martes, 7 de enero de 2025

COLOMBIA Y VENEZUELA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Venezuela y Colombia comparten una misma historia política desde los tiempos del libertador Simón Bolívar. Por estos días exhiben ambientes políticamente caldeados que dan cuenta de unas profundas y al parecer insuperables luchas étnicas y de clase que quizás no tengan la fuerza suficiente para ambientar revoluciones internas capaces de llevar a ambas naciones a vivir y sufrir profundos cambios culturales que les permitan superar el atávico e insuperable destino de pobreza, desigualdad, militarismo, corrupción, clasismo y racismo.

Mientras que en el vecino país subsiste un oprobioso régimen, en Colombia hay un presidente y un gobierno que, con relativo poder, lleva dos años enfrentando a un establecimiento retardatario que en momentos muy precisos terminó pareciéndose al régimen chavista. Baste con revisar la consolidación de la pobreza y las violaciones a los derechos humanos durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez e Iván Duque Márquez para encontrar las similitudes entre los dos regímenes.

En ambos casos el control del Estado y su operación privada y mafiosa garantizaron las eternas condiciones de un subdesarrollo económico aceptado como condición natural en estos territorios del sur global.

Los ambientes de polarización y crispación ideológica en Venezuela y Colombia dan cuenta de dos procesos políticos que, aunque parecidos, guardan diferencias sustanciales. Mientras que el régimen de Maduro tiene todo para que este 10 de enero se dé continuidad a seis años más de su “proyecto revolucionario”,  el proyecto modernizador de Petro podría ser flor de un día (de cuatro años). Eso sí, el régimen de Maduro se posesionará en medio de presiones internacionales que terminan diluyéndose porque están de por medio intereses económicos atados a sus reservas de gas y petróleo. Entre tanto,  el gobierno de Gustavo Petro seguirá por dos años más lidiando con las viejas mafias que por más de 30 años privatizaron carreteras y la salud, entre otros servicios estratégicos, en beneficio de unas pocas familias  a las que poco o nada les interesa superar las condiciones de un modelo de desarrollo precapitalista y rentista fincado en la avaricia y la falta de visión de sus agentes más poderosos y visibles.

Si no sucede nada extraordinario este 10 de enero, Nicolás Maduro Moros seguirá al frente del régimen militarista venezolano que Petro reconoce de facto, sin que ello signifique la aceptación total y el reconocimiento del triunfo electoral del oficialismo en las pasadas elecciones que, de acuerdo con lo conocido, habría sufrido derrota frente a Edmundo González Urrutia, representante de la derecha local. Entre tanto, en Colombia el presidente Petro intentará dejar sentadas las bases sociales e institucionales que permitan en el 2026 dar continuidad a su proyecto modernizador.

Así como el chavismo-madurismo necesitó de varias décadas para imponer y probar un modelo socialista, el progresismo y las ideas modernizadoras que deja Petro necesitarán quizás del mismo tiempo que le tomó al neoliberalismo criollo capturar de manera mafiosa el Estado para provecho de unos pocos agentes económicos colombianos.

Venezuela y Colombia parecen compartir la misma maldición: tener riquezas en el subsuelo y biodiversidad, pero no saber qué hacer con ellas por la pobre visión de sus élites de lo que debe ser el Estado. En ambos casos se impusieron los espíritus rentistas de unas élites parásitas renuentes a asumir el liderazgo social y político para garantizar un desarrollo superlativo en beneficio de sus pueblos. Venezolanos y colombianos seguirán compartiendo, pero sobre todo profundizando, sus históricas taras culturales.  


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lunes, 6 de enero de 2025

CABALGATA EN LA FERIA DE MANIZALES: ¿HASTA CUÁNDO?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las cabalgatas en las ferias de Cali y Manizales están atadas al afán exhibicionista de los jinetes y las amazonas que adornan el espectáculo. Aunque oficialmente en la pasada versión de la feria caleña la tradicional cabalgata no se dio, si se registró en redes sociales la salida de caballistas espontáneos lo que obligó a los defensores de los animales a exigirle al alcalde de la capital del Valle del Cauca que las evitara porque siempre terminan con equinos maltratados por los largos recorridos a los que son sometidos para el goce humano. En esas mismas redes se informó de algunos problemas en la cabalgata organizada en el marco de la feria de Manizales.  Están en mora las autoridades y la sociedad manizaleña en proscribir la penosa y violenta actividad.

Mostrarse en este tipo de comparsas es una manera de esconder las miserias y problemas de auto estima, así como para hacer alarde de los perfiles egocéntricos de los y las montadores; y por supuesto que las cabalgatas son el mecanismo con el que se insiste en darle un sentido de "práctica cultural" a los caprichos de unos machitos que se sienten poderosos, pero sobre todo que creen a pie juntillas que son figuras destacadas de la sociedad. Demostrar en ferias el dominio de los caballos está asociado a una idea máxima de aquello de ser macho, guapo y con poder económico pues los equinos sobre los cuales cabalgan los y las caballistas suelen costar altas sumas de dinero. A lo mejor  estos machos cabríos quieren reeditar los comerciales del Hombre Marlboro, publicidad que sirvió en su epoca para consolidar el machismo. 

Sin duda alguna las cabalgatas recrean el siempre petulante antropocentrismo de un colectivo que, a pesar de vivir en medio de una exuberante diversidad biológica, el haber tomado distancia de la Naturaleza los hace sentir “superiores”. Caballos, toros de lidia y gallos de pelea suelen ser las víctimas que deja esa toma de distancia y el asumirnos como especie dominante e “inteligente” capaz de someter ecosistemas y mirar con desdén a esos otros animales tan sintientes como nosotros.

En épocas pasadas en la feria de Cali los narcos y “lavaperros” también participaban de las pomposas fiestas equinas exponiendo la mixtura de intereses entre la clase “emergente” y algunos hijos de la élite citadina que se apoyaron en los “mágicos” para sacar adelante sus proyectos políticos. No sé si ese “fenómeno” se presenta en la cabalgata de Manizales.

Bien por la feria de Cali que dejó atrás la cabalgata como actividad principal. Falta que la feria de Manizales haga lo mismo y proscriba el grotesco espectáculo que también confirma que como sociedad seguimos anclados a formas de violencia y sometimiento animal que de manera errónea son cubiertas con un manto cultural que las legitima a pesar de su anacronismo veleidoso.

Adenda: en la feria de Manizales se presentó un incidente con el congresista Cristian Garcés, quien participaba de la cabalgata. Al parecer, el político del Centro Democrático se molestó por la presencia de veedores animalistas. Garcés dejo ver su talante de machito bravucón y lanzó esta amenaza: "ojo que el mío patea animalistas". Ese suele ser el talante de los defensores de corridas de toros, peleas de gallo, corralejas y cabalgatas. 

PROBLEMAS EN LA CABALGATA EN MANIZALES 2025 - Búsqueda Imágenes

domingo, 5 de enero de 2025

JUAN GUAIDÓ Y GONZÁLEZ URRUTIA: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez y Edmundo González Urrutia tienen asuntos en común y enormes diferencias. Comparten el desprestigio de la derecha venezolana que por años despreció a los más vulnerables y desposeídos venezolanos, los mismos cuyas vidas quiso reivindicar el entonces coronel Hugo Rafael Chávez Frías desde una perspectiva étnica sobre la que basó su proyecto socialista y populista.  Ambos están inmersos en la lucha política del sector de poder que representan por recuperar los privilegios de clase que facilita hacer parte de un Estado con reservas de petróleo y gas que, a pesar de los procesos de transición energética que ya caminan por el planeta, aún resultan atractivos para potencias como Rusia y China.

Las diferencias también son notables. Guaidó fue una invención mediática y política que al final lo convirtió en el hazmerreír de una parte del mundo que vio con sorpresa que países como Colombia lo recibieron con honores militares y alfombra roja bajo una particular condición de “presidente” (interino) sin mando de tropa, sin ministros y sin territorio donde gobernar.  Guaidó vivió varios años en Narnia, ese reino imaginario en el que fue el líder de un pueblo inexistente.

Mientras que González ostenta un triunfo electoral y político reconocido y legitimado por el Centro Carter y varios gobiernos de América y del mundo, Guaidó Márquez se paseó por varias naciones de la mano de una proclamación salerosa que sin embargo sirvió para unir a una parte de la derecha internacional en su objetivo de sacar del poder a Nicolás Maduro Moros, heredero y sepulturero del proyecto socialista de Chávez.

