lunes, 6 de octubre de 2025

PETRO: EL ETERNO SUBVERSIVO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En reciente columna la periodista Diana Saray Giraldo dijo que Petro es un “presidente que nunca dejó de pensar como insurgente”. Con la contundente frase la columnista expresa su aprobación del oprobioso orden establecido en Colombia al que Petro intentó cambiar cuando hizo parte del M-19 y años después de firmar la paz con el Estado, desde la Casa de Nariño. En su etapa de guerrillero, fracasó con rotundo éxito y en la de presidente quedan los intentos de reformar el corrupto sistema de salud, las condiciones de un mercado laboral en el que sobresalen algunos señores feudales y esclavistas y las de un sistema pensional oneroso y clasista.  

Realmente Petro es un revolucionario, populista, insurgente y un político que disfruta jugar a tratar de subvertir un orden que jamás cambiará porque deviene anclado a un asunto cultural y en específico a un ethos mafioso compartido por millones de colombianos, incluidos por supuesto los miembros de la élite social, política y económica que defiende Saray.

Creo que el concepto que mejor define a Petro es el de subversivo, esto es, un agente político, armado o no, que intenta subvertir un orden al que considera ilegítimo, violento y anacrónico porque está fundado en las actitudes, ideas, acciones y posturas clasistas y racistas con las que suelen realizar esos viajes de superioridad moral sus más reconocidas figuras y voceros. Y claramente, el orden establecido en Colombia tiene esas características. Otra cosa es que Saray, y en general la derecha colombiana se sientan a gusto con lo construido en 200 años en este territorio en el que aún estamos lejos de consolidar una verdadera República. Esos viajes de superioridad moral les permite aceptar que hay “guerrilleros del M-19 que son buenos, mientras que el único malo es Petro”.

Saray lo dice así: “Gustavo Petro tiene una necesidad profunda de subvertir el orden establecido. Necesita el caos. No le importa que la dignidad de su cargo encarne la unidad nacional y que ser presidente le implique ser la cabeza de una nación, sin importar la orientación política de sus habitantes. Petro nunca lo entendió. Jamás dejó de pensar como un ideólogo de izquierda; nunca pudo hacer la transición de opositor de gobierno a presidente de la república”.

Me detendré en el párrafo citado para decir que en parte la columnista tiene razón, en particular cuando dice que Petro jamás entendió cuál era su lugar y la dignidad que representa como presidente. En este punto se parece mucho a lo que hizo Uribe en sus ocho aciagos años como jefe del Estado: Uribe fungió como un capataz, un vulgar y violento mandamás y un montañero que a pesar de haber estudiado en Oxford apeló a todos los instrumentos y artificios ideológicos para mantener y extender en el tiempo las condiciones ignominiosas a las que Saray y millones de colombianos se acostumbraron a soportar porque jamás nadie les mostró, como lo hizo Petro, que había otras maneras de superar los conflictos, entender nuestro devenir como sociedad, así como a asumir los problemas estructurales de Colombia, una Nación a pesar de sí misma  como dijo David Bushnell.

El mismo autor, al recordar a López Pumarejo con su “Revolución en Marcha” nos permite acercar lo hecho por el entonces presidente a las buenas intenciones del Petro subversivo del que no habla Saray: “la principal contribución de López Pumarejo no consistió en haber entregado unos beneficios concretos a las masas, sino más bien en haber hecho que Colombia se enfrentara por primera vez a sus problemas sociales. Incluso aquellos que rechazaban las políticas y métodos de López ya no podrían ignorar tales problemas. Como parte de la misma contribución, hizo que amplios segmentos de la población trabajadora tomaran conciencia por vez primera del hecho de que no tenían que continuar ganándose la vida a duras penas, sino que podían mejorar su situación”.

El Petro que no entendió aquello de ser presidente como lo señala Saray rompió con la tradición de los jefes de Estado en Colombia, acostumbrados todos a dejarse manosear por los grandes magnates del país para mantener las afrentosas condiciones del orden establecido. En su proyecto populista Petro se puso del lado del poder constituyente para “echarle encima al pueblo” a esa misma élite a la que se enfrentó López Pumarejo.

A Petro lo acusan de fomentar el odio entre clases sociales y en alentar al caos, pero pocos hablan y mucho menos reconocen que los voceros y líderes de Establecimiento colombiano desdicen del proceso de mestizaje del que son hijos, de ahí la fuerte animadversión hacia las comunidades indígenas y negras.

Le cabe razón a Saray cuando dice que Petro en “su fantasía rebelde, decidió arengar contra el Gobierno de Estados Unidos en el corazón de Nueva York y pedirle a su Ejército que se alce contra su presidente, sin importarle por un solo segundo las repercusiones que esto tendría para Colombia”. Sin duda alguna, Petro se equivocó.

Con todo y errores y aciertos, el paso de Petro por la Casa de Nariño sirvió para exponer las pérfidas intenciones y ejecuciones que durante 20 años de uribismo sirvieron para consolidar la necesidad de seguir apostándole a subvertir el deshonroso, violento y anacrónico régimen de poder que defiende la columnista. Eso sí, para seguir con esa tarea con el noble y urgente objetivo de llevar a la Nación colombiana a verdaderos estadios civilizatorios hay que saber llegar a acuerdos. En eso fallaron Petro y la clase política tradicional. Para lograrlo, todas las partes involucradas deben deponer egos y bajarle al clasismo y al racismo. Y ahora que Petro insiste en una Constituyente, hay que recordar lo dicho por Bushnell: “El establecimiento colombiano no va a consentir que lo hagan a un lado por medio de la violencia. Todo lo demás queda sujeto a negociación, y de hecho se negoció en la pasada Asamblea Constituyente”.








domingo, 5 de octubre de 2025

ÁLVARO URIBE “PREOCUPADO” POR LA SELVA AMAZÓNICA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En Colombia no existe en estos momentos un partido político que tenga como propósito afrontar la pluricrisis ambiental que en el marco del cambio climático ya se manifiesta en la escasez de agua en varias zonas del país, fruto de un desarrollo económico insostenible. La Alianza Verde, por ejemplo, jamás pudo madurar un discurso ambiental.

En plena campaña electoral de cara a las elecciones de 2026 el ganadero, latifundista y propietario del partido Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez hizo un llamado a sus precandidatos presidenciales para que le pongan cuidado a la selva amazónica, ecosistema natural amenazado por actividades económicas como la ganadería extensiva de baja producción, la siembra de coca y  la apertura de carreteables sin consideraciones técnicas y ecológicas, entre otras que ponen en riesgo los servicios ambientales que le presta al país y al planeta dicho frágil y valioso ecosistema.

La revista Semana, medio oficial del uribismo, titula así una nota en la que se advierte de la pose ambiental que el expresidente y expresidiario antiqueño con la que quiere engañar al electorado: “El expresidente Álvaro Uribe Vélez hizo un llamado a los cinco precandidatos del Centro Democrático para que atiendan la crisis en la Amazonía”.

Queda claro que Uribe quiere apropiarse de la discusión ambiental y la preocupación que el presidente Petro viene exponiendo sobre el futuro del ecosistema selvático y la conexión que tienen las negativas actividades antrópicas implementadas en la Amazonia con la crisis de agua que vivió Bogotá durante varios meses, por aquello de los “ríos voladores” que desaparecen por cuenta de la deforestación.

Entre el 2002 y el 2010, el entonces presidente Uribe Vélez jamás mostró interés por conservar, restaurar y cuidar ecosistemas selváticos. Por su condición de ganadero y latifundista apoyó el desarrollo de monocultivos como la caña de azúcar y palma africana, sectores económicos y políticos que reclaman su regreso al poder así sea en cuerpo ajeno con el claro interés de copar la Orinoquia con esos dos “ecosistemas emergentes” como los llaman los defensores de esos disruptivos monocultivos.

Baste con recordar algunas de las decisiones tomadas por Uribe para entender que su “preocupación” por el futuro de la Amazonia no es genuina. Como suele hacerlo, el expresidente antioqueño, miente. “En sus ocho años de gobierno, entre el 2002 y el 2010, Uribe entregó 8.53 millones de hectáreas a empresas mineras. Muchas de esas hectáreas incluso estaban en páramos y en lugares de reserva natural. En su momento esto se conoció como “La piñata de títulos mineros. Uribe fue un desastre entregando títulos mineros a diestra y siniestra”. Se estima que en los ocho años que duró su gobierno se concedieron 7.869 títulos mineros, casi 984 anuales. Muchos de estos títulos se dieron en el suroeste antioqueño, en donde Uribe sigue siendo admirado con fervor”.

