sábado, 27 de septiembre de 2025

CEPEDA, CORCHO Y QUINTERO A LA CONSULTA DEL PACTO HISTÓRICO


Por Germán Ayala Osorio 


Carolina Corcho, Iván Cepeda y Daniel Quintero son las cartas presidenciales con las que el Pacto Histórico hará su consulta interna el 26 de octubre para que su gente defina quién de los tres llevará las banderas del progresismo en las elecciones de 2026. 

Los tres se han encargado de demostrar lealtad al presidente y compromiso con las ideas de una izquierda progresista. Eso sí, con diferencias de estilo que van dejando entrever cómo afrontarían la campaña presidencial de resultar elegidos en aquellos momentos en los que sean señalados de seguir órdenes de Petro ya en su calidad de expresidente. 

Cepeda es un hombre sereno y de hablar pausado, características que bien puede llevar a que muchos las  asocien con debilidad de carácter. Defiende las ideas de Petro y recientemente calificó  de "memorable" la intervención del presidente de la República en la ONU. Eso sí, el país no puede esperar de Cepeda declaraciones de amor hacia Petro como lo hizo Gustavo Bolívar, cuando en el pasado le dijo al presidente "yo a usted lo amo". 

El senador cuenta con una trayectoria política limpia y libre de escándalos de la sempiterna, aceptada y naturalizada corrupción de la clase política colombiana. Sus luchas por la paz y la defensa de los derechos humanos de las víctimas de todos los actores armados, legales e ilegales  que participaron de las hostilidades en el marco del conflicto armado interno es un punto a su favor que convoca a todos los colombianos sensibles con asuntos como los falsos positivos y la consecución de una paz "estable y duradera"; pero esas mismas luchas de Cepeda, en caso de ganar la consulta del Pacto Histórico, lo alejaría ética, política e ideológicamente de los cientos de miles de connacionales que niegan  y se oponen a que el próximo gobierno insista en negociar el fin de las hostilidades con los grupos al margen de la ley, a que las víctimas sean reparadas y a que el país siga conociendo la verdad de lo acontecido porque ello compromete a los militares y a la seguridad democrática. En ese punto, una eventual candidatura de Cepeda no convocaría a quienes sin ser necesariamente uribistas no ven en esos asuntos de la paz y el respeto de los DDHH una virtud importante para asumir los destinos del país. 

La campaña sucia que en su contra iniciaron agentes del uribismo (los hijos de Uribe, por ejemplo) muy seguramente reaparecerá en caso de que resulte ser el candidato presidencial por el Pacto Histórico. Llamarlo "el candidato de las Farc" es el estigma perfecto al que seguirá apelando la derecha para asustar al electorado indeciso que reconoce que la administración Petro ha hecho cosas positivas en materia social y económica, pero otras negativas como el fracaso de la Paz Total y por supuesto la corrupción al interior de la UNGRD. 

Carolina Corcho, como exministra de salud sabe que le tocará lidiar con los negativos imaginarios que la prensa hegemónica logró posicionar en la opinión pública a propósito de la crisis de las EPS, en particular los problemas de atención a los usuarios de la Nueva EPS. A pesar de las alocuciones de Petro en las que desenmascaró a los que se "robaron billones de pesos del sistema de salud", hay pacientes que siguen echándole la culpa al gobierno Petro por la mala atención y la negación de procedimientos y en la entrega de medicamentos esenciales. Su salida abrupta del ministerio de Salud, cargo en el que duró apenas 8 meses puede pesar negativamente al sopesar su activismo político con la experiencia en el manejo de asuntos públicos. 

Corcho sabe también que su condición de mujer le ofrece dos caminos. En uno, encontraría el respaldo de los sectores liberales y de avanzada que entienden que ya es tiempo de ver en el Solio de Bolívar a una mujer presidenta, en particular por su formación académica, garantía que las decisiones más complejas las tomará dando primero una discusión conceptual atada al proyecto político en el que ella cree. En el segundo camino, Corcho se encontrará a los sectores más godos, machistas, patriarcales y retardatarios del país que insisten en que Colombia jamás debería ser manejado por una mujer, por el solo hecho de serlo. 

Finalmente, aparece Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, quien viene haciendo una campaña efectista agitando temas sensibles como la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente tal y como lo viene planteando el presidente Petro. Sobre este específico asunto, Quintero y Corcho creen en la necesidad de ese escenario. Por el contrario, Iván Cepeda rechaza ese camino. 

Quintero se presenta como anti uribista, apuesta que lo acerca a cientos de miles de colombianos que reconocen los daños que Álvaro Uribe le hizo al país no solo en sus ocho años de mandato, sino en los 8 de Santos y en los cuatro de su consumado títere, Iván Duque Márquez. Sus problemas judiciales (está imputado por delitos de corrupción) son la mácula que generó divisiones al interior del Pacto Histórico y que lo perseguirá en caso de que resulte elegido como el candidato único del Pacto Histórico. Justo por esos líos, hay sectores del electorado que tienen de él una imagen negativa.  

Su eslogan de "resetear la política" no convence del todo a un electorado que entiende que hay un imposible sociocultural y político en Colombia: proscribir el ethos mafioso, fuente y dinamizador de la corrupción público-privada. Sobre las dudas que recaen sobre Quintero éstas devienen atadas a  su origen paisa pues hay ciudadanos que lo asocian con Álvaro Uribe y otros políticos antioqueños por la demostrada capacidad de aquellos para engañar y enredar a la hora de dar explicaciones y "vender" promesas. Ya veremos quién gana la consulta del Pacto Histórico: si el sosegado y tranquilo senador Iván Cepeda, la psiquiatra y activista Carolina Corcho o el histriónico y verborreico exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, conocido como "pinturita". 

Adenda: el término activista en esta columna no tiene el mismo sentido que la derecha le da para atacar a la exministra Corcho Mejía. Lo uso en la perspectiva de resaltar su lucha valerosa con los movimientos sociales. 


viernes, 26 de septiembre de 2025

USA RETIRA VISA A PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio


Después de que el presidente Petro participara de un mitin a favor de la causa palestina e instara a los soldados gringos a desobedecer  a Trump, el Departamento de Estado de los Estados Unidos le revocó la visa al mandatario de los colombianos. 

La embajada americana en Bogotá informó a través de su cuenta de X que "hoy, el presidente colombiano @petrogustavo se paró en una calle de Nueva York e instó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes e incitar a la violencia. Le revocaremos la visa a Petro por sus acciones imprudentes e incendiarias"

Se trata de una decisión política que la prensa colombiana afecta a los intereses del país del norte y proclive a hincarse ante la figura del Tío Sam, de inmediato la asume como una especie de grave sanción moral con la que ponen a Petro en el mismo nivel de inmoralidad en el que pusieron al entonces presidente Ernesto Samper Pizano cuando le revocaron la visa por el Proceso 8.000. En ese entonces, Samper apeló a su fino humor cachaco y les dijo: "no necesito visa para venir a Chaparral (Tolima)".  ¿Con qué saldrá Petro? El Espectador recogió la respuesta dada por el presidente de la República después de conocerse la decisión de las autoridades migratorias de los Estados Unidos: “No la necesito para ir a Ibagué”: los pasos que llevaron a EE.UU. a retirar visa de Petro. 

Daniel Quintero, precandidato por el Pacto Histórico dijo en su cuenta de X que es "mejor la vida que una visa". Entre tanto, la uribista y pro gringa periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila espetó "que Estados Unidos le canceló la visa a Petro. Con toda la razón. No sé qué haría este Gobierno si el presidente Donald Trump viniera  a Colombia a decirles a las Fuerzas Armadas que no obedezcan a Petro. Abusivo, atrevido. Lo hizo a propósito, irresponsable. Qué vergüenza internacional. Petro recorriendo el camino de Samper. Yo apoyo decisión de Estados Unidos, Petro NO nos representa a los colombianos". 

La reacción  de Dávila se explica porque ella, al igual que otros políticos y periodistas colombianos asumen la visa americana como un símbolo de reconocimiento social y político, esto es, una suerte de privilegio de clase que exalta las cualidades humanas de aquellos que pueden ir  a visitar a Mickey Mouse. 

Entre tanto, Armando Benedetti, fiel escudero de Petro reaccionó así a la decisión del gobierno de Trump: "Al único que tenían que quitarle la visa era a Netanyahu y ya por unanimidad se la quitó la ONU hoy como ciudadano indigno del mundo. Pero como el imperio lo protege, la coge con el único presidente que fue capaz de decirle la verdad en su cara"

Elegir a un presidente que sí tenga visa gringa o que la merezca se convierte a partir de este momento en un asunto político-electoral en la campaña de 2026. "Recuperar las relaciones con USA" será el  estribillo con el que la derecha colombiana insistirá en naturalizar la indignidad en las sempiternas  relaciones entre la Casa de Nariño y la Casa Blanca. Y por esa vía aplaudir la innoble, deshonrosa, abyecta, felona y ultrajante postura pro gringa y pro israelí del uribismo. 

Lo cierto es que Petro sí se excedió  en el momento en que exhortó a los soldados gringos a desconocer la autoridad de Trump.  La diatriba en contra de Europa, la ONU, Israel y los propios Estados Unidos se entiende y se aplaude porque se dio en el marco de la Asamblea del organismo multilateral, pero al participar del mitin en pleno Manhattan constituye una innecesaria provocación que termina por favorecer a la derecha uribizada que lleva años mirando de rodillas hacia el norte para naturalizar la injerencia de los gringos en los asuntos internos de Colombia. 

No se puede desconocer que Petro tiene ya ganado un lugar en el mundo como un vocero y líder de asuntos como el cambio climático y la transición energética, así como en temas como la defensa de los derechos humanos de los migrantes y por supuesto la generalizada oposición al genocidio en Gaza. Pero el presidente colombiano traspasó unas líneas rojas que su propia condición de jefe del Estado le trazó para su ejercicio político por fuera de Colombia.  El papel de agitador callejero no es compatible con la condición de líder mundial. 