Mientras que Guaidó Márquez está en el anonimato y goza del retiro en Miami, González Urrutia intentará este 10 de enero proclamarse presidente de la República Bolivariana de Venezuela. En su periplo por España y Argentina, dejó claro que está decidido a todo. “Vamos a lograr la recuperación de nuestra Venezuela” dijo González a W radio, medio colombiano de derecha interesado en el derrocamiento del régimen de Nicolás Maduro Moros. La sentencia de González es la misma que varios políticos de la derecha colombiana vienen expresando desde el 7 de agosto de 2022 cuando asumió el control de la Casa de Nariño el primer presidente progresista en la historia del país. Se trata, sin duda alguna, de locuciones que devienen con un carácter clasista y sectorial.

Antes de Guaidó y González participaron del mismo proyecto Lilian Tintori y su esposo Leopoldo López, Antonio José Ledezma y Henrique Capriles, entonces opositores al régimen chavista. Todos han quedado en el camino gracias al férreo apoyo de los militares a la figura de Maduro Moros. Ahora lideran la dura batalla de “recuperar a Venezuela” María Corina Machado, lideresa que, al no poder ser candidata presidencial por decisión caprichosa e ilegítima del gobierno Maduro, quiere gobernar en las “carnitas y huesitos” de Edmundo González. Sin carisma y diezmado físicamente, la derecha venezolana sueña con volver al poder con González Urrutia.

Lo triste para Venezuela es que ninguno de los bandos en disputa tiene un proyecto político diseñado para convertir al vecino país en una potencia económica. Si nada extraordinario sucede este 10 de enero, lo más probable es que Maduro Moros se posesione para estar en Miraflores seis años más. El error que cometieron Capriles, Ledezma, López y su esposa, María Corina Machado y González Urrutia y los más visibles miembros del régimen chavista es que convirtieron a Venezuela en un comodín político de varios países del primer mundo interesados únicamente en sacar provecho de las riquezas del subsuelo y de sus reservas internacionales.



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sábado, 4 de enero de 2025

EL PAÍS NECESITA UNA CÁTEDRA DE ANÁLISIS DE MEDIOS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La concentración de la propiedad de los medios de comunicación en pocas manos constituye un factor ético-político que se opone a la consolidación de la democracia. En Colombia, los medios tradicionales están en manos de poderosos banqueros y conglomerados económicos a los que poco o nada les interesa que sus empresas de información hagan periodismo de calidad. Por el contrario, le apuestan a que a través de ese oficio se oculten aquellas actividades económicas y políticas conducentes a debilitar la democracia como régimen de poder y aspiración de vida colectiva. Es más, pienso que los magnates de compran empresas mediáticas odian el periodismo, de allí el deseo de tenerlo controlado y a su favor.

En estos dos años largos del gobierno de Gustavo Petro empresas mediáticas como Caracol, RCN, La FM, Blu radio, La W, revista Cambio, El Colombiano, Semana, El País de Cali, El Tiempo y El Espectador le han hecho una suerte de oposición política funcional a los intereses corporativos de los banqueros y las corporaciones propietarias de esos medios que se olvidaron de informar con responsabilidad social, para caer en el peligroso juego de generar miedos e incertidumbres en las audiencias que aún creen a pie juntillas en que lo que se sale publicado es la verdad revelada. Han mentido, tergiversado los hechos noticiosos, se acercaron muchos de estos a provocar pánico económico y han promovido el odio ideológico hacia todo lo que huela a izquierda y progresismo.

Así las cosas, urge que el primer gobierno progresista en más de 200 años de República deje como instrumento educativo y pedagógico de uso obligatorio en colegios y universidades la cátedra Análisis y Crítica de Medios. Es necesario que las audiencias y en general los colombianos estén formados en la comprensión del discurso periodístico-noticioso, sus formas y su carácter moralizante, no siempre al servicio del colectivo. Es más, se debe extender al análisis de novelas y otros productos culturales, pues hay gente que no puede separar la realidad de la ficción.

Las y los estudiantes de colegios y universidades deben tener elementos de juicio y categorías que les permitan analizar de manera crítica los informes, reportajes, crónicas y noticias que a diario publican los medios masivos hegemónicos. De igual manera, las posturas editoriales, tácitas o no, asumidas por cada empresa mediática. Formar al estudiantado para cuestionar los tratamientos periodístico-noticiosos constituye una forma de contra poder que aporta al mejoramiento de la democracia en la medida en que habría ciudadanos capaces de discutir asuntos públicos, descifrando los intereses políticos y económicos que defienden las empresas mediáticas aquí señaladas. Los análisis críticos que los ciudadanos puedan hacer podrían transmitirse en emisoras o medios impresos comunitarios y usarse políticamente en escenarios electorales.

De la misma manera como el proceso de paz de La Habana le dejó al país la Cátedra de Paz, el primer gobierno progresista en la historia del país debe dejarles a los colombianos la Cátedra Análisis y Crítica de Medios para los fines pedagógicos y ético-políticos que requiere una democracia moderna.  

Adenda: ya hay universidades que tienen cátedras de análisis de medios, pero se requiere que otras universidades y todos los colegios públicos y privados la ofrezcan de manera obligatoria.



quienes son los dueños de los medios en Colombia - Búsqueda Imágenes

viernes, 3 de enero de 2025

NICOLÁS MADURO MOROS: PRESIDENTE Y SHERIFF

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Con el ofrecimiento de 100 mil dólares por información que permita capturar a Edmundo González, el régimen de Nicolás Maduro Moros le dejó claro al mundo que sí sufrió derrota política y electoral en las pasadas elecciones. El anuncio y la publicación del cartel acerca al gobierno venezolano a los tiempos en los que en el Viejo Oeste americano se imprimían volantes con los rostros y nombres de peligrosos delincuentes como el recordado Jesse James o William H. Boney, alias 'Billy El Niño' o de Kid.

Al ponerle precio a la cabeza de González, el gobierno venezolano deja ver la ansiedad que les produce a sus agentes más visibles la llegada del 10 de enero, día en el que Maduro Moros tomará juramento como presidente reelecto a pesar de que las actas que validó el Centro Carter le dan el triunfo al perseguido Edmundo González. Con dicho ofrecimiento el gobierno de Maduro Moros deja ver su desprecio por la legitimidad social y la gobernabilidad, factores de una filosofía política inaplicables cuando el control de las armas de la República está en función de defender una única e indiscutible idea de Estado y pueblo.

Se trata de una torpe decisión judicial que confirma el carácter dictatorial de un régimen que se fundó en los principios del llamado socialismo del siglo XXI, pero que fue derivando en una vulgar dictadura en manos de un civil que de manera cómica se viste de verde oliva y vocifera como comandante militar. Esos actos histriónicos de Maduro Moros confirman que la continuidad del régimen venezolano está garantizada internamente por la captura mafiosa de las fuerzas armadas bolivarianas y externamente por el respaldo de Rusia y China dado en función de sus reservas de petróleo y gas. De esa manera, Diosdado Cabello y Maduro Moros creen de manera solemne en la legitimidad y gobernabilidad que les brindan esas dos potencias. En lo interno, el ponerle precio a la cabeza de González confirma el desprecio que sienten por la oposición que representan María Corina Machado y Edmundo González en razón a su origen de clase y porque son “blancos”.

La llegada de Hugo Rafael Chávez Frías al poder estuvo fundada en buena medida por varios elementos de eso que se conoce como el socialismo del siglo XXI: “democracia participativa, la economía democráticamente planificada de equivalencias, el Estado no-clasista y, como consecuencia, el ciudadano racional-ético-estético” (Dieterich, 2008: 3). Por supuesto que Chávez Frías no logró acercarse a esa utopía que encarna el socialismo del siglo XXI expresado en la idea de un hombre nuevo, instituciones reformadas, un Estado no-clasista y la superación de todas las desigualdades de género y clase recreadas por la democracia liberal y la burguesía “blanca” que el entonces coronel venció con un discurso de reivindicación étnica ancorado a su condición de hombre “poco agraciado y mestizo”.

Con su muerte, ese proyecto político quedó en manos de Nicolás Maduro, el clásico politicastro responsable en gran medida del bíblico éxodo de venezolanos por todo el mundo. A pocos días de asumir por otros seis años el poder del país petrolero, la utopía socialista sigue vigente y pendiente como tarea de un régimen violento que, fundado en las riquezas que guarda el subsuelo, el siempre oportuno antiimperialismo yanqui y el apoyo de China y Rusia, no ha sido capaz de crear el “hombre y la sociedad nueva, reeditar las ideas socialistas golpeadas fuertemente por la caída del Muro de Berlín y el consecuente triunfo del capitalismo y mucho menos acercarse a un desarrollo económico superlativo que ya alcanzaron las dos potencias que lo defienden del “inmoral” ataque de los Estados Unidos.

