viernes, 24 de mayo de 2024

URIBE VÉLEZ: DE “GRAN COLOMBIANO”, A SEÑOR ACUSADO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El llamado a juicio al expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez por los delitos de fraude procesal, manipulación y soborno a testigos es un hecho jurídico-político importante para la opinión pública en la medida en que es el primer expresidente de la República llevado a juicio por graves delitos no asociados a las acciones y decisiones tomadas durante su paso por la jefatura del Estado.

Igualmente, esa etapa procesal constituye un ejercicio de afectación directa a la ego-identidad del “combativo y frentero” político antioqueño, en virtud del lenguaje jurídico usado por la señora Jueza 44, Sandra Liliana Heredia Aldana, para referirse al expresidente de la República.

En un pasaje de la audiencia y después de la intervención de Uribe Vélez, este le agradece a la señora en tono sumiso y cordial: “gracias señora juez”. La jueza Heredia le responde con firmeza, “gracias, señor Imputado”.

Durante la misma audiencia (la segunda), celebrada hoy 24 de mayo, la operadora judicial se había referido a Uribe como “señor procesado, señor imputado; o en otras ocasiones como el procesado o el imputado”. En ningún momento ha hecho uso del vocablo que da cuenta de su condición de expresidente, lo que sin duda transmite seriedad, independencia y autonomía en Heredia Aldana, jueza que deberá decidir si Uribe es culpable o inocente de los delitos que se le imputan.

El uso de esos vocablos no constituye de ninguna manera una afrenta contra la persona, la identidad o el ego del expresidente de la República. Por el contrario, se debe entender como la expresión clara de la limitación del poder social, político y económico y el reconocimiento con el que llega a esta instancia judicial Álvaro Uribe Vélez: como un simple mortal, un ciudadano que, de acuerdo con el material probatorio, cometió delitos por los cuales fue llamado a juicio. Sin privilegio alguno por su condición de expresidente, Uribe es tratado sin condescendencia alguna por parte de la jueza 44.

Estas denominaciones sin duda alguna son fuertes “pinchazos” al enorme ego del sub judice ciudadano y a su encumbrada identidad política asociada a su condición de expresidente de la República que le hizo pensar y creer que podía estar o ponerse por encima de la justicia por su condición de exmandatario y porque contó hasta hace poco con la protección de la fiscalía de Francisco Barbosa; las punzadas provocadas por el uso de esos vocablos que hacen parte de la jerga jurídica se tornan aún más difíciles de asumir para el exgobernador y latifundista antioqueño en la medida en que él mismo pueda creer que aún tiene el poder que alguna vez ostentó como presidente de la República. Los áulicos que insisten llamarlo “presidente”, en una clara y reverencial lagartería, hacen que los efectos de las voces Señor Imputado o Señor Procesado sean mayores en la ego-identidad del propietario del partido-secta, el Centro Democrático.

Los efectos de esos pinchazos a la ego-identidad del expresidente se acrecientan por la condición de mujer de la juez. No debe ser fácil para el reconocido procesado tener que soportar que una juez-mujer le interrumpa, lo regañe y le ponga límites a sus largas y amañadas intervenciones con las que pretende desvirtuar los hechos y señalar que está acusado injustamente. El país sabe que el expresidente es un macho cabrío acostumbrado a gritar, a “dar en la cara marica” y a imponer sus ideas. Las prácticas machistas de Uribe brotan de la subcultura arriera a la que pertenece el también caballista y domador de bestias.

Terminada la audiencia de hoy, la jueza negó la solicitud de nulidad presentada por la defensa del Gran Imputado. Así las cosas, Uribe en adelante será llamado por la jueza 44 como Señor Acusado o simplemente, el Acusado. Los colombianos también podrán usar esa misma denominación. 

Al humillante, pero merecido escenario al que está sometido el Gran Acusado  se suma un hecho que puede resultar siendo una simple curiosidad: el apellido Heredia significa “pureza, sabiduría, amor y que eres un tanto pacifista”. Es decir, todo lo contrario al talante del procesado de marras.



Imagen tomada de EL ESPECTADOR

1 comentario:

  1. Es un gran Imputado, no se diga más de este ego Asesino, que se creyó un señor!!!

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