sábado, 5 de abril de 2025

CLAUDIA LÓPEZ TAN SERPENTEANTE COMO EL RÍO CAUCA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El director de la UNGRD, Carlos Carrillo comparó a la candidata presidencial Claudia López Hernández con el río Cauca. Esto dijo el director de esa entidad: “El río Cauca es como es, yo lo he dicho varias veces. Yo el otro día decía que el río Cauca es como Claudia López, a veces tira a la izquierda y, a veces, a la derecha. El río Cauca tiene esas dinámicas hídricas”.

La comparación puede resultar equivocada o exagerada, aunque políticamente acertada. En términos de los “servicios ambientales” por supuesto que el río Cauca le lleva ventaja a la señora López. Y es así porque la ex alcaldesa de Bogotá es sinónimo de insostenibilidad socio ambiental y ecológica dado que comparte con Peñalosa el interés de desecar los humedales y acabar con lo que queda de la reserva van der Hammen.

Con López en la Casa de Nariño muy seguramente la pretensión del actual gobierno de (re) ordenar el territorio en torno al agua sería remplazada con proyectos inmobiliarios que muy seguramente pondrían en riesgo las aguas que el Cauca recoge del “valle que se forma entre la cordillera central y la cordillera occidental, constituida por ríos, torrentes, quebradas y zanjones, algunas de ellas de origen pluvial”. Bueno, para ser justos ya agentes de poder económico como los ingenios azucareros, curtiembres, ganadería extensiva y narcos, entre otros han hecho su aporte al proceso de marchitamiento del Cauca, declarado sujeto de derechos por la Corte Constitucional (sentencia 038 de 2019) por los riesgos que se ciernen sobre sus oscuras aguas.

En lo que corresponde al cauce del río, tiene razón Carrillo en reconocer que el afluente es tan serpenteante, sinuoso y que hace curvas y recodos que lo hacen casi indomable. Y en lo que toca a las aspiraciones políticas de la señora López, Carrillo acierta: la candidata presidencial ha sido Mockusista, Peñalosista, Petrista y ahora Galanista. Y en caso de que su candidatura no despegue, no tendría ningún reparo en volverse Vickysista, VargasLlerista, Cabalista o jugársela nuevamente por la causa Petrista.

Los historiadores ambientales e incluso ecologistas creen que los ríos tienen memoria. Y cuando por efectos de actividades económicas y obras de infraestructura se desconocieron sus lógicas o se modificaron las condiciones de sus cauces, estos cuerpos de agua la pierden y en la temporada de lluvias la recuperan rápidamente con las consecuencias que la misma UNGRD le toca atender por los desastres que provoca.  En varias ocasiones el río Cauca ha demostrado que tiene “memoria”. Por el contrario, López Hernández como típica política colombiana exhibe notables problemas con su “memoria política”, en particular la de mediano y largo plazo. Eso sí, hay que reconocerle a Claudia López que su desprecio por los ecosistemas naturales está conectado directamente con el nulo discurso ambiental de la Alianza Verde, un partido que jamás fue capaz de erigirse como un agente ambiental dedicado a dar línea en materia de sostenibilidad sistémica. No. Ese partido es, ambientalmente hablando, una verdadera mentira. 


Imagen tomada de Semana.com 
Carlos Carrillo lanzó dura crítica a Claudia López: “Es como el río Cauca”

¿SIGUE SIENDO LA PAZ UN TEMA ELECTORAL?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Durante años el conflicto armado interno, sus dinámicas y efectos en la sociedad fueron un factor electoral importante que definió en las urnas las aspiraciones de varios candidatos presidenciales. Pastrana terminó derrotando a Samper con la imagen de su reunión con Tirofijo y Álvaro Uribe Vélez llegó a la Casa de Nariño gracias a dos hechos, uno interno y el otro externo. El primero, por el fortalecimiento militar de las Farc-Ep y sus arremetidas contra la población civil; y el segundo, los ataques terroristas, contra las Torres Gemelas en los Estados Unidos. Auto infringidos o no, ese suceso le sirvió a Uribe para justificar su política de seguridad democrática porque, según él, en el país no había conflicto armado sino una "amenaza terrorista".