Imagen tomada de El Espectador.com 


¿FIRME POR LA PATRIA O SOLO PETRO EN ESTA MONDÁ?

 

Por Germán Ayala Osorio 


El caldeado ambiente preelectoral en Colombia va dejando en las retinas y oídos de los usuarios de las redes sociales eslóganes interesantes, otros insulsos, así como unas campañas que a pesar de ser efectistas dejan muchas  dudas sobre si los precandidatos presidenciales desarrollaron el pensamiento sistémico y si comprenden el paradigma de la complejidad para desde allí exponer propuestas serias y viables que de verdad apunten a transformar a una sociedad como la colombiana y un país como Colombia que arrastran y alimentan de tiempo atrás lo que en esta tribuna he llamado "taras civilizatorias" y el ya naturalizado ethos mafioso. 

Desde el engañoso eslogan de la derecha uribizada "Vamos a recuperar a Colombia", pasando por el "Recuperaremos el rumbo", hasta llegar a frases patrioteras como la que intenta posicionar Abelardo de la Espriella, "Firme por la Patria". Este último es uno de los "muñecos" de Uribe. El otro es Juan Carlos Pinzón, un político acartonado que solo habla de "recuperar la seguridad", lo que lo convierte en monotemático, a lo que se suma que es poco carismático. 

En estos tiempos del Tik Tok, al histriónico y violento precandidato Abelardo de la Espriella le salió al paso un usuario de esa red con una pregunta-anzuelo que el controvertido abogado mordió con algo de  ingenuidad: ¿Cuál es la frase del año? A lo que el pintoresco precandidato de la ultraderecha respondió con su lema de campaña: "Firme por la Patria". Su interlocutor lo interpela y niega que esa frase sea la del año. Tímidamente De la Espriella balbucea  y espera que le diga cuál es la expresión del año, a lo que le contesta: "Solo Petro en esta mondá". Los dos ríen a carcajadas, mientras los detractores del profesional del derecho se burlan por la "mamada de gallo" de la que fue víctima el "defensor de bandidos" como lo llamó la también precandidata uribista, Vicky Dávila, cuya campaña se estancó porque en las dos ideas que medio logra hilar, la palabra Petro le sirve para caer en los lugares comunes propios de una mujer que cree conocer el país por su rol de periodista. Uribe en su cuenta de X lo llamó "bandidito". 

La campaña de Daniel Quintero es quizás una de las más efectistas, con videos cortos y ataques directos contra el uribismo, que el exalcalde de Medellín e imputado por la Fiscalía de graves delitos lo convirtió  en un "blanco electoral" con el que puede conquistar a quienes sienten que "no es comunismo, sino asco al uribismo" lo que los haría confiar en que después de la P de Petro, sigue la Q de Quintero. 




Susana Muhamad, la hasta hace pocas horas precandidata del Pacto Histórico se la estuvo jugando con vallas digitales con frases bien logradas como Coca Cola mata agua en alusión directa al crimen ambiental y ecológico que habría cometido la multinacional en La Calera (Cundinamarca), al recubrir con cemento siete manantiales, tributarios de la Quebrada San Lorenzo. Coca Cola mata tinto y al agua, parece decirnos Susana. 


Otra frase con la que salió al ruedo electoral antes de renunciar a su precandidatura y decidir apoyar a Cepeda, Susana Muhamad le pega de manera directa a Daniel Quintero: "Menos imputados, más emputados". La expresión o sentencia resulta contundente y con un tono moralizante, aunque tiene el problema que retrotrae lo vivido durante la sucia campaña del No en el plebiscito por la paz, con la que el uribismo logró que cientos de miles de colombianos "salieran berracos" a decirle no a la firma del Acuerdo de Paz de La Habana. 

De todas maneras el marketing político termina diciendo mucho del talante de los precandidatos. Ya veremos qué sucede en las consultas internas de los partidos y quienes finalmente pasarán a la gran final para que los colombianos voten porque se dejaron cautivar de las frases y eslóganes,  vendieron el voto o sufragaron desde el odio que les genera la expresión "solo Petro en esta mondá". Lo que parece que va quedando claro es que el país llegará dividido y polarizado en torno al amor y la firmeza por la patria que ofrece el uribismo o la continuidad del proyecto progresista que echó a andar Petro en esta mondá de país. 

Adenda: Cepeda, Corcho y Quintero finalmente serán los tres precandidatos de los cuales el progresismo deberá elegir el candidato presidencial. 

jueves, 25 de septiembre de 2025

PETRO Y SU ÚLTIMO DISCURSO EN LA ONU (II)

 

Por Germán Ayala Osorio 


El discurso de Petro en la ONU- el último como presidente de la República- fue calificado por uribizados agentes políticos y mediáticos como una "vergüenza". Por ejemplo, José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y Crédito Público lo calificó como “pura tribuna vergonzosa” y la Representante a la Cámara, por Cambio Radical, Lina María Garrido y varios periodistas-bodegueros se sintieron avergonzados por la diatriba presidencial en contra de la falaz e hipócrita "lucha contra las drogas" y en rechazo al genocidio en Gaza patrocinado por la administración de Donald Trump y ejecutado con lujo de detalles por el sionista ejército de Israel. 

Ese sentimiento de vergüenza lo explican diciendo que Petro "defendió al Tren de Aragua" al decir que no es un grupo terrorista, sino un grupo de delincuentes comunes surgidos en buena medida por el bloqueo económico gringo a Venezuela. 

"Le ofrezco disculpas al mundo" dijo Lina María Garrido porque el presidente colombiano confrontó a los Estados Unidos, a la misma ONU y a Europa por la actitud timorata y complaciente  de los dos últimos frente a las prácticas genocidas perpetradas en Gaza por Netanyahu y por el patrocinio del primero a la cruzada con la que Israel quiere eliminar al pueblo palestino para darle gusto a los agentes económicos gringos interesados en el proceso de gentrificación urbana en ese territorio, intereses que animan el genocidio. La ladina Representante a la Cámara espetó que el discurso de Petro en la Asamblea 80 de la ONU fue "ideologizado, errático y de mucha confrontación...".

Es muy común en estos personajes de la derecha colombiana señalar como ideologizada la postura y el texto leído por el mandatario de los colombianos. Al hacerlo, Garrido y los demás niegan de manera forzosa que su postura devenga en esas mismas condiciones cuando su silencio y apoyo al genocidio en Gaza está atado al conjunto de ideas políticas, económicas, culturales y religiosas con las que defienden a dentelladas semejante barbarie. 

Por supuesto que el discurso de Petro devino ideologizado y confrontador en la medida en que se opone al proceso genocida adelantado en Gaza, validado por la derecha uribizada que suele defender todas las acciones conducentes a eliminar, perseguir y estigmatizar, para el caso colombiano, a las incómodas comunidades ancestrales e incluso a los jóvenes pobres. El desplazamiento forzado de más de 7 millones de campesinos durante los gobiernos de Uribe y los 6402 falsos positivos confirman el talante de la derecha colombiana; de allí que Garrido,  Restrepo y los periodistas-bodegueros de varios medios masivos no se atreven a calificar de genocidio lo que viene haciendo hace dos años Israel en la franja de Gaza. Simplemente les parece "normal" o parte de la "selección política-natural" aupada por Trump y ejecutada por Israel. 

Las posturas de los señalados agentes políticos y mediáticos se explican porque comparten el mismo lugar de enunciación que no es otro que el espectro ideológico de la derecha, visto por ellos como el único posible, legítimo y viable para el mundo. Estos aculillados ciudadanos hubiesen preferido que Petro hablara de la economía naranja, de la importancia del número 7, incluidos los enanitos del cuento infantil y que le dijera a Trump, en tono compungido, que por favor revisara aquello de la descertificación. Todos los anteriores desconocen el concepto de Dignidad, pero conocen muy bien el significado de su antónimo porque a diario actúan desde ese errático lugar que les asegura tener visa americana, documento con el que intentan ocultar su condenable, innoble, deshonrosa, abyecta, felona y ultrajante postura pro gringa y pro israelí. 





miércoles, 24 de septiembre de 2025

PETRO Y SU ÚLTIMO DISCURSO EN LA ONU (I)

 

Por Germán Ayala Osorio 


El último discurso de Gustavo Petro en las Naciones Unidas en condición de presidente estuvo marcado, nuevamente, por la rebeldía, la sinceridad y la confrontación política de un mandatario del Sur global que asumió la defensa de la soberanía de los pueblos, de la democracia y de la naturaleza desde un poderoso axioma que las guerras y el modelo universal de desarrollo económico extractivo se encargaron de proscribir: la dignidad humana, que incluye por supuesto a las relaciones étnico-culturales construidas por los pueblos milenarios con los ecosistemas naturales. 

Desde los pensamientos sistémico y crítico Petro logró congregar en su diatriba contra el Norte opulento y los fascistas de Trump y Netanyahu factores identitarios, climáticos, religiosos, políticos y económicos recreados por una condición humana aviesa, alimentada y sostenida en el tiempo por el poder del dinero y la codicia de los Señores de la Guerra, de los banqueros y de familias ricas responsables en gran medida de haber convertido el planeta en un colosal dealer en el que se exhiben la estupidez, se negocia la dignidad humana, al tiempo que se lavan en Wall Street las ganancias del narcotráfico y se aplauden la arrogancia y la maldad. Eduardo Galeano dijo que  "los dueños del mundo lo están convirtiendo en un matadero y en un manicomio. Ellos dicen que la condición humana es así. Puede ser. No sé. No me convencen...". 

