhibir su ideología, hecho inadmisible para un jefe del Estado.

De lo que aquí se trata es de llamar a las cosas y a los hechos por su nombre. Por aquello de las “buenas maneras” el mundo no puede seguir callando que Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo Palestino. Lo curioso es que Silva Luján defiende al pueblo Israel de las “arremetidas” de Petro, pero ignora el sufrimiento del pueblo palestino. Es claro que el presidente colombiano ha hecho referencia en sus opiniones al Estado de Israel y en particular a su Ejército de incurrir en prácticas genocidas.

La intención del noticiero privado era construir el relato de que la "impertinencia y la grosería de Petro" iba a generar tensiones diplomáticas entre los dos países. Casi de inmediato, el embajador de Colombia en Washington salió al paso para desvirtuar el relato periodístico: Daniel García-Peña negó que hubiera tensiones entre los dos gobiernos como ya lo había advertido el noticiero. Ese cruce de trinos no debilitarían las relaciones bilaterales señaló el diplomático. Nuevamente queda en evidencia la "mala leche" de las empresas mediáticas que decidieron hacerle oposición política al gobierno Petro. 

Los gobiernos americanos y en particular funcionarios de agencias como la DEA, el FBI y los agentes diplomáticos están acostumbrados a que los presidentes colombianos apelen a una diplomacia meliflua, ancorada a esa ya conocida actitud sumisa de los políticos colombianos al abordar asuntos que riñen o tocan las relaciones bilaterales.

En el cruce de trinos, la señora embajadora asume una postura arrogante, propia de una potencia militar, económica y política. Petro, para bien o para mal, es el jefe del Estado colombiano y por tanto una funcionaria diplomática no puede venir a insultarlo llamándolo antisemita. 

Esto dijo Lipstadt: “Colombian President @petrogustavo's continued rhetoric normalizes antisemitism. We cannot accept this. We cannot tolerate this. We must condemn these harmful narratives”.

La respuesta de Petro fue así de contundente: “Señora embajadora. Los palestinos son semitas de acuerdo a la biblia, dado que la palabra semita designa a los descendientes de Sem y su lengua. Por tanto es antisemita matar niños y niñas arrojando bombas en Gaza y no oponerse a ello. Lo más antisemita que hay hoy es repetir el holocausto de Hitler sobre la humanidad y en especial sobre el pueblo palestino. Yo no soy antisemita, no confunda y respete. No soy antijudío, creo en la libertad de cultos y si hubiera nacido en esa época hubiera dado mi vida en la resistencia armada contra los nazis. Pero creo en la libertad que genera el derecho internacional, el que se construyó ante la derrota de Hitler por norteamericanos y soviéticos y por todos los pueblos del mundo: la humanidad. El señor Netanyahu y su gobierno, reo ausente de la justicia internacional, no es el semitismo, es el nazismo”.

Este rifirrafe pasará y será uno más en el hipócrita, pero “necesario” mundo de la diplomacia y las relaciones internacionales. Mientras tanto, Israel seguirá en su práctica genocida porque los Señores de la Guerra (americanos, israelíes y europeos) convirtieron a Gaza en un dealer en donde se venden y prueban armas letales. Esos señores de la guerra necesitan de conflictos y de las guerras para sobrevivir. Esa es la realidad.



Imagen tomada de Semana.com 

jueves, 19 de septiembre de 2024

CON GREGORIO ELJACH, PETRO ENTRÓ EN EL JUEGO POLITIQUERO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con la designación de Gregorio Eljach como ternado del Gobierno para el clientelizado y turbio proceso de elección del nuevo procurador general de la Nación, el presidente Petro entra en el juego politiquero del que ya participaron el Consejo de Estado (CE), la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el ex vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras. Hay que recordar que este último logró que las dos altas cortes eligieran a sus amigos Luis Felipe Henao y Germán Varón Cotrino como candidatos a remplazar a la inefable procuradora Margarita Cabello Blanco.