A lo que hay que sumar el debilitamiento de la institucionalidad ambiental, la politización de la ANLA y la fusión del Ministerio de Ambiente con la cartera de Vivienda. Los daños que en materia ecológica y ambiental dejaron los ocho años de Uribe son inocultables. Así las cosas, la derecha uribizada posará de aquí a las próximas elecciones de tener la solución no solo a la pobreza y al desempleo, sino al cambio climático y las crisis que ya manifiesta la selva amazónica.

Tanto en materia de defensa de los derechos humanos y el cuidado de ecosistemas naturales estratégicos para la vida el uribismo vende la imagen de ser ecologistas y democráticos, pero los ocho años de Uribe demuestran lo contrario. Con su seguridad democrática violó los derechos humanos, fueron asesinados 6402 jóvenes y vulneró y persiguió a quienes se atrevieron a pensar diferente en uso de sus libertades de prensa y expresión; y con su nula comprensión sistémica de los efectos de particulares  actividades antrópicas como la ganadería y los monocultivos de caña y palma africana, el uribismo representa el modelo económico depredador de ecosistemas naturales y de las relaciones étnico-ecológicas e inmanentes establecidas por comunidades negras e indígenas. ¿Uribe ambientalista? Da risa el condenado.



durante el gobierno de uribe se entregaron más licencias mineras en las selvas - Búsqueda Imágenes


sábado, 4 de octubre de 2025

ABELARDO DE LA ESPRIELLA: LA "BESTIA" QUE NECESITA COLOMBIA

 Por Germán Ayala Osorio

 

Abelardo de la Espriella está haciendo una campaña electoral efectista, patriotera y con un lenguaje violento que atrae a los uribistas que lo ven como el sucesor de Álvaro Uribe Vélez. Aunque hay diferencias en la pinta, ambos creen a pie juntillas en la universal doctrina de la violencia legítima del Estado que en Colombia el uribismo aplicó bajo las condiciones ilegítimas de un gobierno como el de Uribe que fue elegido con el apoyo de grupos paramilitares y reelegido gracias a que Yidis Medina y Teodolindo Avendaño vendieron sus votos al proyecto reeleccionista para “salvar a la Patria”.

Esa misma doctrina se aplicó entre 2002 y 2010 para señalar como enemigos de la patria a periodistas críticos y a ONG defensoras de los derechos humanos y del ambiente catalogados por Uribe como “terroristas vestidos de civil”, que les "sirven de fachada a las FARC" o "actúan como sus voceros políticos". Y para terminar de consolidar el Estado militarista que sueña operar De la Espriella a partir del 7 de agosto de 2026, Uribe presionó a los militares a que “dieran más y mejores resultados operacionales”. El país ya conoce las consecuencias de esa monstruosa presión: 6402 jóvenes inocentes fueron asesinados y presentados como “guerrilleros dados de baja en combates” y millones de desplazados y centenares de desaparecidos. Al final, Uribe logró “privatizar” al Ejército, institución a la que manejó como si se tratara de los peones de sus haciendas.

Abelardo de la Espriella prometió que su “posesión no será en Casa de Nariño, en medio de banquetes y oropeles. Será en una guarnición del sur del país. Yo le voy a rendir ese día honor a los verdaderos héroes de la patria”. Esa promesa lo acerca como a ningún otro candidato uribizado, como Juan Carlos Pinzón, al mundo castrense a cuyos miembros Uribe les dio “carta blanca” para hacer y deshacer con los actores armados ilegales, la población civil y el manejo de asuntos de la seguridad nacional, incluido el presupuesto militar.

Como dije líneas atrás las mayores diferencias entre estos dos militaristas está en la pinta o en el outfit como dicen los gomelos: Uribe es un vulgar hacendado, un “rufián de esquina” y un tipo ordinario que habla como curita de vereda, de ahí su capacidad para engañar a incautos e ignorantes. Entre tanto, De la Espriella le quiere hacer creer al país que además de ser un hombre perfumado, es de gustos finos y de inmejorables modales, lo que lo hace proclive, de llegar a la Casa de Nariño, a sufrir durante y después de la presidencia del efecto Macbeth.

Uribe y De la Espriella son mesiánicos, de pulso armado y mano firme como diría Godofredo Cínico Caspa. En uno de los mensajes publicitarios se ve a De la Espriella arrodillado ante Dios como si la deidad lo estuviera ungiendo como el “tigre protector de Colombia”. Un peligroso tigre que “ruge, muerde y cumple”. Es decir, la indomable bestia que necesita el país, la misma que al sentir el látigo de su mentor, Álvaro Uribe se convierte en un dulce, juguetón y manso gatito. Más claro: si Duque fue el títere de Uribe, De la Espriella sería el tigre domesticado por el expresidente antioqueño, curtido domador de bestias.  

En su cuenta de X, el abogado que asegura que la ética nada tiene que ver con el derecho lanza consignas como esta: “En mi gobierno no habrá impunidad: los delincuentes irán a la cárcel. Presentaré una ley contra el vandalismo y el terrorismo urbano. Quien bloquee vías, destruya bienes o ataque a la Fuerza Pública será tratado como terrorista, igual que sus financiadores: condenas sin beneficios ni rebajas. Mano de hierro. ¡Firme por la Patria”!

Por estos días, el expresidente y condenado en primera instancia sigue deshojando la margarita, aunque ya descartó a sus tres “muñecas” (Cabal, Valencia y Holguín), tendrá que decidirse entre Pinzón y De la Espriella.  Años atrás el propio Uribe se refería al elegante abogado como “bandidito”. ¿Será por eso que Uribe lo necesita para sentarlo en el Solio de Bolívar?

Lo cierto es que el abogado de la Espriella sueña con llegar a la Casa de Nariño para “destripar a la izquierda”. Y de invitar a María Fernanda Cabal a ser una de sus ministras, intentará que se declare “ilegal ser de izquierda” como lo desea y lo propuso la precandidata presidencial. 



jueves, 2 de octubre de 2025

LOS MEGÁFONOS DE PETRO Y VICKY DÁVILA

 

Por Germán Ayala Osorio 

Después de la desafortunada exhortación que hizo Petro, megáfono en mano y en pleno Manhattan  a los soldados gringos a desobedecer a Trump, la precandidata uribista y ficha de los clanes Gilinski y Gnecco, Vicky Dávila de Gnecco, también usó un megáfono para incitar a los miembros de la fuerza pública colombiana  a desconocer las órdenes dadas por  su comandante en jefe, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego. Esto dijo la señora periodista: “Hoy les digo a nuestras Fuerzas Armadas de Colombia: ¡no obedezcan a Petro! ¡Obedezcan a la Constitución! (…) A nuestros soldados y policías, ¡no obedezcan esa orden a Petro! ¡No obedezcan a Petro, obedezcan la Constitución!

Aunque se trata de dos equivocadas e imprudentes invitaciones a la sedición, existen diferencias sustanciales en las dos exhortaciones.  Petro soltó semejante proposición motivado por su rechazo al genocidio en Gaza perpetrado por el sionista ejército de Israel, con la anuencia y complicidad del gobierno norteamericano, la ONU y varios países de Europa; mientras que la señora Dávila de Gnecco hace la invitación a militares y policías en protesta por la orden dada por Petro a las tropas  de coordinar acciones con las fuerzas armadas de Venezuela para combatir los delitos que se cometen en la extensa y conflictiva frontera binacional. Sin duda alguna, las motivaciones de Petro están atadas a un sentimiento de solidaridad con el perseguido pueblo palestino; por el contrario, la reacción de Dávila deviene ancorada a su afán de hacer visible su decadente e intrascendente campaña electoral, y para lograrlo qué mejor que aparecer como una "mujer berraca" capaz de desafiar  al presidente de la República. 



La parodia al discurso de Petro en Nueva York que le puede salir cara a Vicky Dávila


Al final, la periodista-periodista vallecaucana y ficha del Establecimiento colombiano logró lo que buscaba: que Petro aludiera a su desafiante exhortación, dando la instrucción política y jurídica a sus subalternos de denunciar por sedición a todos los precandidatos presidenciales que, como Dávila, se atrevan a pedirles a los militares a que desobedezcan a su comandante supremo. Petro cayó en la trampa que  la ladina precandidata le puso. De inmediato, la precandidata uribista le respondió al presidente: "no le tengo miedo". La respuesta del ministerio de la Defensa al desafío de Dávila hace más visible la caída de Petro en la celada que le tendió la periodista-periodista. 