A partir de la negociación en La Habana entre Juan Manuel Santos y Timochenko, las dinámicas del conflicto cambiaron radicalmente. La conversión de las entonces Farc-Ep en el partido Comunes fue un fuerte golpe político a la guerrilla del ELN en la medida en que su lucha armada perdió sentido histórico, lo que terminó acrecentando sus divisiones internas, pero sobre todo su consolidación como una estructura armada narcotizada a la que no le interesa negociar curules y proyectos productivos porque tienen el músculo económico suficiente para extender las hostilidades por varios años más. Las economías ilegales les quitaron el ropaje político a los elenos.

Con el triunfo político de Gustavo Petro sectores de la sociedad pensaron que por haber militado en el M-19 sería más fácil negociar y firmar un armisticio con los elenos. Tanto Petro y los miembros del ELN llegaron a sendas conclusiones que alejaron la posibilidad de alcanzar la paz. El presidente Petro confirmó que el Ejército de Liberación Nacional abandonó su espíritu revolucionario y se convirtió en un conjunto de “traquetos con camuflado”. Mientras que la dirigencia del Coce llegó a la conclusión de que Petro no era el líder de izquierda que ellos pensaron que era.

En el presente hay asuntos electorales muchos más importantes y definitivos para la sociedad y los grupos de poder que se disputan el control del Estado: uno de ellos es la continuidad o no del proyecto progresista que encarna Petro o el regreso de la derecha uribista y neoliberal responsable de la privatización del Estado, la pobreza y la inequidad estructurales, así como de los efectos socioambientales y ecológicos que deja un modelo de desarrollo fincado en un tipo de Sostenibilidad Asistémica Funcional.

Hay un aparente despertar de una ciudadanía que habla más de condiciones laborales dignas, del cuidado de la naturaleza, del disfrute de la vida y del tiempo libre; de la superación de la pobreza, del clasismo y el racismo, dos de las taras civilizatorias que arrastramos como sociedad; de sectores interesados en reindustrializar el país y de superar los años de atraso que garantizó una élite conservadora, retardataria, mediocre e incapaz de leer los cambios societales.

Eso sí, ya hay candidatos presidenciales que intentarán poner como tema central la consecución de la paz a partir del fracaso de la apuesta maximalista de la Paz Total del gobierno Petro. Por ejemplo, María Fernanda Cabal ya salió a los medios a decir que ella “impondrá la paz”. La goda y neoliberal congresista quiere poner en la agenda electoral de 2026 el tema de la paz sin reconocer la existencia del conflicto armado interno. Hábilmente la “generala o muñeca” de Uribe evita hablar de conflicto armado porque ello iría en contravía de la doctrina de su patrón. Ella habla de paz porque le sirve para despotricar de Petro, de su pasado guerrillero y de la fracasada Paz Total. El país sabe que a la Cabal le gusta es la bala, la bala y la bala. 

He venido diciendo que no tiene sentido de realidad hablar hoy de la existencia de un conflicto armado interno en Colombia. Como tampoco el país enfrenta una “amenaza terrorista”, apelativo con el que sagazmente Uribe borró la historia de años y años de un conflicto social, económico y político que, gracias al proceso de paz de La Habana, a los avances territoriales que en varias materias dejará la administración Petro, pero sobre todo a la lumpenización y traquetización de los elenos y las disidencias perdió ese rimbombante nombre que tanto le sirvió a políticos y a la academia para justificar hechos de paz y de guerra.

Ya es tiempo de dejar de llamar conflicto armado interno a unos hechos de violencia originados por la traquetización de las organizaciones “postguerrilleras”. Que hay que combatirlos, por supuesto, pero no tiene mayor sentido hablar de paz en términos de una negociación política cuando todos los actores ilegales, con los que eventualmente se piense dialogar, se comportan como bárbaros, salvajes y agentes anacrónicos. Hay que poner mucho cuidado a los agentes de la derecha que quieran hablar de paz y de guerra a sabiendas de que lo único que les interesa son los lucrativos negocios del narcotráfico, la minería legal e ilegal y la comercialización de armas. Entonces, estaríamos hablando de Pactos Prepolíticos que terminan sirviendo a la derecha mafiosa y criminal y a esas "guerrillas" que dejaron atrás su espíritu revolucionario para convertirse en traquetos que dejaron de patrullar para montarse con Toyotas de alta gama. 



maria fernanda cabal dice que impondrá la paz y la paz total - Búsqueda Imágenes

jueves, 3 de abril de 2025

CARTA AL VIOLADOR DE CLAUDIA MORALES

Esta carta va dirigida al maldito que violó a la periodista Claudia Morales. El acto sexual abusivo se consumó entre el 2002 y el 2006. La periodista víctima escribió el 19 de enero de 2018 una columna titulada Una defensa del silencio, donde señaló a su violador: «ustedes lo oyen y lo ven todos los días».

