jueves, 10 de agosto de 2023

GUAIDÓ MÁRQUEZ Y DUQUE MÁRQUEZ: PARECIDOS RAZONABLES

 

Por Germán Ayala Osorio

Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez pasará a la historia como el más grande payaso de la derecha venezolana. Ese reconocimiento se lo ganó por haberse auto proclamado “presidente interino de Venezuela”. Guaidó Márquez “gobernó” sin ministros, sin fuerzas armadas y sin territorio. Es decir, en su propio mundo imaginario, su Narnia.

Ese mismo relato histórico deberá dar cuenta de que su imaginario ejercicio del poder fue convalidado por un arlequín colombiano que, contrario al bufón venezolano, sí llegó a tener ministros a su cargo, a pesar de que sus decisiones y actos de gobierno siempre dependieron de las orientaciones dadas por su dueño, conocido como el Gran Titiritero.

El fantasioso mandato de este  gracioso mamarracho lo llevó a viajar en aeronaves oficiales que su amigo, el Títere, Iván Duque Márquez, le prestaba para que su fantasía se acercara en algo a la realidad. Además de viajar como si verdad fuera presidente de alguna República, era recibido con honores militares. Debido a la obediencia debida, jamás sabremos qué pensaron los generales o coroneles que ofrecieron su saludo castrense a un mandatario sin territorio, sin pueblo, sin autoridad…

Para comprender la amistad entrañable entre estos dos polichinelas latinoamericanos se sugiere mirar el significado de la palabra que les sirve de apellido: Márquez. “Persona con el título nobiliario inferior al de duque y superior al de conde”.

Guaidó Márquez fue un presidente que apenas si se gobernó así mismo y Duque Márquez un presidente sin imaginación, autonomía y criterio. Creo que en la historia política de Venezuela y Colombia se deberá reconocer que en un corto periodo ambos países vivieron un proceso de “infantilización” por cuenta de esas dos figuritas que le quitaron seriedad a la política, hasta convertirla en una ronda infantil, en un juego de infantes que se acostumbraron a jugar a ser presidentes, de la misma manera como otros menores jugaban al papá y a la mamá.

Guaidó dejó el poder imaginado y viajó a la tierra del Tío Sam, esta vez en un avión comercial, a cumplir el sueño americano; mientras tanto, Duque sigue en la búsqueda de convertirse en una estrella de rock o un DJ. Lo curioso de estos muñecos es que se ganaron un lugar especial en los niños que algún día leerán sus biografías y el fantasioso mundo en el que vivieron por unos cuantos años. ¡Payasos!


Imagen tomada de Pulzo. 


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