Otra diferencia entre las dos invitaciones está atada a las circunstancias contextuales en las que se hicieron. Petro dijo lo que dijo en Nueva York extendiendo a las calles el blindaje y la legitimidad que le da el derecho internacional en su calidad de jefe de un Estado miembro de la ONU. Entre tanto, Dávila lo hace en medio de un ambiente preelectoral al que claramente quiere llevar a la tropa no solo a que no cumpla las órdenes de Petro, sino que las invita a deliberar y asumir una postura política, lo que las convertiría en sujetos políticos cercanos a la derecha uribizada que Dávila representa. Más claro: mientras que Petro exhortó a los militares gringos a desobedecer a Trump para que no se convirtieran en cómplices del genocidio en Gaza, Vicky Dávila lo hace con la intención clara de manosear a militares y policías como lo hicieron en el pasado otros agentes políticos que hacen parte de la mesnada uribista. 


ELECCIONES, DEFENSA DE LA VIDA Y MARKETING POLÍTICO

 

Por Germán Ayala Osorio 


Las protestas pro palestina y de rechazo al genocidio en Gaza lideradas por el presidente Petro sirven para poner en evidencia el desprecio que por la vida  de los palestinos sienten los precandidatos presidenciales de la derecha uribizada y los que dicen pertenecer al fantasmal centro político. Por supuesto que no se trata de una novedad y mucho menos de un descubrimiento. Ya  los 6402 falsos positivos y la violenta respuesta del gobierno Duque a los bloqueos y manifestaciones en el marco del estallido social de 2021 demostraron el talante moral y ético de los más visibles voceros de la derecha colombiana. 

Desde esta tribuna llamo la atención a los asesores en marketing político que están trabajando para los candidatos progresistas a los cargos de elección popular para que usen electoral y políticamente esa actitud indolente y de claro menosprecio por el pueblo palestino que caracteriza a la derecha colombiana. Propongo que se hagan piezas publicitarias en las que la defensa por la vida, de los ecosistemas naturales  y de los pueblos vulnerables de Colombia y del mundo hagan parte del ideario de la izquierda progresista, en contraste con hechos como los falsos positivos y los efectos negativos que el cambio climático negados por los uribistas pura sangre como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia que amplifican la misma actitud negacionista de empresarios y del condenado expresidente Uribe Vélez.  

Hay que diseñar campañas electorales que sirvan para conectar los dolorosos hechos provocados en Gaza por el sionista ejército de Israel, con los millones  de desplazados que dejó la aplicación a rajatabla de la política de seguridad democrática y el Plan Colombia; aludir nuevamente a lo sucedido en el país durante el estallido social en dos perspectivas: insistir en la necesidad de pasar la página con énfasis en la reconciliación, sin dejar de señalar con el índice que ese Estado militarista que violó los derechos humanos debe quedar proscrito, lo que de inmediato debe llevar como consecuencia al rechazo de los violentos discursos de precandidatos como Abelardo de la Espriella, Santiago Botero y Vicky Dávila, entre otros agentes que comparten la idea de que a punta de bala el país supera los problemas de orden público en ciudades y en la Colombia profunda (rural y selvática). 




PROTESTAS PROPALESTINA EN CALI - Búsqueda Imágenes


La apuesta del marketing es clara: defender  la vida para superar las taras civilizatorias que arrastramos como sociedad  y que en gran medida son transversales a los "proyectos de país" que están exponiendo los precandidatos de la derecha uribizada y del medroso centro. Los mensajes publicitarios que se construyan deben estar pensados para poner a pensar al electorado sobre lo que  por más de 50 años sucesivos gobiernos de derecha naturalizaron para el país: racismo, clasismo, homofobia, misoginia, aporofobia y disímiles formas de sometimiento a nuestros pueblos ancestrales y ecosistemas naturales-históricos. 

Estoy seguro de que una campaña electoral que apunte a poner a pensar al electorado sobre las causas de los problemas del país y especialmente a identificar a los responsables de que estos se hayan extendido y naturalizado a lo largo del tiempo cuando fueron gobierno, podrá ayudar a superar el frenesí de un ambiente prelectoral caldeado, crispado y polarizado que sirve a los intereses de quienes insisten en mantener la discusión entre "buenos y malos", cuando lo que deberíamos de identificar que el proyecto político que necesita el "país de la belleza" es aquel que se invite a defender todas las manifestaciones de la vida, así como la dignidad humana. 

miércoles, 1 de octubre de 2025

ESTADO, PETRO Y LA FLOTILLA HUMANITARIA

 

Por Germán Ayala Osorio 


Al uribismo le parece exagerado e incluso irresponsable la decisión del presidente de la República de expulsar a los pocos funcionarios de la delegación diplomática israelita que quedaban en Colombia por el secuestro de dos colombianas por parte del Ejército sionista de Netanyahu. Manuela Bedoya y Luna Barreto son las connacionales arrestadas por tropas de Israel que interceptaron la embarcación con la que se acercaron a la franja de Gaza con el objetivo de llevar ayuda humanitaria a los palestinos que mueren de hambre y sed. 

Detrás de la decisión de Petro se advierte una concepción del Estado que supera la noción que de este tiene el uribismo y que deviene atada ética, política y moralmente al servilismo y a la subordinación a potencias como Israel y Estados Unidos con las que hay históricas relaciones diplomáticas y de cooperación  en ámbitos de la seguridad nacional y el negocio de las armas. Durante los 20 años de gobiernos uribistas la indignidad y la obsecuencia caracterizaron a los presidentes Uribe, Santos y Duque, incapaces de asumir  posturas en nombre de la humanidad, el respeto a la autonomía de los pueblos y el reconocimiento del derecho internacional humanitario. El desprecio por sus connacionales es una característica de todos aquellos que hacen parte de las mesnadas uribizadas.

Salir en defensa de Bedoya y Luna tal y como lo hizo el presidente Petro constituye una acción política coherente con los principios y las maneras como el jefe del Estado colombiano asume las relaciones entre las naciones, pero en particular con su vehemente rechazo a las prácticas genocidas que vienen ejecutando Trump y Netanyahu en contra del pueblo palestino al que quieren borrar de la faz de la tierra para iniciar un ya bien pensado proceso de gentrificación urbana en la franja de Gaza. 

Al operar Israel como un Estado terrorista y genocida, la decisión política y diplomática de Petro es legítima y ejemplarizante para los gobernantes de países del sur global que asumen la indignidad y la condescendencia con potencias que violan el DIH y los Derechos Humanos como una especie de estado natural. 


Manuela Bedoya y Luna Barreto, tripulantes de la flotilla con ayuda humanitaria para Gaza. Foto: @GMTGCol/ @Petrogustavo

Negarse a recibir encadenados a los inmigrantes colombianos expulsados por Trump, el haber exigido a Maduro la liberación de por lo menos 38 connacionales y defender los derechos de todos los civiles que hacen parte de la flotilla humanitaria que viaja hacia Gaza y rechazar los asedios y las capturas de las dos colombianas hacen parte del reportorio ético del primer presidente colombiano que de manera decidida le viene hablando a la ONU y al mundo de cambio climático y de la necesidad de revisar las relaciones de dominación de un Norte opulento, sanguinario y violento, sobre un Sur global que le apuesta a cuidar las selvas a pesar de un desarrollo económico insostenible desde una perspectiva sistémica. 

Para los uribistas resulta irresponsable y exagerado que el presidente de Colombia salga a defender a dos mujeres que nadie conoce y que no tendrían razón alguna de estar llevando ayuda humanitaria a los palestinos. Si durante 20 años desde esas huestes jamás se defendieron los derechos de los connacionales que viven en Colombia, qué les va a importar la vida de dos jovencitas que se atrevieron a desafiar los crueles miembros del ejército de Israel. 

martes, 30 de septiembre de 2025

VISA AMERICANA, LEGITIMIDAD Y GOBERNABILIDAD

 

Por Germán Ayala Osorio 


Por culpa de una histórica relación de sometimiento a los intereses de los Estados Unidos, tener visa americana o "sufrir" la cancelación de la misma por motivaciones políticas e ideológicas se volvió un instrumento de medición de los grados de gobernabilidad y legitimidad que podría o debería alcanzar un gobierno colombiano frente a una falsa lucha antidrogas usada por los Estados Unidos para naturalizar su injerencia en los asuntos internos de Colombia. Ya lo vivimos en la época de Samper, a quien las autoridades norteamericanas le retiraron la visa por el proceso 8.000. 

Con la cancelación de la visa al presidente Petro por su exhortación a los militares gringos a desobedecer las órdenes de Trump, la prensa hegemónica y los cipayos miembros de la clase política tradicional colombiana están usando la decisión unilateral de USA para tratar, nuevamente, de deslegitimar al actual gobierno, tarea en la que están juntos desde el 7 de agosto de 2022 con resultados no tan positivos para las huestes desestabilizadoras de las que hacen parte el Centro Democrático, el partido Liberal, Cambio Radical y los conservadores, entre otras fuerzas políticas. 

