Por Germán Ayala Osorio
A las fuertes y consistentes críticas
al Comité que entrega el Nobel de Paz por haber distinguido a María Corina Machado
Parisca se suma la carta que el Nobel de Paz (1980), Adolfo Pérez Esquivel le
envió a la recién galardonada. Sin duda, una misiva que cuestiona
indirectamente al Comité Noruego del Nobel por una decisión política que
termina alineándose con la política internacional de los Estados Unidos, validando el genocidio en Gaza y la presión militar que ejerce Trump contra el
régimen venezolano.
La comunicación de Pérez Esquivel
es diametralmente distinta a las reacciones de Juan Manuel Santos Calderón
(premio Nobel, 2016). Mientras que al primero lo tomó por sorpresa la elección
de la opositora venezolana, el expresidente colombiano elogió tanto la decisión
del Comité del Nobel como a Machado
Parisca.
Santos
le dijo a la prensa que “el comité del Nobel acertó al escoger
a María Corina. Ella ha sido una persona realmente valiente, perseverante en su
lucha por cobrar la libertad y la democracia en Venezuela. Este premio es
un reconocimiento del mundo entero a su esfuerzo. Esto la va a
entusiasmar aún más para seguir en esa causa tan linda de devolverle la paz y
la democracia a su país. Su lucha no solo beneficiará a Venezuela, sino a toda
la región”.
Por su parte, Pérez Esquivel dice
en su epístola a Machado que le “sorprendió la designación como Premio Nobel
de la Paz que te otorgó el Comité Nobel”. Un sentimiento de sorpresa que termina
dándole la razón a los cientos de miles de ciudadanos de esta parte del hemisferio
que consideran que se trató de un desatino haberle otorgado semejante
reconocimiento a quien dice defender la democracia y los derechos
humanos en Venezuela a partir de las peligrosas e inconvenientes exhortaciones a los Estados Unidos a
que invada al vecino país y capture a Maduro Moros como lo hizo en el pasado la misma
potencia con el presidente Noriega de Panamá, país que invadió en 1989; se suma
a este exabrupto de Machado Parisca su irrestricto apoyo a Israel a pesar de
las prácticas genocidas adelantadas en
Gaza en contra del pueblo palestino.
La reacción de Santos está en
consonancia con los intereses de la derecha internacional y los propios del
Nobel colombiano que bien se pueden calificar como pronorteamericanos. Frente a
las prácticas genocidas perpetradas en Gaza por Israel, Santos ha sido cuidadoso
porque no le conviene “enemistarse” con el presidente Trump.
En la misma misiva de Pérez
Esquivel se lee lo siguiente: “El Gobierno venezolano es una democracia
con sus luces y sombras. Hugo Chávez marcó el camino de libertad y
soberanía del pueblo y luchó por la unidad continental, fue un despertar de la
Patria Grande. Estados Unidos lo atacó permanentemente: no puede permitir
que ningún país del continente salga de su órbita y la dependencia colonial;
continúa sosteniendo que América Latina es su “patrio trasero”. El boqueo a
Cuba por los Estados Unidos durante más de 60 años es un ataque a la libertad y
derecho de los pueblos. La resistencia del pueblo cubano es un ejemplo de
dignidad y fortaleza. Me sorprende cómo te aferras a los Estados Unidos:
debes saber que no tiene aliados, ni amigos, sólo tiene intereses. Las
dictaduras impuestas en América Latina fueron instrumentadas por sus intereses
de dominación y destruyeron la vida y la organización social, cultural y
política de los pueblos que luchan por su libertad y autodeterminación. Los
pueblos resistimos y luchamos por el derecho a ser libres y soberanos y no
colonia de los Estados Unidos”.
Esa breve alusión al pasado que
le hace el Nobel argentino a María Corina Machado no obedece necesariamente a
una postura hostil contra el país del Norte, sino una lectura reposada, digna y
necesaria de una realidad histórica que viene comprometiendo las soberanías populares
y estatales de todas las naciones de América Latina sometidas a las reglas de
juego de los Estados Unidos. Por supuesto que el talante de Pérez Esquivel es
diametralmente distinto al del Nobel colombiano que funge como una ficha del
viejo establecimiento colombiano y, por ende, es un instrumento ideológico de USA interesado en continuar metiéndose en los asuntos internos de Colombia y Venezuela.
Imagen tomada de X. Fuerte acusación del Premio Nobel argentino, Adolfo Pérez Esquivel, a María Corina Machado tras ser galardonada - Minuto Neuquen
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