jueves, 16 de enero de 2025

OTTY PATIÑO Y LA CARTA AL ELN

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La misiva que Otty Patiño Hormaza les envió a los miembros del Comando Central del ELN es en sí misma una bofetada y una amable invitación a los comandantes elenos para que revisen su doctrina y el proyecto revolucionario que da vida al mesiánico nombre de Ejército de Liberación Nacional que dicen y creen orientar.

 Siguen con la tonta idea de que, con 3.500 hombres en armas, sin aviación y con un nulo respaldo popular van a “liberar” a los colombianos del yugo capitalista.

En su viaje al pasado, Patiño Hormaza recordó a Camilo Torres, el cura que con su Amor eficaz quiso reivindicar la condición humana y en particular, orientar una transformación social, cultural e institucional que jamás ocurrió en Colombia, de allí que como nación estemos condenados a vivir en medio de múltiples violencias que ya no tiene mayor sentido continuar atándolas a esa realidad que acompañó por años al concepto de conflicto armado interno. En la carta, el Comisionado de Paz les recuerda que “la historia de la lucha por el cambio en Colombia es una lucha más amplia de la que predican ustedes. El mejor homenaje a Camilo debería ser una profunda reflexión sobre su legado. No reducirlo a ser el ícono de una organización, no ponerlo en el altar del martirologio, no culpar al Ejército Nacional…”

Patiño Hormaza parece olvidar los negativos efectos que dejan 60 años de una lucha con pírricas victorias militares, pero con evidentes derrotas políticas; después de seis décadas, ya se evidencian fracturas y posiblemente se dé una “implosión ideológica” propiciada por la militancia de jóvenes que jamás leerán y entenderán a Marx y a Engels, porque lo único que les interesa es “traquetiar” y ser los putos amos en los territorios en los que hacen presencia. El caso de los “Comuneros del Sur” es la prueba irrefutable de que el proceso de resquebrajamiento de la unidad política ya empezó.

En su epístola, Otty Patiño sugiere entre líneas que el haber llegado a la Casa de Nariño, Gustavo Petro, el exguerrillero del M-19, era suficiente razón y circunstancia para que el ELN diera el paso que dieron las entonces Farc-Ep: desmovilizarse y reincorporarse a la vida social, política y económica del país. O quizás fue Petro quien imaginó que su pasado revolucionario sería suficiente motivación para que los señores del Coce dieran la orden a sus frentes de acogerse a la negociación política planteada por el excompañero de luchas. Recordemos que el Petro candidato dijo que “a los tres meses de ser presidente se acaba el ELN en Colombia porque se hará la paz”.

De cualquier modo, a los vetustos comandantes del ELN solo les sirve el viejo modelo socialista de la antigua URSS. O el “modelo” venezolano, una mezcla entre el socialismo del siglo XXI, la lucha antiyanqui y la operación mafiosa de un régimen militarista. La “izquierda” que representa Petro no les sirve, pues siguen soñando con llegar a Bogotá, barbudos y sucios, cantando la versión elena de la canción Y en eso llegó Fidel. Se escucharía, muy seguramente, a ritmo de reguetón mezclado con corridos mexicanos.

En este 2025 vence el plazo para firmar la paz. Por supuesto que no firmarán ningún armisticio con el Estado colombiano porque Antonio García y Pablo Beltrán son un par de cuchos mesiánicos y anacrónicos que dedicaron su vida a una causa perdida: la guerra.  

 


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LAS CUCHAS Y LOS CUCHOS EN LA COLOMBIA MACHISTA

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La actitud negacionista, fascista y retardataria del alcalde de Medellín frente al mural “Las cuchas tenían razón” deviene atado al sistema cultural en el que se ancla el poder masculino.

El vocablo “cucha” está territorialmente amarrado a las comunas más pobres de Medellín y Cali para nombrar dos urbes que comparten el uso cotidiano de dicha palabra porque deviene atada a la vida de cientos de jóvenes que sueñan con tener la oportunidad de “comprarle una casita a la cucha”.

Por el contrario, las lecturas clasistas y feministas consideran que la palabra “cucha” es despectiva por cuanto deviene asociada al desprecio de las mujeres cuando envejecen. Ante la “dictadura de la juventud” impuesta por la moda, las firmas de maquillaje y en general la publicidad sexista, llegar a “cucha” resulta ser una situación indeseable y para muchos casi que un “crimen estético”.

Baste con recordar lo dicho por Margarita Rosa de Francisco para entender lo duro que puede resultar para las mujeres envejecer en un país machista como Colombia. “El espectáculo de mi propio envejecimiento es algo que no me quiero perder, no quiero ponerme más botox ni rellenos. Estoy curiosa de ver cómo es el proceso de mi envejecimiento. Antes, cuando tenía antes como 40 y pico, sí me alcanzó a dar esa crisis de vejez y me puse relleno en los labios y botox en todas partes".

El machismo hace posible pensar en que las únicas que se “arrugan” y se ponen “feas” son las mujeres. Baste con recordar la idea que hizo carrera en el país y quizás en el mundo occidental que señala que “los hombres canosos” se ven “interesantes”, mientras que una mujer con el cabello pintado de gris expresa “descuido” y un estado de “abandono” socialmente mal visto. De allí que en relación con los hombres “maduros o viejos”, la palabra “cucho” no tiene el poder de recordación y mucho menos produce los daños psicosociales que genera el uso despectivo del vocablo “cucha” en los estratos medios y altos.

Gracias a la polémica desatada en Medellín, el término “cucha” termina reivindicando a las madres que desde hace 30 años vienen diciendo y gritando que allá en La Escombrera pueden estar sus hijos enterrados. Lo llamativo es que los responsables de lo ocurrido en la Comuna 13 son hoy “cuchos” que exhiben “razones” institucionales soportadas y derivadas del Estado paramilitar que se consolidó entre 2002 y 2010. Así entonces, la razón que el mural les reconoce a las “cuchas” colisiona ética y moralmente con las “razones de Estado” que siempre izaron aquellos machitos que entraron a la Comuna 13 de Medellín echando bala a diestra y siniestra no tanto para recuperar el territorio, sino para consolidar el machismo como sistema cultural.

El alcalde Federico Gutiérrez es un claro exponente de ese sistema cultural fundado en el poder los machos violentos, aquellos capaces de “dar en la cara marica” y de desaparecer jóvenes cuyas vidas despreciaron porque eran pobres. En Colombia hay cientos de miles de “cuchas” que siempre tuvieron la razón y “cuchos” que tuvieron el poder suficiente para burlarse de ellas y hasta de tratarlas como “viejas” locas. Colombia siempre fue manejada por machos cabríos que siguen creyeron que tienen la razón en todo lo que hacen, piensan y deciden. Varios de los agentes del establecimiento colombiano hoy son “cuchos” violentos que no se cansan de defender la causa paramilitar, responsable de los falsos positivos y de las víctimas enterradas en La Escombrera.




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martes, 14 de enero de 2025

URIBE VÉLEZ VICEPRESIDENTE: LA DESESPERADA PROPUESTA DE LA DERECHA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Es tal el desespero de la derecha uribizada por recuperar la Casa de Nari que el abogado Abelardo de la Espriella propuso recientemente que el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez sea la fórmula vicepresidencial del candidato que el mismo exmandatario escoja como candidato presidencial. Es decir, se superaría la negativa y grotesca experiencia vivida con Iván Duque, quien fungió como el títere de Uribe. Al abandonar el rol de titiritero, el político antioqueño gobernaría de manera directa ostentando la inservible figura vicepresidencial.

La propuesta sale de la desesperación de la derecha colombiana ante los pobres perfiles de posibles candidatos presidenciales de cara a las elecciones de 2026. Los nombres de María Fernanda Cabal, Germán Vargas Lleras,  Elsa Noguera, Sergio Fajardo, Juan Daniel Oviedo, Claudia López, Vicky Dávila de Gnecco y Miguel Uribe no logran convencer a una fanaticada y mucho menos a los más poderosos miembros del “viejo” régimen que temen que el progresismo pueda volver a ganar la presidencia de la República.

En su cuenta de X el abogado uribista dijo que “la clave para ganar en 2026, si es que hay elecciones libres, o para no perder, como bien dice el presidente Uribe, es incluirlo como vicepresidente. Esa posibilidad es jurídicamente viable y, más importante aún, estratégica.

