Por Germán Ayala
Osorio
En el país de las filtraciones de
procesos judiciales, el propio expresidente Álvaro Uribe Vélez convocó a los
medios para decirle al país que el Tribunal Superior de Bogotá negó la solicitud
de preclusión del caso de manipulación de testigos y fraude procesal en el que
está en inmerso en calidad de imputado. Lo curioso del anuncio del expresidiario
es que dicha decisión apenas la tomará hoy a las dos de la tarde.
El ladino político antioqueño usa a los medios para victimizarse y por supuesto, para estigmatizar a los magistrados y a los abogados de las víctimas que le descubrieron el plan que junto con el aboganster Diego Cadena, de acuerdo con el sentido de la imputación, diseñó para torcer los testimonios de varios confesos exparamilitares que insisten en que, de parte de Uribe, les ofrecieron dinero para el señalado propósito. Uribe habló de "abogados de izquierda" como si militar en esa orilla ideológica fuera un delito.
Cierto o no la versión que indica
que será llamado a juicio el vulgar caballista, en este largo proceso judicial se
confirma la politización de la fiscalía de Barbosa, convertida institucional y
operativamente en la defensora de oficio del exjefe del Estado colombiano. Las
dos solicitudes de preclusión son una vergüenza para el ente acusador y los
fiscales que se prestaron para deslegitimar las pruebas recaudadas por los
magistrados de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia.
Si efectivamente el Tribunal Superior
de Bogotá niega la preclusión, lo más sensato es que la fiscalía no insista más
en la vergonzante actitud asumida de proteger al “rufián de esquina” (así lo
llamó el entonces presidente Santos) de los delitos que, de acuerdo con los
magistrados de la CSJ, cometió el expresidente y latifundista, Álvaro Uribe
Vélez. Claro que la fiscalía puede insistir en la preclusión, actitud que solo serviría
para confirmar que Francisco Barbosa fue el títere de Iván Duque, que a su vez,
también fungió como el muñeco del temido expresidente, hoy súb judice de la
justicia.
Si por el contrario, escenario
poco probable, el Tribunal Superior de Bogotá concede la preclusión, entonces
estaríamos ante la lamentable constatación del poder intimidante de Uribe y de
un evidente enfrentamiento jurídico entre este tribunal y la Corte Suprema de
Justicia, e incluso, con el auto de la Corte Constitucional con el que se validó
lo actuado por los magistrados de la Sala de Instrucción.
Ya es tiempo de que Uribe deje de
manosear a la justicia, victimizarse y sobre todo, de estigmatizar a quienes él
ve como sus enemigos políticos, cuando lo que realmente son víctimas de sus
maliciosas y temerarias actuaciones. Insisto: después del asesino serial, Pablo
Escobar Gaviria, Uribe Vélez es el personaje público que más daño le hace y le
sigue haciendo al país. Por eso, en varios sectores de la opinión se escucha el
grito, ¡por fin! Con el que se celebra y se guarda la expectativa de que Uribe
Vélez sea llevado a juicio y se ha condenado por las conductas punibles que le fueron
imputadas.
Imagen tomada de Minuto 30
No hay comentarios:
Publicar un comentario