Así las cosas, en el Senado veremos una lucha político-clientelista entre Vargas Lleras y el presidente de la República. Eljach, inveterado secretario del Senado, representaría los intereses del gobierno y de los sectores políticos contrarios a Cambio Radical, partido de Vargas Lleras.

No parece probable que Eljach, viejo amigo de congresistas, termine elegido por el Senado como el nuevo procurador general de la Nación en la medida en que esa corporación el gobierno Petro no tiene las mayorías y porque la postulación del exsecretario del Senado se asume como una jugada política del jefe del Estado en su afán de evitar que la jefatura del Ministerio Público pase de las manos de los CHAR, a las de Vargas Lleras.

Ya completada la terna, se confirma que el poder de la política tradicional se impuso sobre los alcances tecnocráticos de la convocatoria que abrió el propio gobierno para aspirantes no políticos presentaran sus hojas de vida. ¿Le tocó a Petro entrar en el juego enrarecido que siempre está detrás de la elección del Procurador o se trata de una decisión personal? Recordemos que siendo Senador, Petro votó por el ladino Alejandro Ordóñez Maldonado, el mismo que lo sacó de la alcaldía de Bogotá.

Cualquiera que sea el elegido, Henao, Varón o Eljach, estará obligado a mantener los altos niveles de clientelización bajo los cuales viene operando la Procuraduría, convertida de tiempo atrás en un nido clientelar desde donde se pagan favores político-electorales. Ninguno podrá actuar con total independencia. Sus decisiones siempre las deberá consultar con sus jefes políticos, lo que viciará los procesos disciplinarios que decidan abrir. 


Imagen tomada de El País. 

miércoles, 18 de septiembre de 2024

EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL Y EL SÍNDROME DE LA ETERNIDAD

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Después del golpe de mano del ELN contra la instalación militar en Puerto Jordán (Arauca), el proceso de negociación entre los delegados del Gobierno y los de esa agrupación armada ilegal prácticamente entró en una fase terminal. La decisión de suspender los diálogos hace pensar que ese proceso está a punto de fracasar.

Después de la suspensión, sería recomendable que el Gobierno se parara de la mesa de diálogo para retomar una avanzada contrainsurgente cuyos resultados se parezcan a los que dejó la Operación Anorí (1973). Mientras que a los elenos no se les dé un golpe militar contundente, su dirigencia seguirá timando y burlándose del gobierno y de las comunidades campesinas que esperan que cesen las hostilidades en sus territorios. Con todo y lo que significa retomar acciones militares, el Estado no puede permitir el crecimiento de esa "guerrilla" y mucho menos que continúe ejerciendo el control territorial en las zonas en donde hace presencia el ELN. 

No hay razón política para insistir en firmar un armisticio con una “guerrilla” que sufre el síndrome de la Eternidad. La mesiánica dirigencia del ELN solo estará dispuesta a dejar las armas cuando llegue a la Casa de Nariño un presidente de la República capaz de llevar al país por los caminos del socialismo, régimen y modelo económico, social y político en el que creen ciegamente los líderes de esa “guerrilla”. Y hablo del viejo socialismo de la URSS o el remedo de socialismo que se practica en Venezuela. Este es quizás el síntoma que con mayor precisión confirma que el Ejército de Liberación Nacional padece el síndrome de la Eternidad.

De ese factor principal se desdoblan otros indicios que hacen pensar en que efectivamente esa “guerrilla” sufre del síndrome de la Eternidad, esto es, que su presencia perenne está garantizada no tanto porque persistan las circunstancias que legitimaron su levantamiento en los años 60, sino porque en su devenir histórico probaron las ventajas y los beneficios de las economías ilegales (narcotráfico, minería y contrabando), lo que los alejó del proyecto revolucionario que encarnaron en las décadas de los 60, 70 y 80. En adelante, sus estructuras federadas entraron en una sintomática anomia institucional que los fue llevando a comportarse de la misma manera que el Clan del Golfo. De ahí que el remoquete de GAO no solo responde al trabajo ideológico y político-militar de las Fuerzas Militares deslegitimarlos como guerrilla, sino a la manera como el presidente Petro asumió su actual existencia y operación militar.