Es apenas evidente que la intención de una eventual vicepresidencia de Uribe es burlarse de la medida constitucional consagrada en el acto legislativo 02 de 2015 que prohíbe su regreso. Cualquier candidato o candidata a la presidencia que lleve como fórmula vicepresidencial al avezado político estaría sometido a su liderazgo y al carácter dominante e irrespetuoso del expresidente. Si María Fernanda Cabal es escogida por Uribe como la candidata presidencial del CD, su fórmula vicepresidencial no saldría de una elección libre de parte de la ungida. Por el contrario, se entendería como el segundo acto de sumisión a los designios de su mentor. Pasaría lo mismo si el elegido fuese Miguel Uribe Turbay y cualquier otro político que se preste para lo que sería la más grande burla a la institucionalidad presidencial.

Un eventual triunfo electoral en el 2026 de una fórmula Cabal-Uribe o Uribe Turbay-Uribe se asumiría internacionalmente como una broma jurídico-política de gran calado, lo que despertaría todo tipo de especulaciones y preocupaciones por los riesgos que representaría el regreso de la política de seguridad democrática y la mano dura aplicada por Uribe durante sus ocho aciagos años como presidente de la República. Los organismos internacionales y nacionales de derechos humanos levantarían sus voces para exponer los peligros que correrían defensores de los DDHH y del ambiente bajo un gobierno en el que mandaría el vicepresidente sin la necesidad de la ausencia del presidente constitucionalmente elegido.

Por lo anterior, la Corte Constitucional debería de ir preparando un borrador de fallo frente a lo que sin duda alguna constituiría una guaza jurídica y política a la prohibición constitucional que le impide a Uribe volver a ser presidente de la República. Hay elementos subjetivos que aportan a la construcción jurídica de lo que sería un nuevo fallo de la Corte Constitucional que frenaría la intención de Uribe Vélez de volver a gobernar y completar los tres periodos a los que aspiró después de haber comprado en el Congreso su reelección inmediata (Yidis política). La ponencia del entonces magistrado Humberto Sierra Porto le puso freno a esa pretensión de gobernar durante 12 años.

En caso de que la CC no prepare el borrador de fallo que aquí se sugiere y ante los efectos ético-políticos y los riesgos sociales que vienen atados a ese eventual escenario, solo queda que la jueza que lleva el caso en contra de Uribe por fraude procesal y manipulación de testigos lo declare culpable. De esa manera, se impediría el regreso del exmandatario a la Casa de Nari. En la Carta Política, artículo 197, se lee que “no podrá ser elegido Presidente de la República o Vicepresidente quien hubiere incurrido en alguna de las causales de inhabilidad consagradas en los numerales 1, 4 y 7 del artículo 179: 1. Quienes hayan sido condenados en cualquier época por sentencia judicial, a pena privativa de la libertad, excepto por delitos políticos o culposos. 4. Quienes hayan perdido la investidura de congresista”.



Imagen tomada de ABELARDO DE LA ESPRIELLA Y UIRIBE - Búsqueda Imágenes

lunes, 13 de enero de 2025

LAS CUCHAS TIENEN RAZÓN

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Ahora que el mito de La Escombrera se desvanece ante la aparición de cinco cuerpos, empiezan los ejercicios de memoria histórica en manos de artistas urbanos que le gritan al país y en particular al uribismo paisa que “Las cuchas tienen razón”. Las “cuchas” son las madres que llevan por lo menos 20 años insistiendo en que bajo el gobierno de Uribe y con la Operación Orión, entre otras operaciones, cobró vida esa fosa común de la que gracias a la JEP ya se han inhumado cinco cadáveres. Aunque falta precisar si los restos óseos pertenecen a personas desaparecidas durante la ejecución de esa pérfida operación militar y paramilitar en La Comuna 13, lo cierto es que se trata de ejecuciones extrajudiciales.

El mural con la frase “Las cuchas tienen razón” duró apenas 12 horas en las paredes del puente del Mico, en la Medellín que le rinde tributo a la imagen de Pablo Escobar, el sanguinario criminal que goza de admiración local, nacional e internacional. El mural del narco asesino es la constatación de la doble moral que parece guiar la vida privada y pública de las autoridades locales y de cientos de paisas que se sienten orgullosos de vivir en la tierra que vio nacer al criminal de marras.

Borrar con pintura gris el grito de justicia de las madres de las víctimas que fueron enterradas en La Escombrera confirma que dentro de la alcaldía de Federico Gutiérrez hay metido ese espíritu fascista que se opone a las narrativas populares que se atreven a confrontar el poder hegemónico de una derecha que entre 2002 y 2010 se acostumbró a violar los DDHH, a despreciar la vida de los diferentes, a perseguir al pensamiento divergente; y a violentar a todos los que se opusieran al pensamiento único promovido bajo el relato del unanimismo ideológico que vino de la “mano firme” de la seguridad democrática. Aquello del “corazón grande” fue una gran mentira o quizás un mito.

Oponerse a ese tipo de expresiones artísticas y a los reclamos de justicia envilece la función pública y deslegitima a las autoridades que dieron y ejecutaron la orden de borrar el reclamo de las “cuchas”. A esos “defensores” del ornato que les molesta que con la complicidad de los muros se pongan en evidencia las aberraciones del régimen criminal que operó en el país durante los ocho aciagos años de Uribe, hay que educarlos para vivir en democracia.

Estoy seguro de que en ese mismo puente o en otro, la voz de las “cuchas” se volverá a escuchar en forma de grafitis o murales. Los ejercicios de memoria histórica no se podrán detener jamás. Podrán pintar de gris una y otra vez el dolor de las víctimas de un Estado criminal, pero jamás podrán dormir tranquilos aquellos agentes que desde frías oficinas dieron la orden de eliminar a los hijos de las “cuchas”.

Esos defensores de oficio y guardianes de las políticas de represión como la seguridad democrática jamás podrán conciliar el sueño en sus pulgosas cuchas (casa del perro, en Argentina). Su condición de "perros rabiosos" no asusta a esas madres que buscan a sus hijos y mucho menos a los artistas urbanos que optaron por recoger su dolor, rabia y desesperanza. 




Imagen  tomada de El Espectador. 

ELSA NOGUERA: CANDIDATA PRESIDENCIAL DE LOS CHAR

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Poco a poco los clanes políticos tradicionales destapan sus cartas electorales. Hace pocas horas el Clan Char lanzó la candidatura presidencial de Elsa Noguera, ficha política y miembro de la poderosa familia barranquillera. Meses atrás los Clanes Gnecco y Gilinski presentaron a la “periodista” Victoria Eugenia Dávila de Gnecco como su ficha presidencial. Casada con un miembro de esa casta política, la exdirectora de la revista Semana comparte lealtades y compromisos entre las dos familias.

Del lado del alicaído uribismo no se reciben aún noticias de cuál será el o la ungida del expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez. Si el político antioqueño lee en clave feminista las candidaturas de los clanes arriba mencionados, estará obligado a darle el guiño a María Fernanda Cabal, la más brava de la camada de mujeres que buscan el aval del idolatrado patrón. Paloma Valencia y Paola Holguín no ofrecen mayor resistencia política a las aspiraciones de la señora Cabal. Valencia y Holguín solo le sirven a Uribe como animadoras de reuniones y convenciones. Con que griten “que viva el presidente Uribe” es suficiente.

Si por el contrario el Gran Capataz decide no entregarle la bandera del Centro Democrático a una mujer, entonces el más indicado para suceder a Iván Duque en su papel de títere sería Miguel Uribe Turbay. Al igual que el expresidente Duque, Uribe Turbay es joven, fatuo, obsecuente, de doble moral y vociferante. Es decir, tiene las cualidades que exige el expresidente, con un plus: odia a Petro, y a todo lo que huela a progresismo. Además, le encanta la política de seguridad democrática pues dicha política le hace recordar a su adorable abuelo y creador del Estatuto de Seguridad: Julio César Turbay Ayala.

De alguna manera las candidaturas de Dávila y Noguera le “meten” presión a Uribe, quien deberá tomar una decisión para poder entrar en el juego de intereses en el que de todas maneras entrarán esos sectores de la derecha para decidir quién será el candidato único que enfrentará al candidato o candidata del progresismo en el 2026.

A la expectativa está el inefable y eterno candidato presidencial, el simpático y cariñoso Germán Vargas Lleras, quien deberá decidir entre optar nuevamente o brindarle su apoyo a un candidato de Cambio Radical, su microempresa electoral. Quizás dé la sorpresa lanzando la candidatura de David Luna, su aventajado hijo político. Lo cierto es que el exvicepresidente no quiere quedar por fuera de la negociación a la que está abocada la derecha para llegar al 2026 unida como ya lo propuso el mismo Vargas Lleras.

