Por Germán Ayala Osorio 
Fue Álvaro Uribe Vélez quien dio
vida al vocablo “Castrochavismo”, una especie de “subcategoría” que le sirvió a
la derecha colombiana para descalificar los diálogos de paz de La Habana que
terminaron en el Acuerdo final de Paz y el plebiscito por la paz con el que el presidente
Santos buscó legitimar socialmente lo firmado entre el Estado y las Farc-Ep.  Sin duda alguna, un garrafal error político
que terminó en el pírrico, tramposo, pero efectista triunfo del No en el
plebiscito que dividió al país entre los amigos y enemigos de la paz, escenario
con el que los estados de ánimo de esas dos nacientes huestes siguen siendo la
fuente de la actual polarización política y crispación ideológica, aumentada
por supuesto por la llegada de Petro a la Casa de Nariño, un exguerrillero comunista,
socialista y enemigo del capital y de la propiedad privada.
 Lo curioso es que a pocos meses para que
entregue el poder, Colombia no se convirtió ni en Cuba y mucho menos en Venezuela
como lo vaticinó la derecha uribizada. A pesar de ello, varios periodistas, las
bodegas uribistas, precandidatos presidenciales y congresistas gringos insisten
en generar miedo en la población colombiana por la eventual llegada o “continuidad”
de lo que ellos llaman “comunismo, neocomunismo o narcomunismo”. 
El ladino hacendado y domador de
bestias supo aprovechar el miedo al comunismo que los norteamericanos
instalaron en Colombia y en América Latina en los años 60 a través de la lucha
contra esa especie de enemigo hemisférico y global al que había que derrotar
con intervenciones militares, planes como la Alianza para el Progreso, el Plan
Colombia, así como la imposición de regímenes democráticos operados bajos las
consignas del neoliberalismo. 
El 26 de noviembre de 2021 el ladino
expresidente Uribe dijo que “Colombia puede llegar a tener el peor neocomunismo
de la región porque el doctor Petro es mucho más inteligente que Chávez,
el doctor Petro es mucho más inteligente que Castillo, que el
presidente Fernández de Argentina, el doctor Petro es mucho más
inteligente que Daniel Ortega de Nicaragua. Por eso yo he dicho muy
reflexivamente que el maestro no fue Chávez, fue Petro el que le enseñó a
Chávez." Al final es posible pensar que la animadversión hacia
Petro se explica por haberse levantado en armas, venir de abajo, haber confrontado
a la mafiosa oligarquía colombiana y por ser más inteligente
que los adversarios políticos de la derecha colombiana. 
Obligados a mantener la vigencia de
ese relato, ahora uno de los vástagos del caballista y exdirector de la
Aerocivil ya no habla de Castrochavismo como su padre. El vocablo que usa para
asustar a millones de cenutrios que creen a pie juntillas en todo lo que les
dice la derecha uribizada es narco comunismo. En su cuenta de X, Thomas Uribe
Moreno espetó que “o nos unimos o nos derrota el narco-comunismo”.
 Como era de esperarse el presidente
Petro le respondió en la misma red social: “La narcopolítica, Tomás,
ya los derrotó hace tiempo a ustedes. El narco comunismo es imposible porque el
comunismo se define como una sociedad sin mercado, y el narco necesita
muchísimo mercado”. 
Uribe Moreno deja ver sus enormes
vacíos conceptuales en torno a la nueva nomenclatura que busca posicionar en su
inocultable afán de parecerse a su padre. Por supuesto que su mención a ese “peligroso
coco” constituye una contradicción si revisamos la aparición de su padre en un
informe de una agencia federal gringa como el narcotraficante número
82[1]
y los casos de políticos procesados por narcotráfico como el entonces embajador
de Colombia en el Uruguay, Fernando Sanclemente Alzate, durante el gobierno de
Iván Duque Márquez. Según Grok, “en febrero de 2020, autoridades colombianas
descubrieron laboratorios de procesamiento de cocaína en una finca de su
propiedad familiar, ubicada en el municipio de Guasca (Cundinamarca), a unos 50
km de Bogotá. La finca, llamada "Haras de San Fernando" o gestionada
por la sociedad "Las Colinas de Guasca Ltda.", tiene aproximadamente
175 hectáreas y se dedicaba tradicionalmente a la cría de caballos, lechería y
ganadería. Sanclemente compartía la propiedad al 50% con la familia Spiwack
(dueños de la cadena de hoteles Dann)”. 
A la desesperada tarea de generar
miedo en los colombianos se unió Germán Vargas Lleras, dueño de Cambio Radical,
microempresa electoral que, junto al Centro Democrático, son partidos políticos
que tienen el mayor número de políticos procesados y condenados por corrupción.
En su cuenta de X, el exvicepresidente
de Santos y eterno candidato presidencial dijo que en relación con la elección
de Iván Cepeda como candidato presidencial del Pacto Histórico que “el
comunismo llega para no irse jamás. Que lo digan en Venezuela,
en Cuba, en Nicaragua, para solo referirme a Latinoamérica, tantas veces
azotada por esta tragedia. Por fortuna, con Cepeda no hay espacio para
equivocaciones. No más tablas de mármol con juramentos mentirosos, uno a uno
incumplidos por el señor Petro. Con este candidato no hay tintas medias
ni zonas de encuentro, el país se juega el todo por el todo”. 
[1]
“El informe fue elaborado en marzo de 1991 por
la Defense Intelligence Agency (DIA), una agencia de inteligencia militar de
EE.UU., y desclasificado en 2004 por el National Security Archive (una
organización sin fines de lucro que promueve la transparencia gubernamental). La
lista enumera 104 "narcotraficantes colombianos importantes" y sus
colaboradores, contratados para seguridad, transporte, distribución y
enforcement de operaciones de narcóticos en EE.UU. y Colombia. Uribe aparece en
el puesto 82, descrito como: "un político colombiano y senador dedicado a
la colaboración con el Cartel de Medellín en altos niveles del gobierno. Uribe
ha trabajado para el Cartel de Medellín y es un amigo personal y cercano de
Pablo Escobar Gaviria. Su padre fue asesinado en Colombia por sus conexiones
con narcotraficantes. Uribe ha estado atacando todas las formas del tratado de
extradición". Consulta a Grok, 3/11/2025. 
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