martes, 31 de diciembre de 2024

LUNA DE MIEL EN PARÍS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

A pocas horas de terminar el 2024, la polémica en la red social X corre por cuenta de las fotografías de la luna de miel en París (Francia) de la congresista del Pacto Histórico, Martha Peralta Epieyú. Los agentes de la derecha que en esa red atacan a diario a sus similares del progresismo exhiben las imágenes de Peralta y su pareja asociadas al imaginario que indica que, al defender las ideas de la izquierda, el progresismo y ser indígena wayú se pierde el derecho a viajar, darse gustos como pasar noches en un hotel y alcanzar momentos de felicidad. Quizás, por defender esas ideas, los detractores de Peralta consideren que ella debió quedarse con su esposo en una de las rancherías de La Guajira o pasar unas noches en un hostal en cualquier municipio colombiano. 

Sin duda alguna, los agentes derechosos exhiben su natural clasismo y racismo. No les cabe en la cabeza que una mujer indígena pueda darse esos gustos que parecen exclusivos de la élite que defienden a dentelladas los tuiteros de ese espectro ideológico. 

Los derechosos le enrostran a Peralta los históricos padecimientos del pueblo wayú (hambre, falta de agua potable y el abandono del Estado) para invalidar su derecho individual a ser feliz bajo las expectativas modernas de casarse, visitar la ciudad luz y consumir bienes y servicios en la idealizada capital francesa. Que Peralta Epieyú como congresista, con un salario mensual de 50 millones de pesos, se dé gustos propios de consumados capitalistas constituye para sus detractores una suerte de “delito ideológico” o por lo menos una despreciable contradicción en el mismo sentido.

El enfrentamiento entre quienes defienden a Peralta y aquellos que se ensañaron con ella tiene un elemento en común: la sobreexposición de la vida privada en las redes sociales, rasgo que da cuenta de la sistemática eliminación de los límites entre lo privado y lo público. ¿Era necesario exponer las “pruebas” de esos momentos de máxima felicidad y “éxito” que bien se pudieron haber quedado en el ámbito de lo privado?

Esos niveles de sobreexposición individual hacen parte de lo que se conoce como La sociedad del espectáculo, de Guy Debord. En dicho texto se lee: “El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes…El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante”.

Todos estamos inmersos en un sistema mundo capitalista que nos vuelve esclavos del consumo frenético de bienes y servicios, circunstancia esta que hace parte sustantiva de los factores que hoy generan las pluricrisis climáticas. Bajo esas condiciones no hay forma de ser coherentes. Quizás el ser conscientes de nuestra finitud sea el factor que nos impulse como especie, bajo específicas condiciones económicas, a darnos el gusto de pasar la luna de miel en Paris, en Villa de Leyva, San Andrés o en un hotel sin estrellas en el mismo país de origen.

Las fotografías de la luna de miel de Peralta en París y el enfrentamiento ideológico en la red X hacen parte de esa sobreexposición individual y de los altos niveles de intolerancia y odio que sufre Colombia desde el 7 de agosto de 2022. En contraste, la Oposición y sus bodegas exhiben un bajo nivel de discusión en medio de un empobrecido escenario público (político). 



Imagen tomada de la red X 

domingo, 29 de diciembre de 2024

SEIS AÑOS DESPUÉS Y EL PAÍS NO SABE QUIÉN VIOLÓ A CLAUDIA MORALES

 

Por Germán Ayala Osorio

El 19 de enero de 2018 la periodista Claudia Morales puso al país a especular alrededor de la identidad del hombre que la violó. Han pasado ya seis años largos de cuando informó en su columna Una defensa del silencio que el violador “era un hombre relevante en la vida nacional. Ahora lo sigue siendo y, además, hay otras evidencias que amplían su margen de peligrosidad”.

Morales guardó silencio sobre la identidad del asqueroso que la accedió de manera violenta. Lo llamó "Él", para proteger su vida y la de su familia de una posible reacción del malandro que vulneró su cuerpo. Me pregunto: ¿Qué representa para Colombia el violador de la periodista Claudia Morales? Intentaré responderme el interrogante.

Considero que "Él" representa con lujo de detalles a la sociedad machista colombiana. A esa misma que a través de la publicidad sexista, los chistes callejeros de doble sentido, el humor en televisión y radio y el poder concentrado en la figura masculina convirtió el cuerpo de la mujer en un territorio en disputa, en el objeto de deseo de cientos de miles de hombres que sí o sí están decididos a “comprarlo u obtenerlo”. Al de Claudia Morales, "Él" accedió porque así lo decidió y porque su comportamiento contaba con el respaldo de la cultura dominante.

El violador de Claudia Morales es hijo de la Colombia violenta que desea el mal para el país, porque si a Colombia le va mal, a la derecha le va bien. Su comportamiento está más que naturalizado en empresas, universidades, colegios y hasta en el Congreso en donde bajo relaciones de poder, hombres en posiciones de privilegio se creen en el derecho de tocar, manosear y “morbosear” a las subalternas. Morales fue víctima de su jefe y de la sociedad que legitimó la incontrolable cachondez masculina como el paso previo al acceso carnal violento. Morales describió así la macabra escena: “Una mujer joven termina su jornada laboral, llega a su hotel, se baña y se arregla para salir a cenar con una pareja de amigos. Alguien golpea en su habitación. Ella mira por el rabillo de la puerta, es su jefe. Abre, “Él” la empuja. Con el dedo índice derecho le ordena que haga silencio”.

Aunque Morales no volvió a referirse al asunto es probable que la “relevancia y la peligrosidad” asociada a su violador sigan presentes. Las sospechas que recayeron sobre varios de sus jefes permitieron a cientos de miles de colombianos entrar en el juego de las especulaciones. Quizás cuando "Él" muera, Claudia Morales decida revelar su identidad. Eso sí, no importa si el país logra confirmar que efectivamente el maldito violador es el poderoso político que millones de colombianos creen que es el victimario. La cultura dominante buscará las maneras de disculparlo por ser Hombre y por no haber sido capaz de controlar su cachondez. Los agentes legitimadores, entre ellos los medios de comunicación hegemónicos sabrán decir que ese Hombre fue “provocado” por Claudia Morales. De lo que sí estoy seguro es que la “relevancia y peligrosidad” del violador de la periodista dice mucho de lo que somos como colectivo.

Si realmente fuéramos solidarios con Morales y con otras tantas de las mujeres violadas en Colombia, todos los días deberían de escribirse columnas de opinión o grafitis preguntando por la identidad del maldito, protervo, perverso, sucio, asqueroso, repulsivo, repugnante, inmundo, siniestro y malévolo personaje  que la violó. 



claudia morales fue violada - Búsqueda Imágenes

viernes, 27 de diciembre de 2024

VOLVIERON LOS TOROS A LA CAÑAVERALEJO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Volvió la fiesta brava a la Cañaveralejo. A pesar de que la plaza no se llenó, el grotesco espectáculo taurino autorizado por el alcalde de Cali Alejandro Eder constituye un acto de rebeldía de clase frente al gobierno y los congresistas que lideraron y aprobaron la ley que prohíbe las corridas de toros.  Eso sí, con dicha decisión política se le cayó el capote de ambientalista que usó Eder durante la COP16. Se trató, sin duda alguna, de un engaño, de una pose, que jamás le quedó bien a quien representa al gremio azucarero que con el monocultivo de la caña de azúcar provocó enormes daños ecológicos y socio ambientales en el valle geográfico del río Cauca.

Los tres años de transición que la norma concedió a la cadena productiva asociada a la tauromaquia es aprovechada por Eder y sus amigos de la élite caleña que disfrutan como niños chiquitos como se tortura a un animal, mientras beben whisky y posan para los periodistas de la farándula local que publicarán sus fotos exaltando el sofisticado gusto de ver morir a los toros de lidia. Se trata de una revancha ideológica y de clase frente a aquellos que como el presidente Petro desaprueban dicha forma de diversión y se atrevieron a proscribir la fiesta brava de una élite tan tradicional como anacrónica.

Las corridas de toros, en particular las que solían realizarse en el marco de la Feria de Cali,  siempre estuvieron atadas a la presencia de traquetos exhibiendo a sus voluptuosas mujeres, sus enormes prótesis mamarias y cinturas esculpidas por talentosos cirujanos plásticos. De igual manera, la fiesta brava estuvo ancorada al poder político y económico de aquellos privilegiados que, alienados con la supremacía de la condición humana sobre los otros animales, sintientes, pero no hablantes, convirtieron el cruel espectáculo en una práctica cultural atávica. Unos y otros siempre compartieron las graderías de la plaza de Cañaveralejo.