Eso sí, las candidaturas de Noguera y Dávila arrancaron mal porque la primera arrastra una historia de inmoralidad que afecta su imagen como mujer y política capaz de gobernar al país; entre tanto, el perfil de periodista de Dávila de Gnecco es quizás su mayor talón de Aquiles en la medida en que durante su ejercicio periodístico defendió a Uribe Vélez y trató de limpiar la imagen negativa de varios de los miembros del clan al que pertenece. Además, dejó ver su carácter de mujer manipuladora y mentirosa.

Así las cosas, la segura candidatura presidencial de Claudia López Hernández puede terminar por seducir a los agentes de la derecha colombiana que ven en la exalcaldesa de Bogotá a la única mujer capaz, discursivamente hablando, de enfrentar bien sea a Carolina Corcho o al mismo Luis Gilberto Murillo. El uribismo y los Clanes arriba mencionados saben que López Hernández se acomoda a cualquier ideario político. Ella puede ser de derecha, centro, de izquierda y progresista. Para que ese escenario se dé se necesitará de la imposición de la siguiente narrativa: “Petro dejó dividido al país y auspició un peligroso enfrentamiento ideológico, de allí que se necesite de una figura política que una a los colombianos o que por lo menos calme los ánimos”. 

Eso sí, bajo esa narrativa las candidaturas de Juan Daniel Oviedo y Sergio Fajardo no se pueden descartar pues gustan mucho en lo que se conoce como la centroderecha, que al final termina actuando como una férrea derecha. Oviedo le lleva ventaja a Fajardo: es más joven y no tiene la imagen de tibio que arrastra el exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín en los tiempos de “DonBernabilidad”.

Ya es tiempo de que el presidente Petro y el Pacto Histórico decidan si van a llegar al 2026 con Carolina Corcho o van a jugar a dos bandas, esto es, dejar que Luis Gilberto Murillo juegue a convertirse en esa figura de “centro” que tanto desean en el país para superar la polarización política. Murillo se enfrentaría a Claudia López Hernández, una consagrada veleta ideológica, al tibio del Fajardo y al ladino del Oviedo. Eso sí, el haber estado en el gobierno de Petro podría ser su punto más débil, a lo que de todas maneras se sumaría su origen afro en un país que con Francia Márquez demostró que está lejos de superar el racismo estructural. Mientras que la exministra de Salud, Carolina Corcho entraría en el juego político y electoral para cumplir la tarea de desgastar las aspiraciones de Cabal, Dávila y Noguera.  




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domingo, 12 de enero de 2025

HACIA UNA CARACTERIZACIÓN DE LOS SEGUIDORES DE URIBE VÉLEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La más reciente presentación pública del expresidente Álvaro Uribe Vélez en Cúcuta, en la que pidió la intervención militar internacional contra Venezuela, resultó en un rotundo fracaso político a juzgar por la poca presencia de seguidores. Más bien había curiosos y unos cuantos migrantes venezolanos que apoyan cualquier medida con tal de sacar a Maduro del Palacio de Miraflores.

A pesar del deterioro de la imagen del político antioqueño, no se puede negar que aún existen colombianos que lo siguen, admiran y estarían dispuestos a volver a votar por quien les indique su admirado expresidiario. Por lo anterior, puede resultar interesante el ejercicio de caracterizar a quienes apoyan las ideas que promueve el “rufián de esquina” como lo llamó Juan Manuel Santos Calderón.

En un primer grupo de obsecuentes seguidores y admiradores del Gran Patrón habría que reconocer a los politicastros que siempre saben sacar provecho de un gobierno de derecha apoyado por Uribe a través de contratos, volteo de tierras y acciones conducentes a privatizar servicios estratégicos que deberían estar en manos del Estado. Bajos esas circunstancias, mientras viva el expresidente, siempre contará con el apoyo de aquellos políticos, congresistas, empresarios y candidatos presidenciales cuyas vidas están guiadas por el ethos mafioso, esto es, amigos de la corrupción, la politiquería, el clientelismo y las marrullas al interior del Congreso y en la operación de las entidades públicas. A ese primer grupo lo llamaré Agentes del Ethos Mafioso.

Luego aparece un grupo de ciudadanos del común que jamás revisaron las actuaciones de Uribe Vélez durante su paso por la alcaldía de Medellín y su abrupta salida.  En lo que toca a su paso por la alcaldía de la capital de Antioquia, en internet se lee que “…recientemente han circulado otras versiones que señalan que Uribe no renunció, sino que salió del cargo por orden del entonces presidente Belisario Betancur. Según esta versión, contenida en la biografía oficial del exgobernador Villegas, el presidente Betancur pidió su salida del gobierno porque tenía información confiable sobre vínculos de Uribe con el narcotráfico”. Y mucho menos les interesó saber de las decisiones que tomó cuando fue director de la Aerocivil y las adoptadas cuando fungió como gobernador de Antioquia. Se trata de colombianos que nunca se leyeron uno de los tantos libros e informes periodísticos que dan cuenta de las andanzas de Uribe Vélez. A ese grupo lo llamaré Ignorantes Funcionales.

Como líder conservador y promotor de ideas premodernas, Uribe es un referente para la Colombia goda, rezandera, pendenciera, pueblerina, poco leída y de doble moral. En lo que toca a sus ideas neoliberales que siempre conducen a la privatización del Estado, esa misma godarria apoya todas las decisiones que en materia económica adoptó entre 2002 y 2010, que son las mismas que promoverá en el 2026. A ese grupo lo llamo Agentes de la Doble Moral.

Y finalmente, aparece el grupo de compatriotas a los que les encantan los “machos” como Uribe. Esto es, aquellos capaces de irse a las manos, que gritan y vociferan, que son capaces de “dar en la cara marica” y todo lo quieren resolver a las malas; se trata de machitos con espíritu de matones que les gusta andar armados y admiran a los líderes de los carteles de la droga. Son domadores de bestias con excesos de testosterona que se quedaron atados a la masculinidad que promovía la Phillip Morris con su comercial el Hombre Marlboro. También caben en este selecto grupo aquellos que sienten una pasión desbordada por las armas, la guerra y una tendencia a violar los derechos humanos en nombre de la seguridad y la defensa de la Patria y la democracia. Por supuesto, odian a todo lo que huela a izquierda, a defensores de DDHH y de la naturaleza; desprecian la vida de mechudos, grafiteros y gente con tatuajes. A este grupo los llamo Paramachitos de Cajetilla.

Si usted admira a Uribe, lo sigue y cree aún en la mentira que construyeron los medios alrededor de que es o fue el Gran Colombiano, entonces revise muy bien a cuál de estos grupos pertenece para que siga haciendo parte de eso que se conoce como el uribismo.

Nota aclaratoria: puede sentirse incluido en varios grupos.

 



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sábado, 11 de enero de 2025

ÁLVARO URIBE VÉLEZ PROPONE SACAR A MADURO A BALAZOS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El expresidente Álvaro Uribe Vélez pidió a gritos una “intervención militar internacional preferiblemente avalada por la ONU” para derrocar a Nicolás Maduro Moros. A pocos días de reiniciar su juicio por manipulación de testigos y fraude procesal, el expresidiario se fue hasta Cúcuta, acompañado por sus alfiles precandidatos presidenciales, a proponerle a la “comunidad internacional” que se conforme una fuerza armada que invada a Venezuela o que de la mano de las fuerzas armadas venezolanas derroquen “a los tiranos” en referencia a Maduro y Diosdado Cabello.  

El pronunciamiento de Uribe Vélez en una calle de Cúcuta hizo recordar al entonces presidente Juan Manuel Santos cuando lo calificó como un “rufián de esquina”. Y si, Uribe redujo las complejas relaciones y el interesado orden internacional al vulgar lenguaje de esos “matoncitos” que en comunas de Cali, Medellín o Bogotá fijan fronteras invisibles y ordenan el territorio en torno a esa idea básica de ser “macho”, esto es, el “que la tenga más grande” tiene el derecho a sobrevivir y a mandar.  De esa manera Uribe Vélez quiere realinear a Venezuela bajo la égida de una derecha  internacional tan corrupta como el remedo de “izquierda” que representan los más visibles agentes del régimen venezolano. Van tras el petróleo y el gas venezolano. No les interesa el bienestar de la gente.

Mientras que el gobierno se reunía con agentes económicos y sociales para examinar medidas conducentes a paliar los efectos del cierre unilateral de la frontera ordenado por Maduro Moros, el expresidente, conforme a su genuino desprecio por las vidas de las comunidades colombo-venezolanas que viven de la dinámica y porosa frontera, fue a ofrecer lo que más disfruta: bala, bala y bala. Su llamado a producir desolación y muerte se da pocas horas después de que la JEP inhumara dos cuerpos más en La Escombrera de la Comuna 13 de Medellín, espacio en el que los paramilitares ejecutaron y sepultaron a por lo menos 500 personas, de acuerdo con los relatos de numerosas fuentes. Esos crímenes se perpetraron en nombre de la Operación Orión, ejecutada bajo el mando de Uribe, en el marco de la política pública de defensa y seguridad democrática. Esa intervención militar la calificó  Uribe como legítima ocultando que entidades como el DAS, el Congreso de la República de la época y gran parte de las fuerzas armadas estaban cooptadas por los paramilitares.