En medio de la más evidente crisis de legitimidad de la ONU, incluida su misionalidad, millones de seres humanos saben que en las Asambleas regulares de ese organismo multilateral los estridentes discursos de los presidentes de los países del sur global, como Petro, rechinan por un rato para luego ser pulverizados por la inercia de un manicomio gerenciado por atorrantes megalómanos como Donald Trump y Netanyahu, convertidos hoy en genocidas defendidos por millones de seres humanos que de manera obsecuente y estúpida creen en que hay un pueblo elegido por Dios, razón suficiente para validar la aniquilación de pueblos como el palestino cuya presencia en la franja de Gaza es el mayor obstáculo para la gentrificación urbana propuesta por el propio presidente de los Estados Unidos. Petro espetó que "no hay raza superior, señores. No hay pueblo elegido de Dios. No lo es Estados Unidos ni Israel. El pueblo elegido de Dios es la humanidad entera”.

Quizás le faltó decir al presidente colombiano que las religiones envilecen a quienes creen que hay pueblos superiores o una raza de particular belleza e inteligencia que por derecho divino debe imponerse sobre aquellas comunidades "genéticamente inferiores y feas" para la estética hegemónica dominante que, de la mano de la moda, la acción mediática, el cine americano y relatos religiosos les dijeron  a los pueblos del sur global que debían sentirse avergonzados por el color de ojos y de la piel. 

A Petro le alcanzó hasta para pedir acciones legales contra el cachondo carcamal de Donald Trump, un machito decadente convertido en el "puto amo" del mundo por cuenta de la derecha internacional. Mientras Trump debilita los cimientos de la democracia gringa, en Colombia la derecha uribizada aplaude su cruzada contra el pueblo palestino, porque saben que al interior del "País de la Belleza" sobreviven comunidades afros, campesinas e indígenas que les resultan incómodos para sus proyectos de sometimiento a los ecosistemas naturales. Uribe, Paloma Valencia, Abelardo de la Espriella, Vicky Dávila, María Fernanda Cabal y David Luna, entre otros más, aplauden a rabiar a Trump porque comparten con el fascista gringo la idea de que hay gente que no merece vivir. Además, niegan los efectos del cambio climático. 

El presidente colombiano habló duro en una ONU que se tambalea frente a un sostenido proceso de estupidización y sionización del mundo. Los efectos sociales, políticos y mediáticos de su intervención durarán unos días más. Mientras tanto, Israel seguirá ejecutando su limpieza étnica en Gaza para despejarles el camino a los urbanizadores y cadenas de hoteles que sueñan con la gentrificación urbana que justifica el genocidio. Trump dará continuidad a su persecución contra los migrantes latinos mientras observa la posibilidad de imponer sobre toda América Latina los designios del Dios que lo guía. "Entonces, ahora estamos ante una situación diferente, quizás más global. La barbarie hoy es del planeta, hoy cae sobre la humanidad entera. Los misiles sobre 17 jóvenes desarmados en las aguas del mar Caribe, quizás algunos colombianos. La persecución, aprisionamiento, encadenamiento y expulsión de millones de migrantes". 

Al igual que la canción Cambalache de Santos Discépolo, Petro dijo verdades, pero la vida debe continuar. Nada cambiará en este matadero, en este manicomio. 


Imagen tomada de https://www.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Intervencion-del-presidente-Gustavo-Petro-en-el-80-Periodo-Ordinario-de-Ses-250923.aspx


martes, 23 de septiembre de 2025

TALANTES PRESIDENCIALES: ENTRE LOS BRAYAN, CLÍTORIS Y DONDE LO VEA LE VOY A DAR EN LA CARA..."


 Por Germán Ayala Osorio 


En un país con un modelo político presidencialista y una sociedad clasista y racista, la figura del presidente de la República suele ser vista de acuerdo con el lugar que cada colombiano cree que ocupa dentro de la pirámide social. Partido aparte juegan los miembros de la llamada clase alta cuando de esas huestes salen los millonarios recursos económicos con los que finalmente en el pasado sirvieron para poner en la Casa de Nariño a quien por cuatro o más años fungiría como su más fiel sirviente. Hasta la elección de Petro los llamados "Cacaos" jugaban a ver cuál de todos los candidatos cumplía con su exigente perfil: manoseable, obediente y cumplidor. 

Del jefe del Estado suelen esperarse comportamientos ejemplarizantes para una sociedad que además de estar separada en irreconciliables clases sociales, deviene confundida moral y éticamente, de allí los disímiles conflictos sociales y políticos que por más de 200 años nos definen como un pueblo violento, premoderno e incivilizado.

En la historia reciente del país por el Solio de Bolívar pasaron tipos de presidentes que de alguna manera dan cuenta de lo que somos como colectivo. Hemos visto  "gobernar" desde  la Casa de Nariño a pusilánimes bien puestos, educados y bienhablados como Andrés Pastrana e Iván Duque. Con el último nació para quedarse la idea del "títere-presidente" a pesar de que todos al final de cuentas solían servir a los particulares y siempre mezquinos intereses políticos y económicos de sus patrocinadores. Y con el primero se empezó a erosionar el imaginario colectivo con el que los "delfines políticos" se asumían como hombres inteligentes, probos y de finas costumbres. 

Más atrás en la historia los colombianos han de recordar a Turbay Ayala no solo por su perverso y violento Estatuto de Seguridad, sino por los chistes que sobre él circularon y que al final aportaron a la consolidación de una idea más o menos acertada de su talante presidencial y personal. Ernesto Samper Pizano fue un presidente cuyo perfil de hijo legítimo del Gimnasio Moderno terminó seriamente afectado por el Proceso 8.000. Acosado por sus poco santas relaciones con emisarios de los Rodríguez Orejuela, la imagen social de su finas maneras lo fueron llevando al precipicio de la indignidad en el que cayó con todo y el "elefante" que no vio entrar a la sede de su campaña Samper Presidente.

A la Casa de Nariño llegaría Álvaro Uribe Vélez, un montañero y ordinario domador de bestias que terminó siendo aceptado a regañadientes por la élite bogotana. Uribe Vélez es un paisa malhablado en privado, pero que con un tono de cura de pueblo con el que logró enredar a millones de colombianos que lo asumieron como el Mesías o el Gran Colombiano. No podemos olvidar las dos frases que mejor lo definen: "donde lo vea le voy a dar en la cara marica" y "esos muchachos de Soacha no estarían cogiendo café". Al final de sus dos mandatos, el nombre de la casa de gobierno a la que ingresó en 2002 sufrió un pequeño, pero significativo ajuste: Casa de Nari

Luego vendría el "más fino" de todos los presidentes en ejercicio: Juan Manuel Santos Calderón. Un gentleman de "clasudos" clubes sociales y perfumado jugador de póker. Hijo de la rancia élite bogotana como Samper, Juan Manuel le apostó a la paz con las Farc-Ep quizás pensando más en la posibilidad de ganarse el Nobel de Paz, que en jugársela toda para asegurar la implementación efectiva y eficaz de lo acordado en La Habana. De Duque ya dije lo único que vale la pena recordar de  un homúnculo que en inglés o en español siempre dijo pendejadas. Baste recordar la alusión, en perfecto inglés, a los 7 enanitos en un evento internacional y su visita oficial a España. En esa oportunidad le dijo a Felipe VI "saludos le mandó el presidente Uribe", violento titiritero. 

Una vez instalado Gustavo Petro en la Casa de Nariño las exigencias por las buenas maneras, la etiqueta, hablar inglés, pero sobre todo cumplir con la tradición de ser sirviente de los más ricos de Colombia se tornaron en un moralizante deber ser con el que el presidente Petro no quiso lidiar. Al final de su administración su origen popular y sus luchas por el pueblo lo llevaron a hablar en sus alocuciones y consejos de ministros de "clítoris libres y de los perversos Brayan"; también, lanzó madrazos a Efraín Cepeda y maldijo a los congresistas que legislan en contra del pueblo. Visto por hipócritas, arribistas, clasistas y racistas y por los miembros más prestantes de las élites regionales como un "presidente boleta", el país afrontará unas elecciones presidenciales en las que muy seguramente volverán a exponerse los deseos de quienes asumen a los presidentes de la República como ejemplos a seguir para una sociedad incapaz de reconocer que en todas sus clases sociales hay evidentes y graves problemas en sus procesos civilizatorios. Al final, ellos, los presidentes y todos los seres humanos usamos máscaras con las que logramos ocultar o matizar nuestra aviesa condición humana. Unos pocos se muestran tal y como son. 



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lunes, 22 de septiembre de 2025

38 ASONADAS CONTRA LA FUERZA PÚBLICA

 

Por Germán Ayala Osorio 


Las 38 asonadas contra la fuerza pública presentadas en lo que va corrido del 2025 constituyen un fenómeno civilizatorio que compromete a varios factores de la vida societal de las comunidades rurales en las que se vienen presentando esos casos en los que miembros del Ejército nacional son rodeados, retenidos, secuestrados, constreñidos, humillados y expulsados por civiles instrumentalizados por agentes que hacen parte de estructuras armadas ilegales que operan con o sin la anuencia de esas mismas comunidades. 

El primer factor que debe reconocerse es la nula y casi inexistente noción que del Estado tienen las comunidades rurales en las que se realizan los operativos policiales y militares bien sea para destruir cultivos de uso ilícito, laboratorios para la producción de cocaína y campamentos de minería ilegal, así como para capturar facinerosos que las comunidades protegen por decisión propia o por orden de los grupos ilegales que fungen como la autoridad en esos parajes en los que el Estado, como se conoce en ciudades capitales, no existe. 

La ausencia del rostro civil del Estado en esos territorios olvidados por Dios y las nulas estrategias para echar andar y fortalecer procesos civilizatorios son el caldo de cultivo para que las asonadas se produzcan como respuesta al abandono y al desinterés de los agentes estatales ubicados en Bogotá de construir relaciones de confianza y mutuo respeto entre el Estado y las comunidades rurales. Los ilegales parece que le están ganando la partida al Ejército en aquello de "echarse al bolsillo" a la gente que ante la ausencia del Estado, no le queda otro camino que legitimar a bandidos que les ofrecen protección, control social y resolución de  los conflictos, así como oportunidades económicas. 