Mientras la Corte Constitucional revisa la demanda que instauró el uribista Cristian Garcés del Centro Democrático, el regreso del brutal espectáculo taurino y las protestas de los antitaurinos volvieron a ser noticia en la ciudad y en el país. Ojalá los magistrados y magistradas del alto tribunal no tumben la norma, para ver si como sociedad empezamos a transitar por fin hacia estadios de modernidad dejando atrás la agonizante práctica cultural.



Foto: Colectivo Antiespecista Libertad Animal (Coala).

URIBE, LA ESCOMBRERA Y EL NUEVO FANTASMA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los hallazgos óseos en La Escombrera, de la Comuna 13 de Medellín motivaron la reacción del expresidente Álvaro Uribe Vélez y la atención de los medios y los periodistas afectos a la causa uribista que asumen lo dicho por el exsenador como una verdad inobjetable. Esto dijo el político antioqueño sobre la Operación Orión, responsable de las personas asesinadas que fueron inhumadas en ese botadero de escombros.   No fue una operación en la que entrara el Ejército a arrasar; fue con todas las instituciones, la Policía, la Alcaldía de Medellín, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, el CTI y la Fiscalía. Hubo la vigilancia de organismos de derechos humanos”.

En la explicación del expresidente y expresidiario aparece sin lugar a duda la violencia legítima del Estado, una especie de valor moral con el que se asumió la seguridad en el país durante sus ocho aciagos años de la mano de la peligrosa política de defensa y seguridad democrática. En el texto La política como vocación, de Max Weber se lee: “Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el “territorio” es elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima. Lo específico de nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones e individuos sólo se les concede el derecho a la violencia física en la medida en que el Estado lo permite. El Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia.”

No se discute en esta columna la validez del axioma de Weber, sino lo que implicó para el país su aplicación de la mano del control que ya los paramilitares ejercían en varias instituciones del Estado.

Los jefes del Estado tienen la potestad de hacer con esa forma de dominación y estructura de poder lo que les inspire. Y de acuerdo con la Comisión de la Verdad, la JEP y otras entidades, incluidas defensoras de los derechos humanos, el Estado colombiano operó, entre el 2002 y el 2010, bajo la influencia paramilitar y el deseo de estigmatizar, someter, perseguir y desaparecer a todo lo que oliera a izquierda. Los 6402 falsos positivos, más los cuerpos de las víctimas de la Operación Orión y los asesinatos de varios académicos, entre ellos Alfredo Correa de Andreis y la persecución contra defensores del ambiente, los derechos humanos y periodistas, confirman que en ese aciago periodo de gobierno, el Estado en su conjunto actuó conducido por dos espíritus: el que se desprende del axioma de Weber y el que inspiraba a los paramilitares que actuaron como agentes estatales.

Frente a la explicación de Uribe Vélez hay que decir que el acompañamiento de todas las autoridades que él señaló jamás fue garantía de que en la Operación Orión no se violaran los derechos humanos por una razón fundamental: la institucionalidad derivada de esas entidades y en particular la que procedía del apoyo electoral que recibió Uribe de los paramilitares y la evidente captura del DAS estaba contaminada del espíritu criminal que inspiró a los grupos de autodefensa en el país. Los restos que están apareciendo en La Escombrera constatan que efectivamente ese acompañamiento institucional no fue efectivo a la hora de respetar los derechos humanos. Frente a la Operación Orión, la Comisión de la Verdad dijo que “fue emblemática por las modalidades de violencia que desplegó (capturas arbitrarias, detenciones selectivas y posteriormente desapariciones), por las series denuncias sobre la actuación irregular de agentes del Estado (además de fuerza pública, DAS y Fiscalía) y por la participación de grupos paramilitares”.

Entre tanto, el presidente Petro señaló que “la Fiscalía, el CTI y el DAS estaban en manos de los paramilitares y actuaron en asocio con otros cabecillas y delincuentes. Los paramilitares de Don Berna se quedaron con el territorio y desaparecieron a más de 500 personas…”.

Las explicaciones dadas por el expresidente y expresidiario hoy 27 de diciembre de 2024 no se dan porque lo atormenten los hechos acaecidos en la Comuna 13 de Medellín y mucho menos para asumir responsabilidad política alguna por haber autorizado dicha operación. No. De manera ladina, el 1087985 (número que le otorgó el INPEC cuando estuvo preso) aprovechó la rueda de prensa para darle vida oficial al nuevo enemigo de Colombia y caballito de batalla electoral: el Petro-Santismo.

El uribismo cada cierto tiempo crea enemigos políticos para explotar electoralmente el miedo generado en los colombianos. Hace unos años atrás nos asustaron con el cuento de que nos “volveríamos como Venezuela” con la llegada del “castrochavismo” y el “comunismo” si Gustavo Petro llegaba a la Casa de Nariño. Como esos fantasmas ya no asustan, Uribe necesita crear y vender otro duende o espíritu maligno. Y ese temido espectro es el Petro-santismo que ya se apoderó de la JEP. Así las cosas, cualquiera que sea su nuevo títere o muñeca, ella o él estará obligado a confirmar que efectivamente el Petro-santismo es un riesgo para el país y por esa razón lo primero que hará si resulta electo o electa es acabar con la JEP, lugar en el que se oculta el temido duende.





miércoles, 25 de diciembre de 2024

VALENTINA GÓMEZ EN LOS TITULARES DE LA PRENSA COLOMBIANA

 Por Germán Ayala Osorio

 

Cuando el diario El Tiempo estuvo en manos de la familia Santos se auto proclamó como un diario liberal defensor de la verdad y la democracia. Su presente es totalmente distinto. Hoy, en manos del banquero Sarmiento Angulo es un periódico de derecha que parece cohonestar con propuestas fascistas como la que publicó Valentina Gómez, candidata al Congreso americano por el estado de Texas.

El titular “Candidata colombiana al Congreso de EE. UU. lanzó polémica propuesta: habla de ejecuciones públicas a inmigrantes ilegales” confirmaría la transformación ideológica del diario bogotano en un simple promotor del ideario xenofóbico que defienden las fuerzas republicanas al interior de los Estados Unidos y que en Colombia aplauden a rabiar políticos y ciudadanos de derecha. Justamente esas violentas ideas y principios devienen conectados con los que defienden grupos de extrema derecha en Colombia, cercanos por supuesto al carácter criminal de la política de defensa y seguridad democrática y a lo que se conoce como el uribismo.

No se trata de una “polémica propuesta” señores de El Tiempo: lo dicho por la colombiana es una apología al delito, es una apuesta criminal y una clara invitación a que al mínimo roce entre americanos e inmigrantes, los primeros estén autorizados a desenfundar un arma y acabar con los incómodos “visitantes”. La transformación del diario del banquero en un órgano de la ultraderecha universal se hace evidente cuando otro medio como El Colombiano, godo hasta los tuétanos, tituló de manera diametralmente distinta: “¡Indignante! Una colombiana que es candidata al Congreso gringo propone asesinar a los migrantes que delincan”.

La locución “lanzó polémica propuesta” es a todas luces desacertada y provocadora. Eso sí, El Tiempo no fue el único diario colombiano que optó por encubrir el real sentido criminal y deshumanizante de la “propuesta” lanzada por la derechosa candidata al Congreso gringo. El Heraldo, la revista Semana, el País de Cali y hasta El Espectador titularon de manera similar lo que claramente indica un peligroso alineamiento ideológico de los más tradicionales medios escritos del país. Grave.

Al hacerse viral la “propuesta” de Valentina Gómez, el presidente de la República Gustavo Petro reaccionó como se esperaba. En su cuenta de X dijo que “ella no es solo estadounidense fascista. Es colombiana. Y siendo migrante lo que quiere es desatar el odio a los migrantes. La mayoría de los estadounidenses son asesinados por estadounidenses”. La respuesta del mandatario fue asumida en titulares bajo el calificativo de “arremetida” que es sinónimo de ataque, embestida y agresión. El diario El País de Cali, en manos del clan Gilinski, tituló: <<Presidente Petro arremete contra candidata colombiana que desata polémica en EE.UU. con propuesta de “ejecutar migrantes ilegales”>>.

Al elegir el vocablo “arremetida” el diario El País traslada a la reacción de Petro toda la violencia que acompaña a lo expresado por Gómez. Todos los diarios colombianos que minimizaron el sentido apologético de la invitación de la candidata a asesinar inmigrantes bien pudieron usar el término usado por el periódico caleño para indicar con claridad que lo dicho por la nefasta candidata al Congreso americano constituye un claro ataque, una verdadera embestida y amenaza contra los migrantes latinoamericanos que llegaron a territorio gringo en busca del “sueño americano”.