El ladino político antioqueño sabía de antemano que un pronunciamiento de ese calibre de inmediato sería recogido por los medios masivos hegemónicos sin mayor análisis y sin crítica alguna. Noticias Caracol registró lo dicho por Uribe casi de manera celebrativa en contravía de su eslogan “primero o del lado de la gente” con el que venden la idea de que apelan a un periodismo “comunitario”. Otras empresas mediáticas hicieron lo propio, evitando confrontar la peligrosa invitación cuando hay actores con diversos intereses geopolíticos pendientes de lo que suceda con Venezuela. El Espectador también hizo el registro noticioso de la invitación del expresidente. Este diario fue el último medio que entró en la cofradía de empresas informativas que optaron por hacerle oposición política al gobierno de Gustavo Petro. Hace pocos días, en un duro editorial, El Espectador criticó la postura “tibia” asumida por el presidente de la República frente al régimen de Maduro que se juramentó por seis años más el 10 de enero.

El señalado editorial fue escrito en clave “Fajardista” tal y como se puede leer en el título: Nada justifica la tibieza ante el régimen venezolano. En el texto se lee lo siguiente: “La tibieza de la diplomacia colombiana es evidente. La estrategia colombiana ha fracasado rotundamente y ha dado paso a la complacencia con el autoritarismo. Paso a paso, Maduro se ha burlado de la buena voluntad del gobierno Petro y de su equipo diplomático”.

La invitación a invadir Venezuela ameritaría un editorial. ¿Se atreverá El Espectador a criticar al expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez por la temeraria invitación a que, con o sin el consentimiento de la ONU lleguen mercenarios a derrocar a Maduro?

Adenda: ya en el pasado, en su condición de presidente, Uribe Vélez propuso la conformación de “Cascos Azules a la colombiana” dizque para cuidar a los desplazados. Sin duda alguna, el expresidiario disfruta manosear y jugar con las instituciones internacionales.



URIBE PROPONE INTERVENCIÓN MILITAR CONTRA VENEZUELA - Búsqueda Imágenes

JAMES RODRÍGUEZ: EL “SEDANTE” QUE NO PUDIERON COMPRAR LOS CHAR

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los Char querían llevar a James Rodríguez al Junior no tanto por lo que futbolísticamente le pudiera dar al equipo el 10 de la Selección, sino por la utilidad comercial y política que les hubiera asegurado el talentoso jugador. Más claro: les bastaba con tener a James en la banca porque lo necesitaban para mantener entretenida a la fiel hinchada y evitar que tomen conciencia de los graves problemas de inseguridad y pobreza de exhibe la capital del Atlántico, a lo que se suman los sempiternos arroyos que afectan a los menos favorecidos.

En Barranquilla parece darse un fenómeno interesante alrededor del fútbol como “sedante, paliativo o somnífero” social y político. Es decir, una especie de “paralizador” de intenciones políticas y sociales conducentes a levantarse en contra del poder hegemónico ejercido por los Char durante varias décadas.  Así las cosas, el equipo de fútbol opera como paliativo, analgésico y consolador. De esa manera, la poderosa familia controlaría las eventuales reacciones ante hechos de corrupción que la prensa asocia con el ejercicio del poder político por parte de miembros de ese clan. Algunos se atreven a decir que los Char son los dueños de Barranquilla: en la "Arenosa" no se mueve un lápiz sin que lo que sepa el viejo Fuad o cualquiera de sus vástagos.

Bajo esa premisa, el fútbol, como deporte de masas, sirve a los propósitos políticos de la “distinguida” familia: mantener “embobados” a los hinchas. Contratar futbolistas calidosos, pero sobre todo costosos, ayuda a ese objetivo circense. La furibunda hinchada agradece las millonarias inversiones en el equipo llenando el Metropolitano y gritando “Junior, tu papá”, estribillo que también repiten los periodistas deportivos y que sirve de somnífero para esa multitud ignorante que aguanta apagones y altos costos en las tarifas de la energía, atracos callejeros y arroyos porque lo más importante para sus vidas es que el Junior salga campeón o participe en torneos internacionales. En eso se les va la vida a los barranquilleros. Ah bueno, “mamando” ron también.

Poco importan las interpretaciones periodísticas con las que tratan de entender qué fue lo que pasó en la conversación entre el político y el jugador. Al final, lo único cierto es que James Rodríguez no jugará en el Junior. Los periodistas deportivos, sutiles instrumentos con los que se mantiene “embobada” a la afición publicaron sus propias conclusiones: unos dicen que James “usó y se burló” del viejo Fuad Char; que James aprovechó económicamente la oferta del Junior, para encarecer sus servicios, pues jamás estuvo interesado en jugar en Colombia; otros, que el jefe del clan “vendió humo” a la hinchada. Lo que realmente pasó fue que se quedaron con las ganas de usar a James Rodríguez como paliativo, consolador y sedante para mantener los altos niveles de “aguevamiento social” de los barranquilleros.

Adenda: curiosidades del lenguaje. Joder, Jumento, James, Jerarca, Jugador, Junior y Joda (no Jodaaa, eche) se escriben con J de Jaranda, la que ya tenían armada periodistas e hinchas que dieron por sentada la contratación del 10 de la Selección. Imagino la cantidad de pick up sonando a todo vapor. 





viernes, 10 de enero de 2025

EL RÉGIMEN VENEZOLANO SIGUE MADURANDO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Nicolás Maduro Moros (NMM) se juramentó, hoy 10 de enero, como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Espuria o no su posesión, esta extiende en el tiempo la disputa internacional por el control de sus reservas de petróleo y gas librada entre el bloque que conforman China y Rusia y el bloque que lidera los Estados Unidos. Veamos lo que se podría venir para Colombia en materia electoral a menos de dos años de las elecciones presidenciales.

La reelección de NMM le seguirá sirviendo a la derecha colombiana, en particular al uribismo para insistir en la narrativa que indica que Uribe Vélez es el “muro de contención del comunismo”, razón por la cual en el 2026 el país debe votar por el que indique el sub judice ciudadano para evitar la llegada del castrochavismo, una suerte de correlato o versión "moderna" del comunismo. Se trata de un fantasmita que supo crear y recrear el ladino político antioqueño en los tiempos del plebiscito por la paz porque “Santos le iba a entregar el país a lafar”.  La derecha que representa el expresidente y expresidiario vive y necesita de la existencia de “enemigos” internos y externos para poder sobrevivir política y electoralmente.

En las elecciones de 2022 asustaron a cientos de miles de ingenuos, ignorantes y pendejos que creyeron a pie juntillas que con el triunfo de Gustavo Petro el país se “convertiría en Venezuela”, es decir, que nos volveríamos comunistas. Dos años después de la llegada de Petro, el país sigue atendiendo las recetas del FMI, esto es, el modelo económico sigue operando bajo las lógicas del capitalismo. Aunque el fantasma del comunismo ya perdió la capacidad de espantar, la permanencia del régimen de Maduro y la negativa de Petro de romper relaciones con el vecino país, como se lo exigieron varios agentes políticos, serán usados como instrumentos ideológicos para insistir en la presencia fantasmal de algún enemigo interno que solo el uribismo puede derrotar.

Antes de terminar el 2024, el expresidente Uribe dio vida al “nuevo” fantasma. Lo llamó “petrosantismo”. La periodista Cecilia Orozco Tascón, en reciente columna, señaló que “el “petrosantismo” es otro término de estrategia electoral que inventa Uribe Vélez para manipular la opinión electoral. Pero ese remoquete despreciativo –como tantos suyos– alude a una alianza inexistente”.

Santos y Uribe estuvieron de acuerdo en exigirle a Petro “mano dura” contra el régimen de Maduro. A pesar de esa circunstancia, el nuevo y maléfico espectro creado por el Gran Manipulador hará su presencia en las elecciones de 2026. No es que el expresidente paisa sea un consagrado hechicero, lo que sucede es que aún hay millones de imbéciles en Colombia que le tienen miedo a un comunismo que como sistema social, político y económico jamás vieron ni siquiera por televisión; o al castrochavismo y ahora al “petrosantismo”. Eso sí, para poder que dicha figura cumpla con el propósito político de espantar al electorado, Uribe necesitará conectarlo con el régimen venezolano. Lo más probable es que recurra a la narrativa que señala que Venezuela protege al ELN y a las disidencias de las Farc, guerrilla a la que Santos Calderón “le entregó el país” hace ya ocho años. En cualquier caso, la derecha uribizada insistirá en posicionar la idea de que el presidente Petro apoya la dictadura de Maduro y  que es incoherente con su defensa de la democracia. Así las cosas, el candidato presidencial del Pacto Histórico y del progresismo para las elecciones venideras constituyen un peligro para el país porque ponen en riesgo las relaciones con los Estados Unidos al apoyar dictaduras de izquierda.