Si no ocurre nada extraordinario, este 10 de enero Nicolás Maduro Moros seguirá sentado en Miraflores gracias al apoyo de las señaladas potencias económicas y militares, a un “pueblo” cada vez más cooptado  y el reconocimiento de facto de países como Colombia cuyo gobierno le apunta a conservar las buenas relaciones políticas, diplomáticas y comerciales por encima de las críticas de la derecha colombiana a la que le encantaría volver a jugar con la vida de cientos de miles de venezolanos y colombianos que viven y sobreviven de las actividades legales e ilegales que se dan en la porosa frontera binacional. A partir del 10 de enero, Maduro Moros seguirá posando como militar de carrera y por primera vez se vestirá de Sheriff.

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jueves, 2 de enero de 2025

¿EL ESPECTADOR TAMBIÉN LE HACE OPOSICIÓN POLÍTICA A PETRO?

 Por Germán Ayala Osorio

De la congregación de empresas mediáticas que optaron por atacar en gavilla al gobierno Petro a través del registro de mentiras y lecturas amañadas de los hechos, el diario El Espectador se habría mantenido al margen. Por lo menos así lo creí durante estos dos años en el que esa peligrosa cofradía viene operando con fines políticos, siguiendo instrucciones de sus propietarios perfectamente alineadas con los intereses de los más visibles politicastros del país político.

Bastan dos recientes registros periodísticos para que el giro editorial del diario bogotano se hiciera evidente: el primero es la extensa entrevista al presidente del CNE, Álvaro Hernán Prada, quien ya fue llamado a juicio por la Corte Suprema de Justicia por el delito de manipulación de testigos. Se trata del mismo proceso penal en el que están involucrados el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez y el aboganster Diego Cadena. Y el segundo, la nota sobre el incremento del 5,36% que autorizó el gobierno al dinero que el Estado le gira a las EPS para cada uno de sus afiliados (UPC).

El titular de la entrevista que concedió el presidente del CNE resulta tendencioso y malintencionado por la condición sub judice de Prada y por tratarse de un probado enemigo político del jefe del Estado. “Los señalamientos de Petro generan un clima de desconfianza inconveniente”: Prada. Se trata, además, de un titular que guarda la intención de limpiarle el nombre y la oscura imagen del funcionario uribista que cumple las órdenes de su patrón, Álvaro Uribe Vélez.

A pesar de que el entrevistador le hizo la pregunta obligatoria que todos esperábamos que le hiciera, Prada la no respondió como se esperaba y mucho menos el periodista le insistió para que la respondiera. ¿Qué responde a los señalamientos que le hacen desde el Pacto Histórico de no ser un investigador neutral al tener vínculos con el Centro Democrático y estar vinculado en el caso del expresidente Uribe por supuesta compra de testigos? La respuesta del presidente del CNE constituye una burla. De esta manera se mofó del diario, del periodista y de los lectores: “El CNE es la máxima autoridad electoral de Colombia, nuestro propósito es dar garantías de imparcialidad a todos los colombianos, la labor que tenemos no es perseguir a nadie, sino cumplir con el propósito de blindar el sistema electoral”.

El valor periodístico de lo que pueda decir el entrevistado y su legitimidad quedan en entredicho justamente porque Prada está llamado a juicio por graves delitos, circunstancia legal que debería de ser suficiente razón para evitar ser entrevistado por cuanto al hacerlo el diario entra en el juego político de la oposición y termina lavándole la cara al consumado politicastro.

El otro hecho y nota periodística tiene que ver, como se indicó al principio, con el aumento de la UPC y las reacciones de algunos de los agentes que hacen parte del sistema de salud. Así reacciona el mundo de la salud al aumento de la UPC decretado por el Gobierno es un titular “limpio”, esto es, no tendencioso que hace pensar al lector que se leerá un texto equilibrado. Pero no es así. Todas las voces consultadas están en desacuerdo con el alza del 5, 36% y dan por sentado que habrá una catástrofe en la prestación de los servicios de salud. ¿Por qué no se consultó a la presidente de la Federación Médica Colombiana? Y lo más importante: ¿Por qué no se hizo mención, a manera de crítica, a los hechos de corrupción de varias EPS que gastaron a manos llenas en la construcción de sus propias clínicas, en patrocinar campañas políticas, pautar en medios masivos y gastar millonarias sumas en actividades ajenas a la prestación de los servicios de salud? La Contraloría General de la República encontró “pagos de viajes, clases de yoga, vales de gasolina, anticipos de viajes, y bonos de regalos, hacen parte de los hallazgos de la entidad en las 24 EPS auditadas. Al parecer, utilizaron indebidamente $6 billones que estaban destinados para la Unidad de Pago por Capitación (UPC) en 2020”.

Así entonces, El Espectador ya hace parte de la hermandad mediática que le hace oposición política al gobierno Petro, como jamás se había visto en el país en la historia reciente del periodismo. De esa perversa unión hacen parte Semana, El País de Cali, El Colombiano; los canales de televisión RCN y Caracol con sus noticieros y programas de humor, así como Blu radio, La FM y La W. Es una verdadera lástima que el diario El Espectador haya entrado en ese juego político que le resta legitimidad y credibilidad al periodismo colombiano. El "fuera Petro" parece una consigna que no molesta en las salas de redacción de los señalados medios. 




miércoles, 1 de enero de 2025

ETHOS MAFIOSO Y LA CRISIS DEL SISTEMA DE SALUD

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La crisis del sistema de salud en Colombia tiene además de componentes técnicos, factores ético-políticos y culturales que permiten entender  las posturas de quienes se oponen al incremento del 5,36% en la UPC, pero sobre todo, a los máximos controles sobre los millonarios recursos públicos girados a las EPS que el gobierno Petro, a través de la ADRES, quiere imponer para detener el acordado desangre institucional en el que terminó convertido dicho modelo de aseguramiento.

Dicho sistema de aseguramiento en salud nació durante la consolidación del neoliberalismo en Colombia, hecho que facilitó el debilitamiento de los máximos controles fiscales sobre las entidades prestadoras de salud. Después de más de 30 años de libertades políticas y económicas promovidas por gobiernos de derecha el modelo de salud dejó ver con claridad el principio que lo llevó al colapso: el ethos mafioso que guió las operaciones de IPS y EPS y la estrategia de los “técnicos del neoliberalismo” de intervenir en unos casos y en otros seguirle inyectando dinero a un enorme saco roto.

Bajo ese sistema de salud y la naturalización de la corrupción, los pacientes sufrieron las consecuencias de un conjunto de procedimientos reglados y pensados para favorecer a familias de políticos y miembros de las juntas directivas. El matute en el que convirtieron el manejo de los millonarios recursos les alcanzó en el pasado para financiar campañas presidenciales y congresionales. De esa manera aseguraban el recibimiento de más y más recursos sin la vigilancia requerida. Los entes de control durante más de tres décadas fueron testigos mudos del continuo desangre al erario.

La prensa hegemónica fue, durante esos largos 30 años, un actor político clave para salvaguardar las identidades de aquellos poderosos políticos (verdaderos politicastros) que hacían parte interesada del sistema con el único objetivo de sacar provecho económico. Desde el mismo día en el que se anunció el incremento, las empresas mediáticas abrieron sus espacios para escuchar las “razones técnicas” de ACEMI y de otras agremiaciones, convertidas en quejas y lecturas catastrofistas por el reducido incremento en la Unidad Por Capitación (UPC).  Ni los periodistas y mucho menos los agentes políticos y técnicos que hacen parte del sistema de salud han hecho referencia a los actos de corrupción que fueron llevando a la crisis, al parecer irreversible, del “aplaudido” sistema de aseguramiento en salud. Todos evitan discutir alrededor de la razón política y técnica que exhibió el gobierno para considerar el incremento del 5,36%: "las EPS no reportaron información confiable, oportuna y clara” sobre sus costos operacionales y los derivados de las demandas de los pacientes.

El colapso de las EPS y la crisis misma del sistema de salud en Colombia desvirtúa la narrativa aquella que señala que lo “privado es sinónimo de eficiencia y pulcritud”. En este caso faltó vigilancia estatal y sobró mezquindad y avaricia de gerentes, presidentes y miembros de juntas directivas que manejaron los recursos públicos de manera discrecional. Si hay oportunidad para dialogar entre el gobierno y todos los agentes involucrados para superar la crisis, lo primero que habría que acordar es la salida de todos los politicastros y la exposición de los hechos de corrupción que se taparon por presiones políticas en los más altos niveles del poder. De igual manera, confirmar el pago de millonarias sumas de dinero a congresistas-lobistas que se opusieron a la aprobación de todas las versiones de la reforma a la salud presentadas en el Congreso.