Con la llegada de Petro a la Casa de Nariño la prensa hegemónica colombiana se alineó para deslegitimar y desestabilizar al gobierno. Al hacerlo, se les cayó la máscara de liberales y democráticos que siempre ostentaron para defender a los más visibles agentes del establecimiento que hoy extrañan tener en la casa de gobierno a uno de sus elegidos.

 


Presidente Petro arremete contra candidata colombiana que desata polémica en EE.UU. con propuesta de “ejecutar migrantes ilegales” - El País

PETRO Y EL RECONOCIMIENTO DE FACTO DEL RÉGIMEN VENEZOLANO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El 10 de enero de 2025 el gobierno de Gustavo Petro confirmará lo que viene haciendo desde que Nicolás Maduro le robó las elecciones a Edmundo González: un reconocimiento de facto. Se da por descontado que Petro no asistirá a la posesión de Maduro, por lo que dejará en la representación diplomática colombiana la responsabilidad de confirmar la postura asumida por Colombia, que se explica fundamentalmente por tres razones a saber: la primera, porque el gobierno de Petro quiere evitar a toda costa una crisis diplomática que provoque el cierre de la porosa pero dinámica frontera binacional. La segunda, porque mantiene su rechazo al bloqueo económico decretado por los Estados Unidos de la mano de la derecha venezolana responsable en gran medida de la irrupción de Hugo Chávez Frías y la consolidación del chavismo-madurismo. Y la tercera, porque quizás en el fondo el presidente Petro espera que la crisis interna la puedan resolver los propios venezolanos sin las injerencias de los Estados Unidos y de otros países. 

Que la derecha colombiana rechace la decisión del gobierno Petro es apenas lógico en la medida en que sus intereses están atados de manera incondicional al bloqueo económico gestado por los Estados Unidos con el objetivo de “ahogar” al régimen de Maduro. Llevan años “ahogándolo” y lo único que han logrado es contribuir al terrible éxodo de millones de venezolanos por todo el mundo. Los efectos de esa masiva migración los viene sintiendo Colombia, en particular por la operación en el país del Tren de Aragua y de otras estructuras criminales en las que participan colombianos y venezolanos.

A quienes militan en ese espectro ideológico en Colombia, poco les importa la suerte de los colombianos y venezolanos que viven de las actividades legales e ilegales que se desarrollan a lo largo y ancho de la permeable frontera entre los dos países. Para aquellos, un nuevo cierre de la frontera constituye una medida sensata, propia de cualquier Estado democrático obligado a rechazar la violación de los derechos humanos que de manera sistemática se viene presentando en Venezuela. Eso sí, el genocidio en Gaza perpetrado por Israel no ameritaría una revisión de las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales porque lo que interesa es mantener las relaciones de sumisión frente a los Estados Unidos y sus aliados. Para la derecha colombiana las relaciones con Israel, el Estado asesino de niños y mujeres palestinas son incuestionables y sagradas. 

Quizás esta última circunstancia ideológica y política sirva para entender que diplomacia e hipocresía siempre se asumirán como sinónimos funcionales a un mundo en el que por miedos o conveniencias de todo tipo la coherencia siempre será puesta en cuestión. No podemos olvidar que sobre la aviesa condición humana están soportadas las operaciones estatales y las relaciones internacionales, de ahí que todo lo que hagan los Estados, legítimo o no, siempre será posible medirse desde la perversidad que nos acompaña como especie "estúpidamente" inteligente. 

Exagera la derecha colombiana al señalar que el gobierno colombiano apoya de manera incondicional al régimen de Maduro Moros. Insisto en que ese reconocimiento de facto está fundado en los reparos expresados por la cancillería colombiana en relación con las famosas actas que probarían que efectivamente hubo fraude en las pasadas elecciones ocurridas en el vecino país.

Ese reconocimiento de facto podría servir para que las relaciones políticas y diplomáticas entre Colombia y USA se tornen aún más tensas ahora que regresará a la Casa Blanca el republicano Donald Trump, quien ya empezó a “calentar” el ambiente con su pretensión de reclamar el control sobre el Canal de Panamá. Veremos cuán movido querrá Trump que sea su periodo presidencial en el ámbito internacional cuando su apuesta política está fundada en el proteccionismo económico, asunto que por supuesto hace que Colombia, Venezuela y Panamá sean variables importantes que deberá considerar.




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martes, 24 de diciembre de 2024

EL REGRESO DE FABIO OCHOA VÁSQUEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Como era de esperarse, el regreso al país de Fabio Ochoa Vásquez lo cubrieron varios medios de comunicación como si se tratase de un famoso artista o deportista olímpico. Faltó poco para que el carro de bomberos lo paseara por las congestionadas vías de la capital del país. O por las de Medellín, la tierra entrañable de quien regresó después de pagar una condena de 23 años en los Estados Unidos por narcotráfico.

Ese tipo de cubrimientos periodísticos se explican por razones que tienen que ver con la doble moral colectiva que se naturalizó en el país y por supuesto por la aplicación de los criterios de noticia al hecho mismo del retorno a Colombia del ex narcotraficante. Haré referencia en esta columna a esa doble moral que es, de tiempo atrás, un distintivo cultural de los colombianos, el mismo que a diario la prensa hegemónica se encarga de validar.

La evidente admiración de cientos de miles de ciudadanos por los mafiosos en Colombia fue el elemento cultural que permitió su aceptación social y política por allá en los años 70, 80 y 90 cuando aparecieron con toda su “magia”. Conseguir plata, ostentar la posesión de carros lujosos, relojes, anillos, haciendas e incluso presumir la compañía de mujeres hermosas, en particular reinas y modelos, y tener con qué sobornar a las autoridades hace parte de los imaginarios de millones de hombres en Colombia. Y también de mujeres a las que les fascina andar con Machos con plata. De allí que mafiosos como los Ochoa Vásquez, Pablo Escobar o los Rodríguez Orejuela, para solo nombrar a los más famosos, cuenten con la admiración social suficiente como para que el interés de saber cómo envejecieron, vivieron o murieron sea perenne. Que se vendan camisetas y gorras con el rostro y el nombre de Pablo Escobar estampados y que haya una ruta turística en Medellín para saber de la vida del afamado criminal es la más clara expresión de esa doble moral que es el camino por el que permitimos la corrupción público-privada y todas las formas de violencia, física y simbólica que nos dejó la operación de los carteles de la droga en el país.

La prensa cumple con la función de mantener vigente esa “necesidad” social de saber de la vida de narcotraficantes cuya fortuna y vida son anheladas en sectores populares y legitimadas por miembros de la élite económica y política tradicional.

La llegada del menor del clan Ochoa Vásquez se da pocos días después de que Miguel Rodríguez Orejuela, entonces capo del Cartel de Cali le enviara una misiva al presidente Petro en la que le solicita ser nombrado como “gestor de paz” para “contar mi verdad sin odios ni revanchas y así poder alcanzar el perdón Divino”.

El contenido de la carta del octogenario criminal despertó todo tipo de especulaciones alrededor de cuáles políticos podrían ser señalados en esa tardía verdad que por más treinta años reposa en la conciencia del arrepentido mafioso. Entonces, en las redes sociales recordaron que la financiación de campañas políticas fue un hecho común en la Colombia mafiosa y corrupta. Esas mismas especulaciones que surgieron de la epístola enviada por Miguel Rodríguez acompañaron la ruidosa llegada de Fabio Ochoa Vásquez. En ambos casos, aparecen los nombres de tres expresidentes de la República (Samper, Pastrana y Uribe) hecho que confirma la doble moral en el ejercicio de la política, actividad tan permeada por todo tipo de mafias, como la propia economía. La vigencia política de los tres exmandatarios constituye una prueba irrefutable de que esa doble moral es funcional a la democracia, a la economía y a todas las prácticas societales.

Se equivocan aquellos que esperan que Fabio Ochoa abra la boca para señalar las relaciones que el clan al que pertenece sostuvo con políticos antioqueños o de otras regiones. No. Ante todo, la lealtad y la imperiosa necesidad de conservar los distintivos culturales de aquello que se conoce como la cultura paisa y la Antioquia federal en la que no hay nada que corregir porque hay ser “berracos, avispaos, metelones y creativos”. Contrario al silencio sepulcral que guardará Ochoa Vásquez, el entonces líder del cartel de Cali, Miguel Rodríguez parece dispuesto a “contar su verdad” con el único objetivo de alcanzar el “perdón Divino”.

Los tres expresidentes que suelen aparecer relacionados con las actividades mafiosas de los carteles de Medellín y Cali, así como Fabio Ochoa y Miguel Rodríguez son creyentes. La rezan al mismo Dios, deidad a la que son devotos millones de colombianos. Al final, ser mafioso o no poco importa cuando la vejez empieza a abrirle el camino a “flaca” o a la “pelona” que, con lista en mano, empiece a cobrar lo hecho en la tierra. Y va quedando claro que la doble moral de los colombianos es tan universal como los criterios de noticia. Y la fuente en donde se produce y se reproduce ese distintivo humano es el sistema financiero internacional.