De igual manera, los elenos asumen que cada cuatro años el gobierno de turno deberá proponer la instalación de una mesa de diálogo o una guerra total. Si esa nueva administración le apuesta a la paz negociada, entonces animará y desgastará la salida negociada; si por el contrario ofrece una guerra total, por ese camino mantendrá las ganancias y la presencia de los Señores de la Guerra, al tiempo que mantendrá vigente la necesidad de la paz.

Así entonces, el negocio de la guerra también hace posible que la condición de ese síndrome se manifieste. Los elenos saben que hay Señores de la Guerra dentro y fuera del país que les permiten continuar existiendo no para “liberar” al país como lo advierte la sigla ELN, sino para condenarlo a más años de una confrontación bélica alejada de cualquier sentido político y militar. Lo que interesa es permanecer en el tiempo, mantener su vigencia, desamparada de cualquier posibilidad de tomarse el poder a tiros.

Quienes pensaron que sería más fácil hacer la paz con esa agrupación armada ilegal con el primer gobierno progresista y de izquierda moderada, se equivocaron. Hay razones ideológicas que separaron históricamente a la vieja y actual dirigencia del ELN, con los comandantes del M-19, grupo en el que militó Gustavo Petro. Mientras que los elenos siempre le apostaron al socialismo, la guerrilla urbana del M-19 le apostó a profundizar la democracia.

Mientras que los comandantes del M-19 que hicieron dejación de las armas creían profundamente en la que la paz era el camino para aportar a la construcción de una verdadera democracia, las otras guerrillas de la época, incluida el ELN, continuaron haciéndolo el juego al establecimiento colombiano que usaba el conflicto armado interno para evitar hacer las transformaciones sociales, económicas y políticas que se reclamaban a través del ejercicio de la violencia. En el libro De la insurgencia a la democracia (2009) García-Durán, Vera Grabe y Otti Patiño, estos dos últimos agentes negociadores del actual gobierno, dicen que “fuimos la primera organización insurgente que descubrió que la paz podía ser un elemento transformador porque, durante los últimos 50 años, la violencia en Colombia se había ligado con el poder y se ejercía para mantenerlo, conseguirlo o ejercerlo. La clase dirigente colombiana supo que mantener esa violencia podía ser la mejor manera de impedir las transformaciones sociales y políticas que necesitaba el país. En ese contexto, el M-19 se da cuenta de que la paz es una gran posibilidad para abrirles espacio a esos cambios».

Así que, bienvenidos a la Eternidad señores del ELN. Dirán sus anacrónicos líderes que mientras haya un Estado al cual combatir, ahí habrá un frente, un Antonio García o un Nicolás Rodríguez para hacer eterna su guerra. 




Imagen tomada de proceso de paz con el ELN llega a su fin: Petro - Búsqueda Imágenes (bing.com)



martes, 17 de septiembre de 2024

LA PROCURADURÍA PASARÍA A MANOS DE GERMÁN VARGAS LLERAS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Está por terminar el dañino periodo de la actual procuradora general de la Nación, Margarita Cabello Blanco, conocida como la CHARina del Ministerio Público por ser ficha sumisa del clan Char. Durante cuatro años la señora Cabello defendió los intereses de sus patrones, así como los del uribismo e incluso, los del ladino Germán Vargas Lleras, dueño de Cambio Radical, microempresa electoral reconocida porque varios de sus miembros han sido procesados y condenados por actos de corrupción. 

La elección de su sucesor obedece y da cuenta del perverso diseño constitucional que hace posible que para este caso metan las manos los magistrados del Consejo de Estado y la Corte Suprema de Justicia. De la elección de la terna que finalmente llegará al Senado para que esta corporación elija al sucesor de Cabello Blanco participa el presidente de la República, quien deberá en pocos días exponer su candidato. Ya el jefe del Estado sabe que por dos años más el Ministerio Público estará en manos de los sectores de poder que le hacen oposición.