Habría también que declarar como problema de salud pública la entronización del ethos mafioso que guió la operación de específicos agentes claves del sistema de salud. Lo curioso es que no existe tratamiento médico alguno para la avaricia y la mezquindad de quienes se robaron billonarios recursos durante tres décadas. Esa crónica enfermedad solo se supera con un profundo cambio cultural al que se resisten los que en el pasado pensaron y diseñaron el sistema para enriquecerse y no para atender las necesidades de los pacientes; y los medios informativos, apéndices de poderosos agentes económicos a los que solo les interesa facturar, al parecer tampoco les interesa hablar de la imperiosa necesidad de proscribir el ethos mafioso que nos identifica como uno de los países más corruptos del mundo. 





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martes, 31 de diciembre de 2024

LUNA DE MIEL EN PARÍS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

A pocas horas de terminar el 2024, la polémica en la red social X corre por cuenta de las fotografías de la luna de miel en París (Francia) de la congresista del Pacto Histórico, Martha Peralta Epieyú. Los agentes de la derecha que en esa red atacan a diario a sus similares del progresismo exhiben las imágenes de Peralta y su pareja asociadas al imaginario que indica que, al defender las ideas de la izquierda, el progresismo y ser indígena wayú se pierde el derecho a viajar, darse gustos como pasar noches en un hotel y alcanzar momentos de felicidad. Quizás, por defender esas ideas, los detractores de Peralta consideren que ella debió quedarse con su esposo en una de las rancherías de La Guajira o pasar unas noches en un hostal en cualquier municipio colombiano. 

Sin duda alguna, los agentes derechosos exhiben su natural clasismo y racismo. No les cabe en la cabeza que una mujer indígena pueda darse esos gustos que parecen exclusivos de la élite que defienden a dentelladas los tuiteros de ese espectro ideológico. 

Los derechosos le enrostran a Peralta los históricos padecimientos del pueblo wayú (hambre, falta de agua potable y el abandono del Estado) para invalidar su derecho individual a ser feliz bajo las expectativas modernas de casarse, visitar la ciudad luz y consumir bienes y servicios en la idealizada capital francesa. Que Peralta Epieyú como congresista, con un salario mensual de 50 millones de pesos, se dé gustos propios de consumados capitalistas constituye para sus detractores una suerte de “delito ideológico” o por lo menos una despreciable contradicción en el mismo sentido.

El enfrentamiento entre quienes defienden a Peralta y aquellos que se ensañaron con ella tiene un elemento en común: la sobreexposición de la vida privada en las redes sociales, rasgo que da cuenta de la sistemática eliminación de los límites entre lo privado y lo público. ¿Era necesario exponer las “pruebas” de esos momentos de máxima felicidad y “éxito” que bien se pudieron haber quedado en el ámbito de lo privado?

Esos niveles de sobreexposición individual hacen parte de lo que se conoce como La sociedad del espectáculo, de Guy Debord. En dicho texto se lee: “El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes…El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante”.

Todos estamos inmersos en un sistema mundo capitalista que nos vuelve esclavos del consumo frenético de bienes y servicios, circunstancia esta que hace parte sustantiva de los factores que hoy generan las pluricrisis climáticas. Bajo esas condiciones no hay forma de ser coherentes. Quizás el ser conscientes de nuestra finitud sea el factor que nos impulse como especie, bajo específicas condiciones económicas, a darnos el gusto de pasar la luna de miel en Paris, en Villa de Leyva, San Andrés o en un hotel sin estrellas en el mismo país de origen.

Las fotografías de la luna de miel de Peralta en París y el enfrentamiento ideológico en la red X hacen parte de esa sobreexposición individual y de los altos niveles de intolerancia y odio que sufre Colombia desde el 7 de agosto de 2022. En contraste, la Oposición y sus bodegas exhiben un bajo nivel de discusión en medio de un empobrecido escenario público (político). 



Imagen tomada de la red X 

domingo, 29 de diciembre de 2024

SEIS AÑOS DESPUÉS Y EL PAÍS NO SABE QUIÉN VIOLÓ A CLAUDIA MORALES

 

Por Germán Ayala Osorio

El 19 de enero de 2018 la periodista Claudia Morales puso al país a especular alrededor de la identidad del hombre que la violó. Han pasado ya seis años largos de cuando informó en su columna Una defensa del silencio que el violador “era un hombre relevante en la vida nacional. Ahora lo sigue siendo y, además, hay otras evidencias que amplían su margen de peligrosidad”.

Morales guardó silencio sobre la identidad del asqueroso que la accedió de manera violenta. Lo llamó "Él", para proteger su vida y la de su familia de una posible reacción del malandro que vulneró su cuerpo. Me pregunto: ¿Qué representa para Colombia el violador de la periodista Claudia Morales? Intentaré responderme el interrogante.

Considero que "Él" representa con lujo de detalles a la sociedad machista colombiana. A esa misma que a través de la publicidad sexista, los chistes callejeros de doble sentido, el humor en televisión y radio y el poder concentrado en la figura masculina convirtió el cuerpo de la mujer en un territorio en disputa, en el objeto de deseo de cientos de miles de hombres que sí o sí están decididos a “comprarlo u obtenerlo”. Al de Claudia Morales, "Él" accedió porque así lo decidió y porque su comportamiento contaba con el respaldo de la cultura dominante.

El violador de Claudia Morales es hijo de la Colombia violenta que desea el mal para el país, porque si a Colombia le va mal, a la derecha le va bien. Su comportamiento está más que naturalizado en empresas, universidades, colegios y hasta en el Congreso en donde bajo relaciones de poder, hombres en posiciones de privilegio se creen en el derecho de tocar, manosear y “morbosear” a las subalternas. Morales fue víctima de su jefe y de la sociedad que legitimó la incontrolable cachondez masculina como el paso previo al acceso carnal violento. Morales describió así la macabra escena: “Una mujer joven termina su jornada laboral, llega a su hotel, se baña y se arregla para salir a cenar con una pareja de amigos. Alguien golpea en su habitación. Ella mira por el rabillo de la puerta, es su jefe. Abre, “Él” la empuja. Con el dedo índice derecho le ordena que haga silencio”.

Aunque Morales no volvió a referirse al asunto es probable que la “relevancia y la peligrosidad” asociada a su violador sigan presentes. Las sospechas que recayeron sobre varios de sus jefes permitieron a cientos de miles de colombianos entrar en el juego de las especulaciones. Quizás cuando "Él" muera, Claudia Morales decida revelar su identidad. Eso sí, no importa si el país logra confirmar que efectivamente el maldito violador es el poderoso político que millones de colombianos creen que es el victimario. La cultura dominante buscará las maneras de disculparlo por ser Hombre y por no haber sido capaz de controlar su cachondez. Los agentes legitimadores, entre ellos los medios de comunicación hegemónicos sabrán decir que ese Hombre fue “provocado” por Claudia Morales. De lo que sí estoy seguro es que la “relevancia y peligrosidad” del violador de la periodista dice mucho de lo que somos como colectivo.

Si realmente fuéramos solidarios con Morales y con otras tantas de las mujeres violadas en Colombia, todos los días deberían de escribirse columnas de opinión o grafitis preguntando por la identidad del maldito, protervo, perverso, sucio, asqueroso, repulsivo, repugnante, inmundo, siniestro y malévolo personaje  que la violó. 



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viernes, 27 de diciembre de 2024

VOLVIERON LOS TOROS A LA CAÑAVERALEJO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Volvió la fiesta brava a la Cañaveralejo. A pesar de que la plaza no se llenó, el grotesco espectáculo taurino autorizado por el alcalde de Cali Alejandro Eder constituye un acto de rebeldía de clase frente al gobierno y los congresistas que lideraron y aprobaron la ley que prohíbe las corridas de toros.  Eso sí, con dicha decisión política se le cayó el capote de ambientalista que usó Eder durante la COP16. Se trató, sin duda alguna, de un engaño, de una pose, que jamás le quedó bien a quien representa al gremio azucarero que con el monocultivo de la caña de azúcar provocó enormes daños ecológicos y socio ambientales en el valle geográfico del río Cauca.