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domingo, 22 de diciembre de 2024

PERFILAR, CANCELAR Y ELIMINAR, UN ASUNTO CULTURAL

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El lenguaje del silencio, junto a los actos de habla suelen decir mucho de lo que somos como individuos y como sociedad que comparte unos mismos códigos lingüísticos. Para el caso colombiano dentro del colectivo social hay sectores de poder, incluido el de la prensa hegemónica, que arrastran una historia de inmorales silencios que vienen atados al interés de negar responsabilidades ético-políticas frente a hechos como los falsos positivos, la corrupción en las altas esferas de la República oligárquica, las crisis climáticas generadas por un desarrollo económico insostenible y recientemente frente a los restos humanos encontrados en La Escombrera, fosa común en la que, de acuerdo con informes oficiales, inhumaron cientos de cuerpos de jóvenes durante la Operación Orión, en los tiempos del temido régimen holocáustico de Álvaro Uribe Vélez.

Con la negación de esas responsabilidades los mutismos de todos los agentes sociales, políticos, mediáticos y económicos comprometidos suelen permitir que el resto de la sociedad los caracterice como inmorales y éticamente pérfidos. Los efectos sistémicos de esos atronadores silencios son evidentes y peligrosos por cuanto devienen asociados a las prácticas de un poder hegemónico cuyos principales líderes, voceros y exponentes están convencidos de su condición perenne por una razón fundamental: ya hacen parte de la cultura. Una vez instalados los mutismos y los crímenes contra la Naturaleza y la condición humana en la cultura es poco lo que se puede hacer. Ese es el caso de Colombia. Hay instalado en los imaginarios colectivos, pero en particular en la élite tradicional un ethos mafioso, criminal y sádico que los hace intolerantes a cualquier crítica o exposición pública de sus aberraciones y cómplices silencios, tal y como lo viene haciendo el presidente de la República.

Es en ese marco contextual en el que hay que entender los perfilamientos de los que fueron víctimas una veintena de defensores del gobierno de Petro en la red X, convertida en un cruento escenario ideologizado en el que el sicariato moral va y viene como práctica compartida entre los que se auto reconocen como “Petristas” y aquellos protectores de las astucias, el ethos mafioso y los inquietantes silencios de los agentes de la República oligárquica que durante más de 50 años consolidaron en Colombia un régimen afrentoso contra aquellos que se atrevieran a pensar distinto. Sería recomendable que desde los dos extremos le bajaran al tono pendenciero y a la violencia verbal que vienen usando en la red X. 

Ese tipo de perfilamientos abre el camino para que de la violencia lingüística y simbólica se pase rápidamente a la violencia física y a la eliminación del adversario convertido previamente en un enemigo cuya vida se considera inútil, contra natura y perjudicial para la prolongación en el tiempo de esa tradición que dicta quiénes hacen parte del selecto grupo de la élite dominante y quienes seguirán haciendo parte de la amplia comunidad de los sometidos o subordinados.

La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de la República y sus peleas con algunos agentes de la oligarquía despertaron a cientos de miles de colombianos que sienten que están en todo el derecho de expresar su admiración por el exguerrillero, excongresista y exalcalde de Bogotá y defender su obra de gobierno, inmersos en el pozo séptico de las redes sociales. Quienes creen que ello es posible, loable y necesario parecen olvidar que operan en el país escuelas de sicarios derivadas de la paz mal hecha con los paramilitares. Sus más aventajados alumnos están prestos a que alguien les dé la orden desde un frío escritorio para empezar a desaparecer a los recientemente perfilados o simplemente decidan a mutuo propio hacer la “limpieza social” tal y como se hizo años atrás en el marco de la Operación Orión en la Comuna 13 de Medellín.

Terminar los días en una funeraria o quizás en una fosa común por defender a Petro o las ideas progresistas será la más lamentable constatación de que asesinar al que piensa diferente sigue haciendo parte de nuestra sádica y fascista cultura.  

Adenda: dentro de las curiosidades lingüísticas encontramos que Perfilar se escribe con P de Paramilitares, Parqueadero, Padilla, Preso, Perseguidos, Patrón, Pereque, Paz, Pillos, Putrefacto, Pánfilos, Patria y Patrioterismo.

 



Tomado de la red X. 


viernes, 20 de diciembre de 2024

BAJÓ LA NATALIDAD EN COLOMBIA POR “CULPA DE PETRO”

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Los periodistas uribizados, Luis Carlos Vélez y Juan Lozano culparon al presidente Petro de la disminución en la tasa de nacimientos en el país que viene consolidándose desde varios años atrás. Señalan los estafetas del establecimiento que el actual jefe del Estado “les quitó la esperanza a los jóvenes”, razón por la que estos no quieren tener hijos. De estos dos periodistas hay que decir que representan los intereses de la godarria más recalcitrante del país. Son elitistas, racistas y clasistas. Vélez es fatuo y ligero en sus “análisis”. Lozano, antes que periodista, es un político que suele comportarse como un verdadero “lagarto”.

Por decir majaderías similares Vélez fue echado de la conducción de La FM (RCN) en los tiempos en los que Cali se preparaba para ser sede de la COP16. El enorme éxito de esa cumbre ambiental confirmó que la decisión de los dueños de la cadena obedeció a las simplezas con las que abordó el señor Vélez el sentido de esa reunión. Lozano remplazó al defenestrado conductor del señalado programa radial, sin que la Petrofobia, como política editorial haya sido morigerada a pesar de la condición de exministro que ostenta el señor Juan Lozano, de quien muchos esperaban que asumiera con seriedad la conducción de La FM y de esa manera llegar a hacer verdaderos análisis noticiosos y superar los tratamientos amañados y tendenciosos que suelen hacer todas las mañanas.

Según el Dane, entre enero y octubre de este año se han reportado 14,4 % menos nacimientos que en el mismo periodo de 2023. El Dane informó que entre enero y octubre de 2024 se registraron 371.777 nacimientos en Colombia, unos 60 mil menos que en el mismo periodo del año anterior.

Vélez y Lozano olvidaron señalar que el bajonazo en la tasa de natalidad en el país hace parte de la tendencia mundial que consolida al decrecimiento poblacional como un fenómeno sociocultural con efectos en el sistema mundo capitalista y en particular en los sectores económicos por la disminución del consumo y la producción de bienes y servicios. Su evidente animadversión hacia todo lo que haga, imagine, o deja hacer el gobierno los enceguece de tal manera que la decisión autónoma de jóvenes de no traer hijos al mundo es culpa de Petro.

La resistencia global a dejar descendencia amerita un análisis más responsable. Quizás sea tiempo de mirar asuntos como el genocidio en Gaza perpetrado por Israel y consentido por los Estados Unidos; y asociado a ese comportamiento criminal del Estado israelí los riesgos de una tercera guerra mundial. También puede ser posible que la negativa de los jóvenes se puede explicar por la entrada de millones de mujeres al mercado laboral, lo que representa el debilitamiento de la narrativa católica que por largos años les obligaba moralmente a cumplir el papel reproductivo y a cuidar de los maridos. La irrupción del feminismo como respuesta a las conductas machistas y misóginas de iglesias, Estados y culturas alrededor del mundo podría explicar en parte la reducción de la tasa de natalidad.

Hay, sin duda alguna, una toma de conciencia en las nuevas generaciones alrededor del sentido de la vida tradicionalmente asociado a que los seres humanos “se realizan” casándose, trabajar toda la vida en una misma empresa hasta jubilarse y tener hartos hijos. La preferencia por viajar, vivir con gatos o perros, dormir hasta tarde, o quizás el “miedo” a asumir la responsabilidad que representa tener hijos pueden ser razones válidas para negarse a dejar descendencia.

Ojalá que dentro de las razones para no traer hijos al mundo los jóvenes tengan el carácter disruptivo de la especie humana  y la condición de "plaga" que adquirió por las formas en las que logró modificar los ecosistemas naturales de tal manera que hoy se habla del Antropoceno como una nueva época geológica. "Los humanos alteraron grandes porciones del paisaje e intervinieron en el acervo genético natural mediante el cultivo de plantas para cosechas y la domesticación de animales y dejó huellas detectables en el registro geológico”. 

Las circunstancias en las que el sistema mundo capitalista se reproduce pueden también estar incidiendo en la decisión de los y las muchachas de negarse a tener hijos. La crisis climática como asunto global quizás esté aportando su grano de arena a dicha negativa. Es posible que aparezcan otras razones, pero no, Lozano y Vélez seguirán insistiendo en que Petro es el culpable. Imagino que los legrados presentados desde el 7 de agosto de 2022 también son responsabilidad del presidente de la República.