Se da por descontado que el Senado escogerá a una de las dos fichas que Germán Vargas Lleras logró poner en las dos cortes. Se trata de los políticos Luis Felipe Henao y Germán Varón Cotrino amigos íntimos del exvicepresidente de Santos. Vargas Lleras gana con cara o con sello. Más claro: el control presupuestal y clientelar de la Procuraduría General de la Nación pasa del control efectivo del clan Char, a las manos también clientelistas de Germán Vargas Lleras, eterno candidato presidencial y vetusto delfín, hijo de la rancia y parásita oligarquía bogotana.

Hechos políticos vergonzantes como el señalado líneas atrás constituyen una burla y una afrenta a los procesos selectivos que, fundados en la meritocracia, hacen pensar en que es posible que a esos cargos lleguen los mejores formados académicamente y no figuritas políticas cuyo único mérito es ser amigos de un político como Vargas Lleras.

La derecha suele rasgarse las vestiduras exigiendo respeto por las instituciones y la institucionalidad derivada. De qué institucionalidad hablan si esta es el resultado de mangualas y matutes clientelistas de los que participan togados y partidos políticos, convertidos estos últimos en bolsas de empleo y contratación pública con los que se pagan favores y apoyos políticos recibidos en las campañas.

Llama la atención los estruendosos silencios de la clase empresarial y de la academia frente a este tipo de elecciones a todas luces contaminadas de intereses politiqueros. Esa realidad institucional hace pensar en que naturalizamos en Colombia el clientelismo y por esa vía, el ethos mafioso que rodea el ejercicio de la política.

La elección amañada del jefe del Ministerio Público constituye una forma de violencia institucional, social y política contra aquellos candidatos que, con méritos académicos suficientes, presentaron sus hojas de vida, con publicaciones y un ejercicio profesional sin tacha. Insisto en que este proceso de elección del remplazo de la inefable Cabello Blanco da asco. Si al final Vargas Lleras logra poner a uno de sus dos muñecos en la Procuraduría, podemos confirmar que se volverá a la lanzar en el 2026, para ver si logra cumplir su sueño de llegar a la Casa de Nariño. Y es así porque podrá usar la estructura del ente de control para devolver favores a quienes decidan acompañarlo en su nueva aventura por conquistar la presidencia de la República.

Adenda: Germán Varón Cotrino dice que “no tiene relaciones con Vargas Lleras”. Miente. De esa manera, Varón Cotrino se burla del país. El entonces presidente Álvaro Uribe lo llamó “manzanillo de cuello perfumado”. En el 2009, La Silla Vacía escribió esto: “Ayer a las siete de la noche se reunieron en Casa de Nariño el presidente Álvaro Uribe y el congresista con más opción de enredar el referendo: Germán Varón Cotrino, presidente de la Cámara y mano derecha de Vargas Lleras”.




vargas lleras y varón cotrino - Búsqueda Imágenes (bing.com)

lunes, 16 de septiembre de 2024

PERIODISMO EN COLOMBIA: ENTRE “VIEJAS” Y “NUEVAS” BODEGAS

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Dos hechos sociopolíticos y comunicativos sirvieron para poner en crisis la hegemonía mediática en Colombia: el primero y el más evidente, la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño, convertida en una suerte de trinchera desde donde el actual presidente hace contrapoder al “viejo” establecimiento; y el segundo, la irrupción y consolidación de activistas de izquierda y progresistas que confluyen en lo que se ha dado por llamar “medios alternativos” desde donde se confrontan las mentiras, los cubrimientos amañados y la “mala leche” de las empresas mediáticas que se juntaron para hacerle oposición política al primer gobierno progresista en más de 200 años de República.

Bajo el anterior contexto se deben ubicar y entender las ácidas disputas discursivas entre los periodistas vedettes que defienden a dentelladas al vetusto establecimiento colombiano (el uribismo) y los activistas que hoy defienden al gobierno de Gustavo Petro. El detonante de la “guerra mediática” entre estos actores generadores de contenido político e ideológico fue el encuentro “Uniendo Voces” patrocinado por el Mintic.