Los tres años de transición que la norma concedió a la cadena productiva asociada a la tauromaquia es aprovechada por Eder y sus amigos de la élite caleña que disfrutan como niños chiquitos como se tortura a un animal, mientras beben whisky y posan para los periodistas de la farándula local que publicarán sus fotos exaltando el sofisticado gusto de ver morir a los toros de lidia. Se trata de una revancha ideológica y de clase frente a aquellos que como el presidente Petro desaprueban dicha forma de diversión y se atrevieron a proscribir la fiesta brava de una élite tan tradicional como anacrónica.

Las corridas de toros, en particular las que solían realizarse en el marco de la Feria de Cali,  siempre estuvieron atadas a la presencia de traquetos exhibiendo a sus voluptuosas mujeres, sus enormes prótesis mamarias y cinturas esculpidas por talentosos cirujanos plásticos. De igual manera, la fiesta brava estuvo ancorada al poder político y económico de aquellos privilegiados que, alienados con la supremacía de la condición humana sobre los otros animales, sintientes, pero no hablantes, convirtieron el cruel espectáculo en una práctica cultural atávica. Unos y otros siempre compartieron las graderías de la plaza de Cañaveralejo.

Mientras la Corte Constitucional revisa la demanda que instauró el uribista Cristian Garcés del Centro Democrático, el regreso del brutal espectáculo taurino y las protestas de los antitaurinos volvieron a ser noticia en la ciudad y en el país. Ojalá los magistrados y magistradas del alto tribunal no tumben la norma, para ver si como sociedad empezamos a transitar por fin hacia estadios de modernidad dejando atrás la agonizante práctica cultural.



Foto: Colectivo Antiespecista Libertad Animal (Coala).

URIBE, LA ESCOMBRERA Y EL NUEVO FANTASMA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los hallazgos óseos en La Escombrera, de la Comuna 13 de Medellín motivaron la reacción del expresidente Álvaro Uribe Vélez y la atención de los medios y los periodistas afectos a la causa uribista que asumen lo dicho por el exsenador como una verdad inobjetable. Esto dijo el político antioqueño sobre la Operación Orión, responsable de las personas asesinadas que fueron inhumadas en ese botadero de escombros.   No fue una operación en la que entrara el Ejército a arrasar; fue con todas las instituciones, la Policía, la Alcaldía de Medellín, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, el CTI y la Fiscalía. Hubo la vigilancia de organismos de derechos humanos”.

En la explicación del expresidente y expresidiario aparece sin lugar a duda la violencia legítima del Estado, una especie de valor moral con el que se asumió la seguridad en el país durante sus ocho aciagos años de la mano de la peligrosa política de defensa y seguridad democrática. En el texto La política como vocación, de Max Weber se lee: “Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el “territorio” es elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima. Lo específico de nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones e individuos sólo se les concede el derecho a la violencia física en la medida en que el Estado lo permite. El Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia.”

No se discute en esta columna la validez del axioma de Weber, sino lo que implicó para el país su aplicación de la mano del control que ya los paramilitares ejercían en varias instituciones del Estado.

Los jefes del Estado tienen la potestad de hacer con esa forma de dominación y estructura de poder lo que les inspire. Y de acuerdo con la Comisión de la Verdad, la JEP y otras entidades, incluidas defensoras de los derechos humanos, el Estado colombiano operó, entre el 2002 y el 2010, bajo la influencia paramilitar y el deseo de estigmatizar, someter, perseguir y desaparecer a todo lo que oliera a izquierda. Los 6402 falsos positivos, más los cuerpos de las víctimas de la Operación Orión y los asesinatos de varios académicos, entre ellos Alfredo Correa de Andreis y la persecución contra defensores del ambiente, los derechos humanos y periodistas, confirman que en ese aciago periodo de gobierno, el Estado en su conjunto actuó conducido por dos espíritus: el que se desprende del axioma de Weber y el que inspiraba a los paramilitares que actuaron como agentes estatales.

Frente a la explicación de Uribe Vélez hay que decir que el acompañamiento de todas las autoridades que él señaló jamás fue garantía de que en la Operación Orión no se violaran los derechos humanos por una razón fundamental: la institucionalidad derivada de esas entidades y en particular la que procedía del apoyo electoral que recibió Uribe de los paramilitares y la evidente captura del DAS estaba contaminada del espíritu criminal que inspiró a los grupos de autodefensa en el país. Los restos que están apareciendo en La Escombrera constatan que efectivamente ese acompañamiento institucional no fue efectivo a la hora de respetar los derechos humanos. Frente a la Operación Orión, la Comisión de la Verdad dijo que “fue emblemática por las modalidades de violencia que desplegó (capturas arbitrarias, detenciones selectivas y posteriormente desapariciones), por las series denuncias sobre la actuación irregular de agentes del Estado (además de fuerza pública, DAS y Fiscalía) y por la participación de grupos paramilitares”.

Entre tanto, el presidente Petro señaló que “la Fiscalía, el CTI y el DAS estaban en manos de los paramilitares y actuaron en asocio con otros cabecillas y delincuentes. Los paramilitares de Don Berna se quedaron con el territorio y desaparecieron a más de 500 personas…”.

Las explicaciones dadas por el expresidente y expresidiario hoy 27 de diciembre de 2024 no se dan porque lo atormenten los hechos acaecidos en la Comuna 13 de Medellín y mucho menos para asumir responsabilidad política alguna por haber autorizado dicha operación. No. De manera ladina, el 1087985 (número que le otorgó el INPEC cuando estuvo preso) aprovechó la rueda de prensa para darle vida oficial al nuevo enemigo de Colombia y caballito de batalla electoral: el Petro-Santismo.

El uribismo cada cierto tiempo crea enemigos políticos para explotar electoralmente el miedo generado en los colombianos. Hace unos años atrás nos asustaron con el cuento de que nos “volveríamos como Venezuela” con la llegada del “castrochavismo” y el “comunismo” si Gustavo Petro llegaba a la Casa de Nariño. Como esos fantasmas ya no asustan, Uribe necesita crear y vender otro duende o espíritu maligno. Y ese temido espectro es el Petro-santismo que ya se apoderó de la JEP. Así las cosas, cualquiera que sea su nuevo títere o muñeca, ella o él estará obligado a confirmar que efectivamente el Petro-santismo es un riesgo para el país y por esa razón lo primero que hará si resulta electo o electa es acabar con la JEP, lugar en el que se oculta el temido duende.





miércoles, 25 de diciembre de 2024

VALENTINA GÓMEZ EN LOS TITULARES DE LA PRENSA COLOMBIANA

 Por Germán Ayala Osorio

 

Cuando el diario El Tiempo estuvo en manos de la familia Santos se auto proclamó como un diario liberal defensor de la verdad y la democracia. Su presente es totalmente distinto. Hoy, en manos del banquero Sarmiento Angulo es un periódico de derecha que parece cohonestar con propuestas fascistas como la que publicó Valentina Gómez, candidata al Congreso americano por el estado de Texas.

El titular “Candidata colombiana al Congreso de EE. UU. lanzó polémica propuesta: habla de ejecuciones públicas a inmigrantes ilegales” confirmaría la transformación ideológica del diario bogotano en un simple promotor del ideario xenofóbico que defienden las fuerzas republicanas al interior de los Estados Unidos y que en Colombia aplauden a rabiar políticos y ciudadanos de derecha. Justamente esas violentas ideas y principios devienen conectados con los que defienden grupos de extrema derecha en Colombia, cercanos por supuesto al carácter criminal de la política de defensa y seguridad democrática y a lo que se conoce como el uribismo.

No se trata de una “polémica propuesta” señores de El Tiempo: lo dicho por la colombiana es una apología al delito, es una apuesta criminal y una clara invitación a que al mínimo roce entre americanos e inmigrantes, los primeros estén autorizados a desenfundar un arma y acabar con los incómodos “visitantes”. La transformación del diario del banquero en un órgano de la ultraderecha universal se hace evidente cuando otro medio como El Colombiano, godo hasta los tuétanos, tituló de manera diametralmente distinta: “¡Indignante! Una colombiana que es candidata al Congreso gringo propone asesinar a los migrantes que delincan”.

La locución “lanzó polémica propuesta” es a todas luces desacertada y provocadora. Eso sí, El Tiempo no fue el único diario colombiano que optó por encubrir el real sentido criminal y deshumanizante de la “propuesta” lanzada por la derechosa candidata al Congreso gringo. El Heraldo, la revista Semana, el País de Cali y hasta El Espectador titularon de manera similar lo que claramente indica un peligroso alineamiento ideológico de los más tradicionales medios escritos del país. Grave.