Si hay jóvenes que se niegan a tener hijos por miedo a que sus vástagos puedan resultar en sus vidas adultas clasistas, racistas, homofóbicos, aporofóbicos, misóginos, arrogantes, irresponsables, mentirosos y “lambones”, lo mejor es que se mantengan en la negativa de reproducirse pues en el país son millones los adultos que se comportan de esas indeseables maneras.


luis carlos vélez y juan lozano - Búsqueda Imágenes

jueves, 19 de diciembre de 2024

2022-2024: LA PRENSA HEGEMÓNICA HACIENDO MAL PERIODISMO

 Por Germán Ayala Osorio

 

Dos años es suficiente tiempo para evaluar el trabajo realizado por los medios masivos colombianos. Los tratamientos periodísticos dados a los hechos noticiosos relacionados con el ejercicio gubernamental de parte de las empresas mediáticas que optaron por hacerle oposición política al actual gobierno son negativos. Ese balance recae sobre los medios escritos como El Tiempo, El Colombiano, El País de Cali y la revista Semana; igualmente para los noticieros de televisión de RCN y Caracol y sus órganos de difusión radial y para Blu radio.

Veamos algunas circunstancias y hechos puntuales que permiten evaluar de manera negativa estos dos años de ejercicio periodístico de las señaladas empresas informativas. Esos medios le apostaron a generar un clima de incertidumbre y miedo en las audiencias a partir de exageraciones o lecturas catastrofistas de hechos económicos y políticos.

Veamos varios ejemplos: desde antes de la posesión del presidente Petro el 7 de agosto de 2022 casi al unísono la señalada prensa hegemónica le apostó a generar un ambiente económico desfavorable que sobrevendría por la llegada por primera vez de un gobernante con ideas progresistas u asociadas a las operaciones de los Estados de Bienestar europeos. Varios periodistas afirmaron que el dólar llegaría a los 5 mil pesos y podría llegar hasta los 7 mil; además, que habría una estampida de colombianos, incluido el éxodo de empresarios por la llegada del “socialismo/comunismo”. Algunas figuras de la “farsándula” criolla anunciaron públicamente que abandonarían el país porque había llegado el maldito comunismo. La senadora Cabal y Marbel dijeron que se irían del país si ganaba Petro. Dos años después y las maletas siguen listas.

Con el caso de los pasaportes, armaron una cruel novela. Al final, no se dejaron de entregar los documentos, esto es, no se paralizó el sistema. Lo mismo hicieron con el suministro de gas. Malinterpretaron un comunicado oficial para señalar que habría desabastecimiento cuando se trataba de actividades de mantenimiento. Les alcanzó la “mala leche” para ocultar que el país importa gas desde hace varios años, exaltando de manera negativa que sería con el gobierno de Petro que se darían las primeras importaciones. También llegaron a informar- sinónimo de asustar en este caso- con el racionamiento de energía. Recordaron el apagón y la “hora Gaviria” en los tiempos en los que gobernó César Gaviria, el neoliberal que inauguró el proceso de privatización del Estado, permitió el aumento de la concentración de la riqueza en pocas manos y la naturalización de la pobreza y la consolidación de la informalidad laboral.

Producir pánico económico fue el objetivo que se plantearon los propietarios de esos medios. Esa parece ser que fue la instrucción editorial dada a sus periodistas, en particular a sus más reconocidas “vedettes”. Con el pasar del tiempo iniciaron actividades de indagación y filtración de información que pudiera dañar la imagen del presidente Petro, la de los miembros de la familia presidencial y las de sus más cercanos colaboradores. Primera conclusión: nunca en la historia reciente del periodismo se vio el interés de desestabilizar a un gobierno usando los medios masivos como arma política.

Minimizar los logros del gobierno en materia de entrega de tierras, control de la inflación, decomiso de cocaína y captura de narcos invisibles y el manejo responsable de la economía, incluido el respeto por la regla fiscal hizo parte de esa apuesta desestabilizadora y deslegitimante. Por el contrario, exaltaron yerros en la forma como se concibió la Paz Total y el diseño de los criterios para elegir Gestores de Paz. “El país quedó en manos del hampa” se impuso como verdad, para asegurar el regreso de los amigos de la miedosa Seguridad Democrática.

El festín noticioso corrió por cuenta de dos escándalos: el caso en el que está involucrado Nicolás Petro y que tocó la campaña Petro presidente y el escándalo de corrupción en la Unidad de Riesgo al que intentan aún darle la dimensión jurídico-política del proceso 8.000 buscando como sea responderse la pregunta clave: el presidente Petro sí sabía del entramado de corrupción en esa entidad.

Aunque el proceso político-periodístico le apuntó a desestabilizar al gobierno a través de la generación de incertidumbres sociales, ese propósito se fue desvaneciendo gracias a las acciones de gobierno, pero en gran medida a que el presidente Petro desde su cuenta de X los contraatacó de tal manera que las mentiras, exageraciones, medias verdades y la “mala leche” de las empresas mediáticas quedaron en evidencia. Haberles reducido la pauta oficial también ayudó. Expuestas de esa manera por el propio jefe del Estado, ayudado en parte por los youtubers, influenciadores y por el trabajo de RCTV, abandonaron esa tarea. La interpretación exagerada o no del golpe blando por parte del presidente de la República, lo cierto es que, desde el Congreso, el Consejo de Estado, la Corte Constitucional y el Consejo Nacional Electoral le han apostado, cada uno desde sus competencias y decisiones, afectar la ejecución del programa de gobierno, así como la legitimidad del presidente.

Mientras institucionalmente específicos agentes del establecimiento colombiano aseguraban el enfrentamiento con el Ejecutivo, las mismas empresas mediáticas se dedicaron a cubrir los rifirrafes y las reacciones de Petro en contra de cada una de las entidades bajo criterios ideológicos. Al final, medios y periodistas apelaron al clasismo, al racismo, al pasado guerrillero de Petro, su origen popular e incluso a asuntos de su fuero personal(intimidad) para imponer esa narrativa con la que se insiste en la pugna y el odio entre ricos y pobres, entre dignos e indignos; entre gente fina (los de bien) y los ordinarios, esto es, el pueblo que representa Gustavo Petro. Segunda y última conclusión: los medios hegemónicos colombianos además de ser actores políticos son agentes ideologizadores e ideologizantes al servicio de una élite que a pesar de las evidencias que señala que actúan guiados por un ethos mafioso, sigue presentándose como infinito faro moral.

Faltan menos de dos años para que Petro entregue la Casa de Nariño. Lo más probable es que las empresas mediáticas aquí señaladas sigan haciendo los mismos tratamientos periodístico-noticioso de los hechos acaecidos. Están cumpliendo un mandato de sus dueños. Si la derecha vuelve al poder en el 2026, volveremos a ver a la misma prensa que se hincó ante el poder intimidante de Uribe, la misma que fue dócil con Santos y cómplice con el fatuo del Iván Duque, el eterno aprendiz y títere del 1087985.



Imagen tomada de nestor morales, vicky davila - Búsqueda Imágenes

miércoles, 18 de diciembre de 2024

KATHERINE JUVINAO PILLADA EN UNA “COLOMBIANADA”

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La pillada a la congresista Katherine Juvinao “vapeando” tiene todos los ingredientes para ser considerada una “colombianada”, que no es otra cosa que la práctica muy común en el país de violar las normas a pesar de saber de su existencia.

Las trasgresiones casi siempre se hacen desde lugares de privilegio. La señora Juvinao sabía de la existencia de la norma que prohíbe fumar y vapear en recintos cerrados por cuanto dicha ley fue aprobada estando ella en el Congreso. Es decir, se legisla para que sean otros los que estén obligados a cumplir las normas. Los y las congresistas estarían exentos de acatar las medidas por su condición privilegiada.

La monumental trastada de Juvinao se dio en medio de la discusión del proyecto de reforma al colapsado sistema de salud (Ley 100 de 1993) por cuenta de la avaricia de presidentes y miembros de juntas directivas de las EPS y el silencio cómplice de gobiernos y ministros de salud anteriores que al darse cuenta de la corrupción en el manejo de los millonarios recursos públicos girados por el Estado, prefirieron mantener las apariencias de un sistema pensado para beneficiar exclusivamente a agentes privados y por esa vía afectar los derechos de los pacientes. Lo curioso es que en el pasado, Juvinao criticaba fuertemente a las EPS y al sistema de salud. En algún momento, en un trino, lo calificó de "asesino". Hoy defiende a dentelladas ese mismo sistema y a las prestadoras de salud que en el pasado se prestaron para el desvío de millonarias sumas de dinero que terminaron invertidas en condominios y clubes privados. 

