Por Germán Ayala Osorio
Desprestigiar a Petro y
deslegitimar su gobierno incluso en instancias internacionales ha sido el único
propósito de la oposición en Colombia. A lo que se suma el devaneo golpista de
Álvaro Leyva Durán que provocó nuevas tensiones diplomáticas y políticas entre
Washington y Bogotá por cuenta de los señalamientos que hizo el presidente
Petro en torno a la posible colaboración de Marco Rubio en los deseos
desestabilizadores del exministro de Relaciones Exteriores, Leyva Durán.
Ahora, por cuenta del fin del
juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, la “amenaza” que lanzó desde
los Estados Unidos el congresista Bernie
Moreno y la sanción económica que Trump impondrá al Brasil si es condenado
el expresidente Jair Bolsonaro, nuevamente la derecha colombiana, con la
anuencia de agentes republicanos de USA y
empresas
mediáticas, insisten en politizar el juicio contra Uribe, asociando su
eventual condena con el gobierno Petro, para que Trump castigue al país
con el incremento de aranceles a las exportaciones colombianas hacia ese país. Y de esa manera afectar la economía al final del mandato del primer gobierno progresista en doscientos años de República.
La narrativa que buscan
posicionar es clara: si el expresidente y expresidiario resulta
condenado por la jueza 44 por los delitos de fraude procesal, manipulación de
testigos y soborno a testigos en actuación penal es porque la operadora
judicial está cumpliendo instrucciones de la presidencia de la República. Eso
se traduce en que si Uribe es declarado culpable es por culpa de Petro.
En su cuenta de X, el
exmandatario de ultraderecha señaló: “no podemos olvidar que este juicio
ha sido inducido por el actual Gobierno”. De manera pérfida el político
antioqueño relaciona ideológicamente al presidente Petro con el senador Cepeda,
quien fue el político que llevó a Uribe a esa instancia judicial en calidad de
víctima.
El sentido del fallo se conocería
este 28 de julio. El uribismo ya empezó a presionar política y mediáticamente a
la jueza 44, Sandra Heredia, quien tiene la enorme responsabilidad jurídica de
revisar el material probatorio para fallar en derecho.
La derecha internacional, alojada
en los Estados Unidos, está decidida a defender a dentelladas a Bolsonaro y
Uribe desechando la gravedad de los delitos por los cuales están siendo
procesados, pero, sobre todo, violando las soberanías de Brasil y Colombia. La
maniobra intervencionista de USA deviene validada por la condición de convicto
que ostenta el presidente Donald
Trump y que millones de colombianos y norteamericanos admiran.
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