Al hacerse viral la “propuesta” de Valentina Gómez, el presidente de la República Gustavo Petro reaccionó como se esperaba. En su cuenta de X dijo que “ella no es solo estadounidense fascista. Es colombiana. Y siendo migrante lo que quiere es desatar el odio a los migrantes. La mayoría de los estadounidenses son asesinados por estadounidenses”. La respuesta del mandatario fue asumida en titulares bajo el calificativo de “arremetida” que es sinónimo de ataque, embestida y agresión. El diario El País de Cali, en manos del clan Gilinski, tituló: <<Presidente Petro arremete contra candidata colombiana que desata polémica en EE.UU. con propuesta de “ejecutar migrantes ilegales”>>.

Al elegir el vocablo “arremetida” el diario El País traslada a la reacción de Petro toda la violencia que acompaña a lo expresado por Gómez. Todos los diarios colombianos que minimizaron el sentido apologético de la invitación de la candidata a asesinar inmigrantes bien pudieron usar el término usado por el periódico caleño para indicar con claridad que lo dicho por la nefasta candidata al Congreso americano constituye un claro ataque, una verdadera embestida y amenaza contra los migrantes latinoamericanos que llegaron a territorio gringo en busca del “sueño americano”.

Con la llegada de Petro a la Casa de Nariño la prensa hegemónica colombiana se alineó para deslegitimar y desestabilizar al gobierno. Al hacerlo, se les cayó la máscara de liberales y democráticos que siempre ostentaron para defender a los más visibles agentes del establecimiento que hoy extrañan tener en la casa de gobierno a uno de sus elegidos.

 


Presidente Petro arremete contra candidata colombiana que desata polémica en EE.UU. con propuesta de “ejecutar migrantes ilegales” - El País

PETRO Y EL RECONOCIMIENTO DE FACTO DEL RÉGIMEN VENEZOLANO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El 10 de enero de 2025 el gobierno de Gustavo Petro confirmará lo que viene haciendo desde que Nicolás Maduro le robó las elecciones a Edmundo González: un reconocimiento de facto. Se da por descontado que Petro no asistirá a la posesión de Maduro, por lo que dejará en la representación diplomática colombiana la responsabilidad de confirmar la postura asumida por Colombia, que se explica fundamentalmente por tres razones a saber: la primera, porque el gobierno de Petro quiere evitar a toda costa una crisis diplomática que provoque el cierre de la porosa pero dinámica frontera binacional. La segunda, porque mantiene su rechazo al bloqueo económico decretado por los Estados Unidos de la mano de la derecha venezolana responsable en gran medida de la irrupción de Hugo Chávez Frías y la consolidación del chavismo-madurismo. Y la tercera, porque quizás en el fondo el presidente Petro espera que la crisis interna la puedan resolver los propios venezolanos sin las injerencias de los Estados Unidos y de otros países. 

Que la derecha colombiana rechace la decisión del gobierno Petro es apenas lógico en la medida en que sus intereses están atados de manera incondicional al bloqueo económico gestado por los Estados Unidos con el objetivo de “ahogar” al régimen de Maduro. Llevan años “ahogándolo” y lo único que han logrado es contribuir al terrible éxodo de millones de venezolanos por todo el mundo. Los efectos de esa masiva migración los viene sintiendo Colombia, en particular por la operación en el país del Tren de Aragua y de otras estructuras criminales en las que participan colombianos y venezolanos.

A quienes militan en ese espectro ideológico en Colombia, poco les importa la suerte de los colombianos y venezolanos que viven de las actividades legales e ilegales que se desarrollan a lo largo y ancho de la permeable frontera entre los dos países. Para aquellos, un nuevo cierre de la frontera constituye una medida sensata, propia de cualquier Estado democrático obligado a rechazar la violación de los derechos humanos que de manera sistemática se viene presentando en Venezuela. Eso sí, el genocidio en Gaza perpetrado por Israel no ameritaría una revisión de las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales porque lo que interesa es mantener las relaciones de sumisión frente a los Estados Unidos y sus aliados. Para la derecha colombiana las relaciones con Israel, el Estado asesino de niños y mujeres palestinas son incuestionables y sagradas. 

Quizás esta última circunstancia ideológica y política sirva para entender que diplomacia e hipocresía siempre se asumirán como sinónimos funcionales a un mundo en el que por miedos o conveniencias de todo tipo la coherencia siempre será puesta en cuestión. No podemos olvidar que sobre la aviesa condición humana están soportadas las operaciones estatales y las relaciones internacionales, de ahí que todo lo que hagan los Estados, legítimo o no, siempre será posible medirse desde la perversidad que nos acompaña como especie "estúpidamente" inteligente. 

Exagera la derecha colombiana al señalar que el gobierno colombiano apoya de manera incondicional al régimen de Maduro Moros. Insisto en que ese reconocimiento de facto está fundado en los reparos expresados por la cancillería colombiana en relación con las famosas actas que probarían que efectivamente hubo fraude en las pasadas elecciones ocurridas en el vecino país.

Ese reconocimiento de facto podría servir para que las relaciones políticas y diplomáticas entre Colombia y USA se tornen aún más tensas ahora que regresará a la Casa Blanca el republicano Donald Trump, quien ya empezó a “calentar” el ambiente con su pretensión de reclamar el control sobre el Canal de Panamá. Veremos cuán movido querrá Trump que sea su periodo presidencial en el ámbito internacional cuando su apuesta política está fundada en el proteccionismo económico, asunto que por supuesto hace que Colombia, Venezuela y Panamá sean variables importantes que deberá considerar.




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martes, 24 de diciembre de 2024

EL REGRESO DE FABIO OCHOA VÁSQUEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Como era de esperarse, el regreso al país de Fabio Ochoa Vásquez lo cubrieron varios medios de comunicación como si se tratase de un famoso artista o deportista olímpico. Faltó poco para que el carro de bomberos lo paseara por las congestionadas vías de la capital del país. O por las de Medellín, la tierra entrañable de quien regresó después de pagar una condena de 23 años en los Estados Unidos por narcotráfico.

Ese tipo de cubrimientos periodísticos se explican por razones que tienen que ver con la doble moral colectiva que se naturalizó en el país y por supuesto por la aplicación de los criterios de noticia al hecho mismo del retorno a Colombia del ex narcotraficante. Haré referencia en esta columna a esa doble moral que es, de tiempo atrás, un distintivo cultural de los colombianos, el mismo que a diario la prensa hegemónica se encarga de validar.

La evidente admiración de cientos de miles de ciudadanos por los mafiosos en Colombia fue el elemento cultural que permitió su aceptación social y política por allá en los años 70, 80 y 90 cuando aparecieron con toda su “magia”. Conseguir plata, ostentar la posesión de carros lujosos, relojes, anillos, haciendas e incluso presumir la compañía de mujeres hermosas, en particular reinas y modelos, y tener con qué sobornar a las autoridades hace parte de los imaginarios de millones de hombres en Colombia. Y también de mujeres a las que les fascina andar con Machos con plata. De allí que mafiosos como los Ochoa Vásquez, Pablo Escobar o los Rodríguez Orejuela, para solo nombrar a los más famosos, cuenten con la admiración social suficiente como para que el interés de saber cómo envejecieron, vivieron o murieron sea perenne. Que se vendan camisetas y gorras con el rostro y el nombre de Pablo Escobar estampados y que haya una ruta turística en Medellín para saber de la vida del afamado criminal es la más clara expresión de esa doble moral que es el camino por el que permitimos la corrupción público-privada y todas las formas de violencia, física y simbólica que nos dejó la operación de los carteles de la droga en el país.

La prensa cumple con la función de mantener vigente esa “necesidad” social de saber de la vida de narcotraficantes cuya fortuna y vida son anheladas en sectores populares y legitimadas por miembros de la élite económica y política tradicional.

La llegada del menor del clan Ochoa Vásquez se da pocos días después de que Miguel Rodríguez Orejuela, entonces capo del Cartel de Cali le enviara una misiva al presidente Petro en la que le solicita ser nombrado como “gestor de paz” para “contar mi verdad sin odios ni revanchas y así poder alcanzar el perdón Divino”.

El contenido de la carta del octogenario criminal despertó todo tipo de especulaciones alrededor de cuáles políticos podrían ser señalados en esa tardía verdad que por más treinta años reposa en la conciencia del arrepentido mafioso. Entonces, en las redes sociales recordaron que la financiación de campañas políticas fue un hecho común en la Colombia mafiosa y corrupta. Esas mismas especulaciones que surgieron de la epístola enviada por Miguel Rodríguez acompañaron la ruidosa llegada de Fabio Ochoa Vásquez. En ambos casos, aparecen los nombres de tres expresidentes de la República (Samper, Pastrana y Uribe) hecho que confirma la doble moral en el ejercicio de la política, actividad tan permeada por todo tipo de mafias, como la propia economía. La vigencia política de los tres exmandatarios constituye una prueba irrefutable de que esa doble moral es funcional a la democracia, a la economía y a todas las prácticas societales.