El segundo factor que podría explicar el ilegal comportamiento de los campesinos se expresa en la garantía que aquellos parecen tener producto de la manera en la que viene operando la fuerza pública bajo el liderazgo del presidente Petro: el evidente respeto a la población civil. De allí que los civiles se sientan con toda la confianza para confrontar a los miembros del Ejército porque en el fondo saben que bien sea por el miedo a "envainarse" (inseguridad jurídica), los soldados no son capaces de disparar. 

Un tercer factor tiene que ver con el registro noticioso que amplifica los hechos delictivos cometidos por las comunidades y convierte a sus protagonistas y a sus más visibles instigadores en referentes sociales y casi que en "héroes" en esos entornos rurales en los que suelen consolidarse taras civilizatorias propias de unos desarrollos comunitarios atravesados por la inmoralidad generada por las economías ilegales y el dominio político de los grupos al margen de la ley. 

Las medidas anunciadas por el ministro de la Defensa, Pedro Sánchez para contrarrestar las embestidas contra los miembros del Ejército, más allá de la viabilidad jurídica, deben estar acompañadas de acciones institucionales en las que la cara civil del Estado genere confianza entre el campesinado. No es recomendable que los anuncios públicos de "llevar a la justicia" a los responsables de las asonadas se queden en simples amenazas. Cuando se procesen, se condenen a varios de esos instigadores bajo la justicia penal militar o la ordinaria y haya un cubrimiento periodístico espectacular de esos hechos judiciales, quizás en otras veredas se abstengan de oponerse a los operativos. 




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TRUMP CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA

 

Por Germán Ayala Osorio 


En la historia de las relaciones exteriores de los  Estados Unidos de Norteamérica están registradas todas las acciones políticas con las que se descalificaban a gobiernos extranjeros por la violación de los derechos humanos y las libertades de prensa y expresión; hoy, de la mano del convicto presidente Donald Trump se restringe y somete a los medios críticos, a periodistas y tuiteros incómodos a un control ideológico solo visto en las peores dictaduras del Cono sur. Con Trump, el imaginario colectivo de que USA es una democracia y la nación de las libertades se cae a pedazos por cuenta de este vejete autócrata, anacrónico y violento,  acusado, además, de pedofilia.   

"El Pentágono impone nuevas restricciones a periodistas" es el titular de la DW. En el sumario de la nota se lee que "...  el departamento de Defensa de EE.UU. revisará todos los artículos que escriban los periodistas que cubren ese organismo antes de ser publicados". Eso solo se puede llamar censura oficial. 

Entre tanto, el diario El País de España registra otro hecho que confirma el vergonzante y peligroso camino por el que está llevando a la libertad de expresión el presidente de los Estados Unidos: Trump ordena en redes sociales a su fiscal general que persiga “ya” a los enemigos del presidente de EE UU.

Mientras este cachondo carcamal implosiona la democracia americana, sus seguidores y admiradores de la derecha colombiana guardan silencio ante la gravedad de las acciones emprendidas por el poderoso viejecito en contra de las libertades de prensa y de opinión. Acostumbradas las agencias americanas a meterse en los asuntos internos de naciones como Nicaragua y Venezuela por ser paradigmáticos ejemplos de graves restricciones y persecuciones a los periodistas críticos de los regímenes de Ortega y Maduro, descalificaciones e intromisiones reproducidas en Colombia por la prensa hegemónica, ésta última no se atreve aún a calificar como "persecución" a la prensa lo que viene haciendo Trump al interior de los Estados Unidos. Y mucho menos se atreverán a igualar las directivas presidenciales a las que suelen tomar en América Latina presidentes con perfiles dictatoriales. 

El mismo mutismo guardan los precandidatos presidenciales de la derecha uribizada que idolatran al decrépito presidente norteamericano. En particular la obsecuente periodista-periodista y ahora precandidata presidencial de los clanes Gilinski y Gnecco  no se atreverá a criticar las acciones emprendidas por su adorado viejito de pelo anaranjado en contra de la prensa local. Y por supuesto que la misma actitud complaciente guardarán las "tigresas" de Uribe, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia. 

Las restricciones al ejercicio periodístico impuestas por Trump también tocan a los periodistas extranjeros que entran a USA  a cubrir eventos o a permanecer en ese país. En una nota de El Tiempo se lee que "la libertad de prensa en Estados Unidos enfrenta un nuevo desafío. El gobierno de Donald Trump, a través del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), presentó una propuesta para limitar la duración de las visas que permiten a periodistas extranjeros trabajar en el país".

Al ponerle cortapisas a las libertades de prensa y opinión el presidente de los Estados Unidos se iguala a las acciones de control contra los medios y periodistas críticos emprendidas por Bukele, Maduro y Ortega; y más atrás, a los controles y persecuciones sucedidas en Chile y Argentina durante las oprobiosas dictaduras que padecieron chilenos y argentinos. 

Por supuesto que no se trata de proponer el traslado de la Estatua de la Libertad a Cartagena como lo sugirió Petro. De lo que se trata en esta tribuna es de exponer que dicho símbolo perdió todo sentido de realidad en una nación que se cae a pedazos por cuenta de un gobierno republicano que patrocina el genocidio en Gaza y sigue mirando a los países de América Latina como parte de su patio trasero. Trump es un carcamal megalómano que no admite críticas y mucho menos los controles de los medios masivos.  Ya es tiempo que desde el Sur global se descalifique al poderoso gobierno gringo. 


La fiscal general de EE UU, Pam Bondi, habla ante Trump y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, este lunes en la Casa Blanca. Alex Brandon (AP). Tomado de: https://elpais.com/internacional/2025-09-21/trump-ordena-en-redes-sociales-a-su-fiscal-general-que-persiga-ya-a-los-enemigos-del-presidente-de-ee-uu.html


domingo, 21 de septiembre de 2025

MUJERES: A TENER HIJOS, ARRR

 

Por Germán Ayala Osorio 



Desde las huestes uribistas, todos los precandidatos presidenciales se proponen a "salvar a Colombia" del fantasioso "castrochavismo" y del petrismo. Y desde las mesnadas del movimiento Provida se exhorta a las mujeres a que  hagan lo mismo no a través del voto, sino a través de la maternidad porque les preocupa que el país se está envejeciendo por cuenta del descenso en el índice de natalidad. Con una gigante pancarta colgada en la fachada del Congreso de la República, "cuna" de la democracia, le dicen a las féminas "Salven a Colombia: ¡Ten hijos!

La primera exhortación es política y hace parte del juego electoral propio de una democracia que a pesar de la pobreza y la concentración de la riqueza en pocas manos, entre otros problemas, funciona por lo menos desde su carácter procedimental. Es decir, invitar a votar, así sea con la engañosa idea que acompaña a la frase "salvar a Colombia" se asume como una acción política normal y natural; por el contrario, la segunda constituye una falta de respeto por cuanto la "invitación" a las mujeres a tener hijos deviene atada a las imposiciones del sistema patriarcal que, de la mano de iglesia católica redujo a la mujer a cumplir el único rol para el que fue creada por Dios, según la iglesia católica : garantizar la reproducción humana, sin importar condiciones de pobreza, indignidad, sobrecarga laboral, sometimiento emocional por parte de los hombres y el parir hijos para las guerras, entre otros factores. 

Los Provida no solo irrespetan a las mujeres que de manera libre decidieron no tener hijos o han aplazado esa "responsabilidad", sino que insisten en regresarlas al país de los años 40, 50 y 60 en el que el destino de las adolescentes estaba trazado: casarse, tener hartos hijos y aguantarse al marido. Estos Provida son los mismos que se oponen a que las mujeres decidan qué hacer con sus cuerpos y por supuesto al aborto en las tres circunstancias que reconoció la Corte Constitucional. La incitación-invitación de este movimiento conservador y retardatario es un acto político atado a la biopolítica (Foucault) que le da facultades a los gobiernos para regular aspectos de la vida, entre estos la sexualidad y la reproducción. 

La bancada compuesta por cristianos, los del Mira y Colombia Justa y Libres dijeron no a las reformas sociales del gobierno Petro. De manera cínica invitan a las mujeres a tener hijos para que sobrevivan en condiciones lamentables. Exhortan a las féminas a reproducirse quienes negaron derechos, desde la comodidad económica que les da devengar 50 millones de pesos. 

Ya suficientes presiones soportan las mujeres por parte de agentes de sus círculos familiares y sociales: tías, hermanas y padres que insisten en preguntarles "para cuándo los nietos o los sobrinos", para que ahora los Provida hagan lo propio con esa enorme pancarta que en sí misma es un ejemplo de violencia simbólica contra las mujeres. A semejante exhortación solo le faltó la exclamación que acompaña las órdenes en el mundo castrense: A tener hijos, arrrr. 

HABLEMOS DE LAS SANCIONES DE LA JEP

 

Por Germán Ayala Osorio 


Las expresiones de rechazo de las víctimas de las Farc-Ep ante las sanciones impuestas por la JEP contra los miembros del Secretariado de esa guerrilla que firmó el Acuerdo de Paz de La Habana con el Estado colombiano pueden leerse desde dos esferas que deberían complementarse, pero que para el caso devienen distanciadas e incluso en una aparente oposición. La primera de estas esferas está atada al ámbito de lo privado en el que confluyen el dolor y la rabia de las víctimas de ese actor armado ilegal que claramente traspasó los límites éticos y morales de su lucha "revolucionaria" para quedar convertidos en simples estructuras delincuenciales con un debilitado estatus político. Esos mismos sentimientos los activan las víctimas de los militares que también cometieron delitos atroces. 

La segunda esfera nace del contexto político, de la mediatización del papel de la Justicia Especial para la Paz, pero sobre todo de lo negociado en La Habana y del texto mismo del Acuerdo Final (II) firmado en el teatro Colón de Bogotá. Hablamos entonces de una esfera pública en la que los sentimientos de rechazo por las sanciones que acaba de imponer el Tribunal de Paz y de justicia transicional no tienen cabida porque lo acordado en Cuba entre los plenipotenciarios de las Farc-Ep y el gobierno Santos dejó  claro que se trataba de una negociación política y no de un proceso de sometimiento a la justicia de parte de los facinerosos. Y esa negociación en particular implicaba tragarse el inmenso "sapo" (una especie de Rhinella marina) expresado en el hecho jurídico que hoy se cuestiona: los máximos responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos en el contexto de un degradado conflicto armado no pagarían un solo día de cárcel. 

