Por Germán Ayala Osorio
Las tres derrotas consecutivas de
la mimada Selección Colombia en el marco de las eliminatorias al Mundial de 2026
le sirven al periodismo deportivo local para lanzar todo tipo de lecturas y explicaciones
sobre lo acontecido, así como para cuestionar a los jugadores, en particular a
los que erraron “goles cantados” que hubiesen revertido los resultados adversos.
En el rifirrafe entre periodistas
y jugadores, varios de estos últimos reaccionaron desde la arrogancia y la
sobradez de quienes a pesar de que no ganaron nada aún, se sienten “estrellas
intocables” justamente porque la misma prensa local los pone en ese pedestal desde
el que bajan levitando y mirando por encima del hombro a los responsables en
buena medida de la fama de la que hoy gozan. Pero más allá de las respuestas un
tanto jactanciosas de Jader Durán y Richard Ríos, los periodistas deportivos podrían
hacerse una pregunta, intentar ellos mismos respuestas o buscarlas en técnicos
y en los propios jugadores de la Selección: ¿Están obligados estos últimos a
ganar títulos? La respuesta más común y esperada sería un sí. Veamos.
La supremacía de los argentinos y
brasileros en el hemisferio, en cuanto a la consecución de títulos mundiales, anula
la pregunta porque la misma historia obliga a gauchos y cariocas a reventarse
en las canchas para mantener la hegemonía continental. Ello podría explicar la actitud
siempre ganadora de aquellos que saltan a las canchas con esas camisetas a las
que defienden como si estuvieran en campos de batalla, representando a sus
naciones. Con un elemento clave: buscan reconocimiento, fama y que los
aplaudan, por encima de hacerse ricos jugando al fútbol.
Aparece entonces el primer
elemento que hace posible responder con un No rotundo al interrogante que da
vida al título de esta columna: la historia. La Selección Colombia no ganado
nada a nivel continental, por lo tanto, no ha hecho historia. Por ese camino, jugadores
como Durán, James, Lucho Díaz, Ríos y Portilla, entre otros más, a lo único que
están obligados es a garantizar su futuro económico y el de sus familias. Lo de
jugar bien y clasificar se da por descontado por tratarse, supuestamente, de jugadores
profesionales. Y en eso andan, pues no creo que realmente estén enfocados en el
objetivo de mediano plazo de clasificar al Mundial, llegar a la final y salir
campeones. Eso requiere de un trabajo que lleva tiempo, seriedad y consistencia
y que supera la metodología aplicada por el actual cuerpo técnico.
La actitud ganadora además de venir
atada a la historia deviene ancorada a un trabajo de convencimiento fruto de la
madurez mental y futbolística que les permita conseguir los resultados que la
prensa y la hinchada les están exigiendo, muchas veces sin entender y sin saber
lo que realmente está pensando cada uno de los jugadores que convoca el técnico
argentino.
Es común escuchar decir de
hinchas y periodistas que “a X jugadores les pesa la camiseta de la
Selección”. No. Lo que quizás les esté pesando es la realidad del fútbol colombiano
y en particular la de la Selección Colombia: no han ganado nada, esto es, no
tienen historia. Como no les toca arrastrar el pesado background de títulos
que sí les toca y saben sobrellevar los argentinos y brasileros, los jugadores colombianos
saltan a las canchas livianos, esto es, sin las presiones legítimas que reciben
las selecciones albiceleste y la canarinha de parte de la prensa y sus “torcidas”.
Las presiones de la prensa deportiva y de los hinchas colombianos a los integrantes
del seleccionado nacional de fútbol deberían de estar acordes con los deseos de
cada uno de los jugadores y la seguridad de que están compitiendo porque
quieren ganar algo importante y no seguir viviendo de esos tratamientos
periodísticos que devienen exageradamente empalagosos y melifluos.
Por ahora estaría bien que ir a
un Mundial se les vuelva costumbre y no una tortura de cada cuatro años. Una
vez resuelto ese asunto, entonces sí prepararse no para pasar de la primera
ronda o llegar a cuartos de final. Llegar a la final, teniendo resuelta la vida
desde una perspectiva económica requiere de unas inconmensurables ganas de
triunfar y de alcanzar la gloria deportiva. Y en ese aspecto, se nota a leguas
que al interior del seleccionado hay que seguir trabajando. Allí hay un asunto
cultural que hay que entrar a descifrar.
jader duran grosero - Búsqueda Imágenes
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