Se equivocan aquellos que esperan que Fabio Ochoa abra la boca para señalar las relaciones que el clan al que pertenece sostuvo con políticos antioqueños o de otras regiones. No. Ante todo, la lealtad y la imperiosa necesidad de conservar los distintivos culturales de aquello que se conoce como la cultura paisa y la Antioquia federal en la que no hay nada que corregir porque hay ser “berracos, avispaos, metelones y creativos”. Contrario al silencio sepulcral que guardará Ochoa Vásquez, el entonces líder del cartel de Cali, Miguel Rodríguez parece dispuesto a “contar su verdad” con el único objetivo de alcanzar el “perdón Divino”.

Los tres expresidentes que suelen aparecer relacionados con las actividades mafiosas de los carteles de Medellín y Cali, así como Fabio Ochoa y Miguel Rodríguez son creyentes. La rezan al mismo Dios, deidad a la que son devotos millones de colombianos. Al final, ser mafioso o no poco importa cuando la vejez empieza a abrirle el camino a “flaca” o a la “pelona” que, con lista en mano, empiece a cobrar lo hecho en la tierra. Y va quedando claro que la doble moral de los colombianos es tan universal como los criterios de noticia. Y la fuente en donde se produce y se reproduce ese distintivo humano es el sistema financiero internacional.



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domingo, 22 de diciembre de 2024

PERFILAR, CANCELAR Y ELIMINAR, UN ASUNTO CULTURAL

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El lenguaje del silencio, junto a los actos de habla suelen decir mucho de lo que somos como individuos y como sociedad que comparte unos mismos códigos lingüísticos. Para el caso colombiano dentro del colectivo social hay sectores de poder, incluido el de la prensa hegemónica, que arrastran una historia de inmorales silencios que vienen atados al interés de negar responsabilidades ético-políticas frente a hechos como los falsos positivos, la corrupción en las altas esferas de la República oligárquica, las crisis climáticas generadas por un desarrollo económico insostenible y recientemente frente a los restos humanos encontrados en La Escombrera, fosa común en la que, de acuerdo con informes oficiales, inhumaron cientos de cuerpos de jóvenes durante la Operación Orión, en los tiempos del temido régimen holocáustico de Álvaro Uribe Vélez.

Con la negación de esas responsabilidades los mutismos de todos los agentes sociales, políticos, mediáticos y económicos comprometidos suelen permitir que el resto de la sociedad los caracterice como inmorales y éticamente pérfidos. Los efectos sistémicos de esos atronadores silencios son evidentes y peligrosos por cuanto devienen asociados a las prácticas de un poder hegemónico cuyos principales líderes, voceros y exponentes están convencidos de su condición perenne por una razón fundamental: ya hacen parte de la cultura. Una vez instalados los mutismos y los crímenes contra la Naturaleza y la condición humana en la cultura es poco lo que se puede hacer. Ese es el caso de Colombia. Hay instalado en los imaginarios colectivos, pero en particular en la élite tradicional un ethos mafioso, criminal y sádico que los hace intolerantes a cualquier crítica o exposición pública de sus aberraciones y cómplices silencios, tal y como lo viene haciendo el presidente de la República.

Es en ese marco contextual en el que hay que entender los perfilamientos de los que fueron víctimas una veintena de defensores del gobierno de Petro en la red X, convertida en un cruento escenario ideologizado en el que el sicariato moral va y viene como práctica compartida entre los que se auto reconocen como “Petristas” y aquellos protectores de las astucias, el ethos mafioso y los inquietantes silencios de los agentes de la República oligárquica que durante más de 50 años consolidaron en Colombia un régimen afrentoso contra aquellos que se atrevieran a pensar distinto. Sería recomendable que desde los dos extremos le bajaran al tono pendenciero y a la violencia verbal que vienen usando en la red X. 

Ese tipo de perfilamientos abre el camino para que de la violencia lingüística y simbólica se pase rápidamente a la violencia física y a la eliminación del adversario convertido previamente en un enemigo cuya vida se considera inútil, contra natura y perjudicial para la prolongación en el tiempo de esa tradición que dicta quiénes hacen parte del selecto grupo de la élite dominante y quienes seguirán haciendo parte de la amplia comunidad de los sometidos o subordinados.

La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de la República y sus peleas con algunos agentes de la oligarquía despertaron a cientos de miles de colombianos que sienten que están en todo el derecho de expresar su admiración por el exguerrillero, excongresista y exalcalde de Bogotá y defender su obra de gobierno, inmersos en el pozo séptico de las redes sociales. Quienes creen que ello es posible, loable y necesario parecen olvidar que operan en el país escuelas de sicarios derivadas de la paz mal hecha con los paramilitares. Sus más aventajados alumnos están prestos a que alguien les dé la orden desde un frío escritorio para empezar a desaparecer a los recientemente perfilados o simplemente decidan a mutuo propio hacer la “limpieza social” tal y como se hizo años atrás en el marco de la Operación Orión en la Comuna 13 de Medellín.

Terminar los días en una funeraria o quizás en una fosa común por defender a Petro o las ideas progresistas será la más lamentable constatación de que asesinar al que piensa diferente sigue haciendo parte de nuestra sádica y fascista cultura.  

Adenda: dentro de las curiosidades lingüísticas encontramos que Perfilar se escribe con P de Paramilitares, Parqueadero, Padilla, Preso, Perseguidos, Patrón, Pereque, Paz, Pillos, Putrefacto, Pánfilos, Patria y Patrioterismo.

 



Tomado de la red X. 


viernes, 20 de diciembre de 2024

BAJÓ LA NATALIDAD EN COLOMBIA POR “CULPA DE PETRO”

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los periodistas uribizados, Luis Carlos Vélez y Juan Lozano culparon al presidente Petro de la disminución en la tasa de nacimientos en el país que viene consolidándose desde varios años atrás. Señalan los estafetas del establecimiento que el actual jefe del Estado “les quitó la esperanza a los jóvenes”, razón por la que estos no quieren tener hijos. De estos dos periodistas hay que decir que representan los intereses de la godarria más recalcitrante del país. Son elitistas, racistas y clasistas. Vélez es fatuo y ligero en sus “análisis”. Lozano, antes que periodista, es un político que suele comportarse como un verdadero “lagarto”.

Por decir majaderías similares Vélez fue echado de la conducción de La FM (RCN) en los tiempos en los que Cali se preparaba para ser sede de la COP16. El enorme éxito de esa cumbre ambiental confirmó que la decisión de los dueños de la cadena obedeció a las simplezas con las que abordó el señor Vélez el sentido de esa reunión. Lozano remplazó al defenestrado conductor del señalado programa radial, sin que la Petrofobia, como política editorial haya sido morigerada a pesar de la condición de exministro que ostenta el señor Juan Lozano, de quien muchos esperaban que asumiera con seriedad la conducción de La FM y de esa manera llegar a hacer verdaderos análisis noticiosos y superar los tratamientos amañados y tendenciosos que suelen hacer todas las mañanas.

Según el Dane, entre enero y octubre de este año se han reportado 14,4 % menos nacimientos que en el mismo periodo de 2023. El Dane informó que entre enero y octubre de 2024 se registraron 371.777 nacimientos en Colombia, unos 60 mil menos que en el mismo periodo del año anterior.

Vélez y Lozano olvidaron señalar que el bajonazo en la tasa de natalidad en el país hace parte de la tendencia mundial que consolida al decrecimiento poblacional como un fenómeno sociocultural con efectos en el sistema mundo capitalista y en particular en los sectores económicos por la disminución del consumo y la producción de bienes y servicios. Su evidente animadversión hacia todo lo que haga, imagine, o deja hacer el gobierno los enceguece de tal manera que la decisión autónoma de jóvenes de no traer hijos al mundo es culpa de Petro.

La resistencia global a dejar descendencia amerita un análisis más responsable. Quizás sea tiempo de mirar asuntos como el genocidio en Gaza perpetrado por Israel y consentido por los Estados Unidos; y asociado a ese comportamiento criminal del Estado israelí los riesgos de una tercera guerra mundial. También puede ser posible que la negativa de los jóvenes se puede explicar por la entrada de millones de mujeres al mercado laboral, lo que representa el debilitamiento de la narrativa católica que por largos años les obligaba moralmente a cumplir el papel reproductivo y a cuidar de los maridos. La irrupción del feminismo como respuesta a las conductas machistas y misóginas de iglesias, Estados y culturas alrededor del mundo podría explicar en parte la reducción de la tasa de natalidad.