A pesar de estar dentro de un espacio cerrado y en medio de semejante discusión vapeó y al verse pillada por la cámara de televisión intentó esconder el vapeador. Sin duda alguna, una “colombianada” que, además de infantil da cuenta del perfil taimado de la congresista que se confirma políticamente porque se hizo elegir con las banderas del progresismo, pero luego, como veleta ideológica, terminó defendiendo las ideas de la derecha y optó por oponerse a las reformas sociales que el país demanda en materias de salud y trabajo.

En las redes sociales la imagen sirvió para que las bodegas y algunos perfiles petristas aprovecharan la oportunidad para cobrarle el “error”. Entonces, vinieron los memes y juegos de palabras con su apellido Juvinao: la llaman ahora Katherine “Fuminao” a raíz de la cómica escena de la que fue protagonista. El matoneo durará posiblemente otras 24 horas, hasta que aparezca un nuevo hecho, cómico o no, que ponga de nuevo de presente que estamos en medio de una insondable crispación ideológica y política. Lo que posiblemente no se olvide es que la “colombianada” que protagonizó la congresista no solo dice mucho de ella, sino de lo que somos como sociedad.

Creo que la señora Juvinao sufrió una confusión temporal, esto es, se adelantó en el tiempo a su legítimo sueño de irse a vivir a una isla, después de “hacer 2 Cámaras y 2 Senados” como lo dijo en un video privado que se hizo público. Una vez cumpla su sueño, en aquella imaginada isla, podrá vapear todo lo que quiera, así termine desconociendo el artículo 49 de la Constitución Política que en un aparte dice que “toda persona tiene el deber de procurar el cuidado integral de su salud y la de su comunidad”. Se trata, sin duda alguna, de una ética del autocuidado que Juvinao parece no practicar. 

Adenda: en las disculpas públicas que ofreció Juvinao evitó hablar de la vapeada. “Me disculpo con la ciudadanía por lo sucedido ayer en plenaria". Ese acto de habla también dice mucho de su talante, pues bien pudo dar explicaciones de su conducta.  



Imagen tomada de:

(Video) Pillan a la representante Catherine Juvinao usando un vapeador en pleno debate de la reforma a la salud


martes, 17 de diciembre de 2024

EFRAÍN CEPEDA: EL QUE JAMÁS EMPUÑÓ UN ARMA, PERO…

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el enfrentamiento político, institucional y personal que por estos días sostienen el presidente del Senado, Efraín Cepeda y el presidente de la República, Gustavo Petro nuevamente sirvió para exponer el pasado guerrillero del jefe del Estado como un factor que lo inhabilita ética y moralmente para criticar las actuaciones de los congresistas, incluidas por supuesto las de los miembros de las comisiones y las juntas directivas de Senado y Cámara, así como los fallos de las altas cortes (Consejo de Estado y Corte Constitucional).

Para el presidente de la República, Efraín Cepeda representa al típico politicastro colombiano, esto es, a aquel político mañoso, rastrero, malintencionado, inhábil y que apunta de hechos obscuros desea conseguir sus objetivos. Los fines turbios que le endilga Petro tienen que ver con su participación en un eventual “golpe parlamentario”, que sería una etapa más del llamado “golpe de Estado blando” que de manera temprana advirtió el jefe del Estado que le querían dar.

De manera directa Petro le dijo al más representativo godo que defiende la tradición y los intereses de los agentes más poderosos del establecimiento colombiano que frena el debate democrático. “Espero no termines tu vida parlamentaria como rémora de la historia. Si quieres ser presidente, no lo busques a través del golpe de estado: te odiaría el pueblo colombiano”.

La reacción de Cepeda se dio en estos términos: “jamás he empuñado un arma…”. En su respuesta, el ladino congresista no pudo dejar de enrostrarle al presidente su pasado subversivo, asumido por una parte importante de la sociedad como un acto imperdonable e injustificable a pesar de todos los procesos de paz, la dejación de armas, las peticiones de perdón y la reincorporación a la vida social, económica y política del país tal y como sucedió con el M-19, grupo armado ilegal en el que militó Gustavo Petro.

A pesar de su origen conservador,  Efraín Cepeda parece olvidar que fue el propio presidente Belisario Betancur Cuartas quien reconoció que había “unas causas objetivas” que en su momento legitimaron el levantamiento armado de las guerrillas en los años 60 y 70. La Comisión de la Verdad interpretó así la apuesta por la paz de Betancur Cuartas: “para él, las causas del conflicto armado se centraban en la pobreza y la desigualdad social y política, tal como lo había señalado desde finales de los años cincuenta la Comisión Investigadora de las Causas de la Violencia. Su gobierno se proponía ampliar la democracia y pagar la deuda social”.

Así como se asume que todo lo que diga Petro no se puede separar de su investidura y de lo que representa la figura presidencial dentro de un régimen presidencialista como el colombiano, lo dicho por Efraín Cepeda no se puede separar de su condición de presidente del Senado. Así las cosas, el máximo vocero del legislativo colombiano, en donde se legitimó el acuerdo de paz firmado en La Habana, sigue atado a la valoración inmoral a la que están atados millones de colombianos contra aquellos que en el pasado optaron por tomarse el poder a tiros. Esa apreciación de Cepeda hace pensar en que, de mantenerse esa línea moralizante, esa corporación no estaría dispuesta a tramitar normas conducentes a facilitar venideros procesos de paz. Y lo peor de todo es que esa tasación inmoral que hace Cepeda se extiende a todas las formas de arrepentimiento y peticiones de perdón e incluso a todas las actuaciones y decisiones que hayan tomado los exguerrilleros una vez reincorporados a la vida política, social y económica del país.

El hecho de “no haber empuñado un arma” le sirve a Cepeda para ocultar las causas objetivas que reconoció Betancur y para desestimar que justamente la responsabilidad política de los levantamientos armados en Colombia recae en políticos como él que se acostumbraron a legislar a favor de una élite mezquina a cuyos miembros jamás les interesó consolidar una democracia social, política y económicamente moderna y mucho menos, una República.

La inmoralidad de los grupos armados ilegales que se levantaron contra el Estado debería de asumirse como fenecida a partir del momento en el que se entregan las armas y se aceptan las reglas de la democracia. Por el contrario, y de acuerdo con lo dicho por Cepeda, insistir en que la impudicia de los guerrilleros del M-19 es insuperable, confirma que los tratados de paz terminan siendo insulsos documentos para congresistas y otros cientos de miles de colombianos que jamás estuvieron dispuestos a perdonar. “No haber empuñado un arma” es un acto de habla que exhibe rabia, incomprensión de la historia, pero sobre todo la nula empatía hacia los millones de colombianos víctimas de la República oligárquica que defiende Efraín Cepeda. Parece ser que la única violencia que acepta Cepeda es la política y económica que viene ejerciendo el establecimiento colombiano contra millones de colombianos. 



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lunes, 16 de diciembre de 2024

CRISPACIÓN IDEOLÓGICA, INTELECTUALES Y PROSPECTIVA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

A menos de dos años de terminar su mandato, el presidente Petro se atrinchera más en la Casa de Nariño para desafiar a la clase política que optó por hacer oposición de la peor manera: sin discutir las propuestas y aportando a la consolidación de un peligroso clima de odios ideológicos cuyo origen se remonta al pírrico triunfo del No en el plebiscito por la paz.

Ya no hay tiempo para hacer acuerdos y mucho menos hay voluntad en las partes para pactar unos mínimos de convivencia política entre el Ejecutivo y el Legislativo, convertido este último, por cuenta de la obtusa y férrea oposición, en un enemigo de las reformas que el país necesita. A ese mal ambiente se suman las decisiones de altas cortes como el Consejo de Estado y la propia Corte Constitucional cuyos fallos claramente devienen politizados y exhiben una toma de partido que evita que haya un diálogo armónico entre los tres poderes públicos.

Con la frase “maldito el parlamentario que a través de las leyes destruye la prosperidad de su propia tierra, de su propio pueblo”, Gustavo Petro expuso a los congresistas opositores ante sus seguidores a la espera de que en el 2026 sea posible renovarlo. Justamente, esa es una de las tantas quimeras que arrastramos como sociedad: renovar el Congreso. Remozar esa corporación, junto a lograr la paz en el país y acabar con la prostitución en el mundo son sueños tan inveterados que se van tornando en unas verdaderas utopías.

Por más que la izquierda y el progresismo hagan pedagogía electoral con el pueblo que sus voceros y principales figuras creen que los sigue, la clase empresarial y los banqueros seguirán poniendo en el Congreso a sus fichas para evitar que se legisle en contra de sus intereses, muchos de ellos pérfidos y contrarios al objetivo de profundizar la democracia en los términos planteados por Chantal Mouffe. Realmente, no son congresistas los que ponen en esas curules. Son lobistas con fuero.

