Por Germán Ayala Osorio
La participación de las precandidatas presidenciales Carolina Corcho Mejía y Paloma Valencia Laserna en el Conversatorio Académico Seguridad Multidimensional global y visión estratégica de su impacto en Colombia en el 2026 organizado por la universidad Militar Nueva Granada dejó claridades en torno a los proyectos políticos que cada una defiende. No se trató de un debate propiamente dicho, pero por momentos se cruzaron pullas que sirvieron para ahondar las distancias ideológicas y políticas que existen entre dos disímiles e irreconciliables formas de entender el papel del Estado y la construcción de la República. Por momentos el auditorio parecía "calentarse" por un mayor respaldo a las ideas de la exministra.
Valencia Laserna llegó tarde al auditorio con una presentación en power point en la que expuso conceptos como desarrollo, bienestar y libertad, entre otros. Me hizo pensar en que su intervención tendría un carácter académico en consonancia con el escenario universitario, pero no fue así. Además de no abordar sistémicamente el tema del evento, dedicó gran parte del tiempo asignado por los organizadores a criticar al gobierno Petro.
La senadora Valencia expuso ante los estudiantes, profesores y las audiencias que se conectaron a la transmisión su pobreza conceptual y discursiva a pesar de haber estudiado derecho y filosofía en la Universidad de los Andes. Su discurso fragmentado y lleno de lugares comunes compagina muy bien con sus ideas políticas claramente atadas al ideario de una derecha que defiende al viejo Establecimiento, esto es, las correlaciones de fuerza sobre las que opera el modelo de Estado y de sociedad en Colombia, con todo y taras civilizatorias . Taras como el ethos mafioso que se naturalizó en el país entre el 2002 y el 2010, así como el racismo, el clasismo y la aporofobia con las que las audiencias identifican a las "tigresas" de Uribe: Paloma Valencia, María Fernanda Cabal y Paola Holguín.
En temas como las relaciones con Venezuela y la violencia étnica-cultural en Gaza, la senadora del Centro Democrático se plantó en el discurso moralizante con el que la derecha uribizada suele asumir y negar la complejidad tanto de los problemas fronterizos binacionales con el vecino país y la crisis humanitaria desatada por el Estado de Israel en la franja de Gaza. Mientras que Corcho habló de no respaldar jamás las prácticas genocidas del ejército sionista al mando del criminal de Benjamín Netanyahu, Valencia Laserna expresó su adoración y respaldo al pueblo judío al que calificó como "superior en todo". El solo hecho de negarse a calificar como genocidio lo que está haciendo Israel en contra del pueblo palestino ubica a Valencia en un avieso plano moral superior que le facilita expresar su desprecio por las comunidades afros, campesinos e indígenas de su propio país. No olvidemos su propuesta de "dividir el Cauca entre indígenas y mestizos". La actitud pro gringa de Valencia quedó confirmada al decir que instalaría una base militar de los Estados Unidos en el Catatumbo.
En lo que respecta a la presentación de la exministra Corcho, señalo que estuvo mejor estructurada, lo que permitió mantener un hilo conductor y los elementos básicos en la escritura de un ensayo: Introducción, Desarrollo y Conclusión (IDC). Así las cosas, Corcho exhibió un sólido perfil académico, sin rayar en una presentación incomprensible para los públicos. En el manejo del espacio y del auditorio la exministra mostró seguridad y cancha.
Corcho Mejía es lejos mejor candidata que Valencia Laserna. Y no solo por el discurso humanista y el soporte conceptual, sino por el lugar de enunciación: la exministra de Salud no habla desde el privilegio, sino desde la defensa de los derechos humanos consagrados en la Carta Política de 1991. Qué bueno sería ver un "debate" entre María Fernanda Cabal y Carolina Corcho. Felicitaciones a la universidad Militar Nueva Granada por la organización del conversatorio.
Imagen tomada de la red X.
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