Las demostraciones de solidaridad de ministros con el presidente Petro por el retiro de la visa son señaladas por agentes periodísticos como conductas propias de lagartos que quieren quedar bien con el presidente de la República. Si se acepta que la tenencia del visado ha sido asumido como un instrumento que mide los grados de gobernabilidad y legitimidad de un gobierno que además de descertificado tiene al jefe del Estado sin visa para ingresar a suelo estadounidense, entonces esas renuncias al permiso de entrada a los Estados Unidos deben entenderse como una acción política de respaldo al presidente Petro y por supuesto como una respuesta adecuada y justa a una administración como la de Donald Trump acostumbrada a manosear gobernantes lacayos y serviles como Uribe, Pastrana, Santos y Duque, para nombrar únicamente a expresidentes; pero sabemos que hay alcaldes, gobernadores y precandidatos presidenciales que asumen a la Casa Blanca como una especie de confesionario al que les gusta y deben asistir con frecuencia para hincarse y pedir "ayuda militar" o recientemente para implorar de rodillas que el país fuera castigado con la descertificación. 



Con la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño esa relación de subordinación a los mezquinos intereses gringos sufrió ajustes que generaron roncha en la Casa Blanca convertida de tiempo atrás en una oficina de expedición de certificaciones que aunque cargadas de inmoralidad e ilegitimidad, los cipayos miembros de la clase política colombiana la aceptan como si fuera su segunda patria. 

El mitin callejero pro palestino en Manhattan y la provocadora intervención de Petro han servido para confirmar varios hechos: el primero, que la indignidad de la clase política colombiana parece tener un origen genético o quizás obedezca a una negada crisis identitaria; el segundo, empujar a la inteligencia gringa y al propio Trump a meterse de lleno en las elecciones de 2026, con el objetivo de poner en la Casa de Nariño a un fiel sirviente que acepte fumigar con glifosato a campesinos, a la naturaleza y por supuesto a las más de doscientas mil hectáreas sembradas de coca; y el tercero, que al buscar Petro un reconocimiento internacional en asuntos como el cambio climático y la defensa del pueblo palestino y su oposición al genocidio en Gaza sumó un factor más a la ya preocupante polarización política y crispación ideológica en el "país de la belleza". 



Nota: imagen tomada de RETIRAN VISA A PETRO - Búsqueda Imágenes

HABLEMOS DEL VIOLENTO LENGUAJE URIBISTA

 

Por Germán Ayala Osorio 


Los militantes y miembros del Centro Democrático son dados a usar un lenguaje violento para amenazar y estigmatizar a sus adversarios políticos. Su máxima figura y propietario de la señalada empresa electoral, el expresidente condenado en primera instancia, Álvaro Uribe Vélez, arrastra una historia de "frases célebres" que dan vida a lo que bien puede llamarse "violencia política". 

Esta columna está dedicada a recordar lo dicho por Uribe, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y el entonces senador Carlos Mejía, una especie de "perro rabioso" defensor a morir de su dueño. Inicio con las expresiones del expresidente y expresidiario. 

"Hay casos en que hay que matar por razones morales", dijo Uribe en el 2016 siendo congresista. Toda una joya que da pistas claras de su talante moral y ético. Ocho años atrás, el mismo vulgar caballista le dijo a "alias La Mechuda" que donde lo viera "le iba a dar en la cara marica". Una locución que todo el país escuchó  y que representa con excelsa claridad a eso que se conoce como el uribismo. 

Otra de las célebres proposiciones espetadas por el expresidente antioqueño se entendió como una especie de macabra confesión: "Yo di la orden de entrar a la Comuna 13, de sacar a la guerrilla y a los paramilitares de allá". La opinión pública ve por televisión que la JEP encontró el cuerpo número siete que corresponde a una persona violentada por miembros de las FFAA que entraron a esa comuna de Medellín a violar los derechos humanos. En otro acto ilocutivo, el mismo personaje exhortó a su bancada en el Congreso, investigada y procesada por vínculos con los paramilitares y otras acciones criminales. Les dijo: "Voten los proyectos del Gobierno mientras no estén en la cárcel". Otra oración digna de ser recordada la lanzó Uribe en una concentración pública en la que al parecer el público hacía ruido. Esto les dijo el expresidente: "Se callan o los callamos".




Sin duda alguna dichas frases hacen parte de una retórica violenta con la que Uribe asume los asuntos del Estado, el ejercicio de la política y las relaciones interpersonales. Y quizás la más dolorosa para Mafapo y las madres de Soacha es la desafortunada expresión con la que se terminó de ensuciar el buen nombre de los jóvenes asesinados y reportados falsamente como "guerrilleros muertos en combate" (falsos positivos). Debe leerse en "tono paisa" para una mejor comprensión de su sentido: "esos jóvenes de Soacha no estarían cogiendo café".

Sigamos este recorrido de los brillantes actos ilocutivos de la congresista María Fernanda Cabal Molina. Recientemente dejó ver su talante democrático: "Ser de izquierda debería ser ilegal" escribió en su cuenta de X. Solo le faltó remedar los ademanes de Hitler o ponerse una capucha del Ku Klux Klan para acompañar su pérfido deseo de llegar a la Presidencia para usar el poder del Estado para perseguir a todo lo que huela a izquierda. Sin duda alguna, esa locución confirma que la señora Cabal es la demócrata que el uribismo necesita en la Casa de Nariño para limpiar al país de esa plaga de la izquierda. De la Espriella le podría ayudar desde la cartera de Defensa. Eso sí, la congresista uribizada no solo es una consumada demócrata, sino una mujer que defiende y admira a las comunidades negras del país. "Si uno pone a trabajar a los negros se agarran de las greñas" espetó en el 2014 la noble y refinada congresista. Nada más que decir, su Señoría. 

Sigamos con Paloma Valencia, reconocida por sus gritonas intervenciones en las que defiende a dentelladas a "su presidente Uribe". Sin duda alguna una defensa y admiración ciega y enfermiza de la congresista caucana defensora, como María Fernanda Cabal, de las comunidades ancestrales. Esto dijo esta nueva encomendera y hoy precandidata presidencial: "Hay que dividir el Cauca entre indios y mestizos". Estamos ante una expresión que hace parte del proyecto segregacionista aplicado en varias ciudades capitales de Colombia, resultado del racismo estructural del que habló Eduardo Restrepo. A la congresista Valencia y en general a todos quienes hacen parte de las mesnadas uribistas les queda muy bien el cinismo. Recientemente dijo que "el gobierno (de Petro) activa sus bodegas para incentivar acciones violentas contra los opositores. Hacer política es defender ideas, no instigar violencia contra quienes piensan diferente". Como dicen por ahí, Paloma, Cabal y Uribe son de manual. 

Termino ese corto recorrido con lo que dijo en su momento el senador Carlos Mejía, personaje que se enfrentó a los también congresistas Gustavo Petro y Armando Benedetti. Así lo registré en una columna del 19 de marzo del año en curso, bajo el título Congresistas domadores de bestias, sin primaria y bachilleres. 

Mejía, por ejemplo, fue caricaturizado por Matador como un “perro rabioso” que, en lugar de dar discusiones técnicas y políticas, terminaba descalificando a sus contradictores por el simple hecho de ser de izquierda o progresista. Se hizo viral el enfrentamiento con Gustavo Petro cuando este último fungía aún como senador de la República. Recordemos apartes de ese encontronazo:

Carlos Fernando Mejía: “Jamás ha salido este senador con una amenaza para nadie. Aquí son los violentos, los que, como el senador Petro, salen a decir que se acabe la violencia e invitan a los jóvenes colombianos a incendiar la patria. Usted es el que sobra, aquí, senador Petro, usted es el que sobra en este Congreso”.

Gustavo Petro: “usted cree que aquí solo deben estar los que piensan como usted, y ese piensan lo pondría entre comillas. Cree que solo se tiene que uniformar la sociedad y encuadrarla, incluso, de manera militar para decir que aquellos encuadrados son la sociedad de bien y que los demás no lo somos. Los que excluyen han provocado que millones de personas salgan a las calles, pues llegó la hora de reformas democráticas y la respuesta del Gobierno ha sido no escuchar, taparse las orejas, hacer como el avestruz, decir que sobran y mandar las armas del Estado para contenerlos. El día que nosotros seamos Gobierno no le diremos a usted, ni a los que son como usted, que sobran, les tenderemos la mano. Lo necesitamos igual de vociferante, pero ojalá más leído”.