Aunque hay indicios de tu identidad, el país aún espera que la víctima revele algún día tu nombre. Lo poco que se sabe es que te aprovechaste de la relación de poder que ejercías sobre la periodista. Eso te convierte en un cobarde. Para mí, no sos un hombre: sos un macho perverso, un depredador.

Imagino que sos hijo de una familia disfuncional, violenta, conservadora y goda. Suele ser ese el ambiente en el que se crían hombres inseguros de sí mismos. En cuanto al lugar donde naciste, pudo ser cualquier departamento del país: Antioquia, Valle del Cauca o cualquiera de los Santanderes. Sos hijo de la Colombia misógina, machista y rezandera; pero también sos vocero de la narrativa compartida por la Iglesia Católica que indica que las mujeres fueron hechas para preñarlas, criar hijos y cuidar al marido; imagino que sos creyente y que vas a misa cada ocho o quince días a recibir el “cuerpo de Cristo”. A las iglesias suelen concurrir los seres más despiadados. Son recintos en los que la aviesa condición humana encuentra abrigo y consuelo por parte de hombres con sotanas que han violado niñas y niños. Unos y otros encuentran refugio en ese Dios imaginario. Al final, con dos padrenuestros quedan saldadas violaciones y otros crímenes.

Esa misma narrativa religiosa sostiene que las mujeres siempre estarán disponibles para los machos cachondos, incapaces de conquistarlas. Para qué intentar seducirlas si manosearlas o violarlas siempre estará culturalmente justificado. Expresiones como “mire cómo iba vestida; quién la mandó a salir sola», o «por qué le aceptó la invitación»; o «son males buscados» y «¿por qué le abrió la puerta?”, terminan casi justificando el delito de acceso carnal violento.

Imagino que ya estás en el ocaso de tu vida. Cuando te llegue el momento de tu óbito, es posible que pasados unos días o semanas la víctima decida por fin revelar tu identidad, en acto de justicia con la historia. En ese momento los verdaderos en su respectivo dios, porque no aceptan en su reino a violadores como vos, pedirán que llegues pronto a ese imaginado infierno. En resumidas cuentas, estoy convencido de que cuando se produzca tu deceso millones de hombres y mujeres descansarán si no es que celebran el esperado desenlace, sí sentirán un profundo alivio.

No sé si esta epístola llegue a tus manos, execrable violador. Lo que sí espero es que muchos hombres y mujeres se animen a escribirte cientos de miles de misivas, como una manera de solidarizarse con Claudia Morales y con el resto de las mujeres violadas por malandrines como vos.

 

Repulsivamente,

Germán Ayala Osorio


Gustavo Torrijos - El Espectador

miércoles, 2 de abril de 2025

ALICIA ARANGO LLEGA A LA CAMPAÑA DE VICKY DÁVILA DE GNECCO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La llegada de Alicia Arango, ex ministra de Trabajo en el gobierno de Duque, a campaña de Vicky Dávila de Gnecco bien puede ser el hecho político que defina si el expresidente Uribe terminará por respaldar a la periodista-periodista o si por el contrario le da el guiño a la “generala” María Fernanda Cabal. Cuando la exdirectora de Semana anunció el aterrizaje de Arango a su equipo, la señora Cabal sugirió o se preguntó si la había enviado el expresidente Iván Duque Márquez.

Lo dicho por la “generala” que anda, según el propio Uribe con “la espada desenvainada” da vida a tres hipótesis: la primera tesis se apoya en el distanciamiento político que habría entre el extítere, Iván Duque y el expresidente antioqueño, circunstancia que obligaría a Uribe a darle el guiño a la señora Cabal para que ella lleve las banderas del Centro Democrático y represente los intereses de la derecha y la ultraderecha que ven en ella a una mujer de “armas tomar” convencida de que el país necesita “mano firme y corazón grande”.