En su pretensión, la derecha colombiana sabrá ocultar su selectivo apoyo a la dictadura de Bukele, en El Salvador, convertido por el uribismo en una especie de héroe porque les permite revivir la fracasada y criminal política de seguridad democrática, la misma que dejó cientos de miles de desaparecidos, los 6402 jóvenes ejecutados por agentes estatales y los asesinatos selectivos de académicos, defensores de DDHH y de la naturaleza. Lo mismo harán con su defensa a ultranza del genocidio que viene cometiendo Israel, socio de USA, en Gaza. 

Veremos en las elecciones presidenciales de 2026 si el número de ingenuos y pendejos que le siguen creyendo a Uribe aumentó o disminuyó en Colombia. También sabremos si las ideas progresistas y el proyecto progresista logró calar en todos los sectores del electorado.

 




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jueves, 9 de enero de 2025

LA DERECHA COLOMBIANA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Hacer oposición política y ser alternativa de cambio son dos cosas totalmente diferentes. En Colombia, la derecha, el sector de poder que sufrió derrota en el 2022, a manos del progresismo, se vio obligada a hacer y ser oposición política. Sus más visibles agentes lo están haciendo de la peor manera: poniendo todas las trabas posibles para que Colombia supere el modelo de desarrollo económico de corte extractivista y precapitalista, que de la mano de un Estado privatizado sirvió de fuente de millonarios ingresos para unas cuantas familias ricas. Baste con señalar la privatización de las carreteras con las concesiones viales y sus peajes carísimos para entender que esos niveles de avaricia y de estupidez económica les niega de manera natural la posibilidad de ser una legítima alternativa de poder para el 2026. ¿A quién se le ocurre que se puede desarrollar un país con la frecuencia de peajes caros que deben pagar transportadores y turistas? Y lo que es peor: sin un sistema de trenes eficiente y ecológicamente sostenible. Es ahí en donde la avaricia y la estolidez económica se juntan.

Los expresidentes Uribe Vélez, Andrés Pastrana, Juan Manuel Santos, César Gaviria e Iván Duque Márquez son las figuras públicas que representan a ese derrotado sector de poder político. Estaban tan acostumbrados a mandar y a disponer a discreción de la operación selectiva del Estado, que las decisiones que en materia económica viene tomando el presidente Petro los llevó a usar a sus congresistas-lobistas para frenar las más importantes iniciativas legislativas presentadas por el gobierno en un intento por modernizar a Colombia. El modelo de aseguramiento en salud sirve de ejemplo para ilustrar que lo único que les interesa es mantener vigente el redondo negocio que les facilitó crear la ley 100 de 1993 con las famosas EPS, operadas por políticos inescrupulosos que desde las juntas directivas desviaron los billonarios recursos públicos. ¿Se acuerdan de Saludcoop?

A esos cinco agentes del neoliberalismo no les interesa presentarse como una alternativa política y electoral capaz de mejorar las políticas y decisiones adoptadas por Petro y de cambiar aquellas que consideren equivocadas. En eso se parecen mucho a la oposición venezolana que le hace oposición al régimen autoritario que lidera Nicolas Maduro Moros: solo les interesa recuperar el poder para seguir saqueando el erario y concentrando la riqueza en pocas manos. Hasta apelan a las mismas frases: "vamos a recuperar a Colombia"  y "vamos a recuperar a Venezuela". No les interesa realmente convertir a esos dos países en potencias económicas. Se contentan con que vuelvan a ser los feudos o las fincas que les aseguraron por años beneficios y privilegios. 

Así las cosas, quienes le hacen oposición a Petro y en particular aquellos que se oponen a las ideas progresistas podrían verse abocados a sufrir nueva derrota en el 2026 si el actual gobierno logra corregir los errores cometidos, sentar las bases sociales y políticas que mantengan la vigencia e importancia el progresismo, pero sobre todo, comunicar los avances en materia de transición energética, el regreso del tren como sistema de transporte y mejoramiento de las condiciones de vida de los millones de colombianos que durante años fueron víctimas de sucesivos gobiernos neoliberales.

Para enfrentar a la oposición política y mediática no es suficiente con el trabajo desempeñado por youtubers y el sistema de medios públicos de RTVC. No. Quedan dos años para corregir errores, pero sobre todo para comunicar como se debe los logros alcanzados.



PASTRANA, URIBE, SANTOS, GAVIRIA Y PASTRANA - Búsqueda Imágenes

miércoles, 8 de enero de 2025

NOTICIAS CARACOL Y EL CASO VENEZOLANO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Noticias Caracol lleva por lo menos cinco días consecutivos abriendo sus emisiones centrales con el caso venezolano. La importancia periodística y noticiosa de la posesión presidencial en el vecino país no se discute, lo que se cuestiona son los tratamientos amañados, sesgados y el evidente objetivo de crispar más los ánimos políticos en Colombia.

Antes de que el presidente Petro confirmara su inasistencia a la “transmisión” de mando, el mensaje junto al contador de días y minutos expuesto en la pantalla era Venezuela Sin Salida. El día 8 de enero el presidente de Colombia en su cuenta de X confirmó su negativa de asistir a la posesión presidencial y el noticiero, en su emisión de las siete de la noche cambió a Venezuela En Vilo. Sin duda alguna, este último titular-consigna es más preciso y mucho menos tendencioso que el anterior.

Todas las fuentes consultadas por el noticiero antes de lo expresado por Petro estuvieron alineadas a la narrativa que señala que el gobierno colombiano “estaba legitimando la dictadura de Nicolás Maduro Moros”. Las voces “autorizadas” consultadas por el noticiero privado convirtieron la discrecionalidad presidencial en el manejo de las relaciones internacionales en un instrumento de debate ideológico y político.

Se sumó a la anterior locución conceptos como ambigüedad y miedo expresados por exdiplomáticos como Guillermo Fernández de Soto y el expresidente Andrés Pastrana Arango. Este último dijo que “Petro está absolutamente asustado de ir a Venezuela, porque si le queda algo de demócrata, pues no puede enviar un representante personal suyo. El embajador es el representante personal del presidente de la República”.

Así las cosas, al pasar de la tendenciosa y amarillista frase de Venezuela Sin Salida a Venezuela En Vilo, pareciera que Noticias Caracol entendió, cinco días después de estar cubriendo el antes de la posesión presidencial en el vecino país, que estaba exagerando y haciéndole el juego político a la Oposición liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. En una nota económica en su emisión del 8 de enero informó sobre la recuperación económica en la frontera después del restablecimiento de las relaciones comerciales, políticas y diplomáticas entre los dos países con la llegada de Petro a la Casa de Nariño.

Resulta curioso que el eslogan de Caracol Noticias, “Primero la gente”, pierda sentido y se torne insustancial al insistir en la idea, tácita en sus informes, de que lo mejor sería romper relaciones con Venezuela y cerrar la frontera porque en el vecino país se consolidó el régimen de Maduro Moros. Si se de diera esa situación, es apenas natural que los más afectados serían comerciantes formales e informales y en general la gente que vive y sobrevive en la porosa frontera. Incluso, hay una sobreentendida apuesta periodística porque este 10 de enero se impida el juramento del presidente venezolano. Ahora, si la idea de Caracol Noticias era “agotar” a las audiencias con el diario registro del caso venezolano, hay que decir que lo lograron con rotundo éxito. 




martes, 7 de enero de 2025

COLOMBIA Y VENEZUELA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Venezuela y Colombia comparten una misma historia política desde los tiempos del libertador Simón Bolívar. Por estos días exhiben ambientes políticamente caldeados que dan cuenta de unas profundas y al parecer insuperables luchas étnicas y de clase que quizás no tengan la fuerza suficiente para ambientar revoluciones internas capaces de llevar a ambas naciones a vivir y sufrir profundos cambios culturales que les permitan superar el atávico e insuperable destino de pobreza, desigualdad, militarismo, corrupción, clasismo y racismo.