También fue viral el enfrentamiento entre Mejía y el senador Benedetti. Este último le dijo lo siguiente al agrónomo con Maestría en Gobierno y Gestión Pública, Carlos Fernando Mejía: “Quiero decirle algo, que hay un consenso entre los 100 senadores, 108, hasta de su partido, de que usted es el tipo más bruto de este Congreso de la República (...) No se ha leído un libro, habla todo el día huevonadas, cosas tontas, que castrochavismo, se murió Chaves y Castro y usted sigue hablando de esa huevonada…”





lunes, 29 de septiembre de 2025

"SER DE IZQUIERDA DEBERÍA SER ILEGAL": MARÍA FERNANDA CABAL

 

Por Germán Ayala Osorio 



"Ser de izquierda debería de ser ilegal" espetó la uribista precandidata presidencial María Fernanda Cabal Molina en su cuenta de X. Aunque borró el trino, varios usuarios de la red X lo guardaron y usaron para cuestionarla por semejante exabrupto que confirma el peligroso talante antidemocrático de la senadora, así como su cercanía a las toldas del fascismo criollo caracterizado por estigmatizar, perseguir y eliminar a todo aquel que piense diferente. Entre quienes fustigaron a Cabal por lo espetado en la red social está el exgobernador de Nariño, Camilo Romero, quien expresó lo siguiente: "Le recordamos este mensaje a la precandidata Cabal. Lo borró hace unas horas pero es claro que demuestra lo que es y lo que piensa. Es el talante antidemocrático del uribismo: destripar al distinto y aniquilar la diferencia. Ese ha sido el camino de la violencia política en Colombia. Su lógica de Estado criminal es la que la gente vencerá de nuevo en 2026"

El unanimismo ideológico y político que vivió el país en los tiempos del Embrujo Autoritario (2002-2010), correlato del Pensamiento Único, estaría de regreso una vez la señora Cabal se instale en la Casa de Nariño. Genera verdadero terror imaginar que Cabal Molina llegue a la presidencia de la República con semejante idea en la cabeza pues por su condición de comandante supremo de la fuerza pública daría pie para que dentro la institucionalidad castrense se impulse el regreso a los tenebrosos tiempos del Estatuto de Seguridad con el que el gobierno de Turbay Ayala  persiguió a todos los que tuvieran ideas de izquierda o sobre los cuales recayeran sospechas por defender los derechos humanos o criticar al gobierno. En aquella época la doctrina del enemigo interno se hizo extensiva a los civiles a los que el régimen fascista de Turbay Ayala terminó por violarles los derechos humanos. 

Los estereotipos con los cuales fueron violentados cientos de miles de civiles durante la administración de Turbay Ayala e incluso durante la aplicación de la Seguridad Democrática de Uribe Vélez (2002-2010) estuvieron asociados a los prejuicios construidos sobre los hombres y mujeres que tuvieran tatuajes, usaran el pelo largo, fumaran maracachafa, llevaran mochilas terciadas, leyeran libros prohibidos como Las Venas Abiertas de América Latina y escucharan a Mercedes Sosa, Víctor Jara, Silvio Rodríguez y Violeta Parra, entre otros más. 

El deseo de la precandidata presidencial bien podría alentar a miembros de la inteligencia del Estado, así como a militares y policías para actuar en contra de los "mamertos" como los suele llamar la congresista uribista, bajo una política pública que aunque espuria, contaría con la aprobación de la presidenta de la República María Fernanda Cabal. 

Baste con recordar las maneras en las que Cabal se refiere a la gente que no piensa como ella. “Me ha tocado enfrentar tanta mamertería en debates que uno dice: ‘Esto no es posible’, porque es como una plaga". Y en su interesada lucha contra el impuesto a las bebidas azucaradas y a la comida chatarra, Cabal expresó hace poco que  “cuando yo sea presidente y que tumbar el impuesto saludable, lo tenemos que tumbar. Quebró los tenderos, imagínese pues ahora uno pedirle permiso a los mamertos a ver si se puede comer algo. Nos falta que nos claven el sello aquí, como le he dicho, uno se come lo que le da la gana.

La precandidata uribista borró el trino, pero su animadversión hacia la gente de izquierda y progresista a los que llama "mamertos" es evidente, de allí que declarar como ilegal ser de izquierda no es una salida en falso o un lamentable error: es un sueño que ella quiere hacer realidad cuando llegue a la Casa de Nariño en el 2026. Eso sí, surge una pregunta: si no hay suficientes cárceles para encerrar a criminales de todo tipo, ¿qué hará con los millones de mamertos que logren identificar los agentes estatales bajo su mando? Solo veo una opción: eliminarlos, porque además de estar en la ilegalidad, son una plaga. 

MACHISMO EN LA IZQUIERDA Y EN LA DERECHA

 

Por Germán Ayala Osorio


La izquierda democrática, el progresismo y la derecha comparten un mismo miedo: que por primera vez una mujer llegue a la presidencia de la República. A los dirigentes y voceros de esas tres mesnadas les aterra esa posibilidad. Por el lado de las dos primeras corrientes de pensamiento y de acción política es evidente que al interior del Pacto Histórico y el frente amplio le están apostando al triunfo bien sea de Iván Cepeda o Daniel Quintero. Este último bien podría resultar un verdadero "caballo de troya", a pesar de la postura populista con la que está haciendo campaña. 

Es tal la fuerza del machismo al interior de la izquierda que en el camino quedaron las precandidaturas de María José Pizarro, Susana Muhamad y Gloria Flórez que de manera abnegada renunciaron a sus aspiraciones para terminar apoyando la candidatura de Cepeda. Las presiones internas recaen hoy sobre Carolina Corcho Mejía, a quien le están proponiendo -más bien exigiendo- que abandone sus sueños para que sea la fórmula vicepresidencial de Cepeda. A casi nadie se le ocurre proponer lo contrario porque lo aceptado social y políticamente es que la vicepresidencia es  a lo máximo que pueden aspirar las mujeres en Colombia. La exministra y psiquiatra les ha contestado con un rotundo No  a los que insisten desde las huestes del petrismo, la izquierda y el progresismo que acepte esa propuesta que deviene con una inocultable carga machista aupada incluso por féminas que aceptan como un designio divino que a la presidencia solo pueden aspirar hombres (machos cabríos). 





Por el lado de la derecha sucede prácticamente lo mismo. El Gran Patrón y condenado en primera instancia por graves delitos casi todos los días les manda mensajes a María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín: prefiero que sea un macho el que enfrente a Cepeda, Quintero o cualquier otro candidato presidencial que aspire a dar continuidad al proyecto petrista. El expresidente, caballista, consumado patán y latifundista antioqueño se reunió con Juan Carlos Pinzón y Abelardo de la Espriella, dos machitos que "hablan como varones". En el pasado, Uribe llamó "bandidito" a De la Espriella, pero ello no es óbice para juntarse para "salvar a la Patria". 

Realmente Pinzón y Abelardo de la Espriella hablan como chafarotes y eso le encanta al expresidente Uribe: transpiran testosterona y lo más importante es que "dicen amar a la adolorida patria y son capaces de hacerse moler por ella". En términos programáticos e ideológicos ese amor patriótico de este par de civiles con voz militronche le confirman a Uribe que darle la oportunidad a Valencia, Cabal u Holguín para que asuman las riendas del país es un riesgo que no pueden correr pues una mujer jamás será reconocida por los miembros de las fuerzas como su comandante suprema. 

Esos dos machitos le han hecho repasar a Uribe su Manifiesto Democrático, en particular le recuerdan el punto 98: "Me haré moler para cumplirle a Colombia. En mis manos no se defraudará la democracia. Insistiré que el País necesita líneas estratégicas de continuidad...". 

Al final, a la izquierda democrática, el progresismo y a la derecha les gusta ver a mujeres en los roles de alcaldesas, gobernadoras y congresistas y por supuesto en el decorativo cargo de vicepresidenta, pero jamás aceptarán la posibilidad de que una de ellas llegue a la Casa de Nariño. Lejos estamos del salto que dio México al poner por primera vez en el Palacio Nacional a una mujer. Corcho tiene todo para ser un especie de Claudia Sheinbaum, pero el sistema patriarcal, el machismo, pero sobre todo el miedo de millones de mujeres y hombres, incluidos Uribe y los dirigentes de la izquierda y el progresismo se lo van a impedir. 

Desde esta tribuna propongo esta dupla: Carolina Corcho, presidenta y Cepeda, vicepresidente. A más de uno le debe dar urticaria el solo imaginar que un presidente esté bajo el mando de una mujer. En universidades y en otras empresas abundan los ejemplos de hombres que expresaban su molestia por tener que trabajar bajo las órdenes de una mujer. 

domingo, 28 de septiembre de 2025

¿DESDE DÓNDE HABLA DANIEL CORONELL?

 

Por Germán Ayala Osorio 


Convertido el retiro de la visa americana al presidente Petro en tema de discusión mediática y en las fétidas redes sociales, aparecen por lo menos dos lugares de enunciación desde donde se entiende, explica, se valida o se invalida la decisión del Departamento de Estado, convertida en un suceso político-electoral generado, claramente, por la provocadora e insensata exhortación que hizo Petro a los marines a desobedecer las órdenes de Trump. 