Antes de dicho encuentro, que contó con el aval del presidente de la República, ya los improperios de un lado y del otro circulaban en las redes sociales, en particular en la red X. Del lado de las empresas mediáticas, sus periodistas vedettes descalifican a los influenciadores o activistas llamándolos “bodegueros” y a sus espacios virtuales en “bodegas” pagadas por el gobierno Petro. Entre tanto, desde las huestes de los “alternativos” se califica la labor periodística tradicional y hegemónica y a sus agentes informativos como “vendida”, “prepagos”, “muñecos y muñecas” y “manipuladores”.

Después de que el presidente Petro hiciera referencia a unas “muñecas de la mafia”, amigas del poder o del establecimiento, los enfrentamientos entre estos sectores de opinión se tornaron más ásperos. Luis Carlos Vélez es el conductor de la FM, espacio de opinión de RCN desde donde se ataca sin piedad al gobierno de Petro y se defiende al uribismo. Vélez es un periodista de derecha que no oculta su clasismo y racismo. Además, es arrogante y deja ver su aporofobia. Su animadversión hacia Petro y a todo lo que huela a izquierda es notoria. En su mesa de trabajo todos piensan como él.

Desde su trinchera “informativa”, Luis Carlos Vélez descalificó de manera directa a uno de los jóvenes activistas que defienden al gobierno. Se trata de Walter Rodríguez, conocido en las redes como Wally. Vélez lo llamó “ballena impresentable”. Con anterioridad, el locutor de la FM había sido “bautizado” con el remoquete de “Pollo triste”. El mismo periodista radial llamó “cloacas” a los medios alternativos y a los activistas progresistas.

Es decir, asiste el país a una lucha infantil en la que poner apodos parece resultar más atractivo que dedicarse a hacer periodismo, verdadero periodismo. Los enfrentamientos entre unos y otros aumentan el clima de crispación política e ideológica en el país, situación que podría agravarse en las elecciones de 2026. De igual manera, ambos actores afectan el periodismo en su deontología, dejando el oficio en una enorme crisis de credibilidad y legitimidad. 

Lo que hacen en la W, La FM, Blu radio, El Colombiano, Semana, El Tiempo, y los noticieros RCN y Caracol hace rato dejó de ser periodismo. Todos, desde el 7 de agosto de 2022 fungen como actores que manipulan los hechos noticiosos para generar efectos políticos con los que se pretende deslegitimar al gobierno de Petro. Al fabricar mentiras, reproducir odio y hacer amañados tratamientos periodísticos esos espacios informativos pierden ese carácter para convertirse en ruedas de transmisión del establecimiento; y sus periodistas, en estafetas y mandaderos de la derecha uribizada que le hace oposición al gobierno progresista. Finalmente, el remoquete de “bodegas” les sirve a estos dos bandos. Se trata de “viejas” bodegas, esto es, los medios hegemónicos y las “nuevas” que se activaron de la mano del progresismo.



wally es una ballena impresentable, dice Luis Carlos Vélez - Búsqueda Imágenes (bing.com)

“NADA QUE REPROCHAR, GRACIAS GUERRERAS”

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con ocasión de la eliminación de la Selección Femenina de Fútbol Sub-20 del Mundial que se juega en Colombia, la autocensura de algunos periodistas deportivos aparece en forma de negación de cualquier crítica posible al desempeño de las jugadoras. Caracol es el canal que compró los derechos de transmisión de los partidos, circunstancia que parece obligar a sus periodistas vedettes a negarse a expresar cualquier crítica por la eliminación. A lo mejor, la línea editorial esté diseñada para darle ese tipo de manejo a la derrota y de esa manera “cuidar” a las jóvenes deportistas. “Nada que reprochar y gracias guerreras” fue la conclusión con la que terminaron la transmisión del partido con Países Bajos.