En esa línea, se aceptó que no habría cárcel efectiva para los victimarios y que en lugar de las deseables largas condenas para los máximos responsables de las Farc-Ep, incluidos los agentes estatales también comprometidos en la violación sistemática del DIH y los DDHH, habría un proceso judicial orientado bajo los principios de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición enmarcados en un modelo de justicia transicional y restaurativa puesto en marcha en una sociedad que cree en la justicia por mano propia y en la institución carcelaria. 

Al haberse dado las sanciones contra los miembros del Secretariado en un agitado ambiente preelectoral, la JEP y sus magistrados quedan a merced del populismo punitivo de los medios masivos y de las fuerzas políticas que desde un inicio se opusieron a la negociación política surtida en territorio cubano. El uribismo en particular ya está explotando electoralmente las sanciones de la JEP para insistir en su desmonte por todo el daño político que produjo la verdad de los falsos positivos allanada por ese tribunal. 

Era fácil comprender que el proceso de paz de La Habana apuntaba a garantizar altos niveles de impunidad judicial para los victimarios, legales e ilegales, a cambio de conocer la verdad de los crímenes cometidos, esto es, contar las motivaciones, las circunstancias de tiempo, modo y lugar y el destino final de las personas asesinadas y desaparecidas. Quizás el gobierno de Santos falló en un ejercicio pedagógico clave: convencer a la sociedad y en particular al conjunto de las víctimas de las Farc-Ep y de los militares de las "bondades" del sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. 

Quizás sea necesario emprender una campaña encaminada a unir las dos esferas arriba presentadas con el objetivo de mostrar la importancia de haber conocido la verdad de unos hechos que confirman que el camino que nos trazaron  guerreristas y  los combatientes, legales e ilegales nos terminaron llevando al abismo en el que suelen caer juntos la venganza y el odio. En el fondo de ese acantilado seguiremos hasta que como colectivo entendamos que la construcción de la paz va más allá de un acuerdo político firmado entre combatientes o entre sus agenciadores. Al final, debemos entender que las Farc-Ep no fueron nunca revolucionarios y que dentro de las FFAA hubo militares que actuaron con la misma perversidad de un enemigo interno creado y recreado para extender una estúpida guerra fratricida que solo sirve a los intereses de los Señores de la Guerra (locales e internacionales). 

Así entonces, las críticas y las molestias expresadas por las víctimas en razón a las sanciones y las actividades de reparación harán parte de una campaña electoral caracterizada por el odio y la incapacidad para argumentar y dialogar entre diferentes. 



¿Por qué son distintas las sanciones de la JEP a exmilitares de La Popa frente a ex-FARC?

sábado, 20 de septiembre de 2025

EL BLOQUE ANTIPETRISMO DE VARGAS LLERAS Y URIBE VÉLEZ

 

Por Germán Ayala Osorio 


La unión entre Cambio Radical y el Centro Democrático da cuenta del desespero de los agentes más retardatarios del  viejo Establecimiento colombiano por reconquistar la Casa de Nariño en el 2026. Para lograrlo deberán llegar con un bloque congresional que eche para atrás las medidas y reformas del gobierno Petro. Ese es el sentido de las frases de campaña de Cabal, Dávila y Luna, entre otros agentes de la derecha: "vamos a recuperar el país, a Colombia, el rumbo". 

Esa casa de Gobierno simboliza mucho para la derecha y la ultraderecha local cuyos voceros se reúnen sin asco a pesar de los  mutuos cuestionamientos entre Germán Vargas Lleras y Álvaro Uribe Vélez. El expresidente antioqueño y el eterno candidato presidencial son curtidos y ladinos líderes de la ética pragmática y acomodaticia con la que siempre obedecieron a los Cacaos que los sostienen como sus fichas dentro del poderoso engranaje que hay detrás de ese régimen de poder. 

La cumbre que se avecina servirá para conformar y  consolidar un frente político que en las elecciones de 2026 le arrebate ese objeto de deseo que es la Casa de Nariño, ocupada hoy por Gustavo Petro. El Todos Contra Petro vuelve a sonar como única alternativa política y electoral para derrotar al petrismo  en cuyas huestes se vislumbran disputas y luchas intestinas muy propias de la izquierda tradicional de la que hacen parte progresistas de estos nuevos tiempos. 

Ese bloque anti Petro operará como una suerte de "colador" electoral al que querrán llegar todos aquellos precandidatos presidenciales que a pesar de no tener maquinarias, propuestas claras y serias, así como carisma, se lanzaron para ver qué cargo público pueden pescar una vez  Vargas Lleras y Uribe sacudan ese filtro para definir las listas al Congreso y acordar la fórmula presidencial que les garantice la repartija de los recursos públicos y el control institucional suficiente para superar la desazón que les dejó estos cuatro años de la inesperada viudez del poder a las que los sometió Petro. 

Recordemos algunos hechos que dan cuenta del pragmatismo de Uribe y Vargas Lleras, dos caciques y barones electorales que representan a la vieja y tradicional formas de la política colombiana pensada para oponerse al progreso de las mayorías a través de la privatización del Estado y del sometimiento de los ecosistemas naturales y las culturas asociadas a violentos y negativos procesos de transformación mirados así desde una perspectiva sistémica de la sostenibilidad. 

En el 2012, Portafolio publicó una nota en la que se lee lo siguiente: "Un fuerte choque se generó entre el ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, y el expresidente Álvaro Uribe Vélez, un día después de que se conociera que la Procuraduría inició una investigación preliminar contra el primero por presuntos nexos con paramilitares". 

Tres años después, cuando fungía Uribe como senador de la República y agente de la oposición, el portal La Opinión registró una denuncia del caballista antioqueño que enlodaba a Vargas Lleras: “Hay corrupción de soborno generalizada y un abuso del doctor Vargas Lleras con un control de la contratación del Estado y un manejo prevaricante”. La reacción al señalamiento de Uribe, el entonces vicepresidente de Santos dijo a "COLPRENSA precisamente Uribe busca esto para desviar todo lo de la investigación del DAS”. Se refiere al caso de las 'chuzadas' telefónicas que habría ordenado él hacer desde el desaparecido departamento de inteligencia DAS, en donde estuvo involucrada su exdirectora María del Pilar Hurtado, quien se entregó a la justicia colombiana el sábado luego de más de dos años de estar huyendo". 

Los dos atentados criminales que sufrió en su momento Germán Vargas Lleras también motivaron enfrentamientos entre los dos políticos, que parecen guardarse mutuas desconfianzas en torno a sus estructuras morales. En La Nueva Prensa se lee: "Los dos atentados terroristas con bombas cometidos en Bogotá en 2002 y 2005 contra el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras –en uno de los cuales perdió dos dedos y medio de la mano izquierda–, fueron cometidos por las FARC... Esta revelación tumba la versión, tomada como verdad histórica, en el sentido de que ambos ataques criminales fueron ordenados por el entonces presidente de la república, Álvaro Uribe Vélez, y ejecutados por la desaparecida y tenebrosa policía política DAS, la cual sí vigilaba de cerca e ilícitamente a Vargas Lleras en todos sus movimientos". 

Lo cierto es que de esa unión entre los dos políticos no podrá salir nada bueno para el país. Por el contrario, si logran ponerse de acuerdo en quién será el candidato presidencial y su fórmula vicepresidencial, estaríamos ante una especie de "mini Frente Nacional" fundado en el proyecto neoliberal en el que Uribe y Vargas Lleras creen y saben muy  bien ejecutar, en la imposición de un modelo de desarrollo económico alejado de consideraciones ecológicas y socioambientales, así como en el regreso a los tiempos de la seguridad democrática y la extensión social y comunitaria de la doctrina del enemigo interno. 

Se trata de la unión de dos viejos enemigos que se juntan para echar para atrás lo poco que logró avanzar el gobierno Petro para dignificar la vida de millones de colombianos. Uribe y Vargas Lleras se  juntan para hacer del atraso, de la pobreza, la miseria, el clasismo, la aporofobia y el racismo condiciones naturales bajo las cuales debemos acostumbrarnos a vivir. 



URIBE Y VARGAS LLERAS JUNTOS - Búsqueda Imágenes


PEDRO VIVEROS: DE ANALISTA POLÍTICO A "BODEGUERO URIBISTA"

 

Por Germán Ayala Osorio


Inicio esta columna con una imagen que empobrece el debate político al tiempo que crea falsos y moralizantes dilemas  electorales, montados sobre el siempre engañoso patriotismo que suele la derecha uribizada enarbolar con el fin de presentar a sus candidatos como los "salvadores de la Patria", esto es, políticos probos, patriotas, respetuosos de la institucionalidad y defensores del pueblo

En el pasado fue la imagen de Uribe con su mano en el corazón y la fingida pero temida frase patriotera Mano Firme, Corazón Grande; ahora, el "tigre" Abelardo de la Espriella, conocido por sus amigos como "Papucho", aparece como el "nuevo Mesías" capaz de "destripar a la izquierda", esto es, derrotar en las urnas a Iván Cepeda Castro, el precandidato presidencial del Pacto Histórico señalado por el uribismo de ser el "candidato de las Farc".

Estamos ante una  temeraria insinuación que se explica por dos razones: la primera, por el odio que  profesan contra Cepeda desde las mesnadas uribistas por el hecho de ser el congresista que denunció penalmente a Uribe por tres graves delitos que lo tienen hoy condenado en primera instancia; y la segunda, porque contra todos los pronósticos, Cepeda Castro produce miedo por su impoluta trayectoria política  fundada en un ejercicio político respetuoso de las diferencias. A lo que se suma su compromiso con las víctimas de las dinámicas del conflicto armado, su defensa del proceso de paz de La Habana y en particular de las madres de los jóvenes asesinados en el marco de la política de seguridad democrática, aplicada entre el 2002 y 2010 y en gran medida animadora institucional para presentar como bajas en combate a jóvenes inermes, hechos que se conocen como los "falsos positivos". 