Eso sí, la decisión final de Uribe estaría supeditada a los resultados de las encuestas, en la medida en que la campaña de Dávila de Gnecco parece haberse estancado debido a que hasta el momento no ha exhibido un plan de gobierno serio. Se ha dedicado a atacar a Petro, estrategia con la que intenta tapar  sus vacíos conceptuales, inexperiencia política e incapacidad para asumir las riendas del país. Ya varios analistas señalan que Dávila sería un Duque 2, lo que se traduce en un riesgo que la derecha uribizada quizás no quiera correr porque saben que la perversa administración de Iván Duque y su fama de títere fueron factores definitivos para el triunfo de Gustavo Petro.

La segunda hipótesis apunta a que la llegada de Arango, fiel admiradora del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez puede servir para reunir otra vez a Duque y al exgobernador de Antioquia, lo que podría afectar los intereses de la senadora Cabal porque Uribe tendría que negociar con los Gnecco y Gilinski si juntos apoyarían a María Fernanda Cabal o a Vicky Dávila. Si entre Uribe y los dos señalados clanes no hay acuerdo político-electoral, puede suceder que la derecha llegue dividida con dos mujeres y débiles candidatas en términos de la comprensión de cómo opera el paquidérmico y privatizado Estado colombiano. Mostrarse sumisas ante sus patrones no es garantía de triunfo para las elecciones de 2026.

Y la tercera hipótesis se explica de la siguiente manera: la llegada de Arango sería un “regalo envenenado” del uribismo a la campaña de la periodista-periodista en la medida en que las reacciones negativas que generó el aterrizaje de la fiel escudera de Uribe terminaría golpeando la candidatura “independiente” de Vicky Dávila. Haberse vendido como anti-política y alejada de intereses clientelistas resultó poco creíble en una periodista cercana al Establecimiento. De allí que dicho “regalo envenenado” puede también entenderse como un obligado alinderamiento ideológico y político con quienes tienen el poder político y el músculo económico para convertirla en candidata presidencial con posibilidades de llegar a la Casa de Nariño o para hacer de ella una “animadora” o “agitadora” para finalmente ceder sus aspiraciones ante la “generala” Cabal o de pronto ante Juan Manuel Galán.

La entrada en el juego electoral de Juan Manuel Galán con el Nuevo Liberalismo puede terminar por ahogar las aspiraciones presidenciales de la Cabal y Dávila por su condición de mujeres, asunto que pesa mucho aún en la derecha conservadora que confía en demasía en los machos porque históricamente las decisiones políticas en el país las tomaron hombres machistas y misóginos. De pronto Galán termina siendo la ficha ideal para unir a la derecha y la ultraderecha no tanto porque esté mejor preparado que Cabal y Dávila para gobernar al país, sino porque es un político (hombre) carismático que fácilmente se puede vender como un candidato joven, fresco y capaz de renovar la política. El desgaste que arrastran Sergio Fajardo, Germán Vargas Lleras, David Luna, Claudia López y Alejandro Gaviria muy seguramente harán que César Gaviria, Uribe y los Gilinski finalmente terminen por pactar que sea el hijo del inmolado líder del Nuevo Liberalismo quien sea el hombre ideal para el resto de agentes del Establecimiento. 

Adenda: la agencia de periodismo API, dice lo siguiente de la señora Alicia Arango: “Alicia Arango tiene un pasado de sobresaltos políticos. Desde los condenados primos Guido, Miguel y Manuel Nule, pasando por el gobierno de Enrique Peñalosa, nadando impetuosa en las aguas de Álvaro Uribe, saboreando de las mieles del poder con Iván Duque y ahora comenzando como estratega política de la candidata presidencial Vicky Dávilahttps://www.agenciapi.co/investigacion/politica/giros-de-alicia-arango-entre-los-nule-uribe-santos-duque-y-ahora-con-vicky-davila



martes, 1 de abril de 2025

JUICIO CONTRA URIBE Y CONSEJOS DE MINISTROS DE PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El juicio que enfrenta el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez y las transmisiones de los Consejos de ministros que viene haciendo el gobierno de Gustavo Petro son ejercicios dialécticos diferenciados ética, moral y políticamente que dicen mucho de lo que somos como sociedad.

En las audiencias, el país ha escuchado a exmiembros de las estructuras paramilitares defender la honorabilidad de Uribe, la misma que quedó expuesta al escrutinio público cuando el mismo político antioqueño le dijo a su abogado “proceda doctor Cadena que usted hace las cosas bien hechas”. Esa autorización, a juzgar por los hechos jurídicamente relevantes que dieron lugar a su llamado a juicio, deviene inmoral y dañina para la dignidad presidencial: se le procesa por manipulación de testigos y fraude procesal. Es decir, delitos no políticos. Ese mismo permiso que dio Uribe ética y políticamente exhibe problemas porque supone una fétida comprensión de lo que es el poder.

