Por Germán Ayala Osorio
Los periodistas uribizados, Luis
Carlos Vélez y Juan Lozano culparon al presidente Petro de la disminución en la
tasa de nacimientos en el país que viene consolidándose desde varios años atrás.
Señalan los estafetas del establecimiento que el actual jefe del Estado “les
quitó la esperanza a los jóvenes”, razón por la que estos no quieren tener
hijos. De estos dos periodistas hay que decir que representan los intereses de
la godarria más recalcitrante del país. Son elitistas, racistas y clasistas.
Vélez es fatuo y ligero en sus “análisis”. Lozano, antes que periodista, es un
político que suele comportarse como un verdadero “lagarto”.
Por decir majaderías similares
Vélez fue echado de la conducción de La FM (RCN) en los tiempos en los que Cali
se preparaba para ser sede de la COP16. El enorme éxito de esa cumbre ambiental
confirmó que la decisión de los dueños de la cadena obedeció a las simplezas
con las que abordó el señor Vélez el sentido de esa reunión. Lozano remplazó al
defenestrado conductor del señalado programa radial, sin que la Petrofobia,
como política editorial haya sido morigerada a pesar de la condición de
exministro que ostenta el señor Juan Lozano, de quien muchos esperaban que asumiera
con seriedad la conducción de La FM y de esa manera llegar a hacer verdaderos
análisis noticiosos y superar los tratamientos amañados y tendenciosos que
suelen hacer todas las mañanas.
Según el Dane, entre enero y
octubre de este año se han reportado 14,4 % menos nacimientos que en el mismo
periodo de 2023. El Dane informó que entre enero y octubre de 2024 se
registraron 371.777 nacimientos en Colombia, unos 60 mil menos que en el mismo
periodo del año anterior.
Vélez y Lozano olvidaron señalar
que el bajonazo en la tasa de natalidad en el país hace parte de la tendencia
mundial que consolida al decrecimiento poblacional como un fenómeno sociocultural
con efectos en el sistema mundo capitalista y en particular en los sectores
económicos por la disminución del consumo y la producción de bienes y
servicios. Su evidente animadversión hacia todo lo que haga, imagine, o deja
hacer el gobierno los enceguece de tal manera que la decisión autónoma de jóvenes
de no traer hijos al mundo es culpa de Petro.
La resistencia global a dejar
descendencia amerita un análisis más responsable. Quizás sea tiempo de mirar
asuntos como el genocidio en Gaza perpetrado por Israel y consentido por los
Estados Unidos; y asociado a ese comportamiento criminal del Estado israelí los
riesgos de una tercera guerra mundial. También puede ser posible que la negativa
de los jóvenes se puede explicar por la entrada de millones de mujeres al mercado
laboral, lo que representa el debilitamiento de la narrativa católica que por
largos años les obligaba moralmente a cumplir el papel reproductivo y a cuidar
de los maridos. La irrupción del feminismo como respuesta a las conductas
machistas y misóginas de iglesias, Estados y culturas alrededor del mundo
podría explicar en parte la reducción de la tasa de natalidad.
Hay, sin duda alguna, una toma de
conciencia en las nuevas generaciones alrededor del sentido de la vida
tradicionalmente asociado a que los seres humanos “se realizan” casándose,
trabajar toda la vida en una misma empresa hasta jubilarse y tener hartos hijos.
La preferencia por viajar, vivir con gatos o perros, dormir hasta tarde, o quizás
el “miedo” a asumir la responsabilidad que representa tener hijos pueden ser
razones válidas para negarse a dejar descendencia.
Ojalá que dentro de las razones para no traer hijos al mundo los jóvenes tengan el carácter disruptivo de la especie humana y la condición de "plaga" que adquirió por las formas en las que logró modificar los ecosistemas naturales de tal manera que hoy se habla del Antropoceno como una nueva época geológica. "Los humanos alteraron grandes porciones del paisaje e intervinieron en el acervo genético natural mediante el cultivo de plantas para cosechas y la domesticación de animales y dejó huellas detectables en el registro geológico”.
Las circunstancias en las que el
sistema mundo capitalista se reproduce pueden también estar incidiendo en la decisión
de los y las muchachas de negarse a tener hijos. La crisis climática como asunto
global quizás esté aportando su grano de arena a dicha negativa. Es posible que
aparezcan otras razones, pero no, Lozano y Vélez seguirán insistiendo en que
Petro es el culpable. Imagino que los legrados presentados desde el 7 de agosto
de 2022 también son responsabilidad del presidente de la República.
Si hay jóvenes que se niegan a tener
hijos por miedo a que sus vástagos puedan resultar en sus vidas adultas clasistas,
racistas, homofóbicos, aporofóbicos, misóginos, arrogantes, irresponsables,
mentirosos y “lambones”, lo mejor es que se mantengan en la negativa de reproducirse
pues en el país son millones los adultos que se comportan de esas indeseables
maneras.