En los triunfos, sus periodistas se convierten en animadores de las fiestas y celebraciones. El triunfalismo es tal dimensión, que los aficionados rápidamente van creyendo que las “guerreras” son invencibles y que la copa está a la vuelta de la esquina; la exaltación sin límites de las jugadoras por partes de los periodistas deportivos del canal Caracol puede llegar a afectar a las jugadoras. Otros sectores de la prensa, sin los compromisos adquiridos por Caracol por ser el canal oficial, hablan de que las jugadoras se “agrandaron”. Es posible. Son jóvenes. Ese asunto lo deberán evaluar las propias atletas y los y las psicólogas del equipo.

En cuanto a las derrotas, los mismos agentes informativos evitan expresar al aire cualquier crítica por los evidentes problemas de definición y la posible displicencia de las tres jugadoras que patearon los penales. Esa forma de autocensura poco aporta a la formación del carácter competitivo de las jugadoras. No se trata de mimarlas, como tampoco de destrozarlas por la derrota. Simplemente, de que el periodista deportivo cumpla con el quehacer periodístico de exponer las críticas a las que haya lugar, sin importar si se gana o se pierde.

El oficio del periodismo conlleva una misión educativa insoslayable que puede estarse perdiendo cuando la autocensura, en este caso, la ausencia de crítica hacia las deportistas, coadyuva a la consolidación de la narrativa que señala que “no hay nada que reprochar”, cuando el crecimiento deportivo está atado a la aceptación de que efectivamente hay aspectos sobre los cuales las delanteras en particular deben mejorar.

Los periodistas deportivos que cubren los partidos de fútbol saben muy bien que se trata de un deporte que mueve pasiones y en el que millones de fanáticos han depositado la posibilidad y la tarea de alcanzar la felicidad. Por lo anterior, el excesivo triunfalismo y el negarse a evidenciar los problemas (técnicos y tácticos) de los y las jugadoras de los equipos de fútbol y de los seleccionados terminan por agrandar el error original que cometen los hinchas al trasladarle a 11 atletas la responsabilidad de ser felices. Vuelvo e insisto en este asunto: los periodistas deportivos, la Federación y los clubes están en mora de hacer una campaña educativa para indicarle a esos hinchas furibundos que su felicidad no puede depender del desempeño de los y las jugadoras.

La autocensura es una práctica común en la prensa, sea esta hegemónica o no. Eso sí, la opinión pública suele no darse cuenta en qué momento los periodistas priorizan guardar silencio frente a hechos de especial interés. Pasa en el fútbol y en la política.



Imagen tomada de la cuenta oficial de la Selección en X. 

domingo, 15 de septiembre de 2024

¿POLÍTICA ELECTORAL O PAZ CON LA NATURALEZA?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

¿Quién recogerá el discurso ambiental que viene exponiendo el presidente Petro? No veo a ningún líder de la izquierda o del progresismo hacerse cargo de las alertas y los llamados de Petro a modificar sustancialmente y cuanto antes las maneras como venimos poblando el planeta y relacionándonos con la Naturaleza. Es más, tampoco veo a la Alianza Verde en esa tónica. La verdad es que a sus miembros poco les interesó agitar la bandera del ambientalismo. Todo en ellos es una pose. El apellido Verde hace parte de esa pose. 

Ocupados desde ya por las elecciones de 2026, los políticos de la izquierda, la derecha y el fantasmagórico centro parecen no preocuparse por lo que está pasando en Europa con las altas temperaturas y tampoco por la inquietante sequía y el consecuente racionamiento en el consumo del líquido que sufre la capital del país. Menos aún discuten sobre el pago irrisorio (11 millones de pesos al año) y el gran consumo de agua en La Calera por parte de la multinacional Coca-Cola. Pensarán en la posibilidad de que la embotelladora les patrocine sus campañas políticas. La CAR es una entidad que como todas las Corporaciones Autónomas Regionales está pensada para ser observadora del consumo irracional de la oferta ambiental. Y el alcalde de Bogotá, un pusilánime que prefiere someter a los bogotanos, antes de exigirle a la multinacional mayor responsabilidad ambiental. 

