Por Germán Ayala Osorio
En el sinuoso caso de Pegasus la prensa colombiana sigue siendo protagonista de primer orden. Después de la alocución de Petro en la que ventiló la compra “irregular” del malicioso software, las empresas mediáticas afectas a la derecha y en franca oposición política al actual gobierno negaron la existencia de la compra, hasta que el gobierno presentó pruebas irrefutables como la confirmación de la transacción por parte de la empresa israelí que vendió Pegasus al gobierno de Iván Duque. A regañadientes aceptaron que efectivamente la compra sí se dio. Entonces, vino la noticia criminal contra la “periodista-periodista” de Semana, hecho jurídico que la señora Dávila de Gnecco usó para construir la narrativa de que la estaban persiguiendo políticamente.
El Tiempo, el diario del banquero
Sarmiento Angulo, hace parte del conjunto de medios tradicionales que optaron por atacar
editorial y periodísticamente al gobierno de Gustavo Petro. El diario bogotano
sale hoy con la “primicia” que indica que fueron los gringos los que compraron
el software espía. Todo lo anterior basado en fuentes anónimas. Pocos minutos después de publicada la versión, en las redes saltaron
varias preguntas en torno a la consistencia de dicha explicación: si Pegasus
fue financiado por los gringos, ¿cómo se explican los vuelos aquellos en los
que se llevaron un dinero en efectivo y la transacción bancaria misma aceptada
por NSO Group? ¿Qué papel jugó el gobierno de Iván Duque y la DIPOL en
semejante entuerto?
Resulta por lo menos llamativo y
curioso que dos meses después de la alocución presidencial en la que se expuso la
compra de Pegasus y horas después del triunfo electoral de Trump, aparezca
semejante versión de lo ocurrido, lanzada desde Washington. Cierta o no la presencia
interesada de los americanos en este caso, El Tiempo estaría usando esa
narrativa para ponerle límites a Petro en su afán de exponer a quienes están
detrás de la enrarecida adquisición y operación del software.
El objetivo de la prensa hegemónica
es tratar de aquietar a Petro para salvar al expresidente Iván Duque y a
quienes de manera directa pudieron estar al tanto de la compra y el uso del instrumento
informático para espiar la campaña de Petro. La señora Dávila de Gnecco, en su
cuenta de X dijo lo siguiente: “Ahora Gustavo Petro se va a quedar callado
con su novela de Pegasus. Los americanos lo apretaron. Dejará el show con el
cuento de que le chuzaron la campaña. Mentira. La verdad siempre birlos”.
El propio Petro le respondió a la
susodicha periodista: “Si es esto cierto sí que serían peor las cosas”. La
reacción del jefe del Estado fue recogida por el diario El Espectador, medio
que no hace parte del grupo de empresas mediáticas que decidieron jugar políticamente
en contra del gobierno. “Luego de que se conocieran versiones en torno a que
Estados Unidos financió la adquisición del software espía conocido como
Pegasus, de origen israelí, desde la actual administración de la Casa de Nariño
se dio una corta reacción”.
Resulta evidente que la primicia
de El Tiempo llegó políticamente envenenada. Veremos si el presidente Petro
sigue adelante con su tarea de exponer a quienes participaron de la compra de
Pegasus y de su uso malicioso e ilegal, o si le baja la temperatura al asunto porque
de por medio estarían las relaciones diplomáticas y comerciales con la Casa
Blanca.
Por ahora lo único cierto es que
la gran prensa bogotana negó la existencia de Pegasus para intentar favorecer a
Iván Duque y a sus colaboradores más cercanos. Ahora lanzan y copian sin
chistar la versión allegada de Washington para ese mismo propósito, pero con un
elemento político clave: silenciar al presidente Petro o por lo menos ponerlo a
prueba frente a la siempre venerada relación con el coloso del Norte.
Petro habla de Pegasus y el papel de Estados Unidos en su compra en Colombia serían peor las cosas | Noticias Hoy | EL ESPECTADOR
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