Por Germán Ayala Osorio
El premio Nobel de Paz a María Corina
Machado
será recordado por las polémicas y duras críticas que generó ese reconocimiento.
Para terminar de ensuciar, manchar y de hacerle perder el brillo al Premio
Nobel de Paz el “Consejo de la Paz noruego anunció que no organizará
la tradicional procesión con antorchas por el centro de Oslo, para la
entrega del premio a Machado por su desacuerdo con dicha elección”. Sin
duda alguna, una bofetada a quienes creyeron merecido otorgarle semejante
reconocimiento internacional a la venezolana María Corina Machado,
ícono y líder de la oposición venezolana que a toda costa viene buscando la caída
del presidente Nicolás Maduro Moros.
Varios medios de información
colombianos y latinoamericanos registraron apartes del comunicado de prensa
publicado por Eline H. Lorentzen, presidenta del Consejo de la Paz noruego: “Es
una decisión difícil pero necesaria. Tenemos un gran respeto por
el Comité Nobel y por el premio de la paz como institución, pero como
organización debemos ser fieles a nuestros principios y el amplio movimiento
por la paz que representamos. Esperamos celebrar el premio de nuevo en los próximos
años. En declaraciones al diario VG, Lorentzen añadió que «algunos de sus
métodos no están en consonancia con nuestros principios y valores o los de
nuestras organizaciones miembros, como son el impulso del diálogo y de los
métodos no violentos”.
La cancelación de la tradicional
y simbólica procesión de las antorchas le da la razón a quienes desde varias
instancias de la opinión pública internacional cuestionaron o se vieron
sorprendidos por la decisión adoptada por los miembros de Comité Noruego del
Nobel.
Qué sentido tiene recibir el
Premio Nobel de Paz en medio de polémicas ideológicas y políticas y la
cancelación del precioso evento. La Cancillería colombiana registró la marcha
de las antorchas cuando el presidente Juan Manuel Santos recibió el Nobel de
Paz en el 2016: “Cientos de personas, entre los que se encontraban
ciudadanos colombianos, se unieron este 10 de diciembre a la marcha de las
antorchas en Oslo para felicitar y rendir homenaje al Presidente Juan Manuel
Santos, ganador del Premio Nobel de Paz 2016. La marcha inició en la estación
central de Oslo y terminó en el Grand Hotel, donde se hospeda el mandatario
colombiano”.
El premio Nobel de Paz (2025) a
María Corina Machado produjo reacciones encontradas entre quienes reconocen a
la líder opositora como una luchadora por la democracia venezolana y aquellos
que la asumen como una cipaya que sin importarle las consecuencias sociales y
políticas viene apostándole a que los Estados Unidos intervenga militarmente en
Venezuela para sacar de Miraflores al ilegítimo presidente Nicolás Maduro Moros,
El también premio Nobel de Paz
(1980), Adolfo Pérez
Esquivel dirigió una misiva a la recién galardonada en la que cuestiona su
actitud cipaya frente a los Estados Unidos. Pérez Esquivel le recordó en la
carta que ese país no tiene amigos, sino intereses.
María Corina Machado debería de negarse a recibir el premio Nobel de Paz. Sin duda alguna, la cancelación de la procesión de las antorchas le acabó de restar legitimidad a un galardón que, aunque tiene un carácter político, en esta ocasión los miembros del Comité Noruego del Nobel terminaron alineándose con la política exterior de los Estados Unidos, usando a la cipaya líder de la oposición venezolana para legitimar las presiones económicas, militares y políticas en contra del nefasto régimen de Maduro.
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