Una vez termine este gobierno  vendrán las desafiantes campañas políticas con las que nuevamente el marketing político hará de las suyas para que todos los candidatos presidenciales, en particular los de la derecha y el medroso “centro” se dediquen a vender humo, evitando así exponer con franqueza que hay asuntos de fondo que como país debemos discutir para ver si algún día logramos dejar atrás las taras civilizatorias que nos identifican como una sociedad premoderna, clasista, racista y con tendencias fascistas; y lo que es peor, con unas élites rentistas a las que solo les interesa concentrar más y más riqueza y poder y por esa vía entorpecer los ya débiles procesos civilizatorios de los que hacemos parte.

Lo peor de todo es que los llamados intelectuales no aparecen para llamar la atención del peligroso ambiente sociopolítico y electoral que venimos naturalizando por cuenta de un ejercicio periodístico ideologizado, impulsivo, mentiroso y mediocre que terminó develando la verdadera naturaleza política de las empresas mediáticas. Los más reconocidos escritores, pensadores, académicos, investigadores, científicos y filósofos, entre otros, parecen estar en “modo avión” para no atender llamados y mucho menos para intentar explicaciones y exponer posibles salidas a tanta animadversión y violencia discursiva expuestas en redes sociales, en las relaciones entre los tres poderes públicos y en las propias emisiones de los noticieros.

El presidente Petro debería de convocar a la Comisión de Sabios para que sus miembros le hablen al país. O quizás haga falta un ejercicio de prospectiva como el que Destino Colombia planteó con sus 4 escenarios posibles de los cuales por lo menos se cumplió aquel que llamaron “Todos a marchar”, cuyos efectos de la anhelada “mano firme” aún estamos lamentando.




cuatro escenarios para Colombia Destino colombia - Búsqueda Imágenes

domingo, 15 de diciembre de 2024

JAIME ANDRÉS BELTRÁN: EL “TIGRE” QUE NECESITA URIBE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Jaime Andrés Beltrán podría ayudarle al expresidente Uribe a resolver el dilema electoral que enfrentará cuando deba tomar la decisión de quién llevará la bandera del Centro Democrático en el 2026: si Vicky Dávila, Claudia López o María Fernanda Cabal.

Por cuenta de la anulación de la elección como alcalde de Bucaramanga, Beltrán lanzó una llamativa “amenaza” contra los jueces del Tribunal Administrativo de Santander que anularon su elección como alcalde de la ciudad de los parques: “Si querían tumbar a un alcalde, les nace un presidente de la República”, espetó el político que admira a Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Su emotiva y tempranera pretensión de llegar a la presidencia puede ser asumida por la derecha como una oportunidad única para superar la disyuntiva en las que están metidos los Machos de ese espectro ideológico por las molestias que les generan las aspiraciones presidenciales de Dávila de Gnecco, López Hernández y Cabal de Lafourie. Uribe y otros machitos de la derecha no se sienten seguros y mucho menos cómodos al tener que entregarle la responsabilidad de dirigir los destinos del país a una mujer.

Beltrán tiene todo para ser el ungido de Uribe: cree en Dios y asegura que por la voluntad de este llegó a la alcaldía de Bucaramanga; es cristiano y le encanta todo lo que tenga que ver con brindar seguridad. Habla duro y explosivo como le gusta al gran hacendado. Esto dijo el “Bukele” santandereano en reacción a la decisión que deberá revisar el Consejo de Estado: “A mí me pusieron aquí más de 90.000 personas. A mí no me eligió Petro ni la izquierda ni los politiqueros. Me eligió el pueblo y me puso Dios, quien es el que pone y quita reyes. Por lo tanto, vamos a estar aquí hasta que Dios lo determine. Si querían tumbar a un alcalde, les nace un presidente de la República (...). La manera como han venido difamando a mi familia, a mi fe, a mi casa no tiene precedentes. Nunca había visto a la clase politiquera y a la izquierda junta para tumbar a un gobierno”.

Algunos analistas asumen lo expresado por Beltrán como una manera de distraer la atención por el sentido del fallo proferido por el Tribunal Administrativo de Santander. Quizás el anulado alcalde de Bucaramanga sea el “tigre” que Uribe esté necesitando para salir del encarte en el que está por cuenta de las aspiraciones de las tres “tigresas” que lo idolatran, pero que para él no son garantía para que el país vuelva a los tiempos de la “mano dura y el corazón grande”, esto es, el regreso a la Seguridad Democrática, la misma que dejó 6402 falsos positivos, millones de desplazados y la operación del Ejército nacional como una fuerza al servicio de intereses privados.

Ya veremos si en El Ubérrimo le copian a Beltrán la “pataleta electoral”. El expresidente y expresidiario ya tiene entre sus zarpas la camiseta del Atlético Bucaramanga que le regaló el propio alcalde de Bucaramanga. No creo que le disguste tener entre su espolón a quien podría ser en el 2026 el “Bukele” colombiano.



Imagen tomada de Expresidente Uribe suma una nueva camiseta de fútbol, la del Atlético Bucaramanga - Infobae

sábado, 14 de diciembre de 2024

DANIEL MENDOZA: EL EMBAJADOR QUE TUMBÓ LA DOBLE MORAL

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El fallido nombramiento como embajador en Tailandia del creador de la exitosa y premiada serie Matarife, Daniel Mendoza Leal deja varios asuntos claros que bien vale la pena revisar:

1.       1. Colombia sigue y seguirá por largo tiempo siendo una sociedad simuladora, farisea, melindrosa, hipócrita, rezandera, camandulera, puritana, devota y timorata. Así las cosas, la doble moral seguirá aplicándose especialmente a quienes hayan cometido el grave error de criticar o develar las andanzas criminales de uno o de varios de los agentes del establecimiento colombiano.

2.       2. Aquellos que, habiendo disfrutado de las “buenas maneras” de la élite tradicional en clubes, de un momento a otro hayan decidido romper el pacto de silencio firmado sobre finas mesas de nogal, serán perseguidos por la PMM (Policía Moral y Mediática).

3.       3. Atada a esa doble moral están elementos de clase que hacen posible que las relaciones con menores de edad, consumo de drogas o prácticas homosexuales que sostengan algunos de sus más connotados miembros siempre serán asumidos como “deslices recreativos”, pero jamás como crímenes. Queda más que claro que son muy pocos los que se pueden dar esos gusticos: curas, políticos, empresarios y rectores de prestigiosas universidades.

4.       4. Quien haga las veces de presidente de la República está obligado a cogobernar con los agentes cercanos al establecimiento. Cualquier decisión contraria será atacada con furia por los agentes mediáticos, sociales y políticos dispuestos en la arena pública para defender la tradición. Por lo tanto, las embajadas y consulados deben seguir entregándose exclusivamente a amigos del establecimiento sin que importe que sobre los designados embajadores o cónsules sobrevengan investigaciones por crímenes y tráfico de cocaína. Ante todo, la defensa de los altos intereses de la Patria.

5.      5.  Las condiciones que impone vivir bajo el embrujo macondiano hacen plausible confundir la realidad con la ficción. Los párrafos obscenos que aparecen en la novela de Mendoza Leal no son aptos para los castos oídos de las feministas y oscurantistas respetuosas del establecimiento colombiano. Las finas y reputadas revistas con mujeres desnudas, así como la publicidad sexista sirven para exaltar la belleza del cuerpo de la mujer, incluidas por supuesto la simpática letra de la canción “mamacitas desde los 14”. Jamás pueden entenderse como formas de instrumentalización de la mujer y mucho menos consideradas como sexualmente apologéticas.

 

Adenda: se aplaude la decisión de Daniel Mendoza Leal de declinar el nombramiento como embajador en Tailandia, a pesar del visto bueno del gobierno de ese país. Las discrepancias al interior de los progresistas alrededor de la designación de Mendoza como diplomático deben permanecer en el tiempo porque es una de las tantas formas de diferenciarse de la derecha, de la tradición y de la doble moral establecida.




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viernes, 13 de diciembre de 2024

PETRO, SIMÓN BOLÍVAR Y LOS MALDITOS CONGRESISTAS

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La férrea, absurda, indolente, irresponsable, infantil y mezquina oposición política que la derecha le viene haciendo en el Congreso a las iniciativas legislativas presentadas por el gobierno de Petro están radicalizando de tal forma al presidente de la República que en sus trinos después de hundido el proyecto de la ley de financiamiento, parece estarse acercando al espíritu libertador de Simón Bolívar.

