Por Germán Ayala Osorio
Sergio Fajardo Valderrama es un
político carismático,
apocado, mesurado,
tibio, posudo
y políticamente farsante. Esto último porque siempre ha negado su cercanía con el
uribismo y en particular con el expresidente Uribe Vélez a pesar de sendas
columnas que hace años publicó en El Colombiano en las que exaltaba al político
antioqueño que fungía como gobernador de Antioquia: Uribe, el hombre (1994)
tituló la columna Fajardo y señaló en el texto de opinión que aquel era “uno
de los pocos políticos que en la historia reciente del país ha dignificado la
actividad política".
El país recuerda cuando señaló
que él se consideraba de “extremo centro” y, por lo tanto, "ni
uribista ni anti uribista". Sin duda alguna una postura
medrosa y cándida para quien, de acuerdo con Ingrid Betancur “habla mucho con
Uribe”. Betancur dijo exactamente: “sé que Fajardo habla mucho con
Uribe”.
El comentario de Ingrid Betancur
se produjo después de haberse reunido con el caudillo antioqueño para cuadrar la
candidatura presidencial de Juan Carlos Pinzón Bueno quien recibió el aval del
movimiento Oxígeno Verde, la microempresa electoral de la ciudadana
colombo-francesa que volvió al país como lo hace cada cuatro años para jugar electoral
y políticamente. Lo dicho por Betancur no es por supuesto un simple comentario
al margen y menos una infidencia. Por el contrario, intenta golpear la imagen
de independiente de Fajardo con el claro interés de posicionar a Pinzón Bueno
el precandidato presidencial que más le gusta al Señor de El Ubérrimo.
El Tiempo le preguntó a Fajardo por
la cumbre Gaviria-Uribe y esto respondió el timorato candidato presidencial del
inexistente “extremo centro político”: “Nosotros tenemos una propuesta,
estamos siguiendo un camino y vamos concentrados. Nuestro reto son los extremos
y Adelante con Fajardo, ese es el camino que estamos recorriendo. Yo soy
respetuoso; he dicho una y otra vez que podemos ser diferentes sin ser
enemigos, pero yo estoy concentrado en lo que estamos haciendo”.
Fajardo
Valderrama confunde el respeto con la complacencia y el miedo a confrontar a quienes
como Uribe le han hecho daño al país y a las instituciones. Jamás el profesor y
matemático confrontó a las mafias enquistadas en el sistema de salud. Eso sí, ha
preferido atacar al gobierno Petro señalando que “el desgobierno de Petro
está destruyendo el sistema de salud. Están jugando con la vida de la gente
para defender una ideología, cuando lo que necesitamos es un método para poner
orden y dar soluciones reales”.
El silencio de Fajardo
frente a un problema estructural que afronta el sistema de aseguramiento en salud
confirma su perfil cobarde y acomodado porque sabe que detrás de las EPS hay agentes
económicos, potenciales patrocinadores de su campaña presidencial. Gracias a
Betancur ya sabemos que, a Fajardo, además de disfrutar irse a ver ballenas, le
encanta hablar con Uribe sobre su posible candidatura
presidencial.
En el 2020, Kevin
Ríos Aguirre, en el portal las 2 Orillas
escribió esto de Sergio Fajardo: “Un hombre que dice ser un candidato
alternativo que se preocupa por el pueblo; cuando toda su vida ha estado
rodeada de los lujos que brinda pertenecer a una clase acomodada gracias a su
padre que hacía negocios con la oligarquía antioqueña”.
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