Mientras que en el vecino país subsiste un oprobioso régimen, en Colombia hay un presidente y un gobierno que, con relativo poder, lleva dos años enfrentando a un establecimiento retardatario que en momentos muy precisos terminó pareciéndose al régimen chavista. Baste con revisar la consolidación de la pobreza y las violaciones a los derechos humanos durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque Márquez para encontrar las similitudes entre los dos regímenes.

En ambos casos el control del Estado y su operación privada y mafiosa garantizaron las eternas condiciones de un subdesarrollo económico aceptado como condición natural en estos territorios del sur global.

Los ambientes de polarización y crispación ideológica en Venezuela y Colombia dan cuenta de dos procesos políticos que, aunque parecidos, guardan diferencias sustanciales. Mientras que el régimen de Maduro tiene todo para que este 10 de enero se dé continuidad a seis años más de su “proyecto revolucionario”,  el proyecto modernizador de Petro podría ser flor de un día (de cuatro años). Eso sí, el régimen de Maduro se posesionará en medio de presiones internacionales que terminan diluyéndose porque están de por medio intereses económicos atados a sus reservas de gas y petróleo. Entre tanto,  el gobierno de Gustavo Petro seguirá por dos años más lidiando con las viejas mafias que por más de 30 años privatizaron carreteras y la salud, entre otros servicios estratégicos, en beneficio de unas pocas familias  a las que poco o nada les interesa superar las condiciones de un modelo de desarrollo precapitalista y rentista fincado en la avaricia y la falta de visión de sus agentes más poderosos y visibles.

Si no sucede nada extraordinario este 10 de enero, Nicolás Maduro Moros seguirá al frente del régimen militarista venezolano que Petro reconoce de facto, sin que ello signifique la aceptación total y el reconocimiento del triunfo electoral del oficialismo en las pasadas elecciones que, de acuerdo con lo conocido, habría sufrido derrota frente a Edmundo González Urrutia, representante de la derecha local. Entre tanto, en Colombia el presidente Petro intentará dejar sentadas las bases sociales e institucionales que permitan en el 2026 dar continuidad a su proyecto modernizador.

Así como el chavismo-madurismo necesitó de varias décadas para imponer y probar un modelo socialista, el progresismo y las ideas modernizadoras que deja Petro necesitarán quizás del mismo tiempo que le tomó al neoliberalismo criollo capturar de manera mafiosa el Estado para provecho de unos pocos agentes económicos colombianos.

Venezuela y Colombia parecen compartir la misma maldición: tener riquezas en el subsuelo y biodiversidad, pero no saber qué hacer con ellas por la pobre visión de sus élites de lo que debe ser el Estado. En ambos casos se impusieron los espíritus rentistas de unas élites parásitas renuentes a asumir el liderazgo social y político para garantizar un desarrollo superlativo en beneficio de sus pueblos. Venezolanos y colombianos seguirán compartiendo, pero sobre todo profundizando, sus históricas taras culturales.  


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lunes, 6 de enero de 2025

CABALGATA EN LA FERIA DE MANIZALES: ¿HASTA CUÁNDO?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las cabalgatas en las ferias de Cali y Manizales están atadas al afán exhibicionista de los jinetes y las amazonas que adornan el espectáculo. Aunque oficialmente en la pasada versión de la feria caleña la tradicional cabalgata no se dio, si se registró en redes sociales la salida de caballistas espontáneos lo que obligó a los defensores de los animales a exigirle al alcalde de la capital del Valle del Cauca que las evitara porque siempre terminan con equinos maltratados por los largos recorridos a los que son sometidos para el goce humano. En esas mismas redes se informó de algunos problemas en la cabalgata organizada en el marco de la feria de Manizales.  Están en mora las autoridades y la sociedad manizaleña en proscribir la penosa y violenta actividad.

Mostrarse en este tipo de comparsas es una manera de esconder las miserias y problemas de auto estima, así como para hacer alarde de los perfiles egocéntricos de los y las montadores; y por supuesto que las cabalgatas son el mecanismo con el que se insiste en darle un sentido de "práctica cultural" a los caprichos de unos machitos que se sienten poderosos, pero sobre todo que creen a pie juntillas que son figuras destacadas de la sociedad. Demostrar en ferias el dominio de los caballos está asociado a una idea máxima de aquello de ser macho, guapo y con poder económico pues los equinos sobre los cuales cabalgan los y las caballistas suelen costar altas sumas de dinero. A lo mejor  estos machos cabríos quieren reeditar los comerciales del Hombre Marlboro, publicidad que sirvió en su epoca para consolidar el machismo. 

Sin duda alguna las cabalgatas recrean el siempre petulante antropocentrismo de un colectivo que, a pesar de vivir en medio de una exuberante diversidad biológica, el haber tomado distancia de la Naturaleza los hace sentir “superiores”. Caballos, toros de lidia y gallos de pelea suelen ser las víctimas que deja esa toma de distancia y el asumirnos como especie dominante e “inteligente” capaz de someter ecosistemas y mirar con desdén a esos otros animales tan sintientes como nosotros.

En épocas pasadas en la feria de Cali los narcos y “lavaperros” también participaban de las pomposas fiestas equinas exponiendo la mixtura de intereses entre la clase “emergente” y algunos hijos de la élite citadina que se apoyaron en los “mágicos” para sacar adelante sus proyectos políticos. No sé si ese “fenómeno” se presenta en la cabalgata de Manizales.

Bien por la feria de Cali que dejó atrás la cabalgata como actividad principal. Falta que la feria de Manizales haga lo mismo y proscriba el grotesco espectáculo que también confirma que como sociedad seguimos anclados a formas de violencia y sometimiento animal que de manera errónea son cubiertas con un manto cultural que las legitima a pesar de su anacronismo veleidoso.

Adenda: en la feria de Manizales se presentó un incidente con el congresista Cristian Garcés, quien participaba de la cabalgata. Al parecer, el político del Centro Democrático se molestó por la presencia de veedores animalistas. Garcés dejo ver su talante de machito bravucón y lanzó esta amenaza: "ojo que el mío patea animalistas". Ese suele ser el talante de los defensores de corridas de toros, peleas de gallo, corralejas y cabalgatas. 

PROBLEMAS EN LA CABALGATA EN MANIZALES 2025 - Búsqueda Imágenes

domingo, 5 de enero de 2025

JUAN GUAIDÓ Y GONZÁLEZ URRUTIA: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez y Edmundo González Urrutia tienen asuntos en común y enormes diferencias. Comparten el desprestigio de la derecha venezolana que por años despreció a los más vulnerables y desposeídos venezolanos, los mismos cuyas vidas quiso reivindicar el entonces coronel Hugo Rafael Chávez Frías desde una perspectiva étnica sobre la que basó su proyecto socialista y populista.  Ambos están inmersos en la lucha política del sector de poder que representan por recuperar los privilegios de clase que facilita hacer parte de un Estado con reservas de petróleo y gas que, a pesar de los procesos de transición energética que ya caminan por el planeta, aún resultan atractivos para potencias como Rusia y China.

Las diferencias también son notables. Guaidó fue una invención mediática y política que al final lo convirtió en el hazmerreír de una parte del mundo que vio con sorpresa que países como Colombia lo recibieron con honores militares y alfombra roja bajo una particular condición de “presidente” (interino) sin mando de tropa, sin ministros y sin territorio donde gobernar.  Guaidó vivió varios años en Narnia, ese reino imaginario en el que fue el líder de un pueblo inexistente.

Mientras que González ostenta un triunfo electoral y político reconocido y legitimado por el Centro Carter y varios gobiernos de América y del mundo, Guaidó Márquez se paseó por varias naciones de la mano de una proclamación salerosa que sin embargo sirvió para unir a una parte de la derecha internacional en su objetivo de sacar del poder a Nicolás Maduro Moros, heredero y sepulturero del proyecto socialista de Chávez.

Mientras que Guaidó Márquez está en el anonimato y goza del retiro en Miami, González Urrutia intentará este 10 de enero proclamarse presidente de la República Bolivariana de Venezuela. En su periplo por España y Argentina, dejó claro que está decidido a todo. “Vamos a lograr la recuperación de nuestra Venezuela” dijo González a W radio, medio colombiano de derecha interesado en el derrocamiento del régimen de Nicolás Maduro Moros. La sentencia de González es la misma que varios políticos de la derecha colombiana vienen expresando desde el 7 de agosto de 2022 cuando asumió el control de la Casa de Nariño el primer presidente progresista en la historia del país. Se trata, sin duda alguna, de locuciones que devienen con un carácter clasista y sectorial.