El cambio climático es una realidad incontrastable que amerita sentarse a pensar qué haremos en Colombia en el inmediato futuro. Urge diseñar un pacto político con la Naturaleza. Las altas temperaturas en varias regiones del país, incluidos el Valle del Cauca y su capital debería de ser un tema de discusión en el marco de la COP16. El eslogan de esa cumbre por la biodiversidad, Paz con la Naturaleza, puede quedar convertido en una simple frase si no se toman prontas y radicales decisiones en política ambiental.

Los amigos, propietarios y patrocinadores del desarrollo agro extractivo y beneficiarios del modelo de la gran plantación deberían de ser convocados a esa discusión. Eso sí, siempre y cuando estén dispuestos a abandonar la actitud negacionista de las crisis ambientales que confluyen en eso que se conoce como el cambio climático.

Ya hay problemas de abastecimiento de agua en zonas como Bolívar, en el Valle del Cauca, por culpa de los monocultivos de aguacate Hass y caña de azúcar. Y de continuar la falta de lluvias en el valle geográfico del río Cauca, vendrán racionamientos en ciudades como Cali, sede la COP16.

Colombia ha venido incumpliendo compromisos en materia de conservación de la biodiversidad, realidad que tiene una explicación sociopolítica: la derecha colombiana jamás se interesó en comprender las dinámicas y las relaciones sistémicas que se dan entre los ecosistemas naturales-históricos. Azucareros y palmicultores, ganaderos, mineros y narcotraficantes son en gran medida los responsables de la deforestación en las zonas selváticas del sur del país. Dentro de las ciudades capitales, las constructoras también tienen su grado de responsabilidad en el proceso de irle ganando terreno, por ejemplo, en Cali, a los Farallones. Y en todo ese complejo panorama, aparece la política en forma de una institucionalidad ambiental débil y capturada por los intereses de todos los anteriores agentes de poder. Para el caso del Valle del Cauca, la CVC es una entidad que arrastra una historia de protección de los intereses de los azucareros, en contravía de los intereses comunitarios.

Mientras llega el día de la inauguración de la COP16, la inercia del desarrollo agro extractivo nos irá llevando al punto de no retorno del que hablan los científicos.  Anoche se vio la quema de caña de azúcar dentro de la ciudad de Cali. La pavesa y la acción misma de escaldar los cultivos de caña de azúcar contribuyen a la contaminación del aire y la generación de problemas respiratorios en menores de edad y adultos mayores. ¿En dónde están las autoridades? Vuelvo a preguntar: ¿Quién recogerá el discurso ambiental que viene exponiendo el presidente Petro? La respuesta es esta: nadie, porque a la Derecha solo le interesa recuperar la Casa de Nariño para continuar en la misma tónica depredadora. Los del Centro son tan medrosos y pusilánimes, que les resulta más cómodo continuar siendo amigos de la Derecha, que acercarse un poco a la Izquierda. Y esta última está enfocada en volver a ganar las elecciones, sin avizorar que necesitan consolidar un discurso socio ambiental y civilizatorio que aporte salidas a la crisis climática. 


Imagen tomada de la cuenta de X de Aldemar Domínguez Espinosa. 


sábado, 14 de septiembre de 2024

2026: TRES SECTORES DE PODER EN UN ESCENARIO MARCADO POR EL ODIO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los altos niveles de crispación ideológica y política que por estos días vivimos en Colombia y en particular en las redes sociales podrían convertir el 2026 en un escenario de eliminación física y simbólica de candidatos presidenciales como los que vivió el país en las elecciones de 1990. Recordemos que en ese momento histórico 4 candidatos presidenciales de la izquierda fueron ultimados por orden de sectores políticos con finas relaciones con el narco paramilitarismo.

El odio que se respira en el país desde el 7 de agosto de 2022 nace del racismo, la aporofobia y el clasismo de sectores tradicionales del poder hegemónico que se sienten incómodos por la llegada a la Casa de Nariño de un exguerrillero. Esos elementos que caracterizan a la derecha guardan estrecha relación con la política social del gobierno Petro, encaminada a favorecer a los más pobres y vulnerables, y en particular a las comunidades afro, indígenas y campesinas. Los clasistas, aporofóbicos y racistas serán la avanzada electoral y política de la derecha tradicional de esa Colombia que odia la diversidad, la pluralidad y hasta la propia biodiversidad.