En un primer lugar de enunciación aparecen por supuesto los ciudadanos, políticos y periodistas americanistas, pro gringos y admiradores de la potencia militar y económica. También, los que gustan visitar cada cierto tiempo los parques de diversiones de Orlando en lo que puede ser un eterno retorno a la niñez. Hacen parte de ese selecto grupo otros que por razones económicas y periodísticas les toca, sí o sí,  ponerse del lado de los gringos a pesar de sus arbitrarias acciones político-militares desarrolladas durante décadas en cumplimiento del rol que creen que deben cumplir: el de gran Sheriff que anda por el mundo castigando, apresando y matando "terroristas" y "monstruos", muchas veces creados por la propia Casa Blanca. Baste con recordar el caso de Osama Bin Laden.  En ese grupo también están los periodistas y políticos de la derecha colombiana que casi al unísono salieron a rechazar las arengas del presidente colombiano, convertido en un agitador callejero en pleno Manhattan. 

En el segundo lugar de enunciación confluyen los ciudadanos, intelectuales, políticos y periodistas anti yanqui e incluso muchos que han usado sus visas para ir a ver a Mickey Mouse, pero que rechazan con furia el genocidio que Trump está patrocinando en la franja de Gaza en contra del pueblo palestino. También comparten un espacio en este grupo aquellos ciudadanos que reconocen el grave error que cometió el presidente colombiano con las señaladas arengas. 

Este texto está inspirado en la columna El Automártir que escribió el reconocido periodista Daniel Coronell Castañeda, de quien se dice que es de origen judío aunque el inefable José Obdulio Gaviria, primo del criminal Pablo Emilio Escobar Gaviria, dijo lo contrario en un texto titulado ¡DANIEL CORONELL NO ES JUDIO! Pero aquí lo realmente importante es examinar el lugar de enunciación desde el cual habla el periodista bogotano. 


Coronell habla desde un lugar de enunciación creado por tres circunstancias: reside en los Estados Unidos, funge como vicepresidente de la cadena Univisión y tiene, según él, origen judío. En dicha columna de opinión Coronell critica con dureza y razón el garrafal error que cometió Petro. Sin duda alguna, una salida en falso que le costó la visa. Y lo que es peor, le dio a la derecha colombiana un enorme "papayazo" electoral y político. El afamado columnista considera que "en su afán por construir su pedestal de mártir, el presidente Gustavo Petro se está llevando por delante a Colombia y, de paso, garantizando el retorno de la extrema derecha al gobierno". 

Daniel Coronell destroza a Petro cuando dice que "el agitador se impuso al estadista. Excitado hasta el paroxismo por los aplausos de unos manifestantes, Petro fue subiendo el calibre de su arenga callejera. Ya entrado en gastos, habló de reclutar combatientes, de la experiencia militar de los colombianos, del Ché Guevara, de entrenamientos bajo el oscuro régimen de Muamar el Gadafi y de ir él mismo a combatir a Gaza". Hasta ahí, digamos, todo bien desde la perspectiva crítica con la que se debe abordar el "descache" del presidente. 

Pero justamente, al estar ubicado en ese preciso lugar de enunciación, Coronell evita criticar al gobierno Trump, al tiempo que se cuida de llamar genocidio a lo que está haciendo el sionista ejército de Israel, que cumple las órdenes del criminal Benjamin Netanyahu. Interpelado por un usuario de la red X, el sagaz periodista respondió: "Lo hago porque sinceramente considero que el presidente Petro dedica más esfuerzo a la construcción de su leyenda que a hacer lo que necesita Colombia y que está a su alcance. Condeno la masacre de civiles en Gaza por parte del ejército israelí y también las acciones terroristas de Hamas contra personas indefensas. No profeso ninguna religión". 

Curiosamente Coronell hace lo mismo que en su momento hicieron José Obdulio Gaviria y el títere-presidente, Iván Duque: apelar a un eufemismo. Mientras Gaviria dijo que en Colombia no había desplazados sino "migrantes internos", Duque llamó "homicidios colectivos" a las masacres. El periodista bogotano está "a tres doritos" de usar la expresión que acuñó el fatuo "presidente" Iván Duque. Lo que cometió Hamas fue una masacre, así no hay forma de comparar lo hecho por esa organización terrorista con lo que viene haciendo Israel desde hace ya dos años. Coronell cae en un error conceptual por su condición de judío y por el miedo que le da hablar con la verdad estando viviendo bajo la administración del convicto Donald Trump. 

El texto que subrayo y puse en negrillas sirve para reconocer el lugar de enunciación desde el que habla Coronell. No es una masacre lo que sucede en Gaza. En Colombia cada nada se registran masacres que en nada se parecen a lo que sucede en ese territorio en el que están asesinando niñas, niños, viejos y mujeres. Lo que están perpetrando Trump y Netanyahu contra el pueblo palestino se llama GENOCIDIO.  En términos teóricos, "la enunciación implicará siempre una relación de manipulación, dado que, más que la comunicación de un saber (hacer-saber), la enunciación pone en juego un hacer-creer; esto es, anticipa y orienta el lugar que el enunciatario es llevado a ocupar con respecto a aquello que se transmite". No diré más. 


Nota: la fotografía fue tomada de la página de la revista en la que escribe el columnista. Páginas consultadas: La Huella nazi, Daniel Coronell, a Rectificar: ¡DANIEL CORONELL NO ES JUDIO!

La enunciación: reflexiones actuales


VISA CANCELADA Y EL GARRAFAL ERROR QUE COMETIÓ PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio 




Reconocer los errores y asumir responsabilidades por discursos pronunciados, acciones y decisiones tomadas suele ser difícil para todos los seres humanos, en particular para figuras públicas como presidentes de la República acostumbrados a ser aplaudidos por súbditos, interesados "lagartos", fieles seguidores e incluso por asesores que terminan haciendo parte de los siempre inconvenientes "comités de aplausos". 

Las actitudes mesiánicas, la terquedad de quienes fungen como jefes de Estado, los desmedidos aplausos que a diario reciben del "pueblo" y de sus asesores, y por supuesto sus actitudes  egocéntricas complican aún la vida quienes desde lo más alto del poder político cometen errores y se les exige que los reconozcan. Hablemos del garrafal error que cometió el presidente Gustavo Petro en Nueva York, cuando exhortó a los soldados gringos a desobedecer las órdenes de su comandante en jefe, Donald Trump. 

La cancelación de la visa americana al presidente Petro no se produjo tanto por su discurso confrontador  -cargado de dignidad política- en contra de la ONU, los Estados Unidos, la Israel de Netanyahu y Europa por el genocidio que desde hace más de dos años se viene cometiendo en Gaza en contra el pueblo palestino. La decisión del Departamento de Estado se produjo por la grosera, inconveniente y desacertada exhortación a la rebeldía que hizo el presidente Petro a las tropas locales. 

Así como se aplaude su discurso ante la ONU, hay que reconocer que el jefe de Estado colombiano se equivocó y en materia grave. Por supuesto que no podemos esperar que el presidente Petro reconozca el error y mucho menos que ofrezca públicas disculpas. Él mismo y sus fieles seguidores lo verían como una suerte de "humillación ante el imperio". Y por supuesto que la derecha que le hace una férrea oposición le caería encima proponiendo nuevamente que el presidente debe someterse a exámenes psiquiátricos por semejante salida en falso. 

Una cosa es creer, apoyar y haber votado por el proyecto político progresista y otra muy distinta es guardar silencio en torno a la "metida de pata" del presidente Petro y aplaudir la abyecta, felona y cipaya sumisión que a lo largo de la historia la derecha colombiana ha ofrecido a los Estados Unidos. 

El presidente se equivocó. Punto. Dejo este vodcast para quienes prefieran ver y escuchar mis planteamientos alrededor del garrafal error en el que incurrió Petro. 🚨 VISA CANCELADA: ¿QUÉ HAY DETRÁS DE ESTA MEDIDA?https://www.youtube.com/watch?v=Xk1w73Va4kc&t=40s

Adenda: la propuesta de conformar un fuerza militar internacional para defender a los palestinos no es la salida. El camino es que la ONU recupere su dignidad y legitimidad. 

sábado, 27 de septiembre de 2025

CEPEDA, CORCHO Y QUINTERO A LA CONSULTA DEL PACTO HISTÓRICO


Por Germán Ayala Osorio 


Carolina Corcho, Iván Cepeda y Daniel Quintero son las cartas presidenciales con las que el Pacto Histórico hará su consulta interna el 26 de octubre para que su gente defina quién de los tres llevará las banderas del progresismo en las elecciones de 2026. 