Con la sentencia “maldito el parlamentario que a través de las leyes destruye la prosperidad de su propia tierra, de su propio pueblo”, Gustavo Petro dejó ver su rabia por lo acontecido en el legislativo. La historia recogerá la señalada locución para explicar que en el siglo XXI hubo un presidente que quiso “liberar al país del yugo de la derecha neoliberal que privatizó el Estado” por más de 30 años, sometiendo al pueblo a vivir en medio de la pobreza y la desigualdad, la informalidad laboral y a los designios de unos pocos que siempre gozaron de beneficios sociales, políticos y económicos propios de una democracia tan imperfecta, como procedimental como la colombiana. La llamativa y fuerte expresión presidencial hizo recordar la célebre frase atribuida a Simón Bolívar: “maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo".

Aunque las dos frases hacen parte de contextos bastante disímiles, comparten el sentido emancipador, libertario, disruptivo y subversivo con el que Petro quiere ser recordado. Aunque deje avances en materia de entrega de tierras, la gran reforma agraria no la logrará porque los grandes terratenientes seguirán apostándole a la producción de “comida para los carros” (bioetanol), a la ganadería extensiva, así como al crecimiento urbanístico insostenible que ya tiene hoy a la capital del país padeciendo racionamiento de agua.

Al ser la prensa hegemónica el notario de la historia, los titulares que recogieron la expresión presidencial ayudarán a los historiadores y a los analistas políticos a explicar lo que sucedió un día de diciembre de 2024. El Universal tituló Petro trató de “malditos” a congresistas que hundieron reforma tributaria. Entre tanto, Blu radio, La FM y W radio, todos medios que le hacen oposición política al gobierno, titularon de manera parecida.

Ante semejante coyuntura y al reconocer que a pesar de ser gobierno no tienen el poder, a Petro le quedan dos caminos: el primero, radicalizarse aún más y gobernar por decreto y el segundo, posicionar la narrativa que señala que por culpa de unos “malditos congresistas” su obra de gobierno no se pudo ejecutar. Lo más probable es que extienda la descalificación a la oligarquía que patrocina a los congresistas para que legislen a favor de los intereses de sus poderosos miembros.

Al tratar a los congresistas de “malditos”, el jefe del Estado rompe cualquier posibilidad que desde el ministerio del Interior se intenten acciones conducentes a recomponer las maltrechas relaciones entre los dos poderes públicos. Al llamarlos de esa manera, Petro busca “echarle encima al pueblo” que él cree que lo sigue y que está dispuesto a movilizarse para defender el proyecto político que la derecha congresional está decidida a frenar con el único objetivo que los mueve: evitar a toda costa que al gobierno y al país le vayan bien porque ello le allanaría el camino al petrismo para volver a triunfar en las urnas en el 2026.

El malestar social que puede estarse incubando por cuenta de las confrontaciones políticas alimentadas desde el Congreso y desde la propia Casa de Nariño y el visible odio visceral que se respira en las redes sociales pondrán a prueba tanto a ese pueblo, como a la misma derecha cuando en algún momento se presente un nuevo estallido social. 




Petro se descompuso, llamó ´malditos´ a los parlamentarios - HOY DIARIO DEL MAGDALENA


jueves, 12 de diciembre de 2024

DANIEL MENDOZA: UN LEAL EMBAJADOR EN TAILANDIA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Todos los presidentes electos en Colombia y quizás los de todos los países del mundo están obligados a pagar con puestos y contratos los apoyos económicos y políticos recibidos durante las campañas. Esos últimos están asociados a políticos profesionales y a partidos, pero también a las diversas formas de activismo en las redes sociales.

Si se acepta esa realidad cultural, el presidente Petro no podría ser la excepción. Y por supuesto que no lo es. Una de las maneras de devolver los favores recibidos durante la campaña electoral de 2022 es nombrar embajadores o cónsules a quienes se destacaron en la promoción y defensa del proyecto político que encarna Gustavo Petro. No hay duda alguna de que se trata de una burla a quienes se han preparado a través del estudio de la diplomacia y las relaciones internacionales en espera de llegar a ocupar esos cargos diplomáticos. Pero así es la política. Es bajo esas circunstancias que se debe entender el nombramiento de Daniel Mendoza Leal como embajador en Tailandia.

La polémica desatada en redes sociales en torno al nombramiento del abogado, criminalista, activista  y creador de la exitosa serie El Matarife está fundada en señalamientos morales propios de una sociedad mojigata como la colombiana que pidió a gritos que el asesino y violador de niños Luis Alfredo Garavito fuera ahorcado o pagara cadena perpetua por los crímenes que cometió, pero que ha sabido guardar silencio y dejado ver apoyos diplomáticos, sociales y políticos frente a curas católicos pederastas y pedófilos que usaron su investidura para violar y manosear monaguillos y estudiantes. Desde el propio Vaticano se exhiben silenciosos actos con los que se legitima la pederastia y la pedofilia.

Es la misma sociedad que ha preferido guardar silencio frente a los casos de miembros de familias oligárquicas que comparten los mismos deseos por los menores de edad. Esos casos no saldrán jamás a la luz pública, pero circulan socialmente; y también frente a las prácticas homosexuales de políticos que en público rechazan con inusitada vehemencia el matrimonio igualitario y aborrecen los desfiles del orgullo gay, a sabiendas de que dentro de sus núcleos familiares hijos, tíos y padres continúan dentro de los closets en donde guardan sus verdaderas identidades y gustos sexuales. Una doble moral que confirma que somos una sociedad simuladora, farisea, melindrosa, rezandera, camandulera, puritana y timorata.

Volvamos al caso Mendoza Leal. Que se sepa, el realizador de la serie Matarife no tiene cargos o condenas por haber violado mujeres o menores de edad. Circulan sí, apartes de una novela que escribió en la que sus personajes hablan de manera “desvergonzada”. Mendoza Leal se ganó esa embajada por su activismo y defensa de las ideas progresistas y porque se cree que con la serie Matarife, que expuso la atormentada y cuestionada vida privada y pública de Álvaro Uribe Vélez, logró impactar en cientos de miles de jóvenes que alguna vez simpatizaron con las ideas del hacendado y caballista. Recordemos que la serie se publicó en plena pandemia y que sus innegables impactos sociales y políticos llevaron al propio expresidente Uribe a solicitarle a los jueces que protegieran su “buen nombre”, mancillado según sus propios abogados por lo señalado en la premiada producción audiovisual. Esa partida legal se la ganó el hoy flamante embajador en Tailandia.

Cuando el entonces presidente Álvaro Uribe nombró en la embajada de Chile a Salvador Arana Sus, los mismos sectores sociales que hoy están aterrados por el nombramiento de Mendoza en la embajada de Tailandia, muy seguramente guardaron silencio a pesar de que al momento de llegar al país austral ya pesaban sobre él señalamientos por graves crímenes. “Arana Sus fue gobernador de Sucre entre los años 2001 y 2003 y fue embajador de Colombia en Chile entre 2002 y 2004. Fue procesado por la Corte Suprema de Justicia por la desaparición forzada y homicidio de Eudaldo León Díaz, alcalde de El Roble, Sucre. También se le imputó el delito de concierto para delinquir agravado por colaborar con el Bloque Montes de María de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y peculado por apropiación y falsedad ideológica por desviar fondos de las regalías del departamento de Sucre a grupos armados al margen de la ley “.

El nombramiento de Mendoza Leal sirve para darnos cuenta de la doble moral y de la aplicación selectiva que como sociedad solemos hacer de los valores y principios que acompañan a un colectivo premoderno, católico, rezandero, conservador, godo y muy dado a hacer plausibles disímiles delitos dependiendo de quién y en qué condiciones se cometen. Es preferible poner de embajador a un deslenguado por Daniel Mendoza y no a un político que el día de mañana sea noticia porque en su finca encontraron un laboratorio para el procesamiento de cocaína. ¿Recuerdan el caso del embajador en el Uruguay, un tal Fernando Sanclemente?; u otro encontrado responsable de execrables crímenes, como el señor Arana Sus. 

Adenda: en los orígenes de la palabra Tailandia aparece la raíz Thai que significa libre o libertad. Y Bangkok, su capital, significa <<aldea de la ciruela silvestre>>. Así como Uribe tuvo la libertad y la desfachatez de regalarle una embajada a Salvador Arana, el presidente Petro tiene la misma libertad y quizás la intención de provocar a la caverna colombiana, haciendo lo propio con Mendoza Leal. Quizás Petro valore en demasía, aún por encima de lo que digan las feministas y los demás sectores societales, la valentía de Daniel Mendoza de haber enfrentado al poderoso y temido Álvaro Uribe Vélez. Queda claro que Petro y Mendoza asumen al expresidente y expresidiario antioqueño como un “enemigo político” en común y el gusto por incomodarlo.



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