Por Germán Ayala Osorio
Colombia es el país de las
leguleyadas y el de los exabruptos jurídicos. Así lo confirma el magistrado
Gerardo Botero con la acción de tutela que interpuso en contra de la terna que
envió el presidente Petro a la Corte Suprema de Justicia, de solo mujeres, para
remplazar al actual fiscal general. Aunque hace unas horas la Corte Suprema de Justicia negó la pretensión de devolver la terna conformada solo por mujeres, no deja de llamar la atención del magistrado Botero. Horas después, el Consejo de Estado inadmitió el recurso jurídico del togado, lo que no solo confirma la legitimidad y legalidad de la terna enviada y cambiada por el presidente, sino el machismo que inspiró a Botero a presentar el derecho de amparo.
Aduce Botero que en la corta lista
debe aparecer por lo menos un hombre, porque “viola el derecho a la igualdad y
equidad de género”. ¿En qué país vivirá el magistrado Botero? Parece olvidar el
togado que la sociedad colombiana es machista y patriarcal, factor sociocultural
que permea a varias instituciones estatales y a la propia dinámica político-electoral
dominada históricamente por hombres, lo que garantiza el predominio masculino
en altos cargos públicos, sin importar si son de elección popular.
En la acción de tutela, Botero
pide que el Consejo de Estado “ampare su derecho al voto eliminando la
restricción que, en su opinión, existe por tener que elegir obligatoriamente a
una mujer. La segunda, dejar sin efecto la decisión de la Corte Suprema de
Justicia de negarse a devolver la terna al presidente. Y la tercera, que se
ordene a Petro que presente una nueva lista que cumpla los preceptos
consagrados en la Constitución y la ley, y en la que “se respete la igualdad y
equidad de género”.
En lugar de evaluar las hojas de
vida de las ternadas y de valorar el hecho de que por primera vez se presente
una terna integrada por solo mujeres, Botero entorpece el proceso, fincado en
una interpretación jurídica con la deja aflorar su machismo o por lo menos, su
resistencia a ver juristas mujeres y empoderadas. Es claro que la tutela de
Botero deviene con un inocultable tufillo machista.
A la solicitud de Botero se suma
el caso de la abogada Amparo Cerón Ojeda, quien insiste en que por el solo
hecho de haber sido ternada por el presidente de la República de manera
automática adquiere el derecho a ser elegida.
A estas lecturas caprichosas de
las normas y de la potestad presidencial de conformar la terna de acuerdo con
sus criterios podrían sumarse los intereses de magistrados defensores de la
gestión del fiscal Francisco Barbosa, que le apostarían a devolver la terna,
una y otra vez, al presidente de la República, asegurando la interinidad del
cargo, en manos de Martha Mancera, alfil de Barbosa. Recientemente, el fiscal general
saliente, dijo a un medio que lo “mejor que le puede pasar al país es que Mancera
asuma la dirección del ente investigador.
En medio de esas circunstancias, el
presidente Petro y quienes creen posible arrebatarle la fiscalía general de la
nación a la derecha uribizada deben prepararse para una andanada de acciones
espurias y “jugaditas” jurídicas que hagan posible mantener la captura
sectorial y mafiosa del ente investigador.
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