Los tres se han encargado de demostrar lealtad al presidente y compromiso con las ideas de una izquierda progresista. Eso sí, con diferencias de estilo que van dejando entrever cómo afrontarían la campaña presidencial de resultar elegidos en aquellos momentos en los que sean señalados de seguir órdenes de Petro ya en su calidad de expresidente. 

Cepeda es un hombre sereno y de hablar pausado, características que bien puede llevar a que muchos las  asocien con debilidad de carácter. Defiende las ideas de Petro y recientemente calificó  de "memorable" la intervención del presidente de la República en la ONU. Eso sí, el país no puede esperar de Cepeda declaraciones de amor hacia Petro como lo hizo Gustavo Bolívar, cuando en el pasado le dijo al presidente "yo a usted lo amo". 

El senador cuenta con una trayectoria política limpia y libre de escándalos de la sempiterna, aceptada y naturalizada corrupción de la clase política colombiana. Sus luchas por la paz y la defensa de los derechos humanos de las víctimas de todos los actores armados, legales e ilegales  que participaron de las hostilidades en el marco del conflicto armado interno es un punto a su favor que convoca a todos los colombianos sensibles con asuntos como los falsos positivos y la consecución de una paz "estable y duradera"; pero esas mismas luchas de Cepeda, en caso de ganar la consulta del Pacto Histórico, lo alejaría ética, política e ideológicamente de los cientos de miles de connacionales que niegan  y se oponen a que el próximo gobierno insista en negociar el fin de las hostilidades con los grupos al margen de la ley, a que las víctimas sean reparadas y a que el país siga conociendo la verdad de lo acontecido porque ello compromete a los militares y a la seguridad democrática. En ese punto, una eventual candidatura de Cepeda no convocaría a quienes sin ser necesariamente uribistas no ven en esos asuntos de la paz y el respeto de los DDHH una virtud importante para asumir los destinos del país. 

La campaña sucia que en su contra iniciaron agentes del uribismo (los hijos de Uribe, por ejemplo) muy seguramente reaparecerá en caso de que resulte ser el candidato presidencial por el Pacto Histórico. Llamarlo "el candidato de las Farc" es el estigma perfecto al que seguirá apelando la derecha para asustar al electorado indeciso que reconoce que la administración Petro ha hecho cosas positivas en materia social y económica, pero otras negativas como el fracaso de la Paz Total y por supuesto la corrupción al interior de la UNGRD. 

Carolina Corcho, como exministra de salud sabe que le tocará lidiar con los negativos imaginarios que la prensa hegemónica logró posicionar en la opinión pública a propósito de la crisis de las EPS, en particular los problemas de atención a los usuarios de la Nueva EPS. A pesar de las alocuciones de Petro en las que desenmascaró a los que se "robaron billones de pesos del sistema de salud", hay pacientes que siguen echándole la culpa al gobierno Petro por la mala atención y la negación de procedimientos y en la entrega de medicamentos esenciales. Su salida abrupta del ministerio de Salud, cargo en el que duró apenas 8 meses puede pesar negativamente al sopesar su activismo político con la experiencia en el manejo de asuntos públicos. 

Corcho sabe también que su condición de mujer le ofrece dos caminos. En uno, encontraría el respaldo de los sectores liberales y de avanzada que entienden que ya es tiempo de ver en el Solio de Bolívar a una mujer presidenta, en particular por su formación académica, garantía que las decisiones más complejas las tomará dando primero una discusión conceptual atada al proyecto político en el que ella cree. En el segundo camino, Corcho se encontrará a los sectores más godos, machistas, patriarcales y retardatarios del país que insisten en que Colombia jamás debería ser manejado por una mujer, por el solo hecho de serlo. 

Finalmente, aparece Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, quien viene haciendo una campaña efectista agitando temas sensibles como la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente tal y como lo viene planteando el presidente Petro. Sobre este específico asunto, Quintero y Corcho creen en la necesidad de ese escenario. Por el contrario, Iván Cepeda rechaza ese camino. 

Quintero se presenta como anti uribista, apuesta que lo acerca a cientos de miles de colombianos que reconocen los daños que Álvaro Uribe le hizo al país no solo en sus ocho años de mandato, sino en los 8 de Santos y en los cuatro de su consumado títere, Iván Duque Márquez. Sus problemas judiciales (está imputado por delitos de corrupción) son la mácula que generó divisiones al interior del Pacto Histórico y que lo perseguirá en caso de que resulte elegido como el candidato único del Pacto Histórico. Justo por esos líos, hay sectores del electorado que tienen de él una imagen negativa.  

Su eslogan de "resetear la política" no convence del todo a un electorado que entiende que hay un imposible sociocultural y político en Colombia: proscribir el ethos mafioso, fuente y dinamizador de la corrupción público-privada. Sobre las dudas que recaen sobre Quintero éstas devienen atadas a  su origen paisa pues hay ciudadanos que lo asocian con Álvaro Uribe y otros políticos antioqueños por la demostrada capacidad de aquellos para engañar y enredar a la hora de dar explicaciones y "vender" promesas. Ya veremos quién gana la consulta del Pacto Histórico: si el sosegado y tranquilo senador Iván Cepeda, la psiquiatra y activista Carolina Corcho o el histriónico y verborreico exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, conocido como "pinturita". 

Adenda: el término activista en esta columna no tiene el mismo sentido que la derecha le da para atacar a la exministra Corcho Mejía. Lo uso en la perspectiva de resaltar su lucha valerosa con los movimientos sociales. 


viernes, 26 de septiembre de 2025

USA RETIRA VISA A PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio


Después de que el presidente Petro participara de un mitin a favor de la causa palestina e instara a los soldados gringos a desobedecer  a Trump, el Departamento de Estado de los Estados Unidos le revocó la visa al mandatario de los colombianos. 

La embajada americana en Bogotá informó a través de su cuenta de X que "hoy, el presidente colombiano @petrogustavo se paró en una calle de Nueva York e instó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes e incitar a la violencia. Le revocaremos la visa a Petro por sus acciones imprudentes e incendiarias"

Se trata de una decisión política que la prensa colombiana afecta a los intereses del país del norte y proclive a hincarse ante la figura del Tío Sam, de inmediato la asume como una especie de grave sanción moral con la que ponen a Petro en el mismo nivel de inmoralidad en el que pusieron al entonces presidente Ernesto Samper Pizano cuando le revocaron la visa por el Proceso 8.000. En ese entonces, Samper apeló a su fino humor cachaco y les dijo: "no necesito visa para venir a Chaparral (Tolima)".  ¿Con qué saldrá Petro? El Espectador recogió la respuesta dada por el presidente de la República después de conocerse la decisión de las autoridades migratorias de los Estados Unidos: “No la necesito para ir a Ibagué”: los pasos que llevaron a EE.UU. a retirar visa de Petro. 

Daniel Quintero, precandidato por el Pacto Histórico dijo en su cuenta de X que es "mejor la vida que una visa". Entre tanto, la uribista y pro gringa periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila espetó "que Estados Unidos le canceló la visa a Petro. Con toda la razón. No sé qué haría este Gobierno si el presidente Donald Trump viniera  a Colombia a decirles a las Fuerzas Armadas que no obedezcan a Petro. Abusivo, atrevido. Lo hizo a propósito, irresponsable. Qué vergüenza internacional. Petro recorriendo el camino de Samper. Yo apoyo decisión de Estados Unidos, Petro NO nos representa a los colombianos". 

La reacción  de Dávila se explica porque ella, al igual que otros políticos y periodistas colombianos asumen la visa americana como un símbolo de reconocimiento social y político, esto es, una suerte de privilegio de clase que exalta las cualidades humanas de aquellos que pueden ir  a visitar a Mickey Mouse. 

Entre tanto, Armando Benedetti, fiel escudero de Petro reaccionó así a la decisión del gobierno de Trump: "Al único que tenían que quitarle la visa era a Netanyahu y ya por unanimidad se la quitó la ONU hoy como ciudadano indigno del mundo. Pero como el imperio lo protege, la coge con el único presidente que fue capaz de decirle la verdad en su cara"

Elegir a un presidente que sí tenga visa gringa o que la merezca se convierte a partir de este momento en un asunto político-electoral en la campaña de 2026. "Recuperar las relaciones con USA" será el  estribillo con el que la derecha colombiana insistirá en naturalizar la indignidad en las sempiternas  relaciones entre la Casa de Nariño y la Casa Blanca. Y por esa vía aplaudir la innoble, deshonrosa, abyecta, felona y ultrajante postura pro gringa y pro israelí del uribismo. 

Lo cierto es que Petro sí se excedió  en el momento en que exhortó a los soldados gringos a desconocer la autoridad de Trump.  La diatriba en contra de Europa, la ONU, Israel y los propios Estados Unidos se entiende y se aplaude porque se dio en el marco de la Asamblea del organismo multilateral, pero al participar del mitin en pleno Manhattan constituye una innecesaria provocación que termina por favorecer a la derecha uribizada que lleva años mirando de rodillas hacia el norte para naturalizar la injerencia de los gringos en los asuntos internos de Colombia. 