En el caso judicial más importante del siglo en Colombia, las prácticas argumentativas y contra argumentativas devienen contaminadas por mentiras, medias verdades, versiones acomodadas, el olvido de detalles y las abismales diferencias culturales (discursivas) entre los testigos que han ofrecido sus versiones y los agentes políticos enfrentados en el juicio: el senador Cepeda Castro y el expresidente de la República, Álvaro Uribe Vélez. El primero, un político aplomado que suele controvertir muy bien los ataques de los que ha sido víctima, así como construir textos bien logrados desde el punto de vista argumental; el segundo, también político, el país lo reconoce como un hombre poco aplomado, vulgar y más cercano a resolver las diferencias políticas a través del uso de la violencia discursiva.

La instalación de una valla publicitaria en Medellín en la que se declara que “Uribe es inocente” y la defensa que hacen del expresidente las bodegas y sus alfiles del Centro Democrático confirman que, por fuera del juicio, esos ejercicios dialécticos no se compadecen con las características reconocidas universalmente a la dialéctica como método de razonamiento. Por encima del propósito de resolver las contradicciones a través del uso de la palabra, tesis explicativas y argumentos, se ponen las emociones de quienes creen en la inocencia de Uribe más por intereses personales y los propios del poder partidista.

Entre tanto, los Consejos de ministros, incluido el primero que resultó polémico, cumplen con los elementos propios de las disertaciones políticas que vienen recubiertas de una naturalizada legitimidad porque quien habla y conduce es el presidente de la República. Como país presidencialista, lo que diga el jefe del Estado suele asumirse como una verdad inobjetable. En el pasado inmediato, y a pesar de narrativas contrarias, presidentes de la República se aprovecharon de esa condición para engañar a las grandes mayorías.

En el caso de los Consejos de ministros que se vienen transmitiendo en horario prime time y a pesar las molestias de las empresas mediáticas y los partidos de oposición, la validez de los señalamientos e interpretaciones del presidente Gustavo Petro, en particular en los dos últimos episodios, son el resultado de dos circunstancias sociopolíticas complementarias: de un lado, el desprestigio de la clase política y empresarial que el mismo jefe del Estado usa a su favor y del otro, la decisión de Petro de usar la dignidad presidencial y su figura para destapar las finas relaciones políticas y los intereses corporativos, de clase e individuales que explican, por ejemplo, la crisis del sistema de aseguramiento en salud, así como las decisiones políticas y no tan solo técnicas que viene tomando la Junta del Banco de la República en torno a las tasas de interés.

Con la transmisión de los Consejos de ministros, Petro rompe el molde y desecha los protocolos que los anteriores presidentes en ejercicio juraron respetar y mantener por el bien del régimen de poder. Gaviria, Pastrana, Samper (con todo y el proceso 8.000), Uribe, Santos y Duque jamás hicieron lo que el actual presidente ha hecho: usar el poder presidencial y sobre todo información privilegiada a la que tiene acceso para confrontar a las fuerzas políticas y económicas que le apostaron a que le vaya mal al país para evitar que el proyecto progresista se afiance como alternativa de poder.

A pesar de las controversias del pasado, generadas por ejemplo con la permanencia de Benedetti en el gobierno, el presidente Petro está desnudando la hoguera de las vanidades de una clase política tradicional empeñada en extender en el tiempo la operación privatizada del Estado, esto es, el Estado al servicio de conglomerados económicos, siguiendo así el carácter inmoral de la doctrina neoliberal aplicada en Colombia desde finales de los años 80.

Por ese camino, Petro instaló en el país un tipo de pedagogía política inversa: en lugar de usarla para mantener las hipócritas y mafiosas relaciones del poder político tradicional, las está desnudando de tal manera que puede terminar invitando al electorado y quizás al pueblo a que vote masivamente la consulta popular y por esa vía intentar cambiar la conciencia colectiva de millones de colombianos históricamente engañados y sometidos a las falsas premisas de los discursos de una derecha empresarial y política que usa a sus medios de comunicación para evitar que las audiencias hagan ejercicios críticos, identifiquen falacias y reconozcan manipulaciones y tergiversaciones.



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