Antes de Guaidó y González participaron del mismo proyecto Lilian Tintori y su esposo Leopoldo López, Antonio José Ledezma y Henrique Capriles, entonces opositores al régimen chavista. Todos han quedado en el camino gracias al férreo apoyo de los militares a la figura de Maduro Moros. Ahora lideran la dura batalla de “recuperar a Venezuela” María Corina Machado, lideresa que, al no poder ser candidata presidencial por decisión caprichosa e ilegítima del gobierno Maduro, quiere gobernar en las “carnitas y huesitos” de Edmundo González. Sin carisma y diezmado físicamente, la derecha venezolana sueña con volver al poder con González Urrutia.

Lo triste para Venezuela es que ninguno de los bandos en disputa tiene un proyecto político diseñado para convertir al vecino país en una potencia económica. Si nada extraordinario sucede este 10 de enero, lo más probable es que Maduro Moros se posesione para estar en Miraflores seis años más. El error que cometieron Capriles, Ledezma, López y su esposa, María Corina Machado y González Urrutia y los más visibles miembros del régimen chavista es que convirtieron a Venezuela en un comodín político de varios países del primer mundo interesados únicamente en sacar provecho de las riquezas del subsuelo y de sus reservas internacionales.



edmundo gonzalez vamos a recuperar a venezuela - Búsqueda Imágenes


sábado, 4 de enero de 2025

EL PAÍS NECESITA UNA CÁTEDRA DE ANÁLISIS DE MEDIOS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La concentración de la propiedad de los medios de comunicación en pocas manos constituye un factor ético-político que se opone a la consolidación de la democracia. En Colombia, los medios tradicionales están en manos de poderosos banqueros y conglomerados económicos a los que poco o nada les interesa que sus empresas de información hagan periodismo de calidad. Por el contrario, le apuestan a que a través de ese oficio se oculten aquellas actividades económicas y políticas conducentes a debilitar la democracia como régimen de poder y aspiración de vida colectiva. Es más, pienso que los magnates de compran empresas mediáticas odian el periodismo, de allí el deseo de tenerlo controlado y a su favor.

En estos dos años largos del gobierno de Gustavo Petro empresas mediáticas como Caracol, RCN, La FM, Blu radio, La W, revista Cambio, El Colombiano, Semana, El País de Cali, El Tiempo y El Espectador le han hecho una suerte de oposición política funcional a los intereses corporativos de los banqueros y las corporaciones propietarias de esos medios que se olvidaron de informar con responsabilidad social, para caer en el peligroso juego de generar miedos e incertidumbres en las audiencias que aún creen a pie juntillas en que lo que se sale publicado es la verdad revelada. Han mentido, tergiversado los hechos noticiosos, se acercaron muchos de estos a provocar pánico económico y han promovido el odio ideológico hacia todo lo que huela a izquierda y progresismo.

Así las cosas, urge que el primer gobierno progresista en más de 200 años de República deje como instrumento educativo y pedagógico de uso obligatorio en colegios y universidades la cátedra Análisis y Crítica de Medios. Es necesario que las audiencias y en general los colombianos estén formados en la comprensión del discurso periodístico-noticioso, sus formas y su carácter moralizante, no siempre al servicio del colectivo. Es más, se debe extender al análisis de novelas y otros productos culturales, pues hay gente que no puede separar la realidad de la ficción.

Las y los estudiantes de colegios y universidades deben tener elementos de juicio y categorías que les permitan analizar de manera crítica los informes, reportajes, crónicas y noticias que a diario publican los medios masivos hegemónicos. De igual manera, las posturas editoriales, tácitas o no, asumidas por cada empresa mediática. Formar al estudiantado para cuestionar los tratamientos periodístico-noticiosos constituye una forma de contra poder que aporta al mejoramiento de la democracia en la medida en que habría ciudadanos capaces de discutir asuntos públicos, descifrando los intereses políticos y económicos que defienden las empresas mediáticas aquí señaladas. Los análisis críticos que los ciudadanos puedan hacer podrían transmitirse en emisoras o medios impresos comunitarios y usarse políticamente en escenarios electorales.

De la misma manera como el proceso de paz de La Habana le dejó al país la Cátedra de Paz, el primer gobierno progresista en la historia del país debe dejarles a los colombianos la Cátedra Análisis y Crítica de Medios para los fines pedagógicos y ético-políticos que requiere una democracia moderna.  

Adenda: ya hay universidades que tienen cátedras de análisis de medios, pero se requiere que otras universidades y todos los colegios públicos y privados la ofrezcan de manera obligatoria.



quienes son los dueños de los medios en Colombia - Búsqueda Imágenes

viernes, 3 de enero de 2025

NICOLÁS MADURO MOROS: PRESIDENTE Y SHERIFF

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con el ofrecimiento de 100 mil dólares por información que permita capturar a Edmundo González, el régimen de Nicolás Maduro Moros le dejó claro al mundo que sí sufrió derrota política y electoral en las pasadas elecciones. El anuncio y la publicación del cartel acerca al gobierno venezolano a los tiempos en los que en el Viejo Oeste americano se imprimían volantes con los rostros y nombres de peligrosos delincuentes como el recordado Jesse James o William H. Boney, alias 'Billy El Niño' o de Kid.

Al ponerle precio a la cabeza de González, el gobierno venezolano deja ver la ansiedad que les produce a sus agentes más visibles la llegada del 10 de enero, día en el que Maduro Moros tomará juramento como presidente reelecto a pesar de que las actas que validó el Centro Carter le dan el triunfo al perseguido Edmundo González. Con dicho ofrecimiento el gobierno de Maduro Moros deja ver su desprecio por la legitimidad social y la gobernabilidad, factores de una filosofía política inaplicables cuando el control de las armas de la República está en función de defender una única e indiscutible idea de Estado y pueblo.

Se trata de una torpe decisión judicial que confirma el carácter dictatorial de un régimen que se fundó en los principios del llamado socialismo del siglo XXI, pero que fue derivando en una vulgar dictadura en manos de un civil que de manera cómica se viste de verde oliva y vocifera como comandante militar. Esos actos histriónicos de Maduro Moros confirman que la continuidad del régimen venezolano está garantizada internamente por la captura mafiosa de las fuerzas armadas bolivarianas y externamente por el respaldo de Rusia y China dado en función de sus reservas de petróleo y gas. De esa manera, Diosdado Cabello y Maduro Moros creen de manera solemne en la legitimidad y gobernabilidad que les brindan esas dos potencias. En lo interno, el ponerle precio a la cabeza de González confirma el desprecio que sienten por la oposición que representan María Corina Machado y Edmundo González en razón a su origen de clase y porque son “blancos”.

La llegada de Hugo Rafael Chávez Frías al poder estuvo fundada en buena medida por varios elementos de eso que se conoce como el socialismo del siglo XXI: “democracia participativa, la economía democráticamente planificada de equivalencias, el Estado no-clasista y, como consecuencia, el ciudadano racional-ético-estético” (Dieterich, 2008: 3). Por supuesto que Chávez Frías no logró acercarse a esa utopía que encarna el socialismo del siglo XXI expresado en la idea de un hombre nuevo, instituciones reformadas, un Estado no-clasista y la superación de todas las desigualdades de género y clase recreadas por la democracia liberal y la burguesía “blanca” que el entonces coronel venció con un discurso de reivindicación étnica ancorado a su condición de hombre “poco agraciado y mestizo”.

Con su muerte, ese proyecto político quedó en manos de Nicolás Maduro, el clásico politicastro responsable en gran medida del bíblico éxodo de venezolanos por todo el mundo. A pocos días de asumir por otros seis años el poder del país petrolero, la utopía socialista sigue vigente y pendiente como tarea de un régimen violento que, fundado en las riquezas que guarda el subsuelo, el siempre oportuno antiimperialismo yanqui y el apoyo de China y Rusia, no ha sido capaz de crear el “hombre y la sociedad nueva, reeditar las ideas socialistas golpeadas fuertemente por la caída del Muro de Berlín y el consecuente triunfo del capitalismo y mucho menos acercarse a un desarrollo económico superlativo que ya alcanzaron las dos potencias que lo defienden del “inmoral” ataque de los Estados Unidos.

Si no ocurre nada extraordinario, este 10 de enero Nicolás Maduro Moros seguirá sentado en Miraflores gracias al apoyo de las señaladas potencias económicas y militares, a un “pueblo” cada vez más cooptado  y el reconocimiento de facto de países como Colombia cuyo gobierno le apunta a conservar las buenas relaciones políticas, diplomáticas y comerciales por encima de las críticas de la derecha colombiana a la que le encantaría volver a jugar con la vida de cientos de miles de venezolanos y colombianos que viven y sobreviven de las actividades legales e ilegales que se dan en la porosa frontera binacional. A partir del 10 de enero, Maduro Moros seguirá posando como militar de carrera y por primera vez se vestirá de Sheriff.