No se puede desconocer que Petro tiene ya ganado un lugar en el mundo como un vocero y líder de asuntos como el cambio climático y la transición energética, así como en temas como la defensa de los derechos humanos de los migrantes y por supuesto la generalizada oposición al genocidio en Gaza. Pero el presidente colombiano traspasó unas líneas rojas que su propia condición de jefe del Estado le trazó para su ejercicio político por fuera de Colombia.  El papel de agitador callejero no es compatible con la condición de líder mundial. 



Imagen tomada de El Espectador.com 


¿FIRME POR LA PATRIA O SOLO PETRO EN ESTA MONDÁ?

 

Por Germán Ayala Osorio 


El caldeado ambiente preelectoral en Colombia va dejando en las retinas y oídos de los usuarios de las redes sociales eslóganes interesantes, otros insulsos, así como unas campañas que a pesar de ser efectistas dejan muchas  dudas sobre si los precandidatos presidenciales desarrollaron el pensamiento sistémico y si comprenden el paradigma de la complejidad para desde allí exponer propuestas serias y viables que de verdad apunten a transformar a una sociedad como la colombiana y un país como Colombia que arrastran y alimentan de tiempo atrás lo que en esta tribuna he llamado "taras civilizatorias" y el ya naturalizado ethos mafioso. 

Desde el engañoso eslogan de la derecha uribizada "Vamos a recuperar a Colombia", pasando por el "Recuperaremos el rumbo", hasta llegar a frases patrioteras como la que intenta posicionar Abelardo de la Espriella, "Firme por la Patria". Este último es uno de los "muñecos" de Uribe. El otro es Juan Carlos Pinzón, un político acartonado que solo habla de "recuperar la seguridad", lo que lo convierte en monotemático, a lo que se suma que es poco carismático. 

En estos tiempos del Tik Tok, al histriónico y violento precandidato Abelardo de la Espriella le salió al paso un usuario de esa red con una pregunta-anzuelo que el controvertido abogado mordió con algo de  ingenuidad: ¿Cuál es la frase del año? A lo que el pintoresco precandidato de la ultraderecha respondió con su lema de campaña: "Firme por la Patria". Su interlocutor lo interpela y niega que esa frase sea la del año. Tímidamente De la Espriella balbucea  y espera que le diga cuál es la expresión del año, a lo que le contesta: "Solo Petro en esta mondá". Los dos ríen a carcajadas, mientras los detractores del profesional del derecho se burlan por la "mamada de gallo" de la que fue víctima el "defensor de bandidos" como lo llamó la también precandidata uribista, Vicky Dávila, cuya campaña se estancó porque en las dos ideas que medio logra hilar, la palabra Petro le sirve para caer en los lugares comunes propios de una mujer que cree conocer el país por su rol de periodista. Uribe en su cuenta de X lo llamó "bandidito". 

La campaña de Daniel Quintero es quizás una de las más efectistas, con videos cortos y ataques directos contra el uribismo, que el exalcalde de Medellín e imputado por la Fiscalía de graves delitos lo convirtió  en un "blanco electoral" con el que puede conquistar a quienes sienten que "no es comunismo, sino asco al uribismo" lo que los haría confiar en que después de la P de Petro, sigue la Q de Quintero. 




Susana Muhamad, la hasta hace pocas horas precandidata del Pacto Histórico se la estuvo jugando con vallas digitales con frases bien logradas como Coca Cola mata agua en alusión directa al crimen ambiental y ecológico que habría cometido la multinacional en La Calera (Cundinamarca), al recubrir con cemento siete manantiales, tributarios de la Quebrada San Lorenzo. Coca Cola mata tinto y al agua, parece decirnos Susana. 


Otra frase con la que salió al ruedo electoral antes de renunciar a su precandidatura y decidir apoyar a Cepeda, Susana Muhamad le pega de manera directa a Daniel Quintero: "Menos imputados, más emputados". La expresión o sentencia resulta contundente y con un tono moralizante, aunque tiene el problema que retrotrae lo vivido durante la sucia campaña del No en el plebiscito por la paz, con la que el uribismo logró que cientos de miles de colombianos "salieran berracos" a decirle no a la firma del Acuerdo de Paz de La Habana. 

De todas maneras el marketing político termina diciendo mucho del talante de los precandidatos. Ya veremos qué sucede en las consultas internas de los partidos y quienes finalmente pasarán a la gran final para que los colombianos voten porque se dejaron cautivar de las frases y eslóganes,  vendieron el voto o sufragaron desde el odio que les genera la expresión "solo Petro en esta mondá". Lo que parece que va quedando claro es que el país llegará dividido y polarizado en torno al amor y la firmeza por la patria que ofrece el uribismo o la continuidad del proyecto progresista que echó a andar Petro en esta mondá de país. 

Adenda: Cepeda, Corcho y Quintero finalmente serán los tres precandidatos de los cuales el progresismo deberá elegir el candidato presidencial. 

jueves, 25 de septiembre de 2025

PETRO Y SU ÚLTIMO DISCURSO EN LA ONU (II)

 

Por Germán Ayala Osorio 


El discurso de Petro en la ONU- el último como presidente de la República- fue calificado por uribizados agentes políticos y mediáticos como una "vergüenza". Por ejemplo, José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y Crédito Público lo calificó como “pura tribuna vergonzosa” y la Representante a la Cámara, por Cambio Radical, Lina María Garrido y varios periodistas-bodegueros se sintieron avergonzados por la diatriba presidencial en contra de la falaz e hipócrita "lucha contra las drogas" y en rechazo al genocidio en Gaza patrocinado por la administración de Donald Trump y ejecutado con lujo de detalles por el sionista ejército de Israel. 

Ese sentimiento de vergüenza lo explican diciendo que Petro "defendió al Tren de Aragua" al decir que no es un grupo terrorista, sino un grupo de delincuentes comunes surgidos en buena medida por el bloqueo económico gringo a Venezuela. 

"Le ofrezco disculpas al mundo" dijo Lina María Garrido porque el presidente colombiano confrontó a los Estados Unidos, a la misma ONU y a Europa por la actitud timorata y complaciente  de los dos últimos frente a las prácticas genocidas perpetradas en Gaza por Netanyahu y por el patrocinio del primero a la cruzada con la que Israel quiere eliminar al pueblo palestino para darle gusto a los agentes económicos gringos interesados en el proceso de gentrificación urbana en ese territorio, intereses que animan el genocidio. La ladina Representante a la Cámara espetó que el discurso de Petro en la Asamblea 80 de la ONU fue "ideologizado, errático y de mucha confrontación...".

Es muy común en estos personajes de la derecha colombiana señalar como ideologizada la postura y el texto leído por el mandatario de los colombianos. Al hacerlo, Garrido y los demás niegan de manera forzosa que su postura devenga en esas mismas condiciones cuando su silencio y apoyo al genocidio en Gaza está atado al conjunto de ideas políticas, económicas, culturales y religiosas con las que defienden a dentelladas semejante barbarie. 

Por supuesto que el discurso de Petro devino ideologizado y confrontador en la medida en que se opone al proceso genocida adelantado en Gaza, validado por la derecha uribizada que suele defender todas las acciones conducentes a eliminar, perseguir y estigmatizar, para el caso colombiano, a las incómodas comunidades ancestrales e incluso a los jóvenes pobres. El desplazamiento forzado de más de 7 millones de campesinos durante los gobiernos de Uribe y los 6402 falsos positivos confirman el talante de la derecha colombiana; de allí que Garrido,  Restrepo y los periodistas-bodegueros de varios medios masivos no se atreven a calificar de genocidio lo que viene haciendo hace dos años Israel en la franja de Gaza. Simplemente les parece "normal" o parte de la "selección política-natural" aupada por Trump y ejecutada por Israel. 

Las posturas de los señalados agentes políticos y mediáticos se explican porque comparten el mismo lugar de enunciación que no es otro que el espectro ideológico de la derecha, visto por ellos como el único posible, legítimo y viable para el mundo. Estos aculillados ciudadanos hubiesen preferido que Petro hablara de la economía naranja, de la importancia del número 7, incluidos los enanitos del cuento infantil y que le dijera a Trump, en tono compungido, que por favor revisara aquello de la descertificación. Todos los anteriores desconocen el concepto de Dignidad, pero conocen muy bien el significado de su antónimo porque a diario actúan desde ese errático lugar que les asegura tener visa americana, documento con el que intentan ocultar su condenable, innoble, deshonrosa, abyecta, felona y ultrajante postura pro gringa y pro israelí. 





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