Hay, sin duda alguna, una toma de conciencia en las nuevas generaciones alrededor del sentido de la vida tradicionalmente asociado a que los seres humanos “se realizan” casándose, trabajar toda la vida en una misma empresa hasta jubilarse y tener hartos hijos. La preferencia por viajar, vivir con gatos o perros, dormir hasta tarde, o quizás el “miedo” a asumir la responsabilidad que representa tener hijos pueden ser razones válidas para negarse a dejar descendencia.

Ojalá que dentro de las razones para no traer hijos al mundo los jóvenes tengan el carácter disruptivo de la especie humana  y la condición de "plaga" que adquirió por las formas en las que logró modificar los ecosistemas naturales de tal manera que hoy se habla del Antropoceno como una nueva época geológica. "Los humanos alteraron grandes porciones del paisaje e intervinieron en el acervo genético natural mediante el cultivo de plantas para cosechas y la domesticación de animales y dejó huellas detectables en el registro geológico”. 

Las circunstancias en las que el sistema mundo capitalista se reproduce pueden también estar incidiendo en la decisión de los y las muchachas de negarse a tener hijos. La crisis climática como asunto global quizás esté aportando su grano de arena a dicha negativa. Es posible que aparezcan otras razones, pero no, Lozano y Vélez seguirán insistiendo en que Petro es el culpable. Imagino que los legrados presentados desde el 7 de agosto de 2022 también son responsabilidad del presidente de la República.

Si hay jóvenes que se niegan a tener hijos por miedo a que sus vástagos puedan resultar en sus vidas adultas clasistas, racistas, homofóbicos, aporofóbicos, misóginos, arrogantes, irresponsables, mentirosos y “lambones”, lo mejor es que se mantengan en la negativa de reproducirse pues en el país son millones los adultos que se comportan de esas indeseables maneras.


luis carlos vélez y juan lozano - Búsqueda Imágenes

jueves, 19 de diciembre de 2024

2022-2024: LA PRENSA HEGEMÓNICA HACIENDO MAL PERIODISMO

 Por Germán Ayala Osorio

 

Dos años es suficiente tiempo para evaluar el trabajo realizado por los medios masivos colombianos. Los tratamientos periodísticos dados a los hechos noticiosos relacionados con el ejercicio gubernamental de parte de las empresas mediáticas que optaron por hacerle oposición política al actual gobierno son negativos. Ese balance recae sobre los medios escritos como El Tiempo, El Colombiano, El País de Cali y la revista Semana; igualmente para los noticieros de televisión de RCN y Caracol y sus órganos de difusión radial y para Blu radio.

Veamos algunas circunstancias y hechos puntuales que permiten evaluar de manera negativa estos dos años de ejercicio periodístico de las señaladas empresas informativas. Esos medios le apostaron a generar un clima de incertidumbre y miedo en las audiencias a partir de exageraciones o lecturas catastrofistas de hechos económicos y políticos.

Veamos varios ejemplos: desde antes de la posesión del presidente Petro el 7 de agosto de 2022 casi al unísono la señalada prensa hegemónica le apostó a generar un ambiente económico desfavorable que sobrevendría por la llegada por primera vez de un gobernante con ideas progresistas u asociadas a las operaciones de los Estados de Bienestar europeos. Varios periodistas afirmaron que el dólar llegaría a los 5 mil pesos y podría llegar hasta los 7 mil; además, que habría una estampida de colombianos, incluido el éxodo de empresarios por la llegada del “socialismo/comunismo”. Algunas figuras de la “farsándula” criolla anunciaron públicamente que abandonarían el país porque había llegado el maldito comunismo. La senadora Cabal y Marbel dijeron que se irían del país si ganaba Petro. Dos años después y las maletas siguen listas.

Con el caso de los pasaportes, armaron una cruel novela. Al final, no se dejaron de entregar los documentos, esto es, no se paralizó el sistema. Lo mismo hicieron con el suministro de gas. Malinterpretaron un comunicado oficial para señalar que habría desabastecimiento cuando se trataba de actividades de mantenimiento. Les alcanzó la “mala leche” para ocultar que el país importa gas desde hace varios años, exaltando de manera negativa que sería con el gobierno de Petro que se darían las primeras importaciones. También llegaron a informar- sinónimo de asustar en este caso- con el racionamiento de energía. Recordaron el apagón y la “hora Gaviria” en los tiempos en los que gobernó César Gaviria, el neoliberal que inauguró el proceso de privatización del Estado, permitió el aumento de la concentración de la riqueza en pocas manos y la naturalización de la pobreza y la consolidación de la informalidad laboral.

Producir pánico económico fue el objetivo que se plantearon los propietarios de esos medios. Esa parece ser que fue la instrucción editorial dada a sus periodistas, en particular a sus más reconocidas “vedettes”. Con el pasar del tiempo iniciaron actividades de indagación y filtración de información que pudiera dañar la imagen del presidente Petro, la de los miembros de la familia presidencial y las de sus más cercanos colaboradores. Primera conclusión: nunca en la historia reciente del periodismo se vio el interés de desestabilizar a un gobierno usando los medios masivos como arma política.

Minimizar los logros del gobierno en materia de entrega de tierras, control de la inflación, decomiso de cocaína y captura de narcos invisibles y el manejo responsable de la economía, incluido el respeto por la regla fiscal hizo parte de esa apuesta desestabilizadora y deslegitimante. Por el contrario, exaltaron yerros en la forma como se concibió la Paz Total y el diseño de los criterios para elegir Gestores de Paz. “El país quedó en manos del hampa” se impuso como verdad, para asegurar el regreso de los amigos de la miedosa Seguridad Democrática.

El festín noticioso corrió por cuenta de dos escándalos: el caso en el que está involucrado Nicolás Petro y que tocó la campaña Petro presidente y el escándalo de corrupción en la Unidad de Riesgo al que intentan aún darle la dimensión jurídico-política del proceso 8.000 buscando como sea responderse la pregunta clave: el presidente Petro sí sabía del entramado de corrupción en esa entidad.

Aunque el proceso político-periodístico le apuntó a desestabilizar al gobierno a través de la generación de incertidumbres sociales, ese propósito se fue desvaneciendo gracias a las acciones de gobierno, pero en gran medida a que el presidente Petro desde su cuenta de X los contraatacó de tal manera que las mentiras, exageraciones, medias verdades y la “mala leche” de las empresas mediáticas quedaron en evidencia. Haberles reducido la pauta oficial también ayudó. Expuestas de esa manera por el propio jefe del Estado, ayudado en parte por los youtubers, influenciadores y por el trabajo de RCTV, abandonaron esa tarea. La interpretación exagerada o no del golpe blando por parte del presidente de la República, lo cierto es que, desde el Congreso, el Consejo de Estado, la Corte Constitucional y el Consejo Nacional Electoral le han apostado, cada uno desde sus competencias y decisiones, afectar la ejecución del programa de gobierno, así como la legitimidad del presidente.

Mientras institucionalmente específicos agentes del establecimiento colombiano aseguraban el enfrentamiento con el Ejecutivo, las mismas empresas mediáticas se dedicaron a cubrir los rifirrafes y las reacciones de Petro en contra de cada una de las entidades bajo criterios ideológicos. Al final, medios y periodistas apelaron al clasismo, al racismo, al pasado guerrillero de Petro, su origen popular e incluso a asuntos de su fuero personal(intimidad) para imponer esa narrativa con la que se insiste en la pugna y el odio entre ricos y pobres, entre dignos e indignos; entre gente fina (los de bien) y los ordinarios, esto es, el pueblo que representa Gustavo Petro. Segunda y última conclusión: los medios hegemónicos colombianos además de ser actores políticos son agentes ideologizadores e ideologizantes al servicio de una élite que a pesar de las evidencias que señala que actúan guiados por un ethos mafioso, sigue presentándose como infinito faro moral.

Faltan menos de dos años para que Petro entregue la Casa de Nariño. Lo más probable es que las empresas mediáticas aquí señaladas sigan haciendo los mismos tratamientos periodístico-noticioso de los hechos acaecidos. Están cumpliendo un mandato de sus dueños. Si la derecha vuelve al poder en el 2026, volveremos a ver a la misma prensa que se hincó ante el poder intimidante de Uribe, la misma que fue dócil con Santos y cómplice con el fatuo del Iván Duque, el eterno aprendiz y títere del 1087985.



Imagen tomada de nestor morales, vicky davila - Búsqueda Imágenes

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