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jueves, 2 de enero de 2025

¿EL ESPECTADOR TAMBIÉN LE HACE OPOSICIÓN POLÍTICA A PETRO?

 Por Germán Ayala Osorio

De la congregación de empresas mediáticas que optaron por atacar en gavilla al gobierno Petro a través del registro de mentiras y lecturas amañadas de los hechos, el diario El Espectador se habría mantenido al margen. Por lo menos así lo creí durante estos dos años en el que esa peligrosa cofradía viene operando con fines políticos, siguiendo instrucciones de sus propietarios perfectamente alineadas con los intereses de los más visibles politicastros del país político.

Bastan dos recientes registros periodísticos para que el giro editorial del diario bogotano se hiciera evidente: el primero es la extensa entrevista al presidente del CNE, Álvaro Hernán Prada, quien ya fue llamado a juicio por la Corte Suprema de Justicia por el delito de manipulación de testigos. Se trata del mismo proceso penal en el que están involucrados el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez y el aboganster Diego Cadena. Y el segundo, la nota sobre el incremento del 5,36% que autorizó el gobierno al dinero que el Estado le gira a las EPS para cada uno de sus afiliados (UPC).

El titular de la entrevista que concedió el presidente del CNE resulta tendencioso y malintencionado por la condición sub judice de Prada y por tratarse de un probado enemigo político del jefe del Estado. “Los señalamientos de Petro generan un clima de desconfianza inconveniente”: Prada. Se trata, además, de un titular que guarda la intención de limpiarle el nombre y la oscura imagen del funcionario uribista que cumple las órdenes de su patrón, Álvaro Uribe Vélez.

A pesar de que el entrevistador le hizo la pregunta obligatoria que todos esperábamos que le hiciera, Prada la no respondió como se esperaba y mucho menos el periodista le insistió para que la respondiera. ¿Qué responde a los señalamientos que le hacen desde el Pacto Histórico de no ser un investigador neutral al tener vínculos con el Centro Democrático y estar vinculado en el caso del expresidente Uribe por supuesta compra de testigos? La respuesta del presidente del CNE constituye una burla. De esta manera se mofó del diario, del periodista y de los lectores: “El CNE es la máxima autoridad electoral de Colombia, nuestro propósito es dar garantías de imparcialidad a todos los colombianos, la labor que tenemos no es perseguir a nadie, sino cumplir con el propósito de blindar el sistema electoral”.

El valor periodístico de lo que pueda decir el entrevistado y su legitimidad quedan en entredicho justamente porque Prada está llamado a juicio por graves delitos, circunstancia legal que debería de ser suficiente razón para evitar ser entrevistado por cuanto al hacerlo el diario entra en el juego político de la oposición y termina lavándole la cara al consumado politicastro.

El otro hecho y nota periodística tiene que ver, como se indicó al principio, con el aumento de la UPC y las reacciones de algunos de los agentes que hacen parte del sistema de salud. Así reacciona el mundo de la salud al aumento de la UPC decretado por el Gobierno es un titular “limpio”, esto es, no tendencioso que hace pensar al lector que se leerá un texto equilibrado. Pero no es así. Todas las voces consultadas están en desacuerdo con el alza del 5, 36% y dan por sentado que habrá una catástrofe en la prestación de los servicios de salud. ¿Por qué no se consultó a la presidente de la Federación Médica Colombiana? Y lo más importante: ¿Por qué no se hizo mención, a manera de crítica, a los hechos de corrupción de varias EPS que gastaron a manos llenas en la construcción de sus propias clínicas, en patrocinar campañas políticas, pautar en medios masivos y gastar millonarias sumas en actividades ajenas a la prestación de los servicios de salud? La Contraloría General de la República encontró “pagos de viajes, clases de yoga, vales de gasolina, anticipos de viajes, y bonos de regalos, hacen parte de los hallazgos de la entidad en las 24 EPS auditadas. Al parecer, utilizaron indebidamente $6 billones que estaban destinados para la Unidad de Pago por Capitación (UPC) en 2020”.

Así entonces, El Espectador ya hace parte de la hermandad mediática que le hace oposición política al gobierno Petro, como jamás se había visto en el país en la historia reciente del periodismo. De esa perversa unión hacen parte Semana, El País de Cali, El Colombiano; los canales de televisión RCN y Caracol con sus noticieros y programas de humor, así como Blu radio, La FM y La W. Es una verdadera lástima que el diario El Espectador haya entrado en ese juego político que le resta legitimidad y credibilidad al periodismo colombiano. El "fuera Petro" parece una consigna que no molesta en las salas de redacción de los señalados medios. 




miércoles, 1 de enero de 2025

ETHOS MAFIOSO Y LA CRISIS DEL SISTEMA DE SALUD

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La crisis del sistema de salud en Colombia tiene además de componentes técnicos, factores ético-políticos y culturales que permiten entender  las posturas de quienes se oponen al incremento del 5,36% en la UPC, pero sobre todo, a los máximos controles sobre los millonarios recursos públicos girados a las EPS que el gobierno Petro, a través de la ADRES, quiere imponer para detener el acordado desangre institucional en el que terminó convertido dicho modelo de aseguramiento.

Dicho sistema de aseguramiento en salud nació durante la consolidación del neoliberalismo en Colombia, hecho que facilitó el debilitamiento de los máximos controles fiscales sobre las entidades prestadoras de salud. Después de más de 30 años de libertades políticas y económicas promovidas por gobiernos de derecha el modelo de salud dejó ver con claridad el principio que lo llevó al colapso: el ethos mafioso que guió las operaciones de IPS y EPS y la estrategia de los “técnicos del neoliberalismo” de intervenir en unos casos y en otros seguirle inyectando dinero a un enorme saco roto.

Bajo ese sistema de salud y la naturalización de la corrupción, los pacientes sufrieron las consecuencias de un conjunto de procedimientos reglados y pensados para favorecer a familias de políticos y miembros de las juntas directivas. El matute en el que convirtieron el manejo de los millonarios recursos les alcanzó en el pasado para financiar campañas presidenciales y congresionales. De esa manera aseguraban el recibimiento de más y más recursos sin la vigilancia requerida. Los entes de control durante más de tres décadas fueron testigos mudos del continuo desangre al erario.

La prensa hegemónica fue, durante esos largos 30 años, un actor político clave para salvaguardar las identidades de aquellos poderosos políticos (verdaderos politicastros) que hacían parte interesada del sistema con el único objetivo de sacar provecho económico. Desde el mismo día en el que se anunció el incremento, las empresas mediáticas abrieron sus espacios para escuchar las “razones técnicas” de ACEMI y de otras agremiaciones, convertidas en quejas y lecturas catastrofistas por el reducido incremento en la Unidad Por Capitación (UPC).  Ni los periodistas y mucho menos los agentes políticos y técnicos que hacen parte del sistema de salud han hecho referencia a los actos de corrupción que fueron llevando a la crisis, al parecer irreversible, del “aplaudido” sistema de aseguramiento en salud. Todos evitan discutir alrededor de la razón política y técnica que exhibió el gobierno para considerar el incremento del 5,36%: "las EPS no reportaron información confiable, oportuna y clara” sobre sus costos operacionales y los derivados de las demandas de los pacientes.

El colapso de las EPS y la crisis misma del sistema de salud en Colombia desvirtúa la narrativa aquella que señala que lo “privado es sinónimo de eficiencia y pulcritud”. En este caso faltó vigilancia estatal y sobró mezquindad y avaricia de gerentes, presidentes y miembros de juntas directivas que manejaron los recursos públicos de manera discrecional. Si hay oportunidad para dialogar entre el gobierno y todos los agentes involucrados para superar la crisis, lo primero que habría que acordar es la salida de todos los politicastros y la exposición de los hechos de corrupción que se taparon por presiones políticas en los más altos niveles del poder. De igual manera, confirmar el pago de millonarias sumas de dinero a congresistas-lobistas que se opusieron a la aprobación de todas las versiones de la reforma a la salud presentadas en el Congreso.

Habría también que declarar como problema de salud pública la entronización del ethos mafioso que guió la operación de específicos agentes claves del sistema de salud. Lo curioso es que no existe tratamiento médico alguno para la avaricia y la mezquindad de quienes se robaron billonarios recursos durante tres décadas. Esa crónica enfermedad solo se supera con un profundo cambio cultural al que se resisten los que en el pasado pensaron y diseñaron el sistema para enriquecerse y no para atender las necesidades de los pacientes; y los medios informativos, apéndices de poderosos agentes económicos a los que solo les interesa facturar, al parecer tampoco les interesa hablar de la imperiosa necesidad de proscribir el ethos mafioso que nos identifica como uno de los países más corruptos del mundo. 





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