Las advertencias de Petro alrededor de que sectores de la derecha, de la mano de mafiosos, estarían fraguando un atentado en su contra, aportan a los procesos mutuos de animadversión entre quienes están “firmes con Petro” y aquellos que insisten en decir que al país hay que “recuperarlo, esto es, liberarlo de la izquierda, del comunismo”. Se suma a lo anterior, las acciones políticas emprendidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), órgano politizado e ideologizado que busca juzgar al ciudadano y entonces candidato presidencial Gustavo Petro. Al final, lo que termine haciendo el CNE se seguirá leyendo como un intento de golpe institucional contra un mandatario elegido a través del voto popular.

El caso de la compra ilegal y mafiosa del software “malicioso” Pegasus,  la Asamblea popular que convocó el presidente de la República y el encuentro con medios alternativos “Uniendo voces” hacen parte de la estrategia ideológica y política con la que Petro confronta a la derecha, en particular a la que representa el uribismo, sector de poder político y social que ha expuesto públicamente su inquina hacia los pobres,  indígenas, campesinos y negros; desde esas mismas huestes se han proferido amenazas alrededor de no dejar que el actual mandatario termine su periodo.

Bajo esas circunstanciade que dan vida a la crispación ideológica y política, en el 2026 la derecha uribizada podría pagar muy caro el haberle apostado a bloquear políticamente al gobierno de Petro, pero, sobre todo, haber apelado a las empresas mediáticas para enlodar y deslegitimar al primer gobierno progresista en más de 200 años de República.

Los sectores de la derecha que de tiempo atrás han tomado distancia del dañino uribismo claramente apostarán duro a aquellos candidatos (as) que decidan presentarse como opciones del timorato e inexistente Centro.

Si la izquierda democrática y el progresismo logran unirse en una sola colectividad, darán vida política a lo que desde ya los medios hegemónicos llaman el “Petrismo”, nomenclatura que cobra sentido por el interés de Gustavo Petro de convertirse en un gran elector, y competirle de tú a tú al expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez.

Así las cosas, para el 2026 aparecerán en la escena electoral por lo menos tres bloques de poder político: el primero, el “Petrismo”, anclado a la figura de Gustavo Petro. Desde esa fuerza se insistirá en la narrativa que alude a la necesidad de que se dé un cambio cultural, en medio de una crisis ambiental de inquietantes proporciones. El segundo, el uribismo, atado a la vetusta y desgastada imagen del expresidente Uribe. Desde esa instancia de poder se seguirá atacando el ideario progresista, en particular los llamados de atención alrededor de cuidar las selvas y de pensar en las energías limpias. Para el uribismo la naturaleza y sus ecosistemas deben seguir siendo sometidos a las lógicas del capitalismo salvaje. Y un tercer sector, ancorado a quienes desde la derecha no uribizada le apostará a dar vida al Centro político. Un Centro que deberá demostrar que de verdad está dispuesto a tomar distancia del uribismo, lo que implicará recoger en buena parte las ideas de la izquierda y el progresismo. 

Por ahora, la derecha uribizada ya dejó ver algunas de sus candidatas, las ultraconservadoras María Fernanda Cabal y la directora de Semana, Victoria Eugenia Dávila Hoyos. Se trata de dos mujeres leales al expresidiario Álvaro Uribe Vélez, que destilan odio contra todo lo que huela a izquierda democrática y progresismo. Entre tanto, el “Petrismo” ya exhibe como posibles candidatos a la exministra de Salud, la médica Carolina Corcho y al canciller, Luis Gilberto Murillo.

 


petro en el 2026 - Búsqueda Imágenes (bing.com)

“VAMOS A RECUPERAR EL PAÍS”

  Por Germán Ayala Osorio   En el ejercicio de la política suelen aparecer frases que bien pueden servir como eslogan de futuras campañ...