La imagen en sí misma es provocadora, estigmatizante y grotesca, pero "normal" dentro de las lógicas de las redes sociales, convertidas en trincheras y calderas ideológicas en las que no hay límites éticos. Pues bien, el analista político de Caracol y Blu radio, Pedro Viveros, en su cuenta de X puso a circular la imagen con el siguiente texto: "Ninguna de las dos. Nos quieren sacar a “votar emberracados” por eso valoremos que muchas opciones para escoger bien y mejor, no caigamos en la trampa de los extremos". Viveros creyó que al tomar distancia electoral y política del mensaje era suficiente para matizar el garrafal error que cometió al divulgar la fotografía (se trata de un montaje) con la que se insiste en alinear a Cepeda Castro con las Farc, situación sobre la que no existen pruebas que demuestren que efectivamente el congresista hizo o hace parte de esa estructura armada ilegal. 

Viveros termina legitimando el señalamiento contra Cepeda. El analista pro establecimiento se alineó con los hijos de Uribe que insisten en decir que el congresista es el candidato presidencial de las extintas Farc. Como el país sabe, Cepeda Castro instauró acciones legales contra los vástagos del condenado expresidente antioqueño por injuria y calumnia. La misma decisión acaba de tomar el precandidato presidencial del Pacto Histórico en contra de Pedro Viveros. Así lo anunció en su cuenta de X: 

"Denuncia Penal contra Pedro Viveros. Señor Viveros: El uso arbitrario de mi imagen manipulada para endilgarme falsamente la pertenencia a un grupo armado ilegal es injurioso y calumnioso. Por tanto, será ante la Fiscalía que deberá explicar si este fotomontaje es suyo o no. En todo caso, le recuerdo que el artículo 222 del Código Penal contempla el delito de injuria y calumnia indirectas, para quienes publican, reproducen y repiten falsas imputaciones hechas por otros". 

Más allá de si la demanda interpuesta prospera, aquí hay que cuestionar la actitud de Viveros. Es apenas lógico pensar que Viveros defenderá su "acción informativa" basada en su derecho a la libre expresión e incluso a la libertad de prensa que le otorga el hacer parte de un equipo periodístico y de ser generador de estados de opinión pública desde Blu radio. Aquí lo reprochable es que el analista político no cuestionó la imagen y su dañino mensaje. Al reproducirla, le dio sentido de realidad a una insinuación calumniosa. Además, validó los sentimientos y los mensajes de odio que desde las huestes uribistas se vienen lanzando en contra del precandidato presidencial, lo que claramente cuestiona su rol de analista político. Varios tuiteros, incluso, lo rebajaron a la condición de "bodeguero" por divulgar la señalada imagen. No, Pedro Viveros, así no. 

El montaje pone al electorado a escoger entre Abelardo de la Espriella e Iván Cepeda Castro; el primero, un civil que piensa y habla como un chafarote, mascarada con la que se presenta como un patriota tal y como en su momento lo hizo ante la opinión pública Álvaro Uribe; y el segundo, un comandante guerrillero (un terrorista) que desconoce la autoridad del Estado y odia a la Patria, razones suficientes para no solo negarle el voto, sino eliminarlo físicamente. Además, se le niega la condición civil a Cepeda. Este tipo de disquisiciones y otras más posibles debió hacer Viveros antes de poner a circular la indignante imagen. 

¿En dónde quedó el analista político, señor Viveros? Usted reproduce no solo una imagen perversa, dañina y mentirosa, sino que promueve la desinformación, el matoneo y la violencia política. Vergonzoso.


viernes, 19 de septiembre de 2025

POR SANSÓN, TELMO, LESTER Y WILSON, ¡SAQUEN A LOS PERROS DE LA GUERRA!

 

Por Germán Ayala Osorio 

En el marco del conflicto armado interno, el uso de perros en actividades antinarcóticos y la detección de minas antipersonales se ha naturalizado de tal forma que cuando los caninos pierden la vida o se pierden en espesas selvas durante operaciones militares y policiales, los medios de comunicación en lugar de cuestionar la presencia de los canes en la guerra, editan emotivas notas en las que exaltan a los peludos con las que los elevan a la condición de "Héroes". Incluso, los despiden con toques de corneta y disparos de salva. Con esa distinción y las sentimentales y compasivas notas periodísticas la gran prensa valida la instrumentalización de los "firulais" que acompañan y protegen  a los miembros de la fuerza pública. 

Noticias Caracol en la emisión central de hoy 19 de septiembre dedicó varios minutos al registro del  reencuentro entre el policía Diego Alejandro Herrera y Telmo, el pastor Belga Malinois con el que cumplía labores antinarcóticos. El hermoso ejemplar canino sobrevivió al ataque dinamitero perpetrado por las disidencias en Amalfi, en el que murieron 13 hombres de la Policía y Lester, el otro peludo que junto a Telmo acompañaban a los uniformados en la erradicación de cultivos de uso ilícito. Durante varios días duró perdido en la zona en donde fue atacado el helicóptero. 

Con esta columna hago un llamado a las congresistas ambientalistas Esmeralda Hernández y Andrea Padilla para que presenten una iniciativa legislativa que permita sacar a los perros de la guerra interna. Es urgente que como sociedad civilizada y moderna transitemos del antropocentrismo, ideología desde la que se legitima y defiende el uso de perros en operaciones militares y policiales para proteger la vida de los uniformados, hacia el biocentrismo. Es preciso abandonar la racionalidad instrumental sobre la que se basa la inclusión y participación de los caninos en las dinámicas del conflicto armado interno. 

Sé que la propuesta de inmediato pone de presente el dilema antropocentrista que se expresa en sentencias como estas: "esos perros salvan las vidas de policías y uniformados"; "es preferible que mueran los caninos y no los seres humanos". Estamos ante un falso dilema o quizás ante un forzado dilema atado al perverso antropocentrismo desde el que subvaloramos e instrumentalizamos la vida de los peludos. Todas las vidas son útiles porque hacen parte de ese gran ecosistema llamado Naturaleza. 

El Estado debe hacer los esfuerzos presupuestales necesarios para invertir en tecnología militar para enfrentar desafíos como las minas antipersona que siembran los grupos armados ilegales para atacar a la fuerza pública. La petición es clara desde esta tribuna: ¡hay que sacar a los perros de la guerra! 

Con el mismo clamor con el que se exige sacar a los niños y a la población civil de las hostilidades, desde aquí propongo a las congresistas animalistas que presenten un proyecto de ley que "saque a los perros de la guerra". 

En una sociedad desmemoriada como la colombiana, muy seguramente muy pocos recuerden a Wilson, el pastor Belga que participó del operativo militar e indígena que finalmente dio con los niños que durante 40 días caminaron perdidos por la selva del Guaviare. O más recientemente a Sansón, quien activó una maldita mina antipersona sembrada por los malditos grupos al margen de la ley. Sansón murió días después. Para Lester no hubo funeral y despedida de héroe, a pesar de los titulares de prensa. Hoy aplaudimos y nos conmueve el regreso de Telmo y el reencuentro con su amigo Herrera. Pero muy seguramente seguiremos viendo en los medios masivos que más y más caninos caen en combates o en atentados dinamiteros. Y los despedirán como Héroes. Eso sí, esa distinción no servirá para ocultar que somos una especie aviesa, perversa y estúpida. 




jueves, 18 de septiembre de 2025

¡INCREÍBLE!: LE SACARON LA PIEDRA A FAJARDO

 

Por Germán Ayala Osorio 


Sergio Fajardo supo venderse como un político correcto, coherente, mesurado al hablar, tranquilo, transparente y conciliador, pero también existe la imagen de un Fajardo tibio por haberse ido a ver ballenas en una coyuntura política que le demandaba asumir una postura política clara; muchos lo consideran solapado y dormilón. Y por cuenta de una pregunta de un periodista, el exgobernador de Antioquia y uribista enclosetado se alteró de tal manera que varias de esas cualidades y credenciales que lo hacen ver presidencial quedaron comprometidas. 

Todo inició con una publicación del portal La Silla Vacía, titulada Fajardo y su asesor, Antoni Gutiérrez-Rubí: la pareja improbable, en la que se dice que fue el exalcalde de Medellín y eterno candidato presidencial quien buscó al costoso asesor político, el mismo que acompañó a Petro en su campaña para llegar a la Casa de Nariño. Se trata de un gurú de la comunicación política señalado de "haber corrido la línea ética" cuando asesoró a Petro en su efectista y efectiva campaña que finalmente, contra todos los pronósticos,  lo instaló en la Casa de Nariño. 

En el artículo periodístico se lee que <<fue Fajardo quien buscó a Gutiérrez- Rubí. Lo hizo solo. Lo único que le dijimos en el partido fue que buscara a alguien que realmente supiera de eso y él se reunió con tres personas y escogió a Antoni, le dijo a La Silla Gustavo Triana, secretario general de Dignidad y Compromiso, el partido de Fajardo. Eligió a un asesor costoso. Muy costoso. Según otro asesor político curtido, los honorarios mensuales de Gutiérrez-Rubí oscilan alrededor de los 100 mil dólares. Esos serían 400 millones de pesos que, de mantenerse hasta 2026, ascenderían a un millón de dólares al final de la campaña. Fajardo no quiso responder preguntas de La Silla sobre la fuente de financiación del gurú de la comunicación política, y del partido que lo avala no salió la plata>>.

