jueves, 21 de noviembre de 2024

SELECCIÓN COLOMBIA: ¿ESTÁ OBLIGADA A GANAR TÍTULOS?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las tres derrotas consecutivas de la mimada Selección Colombia en el marco de las eliminatorias al Mundial de 2026 le sirven al periodismo deportivo local para lanzar todo tipo de lecturas y explicaciones sobre lo acontecido, así como para cuestionar a los jugadores, en particular a los que erraron “goles cantados” que hubiesen revertido los resultados adversos.

En el rifirrafe entre periodistas y jugadores, varios de estos últimos reaccionaron desde la arrogancia y la sobradez de quienes a pesar de que no ganaron nada aún, se sienten “estrellas intocables” justamente porque la misma prensa local los pone en ese pedestal desde el que bajan levitando y mirando por encima del hombro a los responsables en buena medida de la fama de la que hoy gozan. Pero más allá de las respuestas un tanto jactanciosas de Jader Durán y Richard Ríos, los periodistas deportivos podrían hacerse una pregunta, intentar ellos mismos respuestas o buscarlas en técnicos y en los propios jugadores de la Selección: ¿Están obligados estos últimos a ganar títulos? La respuesta más común y esperada sería un sí. Veamos.

La supremacía de los argentinos y brasileros en el hemisferio, en cuanto a la consecución de títulos mundiales, anula la pregunta porque la misma historia obliga a gauchos y cariocas a reventarse en las canchas para mantener la hegemonía continental. Ello podría explicar la actitud siempre ganadora de aquellos que saltan a las canchas con esas camisetas a las que defienden como si estuvieran en campos de batalla, representando a sus naciones. Con un elemento clave: buscan reconocimiento, fama y que los aplaudan, por encima de hacerse ricos jugando al fútbol.

Aparece entonces el primer elemento que hace posible responder con un No rotundo al interrogante que da vida al título de esta columna: la historia. La Selección Colombia no ganado nada a nivel continental, por lo tanto, no ha hecho historia. Por ese camino, jugadores como Durán, James, Lucho Díaz, Ríos y Portilla, entre otros más, a lo único que están obligados es a garantizar su futuro económico y el de sus familias. Lo de jugar bien y clasificar se da por descontado por tratarse, supuestamente, de jugadores profesionales. Y en eso andan, pues no creo que realmente estén enfocados en el objetivo de mediano plazo de clasificar al Mundial, llegar a la final y salir campeones. Eso requiere de un trabajo que lleva tiempo, seriedad y consistencia y que supera la metodología aplicada por el actual cuerpo técnico.

La actitud ganadora además de venir atada a la historia deviene ancorada a un trabajo de convencimiento fruto de la madurez mental y futbolística que les permita conseguir los resultados que la prensa y la hinchada les están exigiendo, muchas veces sin entender y sin saber lo que realmente está pensando cada uno de los jugadores que convoca el técnico argentino.

Es común escuchar decir de hinchas y periodistas que “a X jugadores les pesa la camiseta de la Selección”. No. Lo que quizás les esté pesando es la realidad del fútbol colombiano y en particular la de la Selección Colombia: no han ganado nada, esto es, no tienen historia. Como no les toca arrastrar el pesado background de títulos que sí les toca y saben sobrellevar los argentinos y brasileros, los jugadores colombianos saltan a las canchas livianos, esto es, sin las presiones legítimas que reciben las selecciones albiceleste y la canarinha de parte de la prensa y sus “torcidas”. Las presiones de la prensa deportiva y de los hinchas colombianos a los integrantes del seleccionado nacional de fútbol deberían de estar acordes con los deseos de cada uno de los jugadores y la seguridad de que están compitiendo porque quieren ganar algo importante y no seguir viviendo de esos tratamientos periodísticos que devienen exageradamente empalagosos y melifluos.

Por ahora estaría bien que ir a un Mundial se les vuelva costumbre y no una tortura de cada cuatro años. Una vez resuelto ese asunto, entonces sí prepararse no para pasar de la primera ronda o llegar a cuartos de final. Llegar a la final, teniendo resuelta la vida desde una perspectiva económica requiere de unas inconmensurables ganas de triunfar y de alcanzar la gloria deportiva. Y en ese aspecto, se nota a leguas que al interior del seleccionado hay que seguir trabajando. Allí hay un asunto cultural  que hay que entrar a descifrar.



jader duran grosero - Búsqueda Imágenes

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