Justamente sobre el manejo de los recursos económicos Fajardo construyó su imagen de político honrado, honesto y transparente en el que creen cientos de miles de colombianos que lo ven como un serio candidato a llegar a la Casa de Nariño. En el mismo portal aluden a esa actitud que en el pasado le sirvió al exgobernador de Antioquia en los tiempos en los que operaba en Antioquia el criminal alias Don Berna: "Aunque la ley todavía no obliga a los candidatos a reportar sus gastos ni las fuentes de financiación él, voluntariamente, lo hizo en sus campañas pasadas. En 2017, fue uno de los pocos candidatos que voluntariamente reveló el origen de sus fondos desde antes de la fecha en la que tenían que hacerlo. Lo hizo como parte de la campaña ciudadana “#DeDóndeSalióLaPlata"

Al parecer, entre el Fajardo del 2017 y este del 2025 existe una diferencia al momento de ser transparente, austero y diáfano pues ante la pregunta del periodista Jorge Esteban por quiénes son las empresas o los particulares que están entregando aportes a su campaña Fajardo respondió con un sonoro y molesto No. "¡Por supuesto que no!" espetó el precandidato presidencial que se vende de Centro, pero que todos sabemos que hace parte de la derecha uribizada. Con la rabiosa respuesta, el propio Fajardo rasgó la bandera de la austeridad con la que le dio sentido de realidad a su célebre frase “cómo se llega al poder se gobierna”. 

Lo que sí parece quedar claro con la llegada de Gutiérrez-Rubí a la campaña de Fajardo es que el asesor español tiene la difícil tarea de borrar de la mente del propio asesorado y de la conciencia colectiva la idea que el mismo exgobernador de Antioquia lanzó durante un debate presidencial en la campaña de 2022: "No inspiro nada".  La verdad es que el costoso y reconocido asesor político no la tiene fácil para despertar en los electores las emociones que no puede generar un político como Fajardo que parece ser alexitímico.


Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor político y Sergio Fajardo, candidato presidencial. Imagen tomada de La Silla Vacía. 

DESCERTIFICACIÓN, CASO URIBE Y EL GRINGO AHÍ

 

Por Germán Ayala Osorio 


Todo el tiempo y de diversas maneras la clase política colombiana, incluidos los miembros de la izquierda y la derecha legitiman la injerencia de los Estados Unidos en nuestros asuntos internos. Unos y otros, de acuerdo con sus intereses gradúan al país del norte como árbitro neutral y moralmente superior con el objetivo de que se manifieste en torno a nuestros conflictos y diferencias políticas internas. 

La condena proferida por la valiente juez Sandra Heredia contra el expresidente Uribe sirve de ejemplo para demostrar que efectivamente unos y otros de aquellos espectros ideológicos validan los comentarios, insinuaciones e incluso amenazas lanzadas por congresistas republicanos y demócratas que en precisos momentos históricos han actuado en equipo para constreñir a los presidentes colombianos que en ejercicio de la soberanía estatal toman decisiones que directa o indirectamente involucran a los Estados Unidos. 

Una vez conocida la sentencia condenatoria en contra del ladino y dañino político antioqueño, el gobierno del convicto y pedófilo de Donald Trump y voceros del partido republicano salieron a respaldar al exmandatario colombiano y a amenazar al gobierno Petro con sanciones económicas, como si el fallo de la jueza Heredia fuera fruto de una orden presidencial. Acostumbrados los gringos a manosear a los presidentes de Colombia, los congresistas de la derecha colombiana aplaudieron a rabiar la burda injerencia de Trump, de Marco Rubio y la de varios legisladores de origen latino que operan como "renegados orgánicos" del régimen americano que persigue, estigmatiza y expulsa, curiosamente, a los migrantes suramericanos que entraron a la tierra del Tío Sam en búsqueda del "Sueño Americano". Hablo de María Elvira Salazar y Carlos Jiménez que no pueden ocultar su origen cubano; y Bernie Moreno, con sangre colombiana, a quienes poco les importa la limpieza étnica que ejecuta Trump y que viola los derechos humanos de cientos de miles de sus compatriotas. 

Luego de la actitud amenazante del presidente Trump, las lógicas noticiosas y los hechos mismos echaron un poco en el olvido el respaldo político gringo que recibió el condenado expresidente Álvaro Uribe Vélez. Huelga recordar que el gobierno norteamericano respaldó al también procesado y condenado expresidente y golpista brasilero Jair Bolsonaro. Ahora, el país conoce la carta que envió por lo menos una docena  de congresistas demócratas al Secretario de Estado, el también "renegado orgánico", Marco Rubio, en la que rechazan la injerencia en los asuntos de la justicia colombiana. La misiva es recogida por varios medios tradicionales y los afectos al gobierno Petro como un gran hecho político que legitima la intervención cotidiana de los gringos en los asuntos de Colombia. 

Esto publicó en su cuenta de X RTVC Noticias, medio público que defiende los intereses del gobierno Petro: "A través de una carta, congresistas de Estados Unidos y @WOLA_org rechazan la posición del Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio @marcorubio sobre el caso del expresidente Álvaro Uribe Vélez por manipulación de testigos y fraude procesal, calificando esa postura como "un desprecio por la independencia judicial, la soberanía y el estado de derecho en Colombia". En esta misiva firmada por congresistas señalan que se debe perseverar los principios de Estado de derecho y la independencia judicial en Colombia. "El pueblo de Colombia merece algo mejor del gobierno de Estados Unidos [...] El verdadero Estado de derecho exige que ninguna persona, sin importar su estatus o posición en el gobierno, sea considerada por encima de la ley" señalan los parlamentarios, entre los que se destacan figuras del Partido Demócrata como Alexandria Ocasio-Cortez, James McGovern o Nydia M. Velásquez". 

La epístola se conoce justo cuando el presidente Petro decidió dirigirse de manera directa a Donald Trump en rechazo a la descertificación que tiene hoy al país dividido entre los eternos cipayos que aplauden las intromisiones gringas en los asuntos internos de Colombia y quienes creen que es posible mantener relaciones dignas con el coloso del Norte. Lo cierto es que al interior de los Estados Unidos parece haber un resquebrajamiento de la funcional cohesión política entre republicanos y demócratas por culpa del regreso a la Casa Blanca del convicto y pedófilo Donald Trump. 

A pesar de la decadencia moral, cultural y económica del "imperio", en Colombia seguimos mirando a ese país como el árbitro más ecuánime para dirimir nuestros conflictos y diferencias internas atadas históricamente a nuestra incapacidad para construir consensos que nos permita como nación exigir respeto a los gringos. La  reciente descertificación era la oportunidad ético-política para empezar a actuar con dignidad colectiva e instar al gobierno de Trump a que nos respete porque somos el país que pone los muertos, civiles y uniformados, por culpa de una inmoral e hipócrita lucha contra las drogas que solo sirve para que en el mercado gringo circule la droga que se soplan sin cesar sus ciudadanos y se laven millones de dólares en su sistema financiero. Esto último es lo que realmente les interesa a los norteamericanos. 

Eso sí, no faltará el político colombiano que insista en la ridícula idea de que el "país debe estar unido", cuando justamente son sus agentes políticos los que promueven la desunión del pueblo colombiano con las sumisas posturas con las que validan la injerencia gringa en nuestros asuntos internos. 




Foto: EFE - WILL OLIVER, imagen tomada de El Espectador

miércoles, 17 de septiembre de 2025

DESCERTIFICACIÓN, CIPAYOS Y DIGNIDAD

 

Por Germán Ayala Osorio 


Cuando la prensa tradicional destaca que el país no "sufría" una descertificación desde los tiempos de Ernesto Samper, alimenta la animadversión de los partidos de oposición con el único propósito de tratar de deslegitimar al gobierno Petro tal y como lo hizo el partido Conservador hace 30 años, en cabeza de Andrés Pastrana Arango, con el presidente que no "vio entrar un elefante", es decir,  que no se percató, supuestamente, de la entrada de dineros del Cartel de Cali a su campaña presidencial. 

Aunque no hay punto de comparación entre las campañas de Petro y Samper, las empresas mediáticas hablan de la descertificación con el sentido catastrofista con el que suelen mirar ese tipo de decisiones unilaterales, irrespetuosas, intimidantes, arbitrarias, inamistosas y profundamente ilegítimas los sectores políticos, sociales y empresariales que miran a los Estados Unidos desde el indigno lugar en el que siempre los pusieron y asumieron los gobiernos republicanos y demócratas:  como reyezuelos de una república bananera o perfumados administradores de un inmenso y sucio patio trasero llamado Colombia. 

Desde la experiencia, el expresidente Samper le dijo a Petro y al país que la descertificación "no es el fin del mundo”  como lo están viendo y presentando los cipayos que le hacen oposición a Petro, al tiempo que disfrutan de que al país le vaya mal por culpa de una decisión politizada  e ideologizada del convicto y pedófilo presidente Donald Trump, aupado por el renegado Marco Rubio y políticos como Alejandro Eder, Fico Gutiérrez, Vicky Dávila y Efraín Cepeda, entre otros más que viajaron a la tierra del Tío Sam a pedir, con las rodilleras de siempre, sanciones económicas y políticas para Colombia. 

"Colombia ya pasó por una descertificación y puedo asegurar que no es el fin del mundo", dijo Samper en su aludido comunicado. Samper sugiere "volver a mostrar internacionalmente los altos costos económicos, sociales e institucionales que hemos pagado por un problema que no es solo nuestro". Además, solicitó volver a exigir "a los países consumidores como Estados Unidos y muchos de Europa que cumplan su compromiso de reducir la demanda de estupefacientes, precisamente en momentos en que ha bajado el consumo de drogas de origen vegetal y se están sintiendo los efectos devastadores de drogas sintéticas como el fentanilo y otros estupefacientes que no producimos". Y le alcanzó al expresidente para decir que "las peores dictaduras de derecha han sido beneficiadas con la no aplicación de la descertificación mientras que a nuestro país, que ha pagado altos costos humanos en vidas e institucionales, la descertifican cada vez que el gobierno de Colombia aparece como “enemigo” del gobierno de Estados Unidos"

En la postura de Samper se advierte la comprensión de un concepto que los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe, así como las precandidatas presidenciales Paloma Valencia y Vicky Dávila jamás estudiaron durante sus procesos formativos: Dignidad. Entender y comprender los alcances de dicho concepto es un imposible cuando se actúa como traidor, vendido, lacayo, servil, subordinado, colaboracionista, criado, escudero y espahí. Así como Samper tiene experiencia en descertificaciones y cancelaciones de visa para ir a ver a Mickey Mouse, los arriba señalados la tienen como cipayos perfumados a los que les encanta ir a Washington para sentirse en el primer mundo, mientras que desde sus oficios hicieron y aún hacen ingentes esfuerzos para que Colombia siga sumido en el subdesarrollo, pero sobre todo para que siga siendo una colonia gringa, su patio trasero y el inmenso platanal en el que pueden venir a asperjar glifosato, a jugar a la guerra y a hacer experimentos genéticos con la hoja de coca. Ellos sueñan ver al país como un Estado Libre Asociado de los Estados Unidos, como lo es Puerto Rico.

Lo dicho por 11 partidos políticos en un comunicado público confirma que la clase política y dirigente del país no conoce qué es eso de la dignidad. Esto dijeron: “Constituyen un agravio a una nación que ha respaldado a Colombia en este esfuerzo durante décadas. Reiteramos nuestro respeto por el gobierno de los Estados Unidos y apoyamos la implementación de medidas más severas y efectivas contra el narcotráfico". El presidente Petro los llamó "cipayos". Nada más que agregar. 

Foto Colprensa-AFP, tomada de El Colombiano 

martes, 16 de septiembre de 2025

PRIMERAS SANCIONES DE LA JEP A EXCOMANDANTES DE LAS FARC-EP

 

Por Germán Ayala Osorio 


La primera sentencia de la JEP contra los miembros del Secretariado de las Farc-Ep por una constelación de delitos graves (secuestro, homicidio, violencia sexual, tortura y tratos crueles) cometidos en el marco del conflicto armado interno llega en un mal momento para el país, a pesar de la connotación histórica de las sanciones que el alto tribunal de justicia transicional oficializó hoy 16 de septiembre de 2025 contra Timochenko, Pastor Alape, Pablo Catatumbo y Carlos Antonio Lozada, entre otros comandantes de esa guerrilla. 

Las circunstancias en las que la JEP se pronuncia de fondo están dadas por el hostil ambiente de polarización política y crispación ideológica que nacieron con el proceso de paz de La Habana y el plebiscito por la Paz de 2016 con el pírrico triunfo del No. Se suman por supuesto las expectativas electorales de millones de votantes divididos entre quienes piden a gritos que regrese el uribismo y la seguridad democrática, e incluso, que se diseñe un nuevo Plan Colombia, y los que le apuestan a que el proyecto progresista siga instalado en la Casa de Nariño cuatro años más; y claro que no se puede quedar por fuera de ese listado la descertificación de los Estados Unidos al gobierno Petro, los ataques indiscriminados de las disidencias farianas a estaciones de Policía,  centros poblados y carreteables, y el aumento de los secuestros.  

Los problemas de orden público y el fracaso de la Paz Total sirven a los detractores del Acuerdo Final de La Habana para recabar en la idea de que las sanciones de ocho años, sin cárcel y sin restricciones a la libertad de los procesados por la JEP constituyen una burla a las víctimas y el descrédito para la majestad de la justicia. De eso se encargó muy bien Noticias Caracol que editó varias notas con políticos y expolicías de alta graduación  que las Farc-Ep secuestraron y torturaron durante varios años. 

En lugar de destacar el sentido de la histórica sentencia, el noticiero privado revive la discusión política que suscitó en su momento lo acordado en Cuba en materia de justicia transicional entre los plenipotenciarios de la guerrilla fariana y los del gobierno de Juan Manuel Santos en representación del Estado. Desmantelar a esa máquina de producción de víctimas en la que se convirtieron las Farc-Ep fue vista en su momento como una apuesta ética de quienes votaron Sí al plebiscito por la paz y aceptaron "tragarse el sapo" que significaba que ninguno de los máximos responsables de crímenes atroces pagaría un solo día de cárcel, puesto que en la discusión jurídica triunfó el modelo de la justicia transicional con los elementos de verdad, justicia, reparación y no repetición y con estos la imposición de penas alternativas. Entonces, los ochos años de sanción los pagarán con el desarrollo de actividades como siembra de árboles, reconstrucción de infraestructura afectada durante las hostilidades y construcción de bibliotecas, entre otras. A dichas acciones se conocen como las TOAR (Trabajos, Obras y Actividades con contenido Reparador o Restaurativo). 

Muy seguramente la sentencia que la JEP acaba de proferir contra los integrantes del entonces Secretariado de las Farc será usada por los candidatos presidenciales de la derecha para insistir en el desmonte de la JEP o por lo menos en su debilitamiento como tribunal de una paz que los militaristas jamás aceptaron como legítima para castigar a los comandantes guerrilleros por la comisión de delitos atroces cometidos en el marco de un conflicto armado que se degradó. Abelardo de la Espriella, por ejemplo, asegura que de llegar a la presidencia no entablará negociaciones con los grupos al margen de la ley y mucho menos con aquellos que incumplieron lo acordado en La Habana. 

Aceptar los principios de la justicia transicional y restaurativa exige de las víctimas y del resto de la sociedad haber transitado por el dolor, hasta llegar al máximo sentido de humanidad al que podemos llegar como especie: perdonar a quienes violaron la dignidad de sus familiares. Se trata de una apuesta ética y moral, individual y colectiva, que debe enfrentarse a la narración periodística proclive al populismo punitivo y al discurso de la derecha que cree posible acabar militarmente con todos los grupos al margen de la ley. 

Más allá de las críticas a las sanciones que hoy expone la JEP, escuchar y documentar las voces de las víctimas y los episodios en los que los victimarios (militares y guerrilleros) fueron confrontados constituye un valioso trabajo de construcción de memoria histórica para una sociedad desmemoriada y selectiva a la hora de reconocer las responsabilidades de los victimarios que participaron de las hostilidades. 

Quizás sea tiempo de amplificar la idea de que la guerra no fue para el caso colombiano el camino para hacer las transformaciones sociales que la sociedad demanda. Y también quizás sea el momento para gritar que todo hombre en armas, sin importar la causa que defienda y de quién escriba la historia, es un potencial asesino o uno ya consumado. 



Mauricio Alvarado / El... - Mauricio Alvarado

Tomada de El Espectador.

TRUMP DESCERTIFICÓ A COLOMBIA (II)

 

Por Germán Ayala Osorio 


Conocidas la inamistosa, irrespetuosa, arbitraria e ilegítima decisión del gobierno norteamericano y la fuerte reacción del presidente Petro, es fácil concluir que la descertificación de los gringos no se produjo por la falta de resultados positivos en la lucha de Colombia contra los cultivos de coca y la producción de cocaína, sino por la postura crítica del presidente colombiano frente a temas como el genocidio israelí en Gaza que los Estados Unidos viene legitimando, la limpieza étnica que viene haciendo Trump en la tierra del Tío Sam persiguiendo y expulsando migrantes latinos y por supuesto frente a la lucha antidrogas que no es otra cosa que la patente de corso de los gringos para someter a pueblos en donde se cultiva "la mata que mata" con su hipócrita y fallida política con la que su sistema financiero se sostiene a través del lavado de activos. 

El no haber impuesto sanciones económicas a Colombia permite pensar que  en el fondo los gringos reconocen la lucha librada por el país, con todo y sus víctimas y costos económicos, pero por estar en la Casa de Nariño un hombre crítico de la inmoral y fallida política antidrogas lo mejor es descertificar y de esa manera mandar un mensaje político que sea usado por la derecha en la campaña electoral para generar miedo en agentes económicos y políticos que necesitan del mercado norteamericano. 

Por supuesto que también le están cobrando a Petro sus acercamientos con China a través de la firma del acta de entendimiento en el marco de la Nueva Ruta de la Seda. Los gringos ven en el gigante asiático como un peligro para mantener y extender su política exterior en las Américas, pensada para expoliar recursos genéticos y mantener las sempiternas relaciones de dominación sobre gobernantes cipayos que negocian las soberanías popular y estatal con visas para visitar a Mickey Mouse, con el compromiso de jamás atreverse a criticar las políticas de la inmoral potencia militar del norte del continente americano. Uribe, Duque y Santos fueron y son lacayos que cuentan con el respaldo de las autoridades gringas. Ahora que se vienen las elecciones en Colombia, a esa lista se suman ya Abelardo de la Espriella, Juan Carlos Pinzón, Santiago Botero, Vicky Dávila, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria, agentes serviles de los gringos. 

Pero hay quizás un factor que para Trump y Marco Rubio, entre otros les resulta molesto: el reclamo de respeto por la soberanía de Colombia y el trato digno que viene exigiendo el presidente colombiano. Para el Secretario de Estado de USA esa postura de Petro le resulta "errática" porque están acostumbrados a manosear a los jefes de Estado colombianos, que de manera subordinada asienten todas las acciones que el decadente país del norte desee emprender en el territorio nacional. Nunca antes como hoy actuar con dignidad, valor civil y con sentido de humanidad se asume como una apuesta política inamistosa por quienes como los Estados Unidos  promueven y ejecutan guerras, genocidios, invasiones y el sometimiento de pueblos a sus caprichos imperiales. Y aunque no se trata de ser de izquierda o de derecha, los acomplejados cipayos locales reducirán toda actitud soberana y digna de los "zurdos" o "rojos" a una postura altanera, grosera y equivocada frente al poder hegemónico. 

Adenda: la decisión del presidente Petro de no comprar más armas a USA constituye una respuesta digna. Eso sí, habrá que buscar otros proveedores. 


Imagen tomada de EL TIEMPO

MARTHA LUCÍA RAMÍREZ Y SU DESAFORTUNADO TRINO

  Por Germán Ayala Osorio   El ofrecimiento de bala para Petro y Quintero que volvió famosa a la entonces Señorita Antioquia hizo reacc...