martes, 4 de febrero de 2025

LO QUE SIGUE DESPUÉS DE LA CATARSIS MINISTERIAL

 

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Después de la peculiar y diciente catarsis en la que terminó la transmisión en vivo del consejo de ministros, la red social X recogió los rifirrafes entre varios ministros, provocados en gran medida por la presencia y el poder que concentran Armando Benedetti y Laura Sarabia, figuras cercanas e indispensables para el presidente Petro.

Como se esperaba, parecieron las burlas de los voceros de la Oposición y las lecturas “positivas” de algunos amigos del gobierno que interpretan que el ejercicio  público de la rendición de cuentas constituye un acto de transparencia y respeto del gobierno hacia  del pueblo que lo eligió; también hay otros que sostienen que a pesar de los enfrentamientos y el mal ambiente laboral y político que generan Benedetti y Laura Sarabia, en el mediano plazo el presidente Petro saldrá favorecido a pesar del vergonzoso enfrentamiento entre los ministros.

Trataré en esta columna de descifrar los elementos que podrían hacer parte de aquellas lecturas positivas que hacen del grotesco espectáculo que las audiencias vieron en vivo desde la Casa de Nariño.

Un primer elemento podría ser el fortalecimiento de la imagen de Petro como un líder político que gobierna a pesar de las intrigas, deslealtades y los problemas propios de la condición humana al momento de trabajar en equipo con el objetivo de sacar adelante el plan de gobierno. En ese sentido, la figura de Petro saldría fortalecida por ser el primer presidente que decide mostrarle al pueblo que actúan de cara al país con transparencia y que los incumplimientos de los compromisos adquiridos se deben a factores humanos externos a su capacidad e interés de gobernar en beneficio del pueblo que lo eligió.

Un segundo elemento que haría parte de esa lectura tiene que ver con la intención del jefe del Estado de desligar los errores, desaciertos y la falta de ejecución y cumplimiento de sus subalternos, de su capacidad para liderar un equipo humano atravesado por actitudes egocéntricas e intrigas atadas a prácticas machistas, intereses personales y a la irrupción del feminismo como un nuevo factor de relacionamiento político.  

Si la decisión presidencial de transmitir en vivo el consejo de ministros responde a un cálculo político del presidente y quizás de sus asesores en comunicación, lo cierto es que, por ahora y por varios días los memes, los comentarios mordaces y las críticas derivadas del espectáculo que protagonizaron los ministros Muhamad, Márquez Mina y Bolívar que expresaron las molestias que les generan las figuras de Benedetti y Sarabia proyectarán una imagen negativa del gabinete.

En caso de sobrevenir una crisis ministerial generada por las “reclamadas” renuncias de Benedetti o de Laura Sarabia, la figura presidencial saldría fortalecida porque ya hay consolidados unos imaginarios colectivos que dicen que Petro “está secuestrado” por esas dos figuras políticas que arrastran sendos escándalos que han afectado negativamente la imagen del gobierno del cambio.

Los youtubers, defensores del gobierno y las llamadas bodegas del petrismo enfrentan el reto de contrarrestar las lecturas y los efectos negativos que por ahora deja la catarsis ministerial.



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CATARSIS EN "ALOCUCIÓN" DE CONSEJO DE MINISTROS

 

Por Germán Ayala Osorio

Hacer público por primera vez un Consejo de Ministros terminó convertido en una especie de catarsis política que dejó ver los problemas internos que generan Armando Benedetti y Laura Sarabia expresados por las ministras Francia Márquez y María Susana Muhamad. El feminismo emergió como argumento de las dos ministras para rechazar la presencia de Benedetti, señalado de ejercer violencia contra su esposa. 

El momento álgido inició con la intervención de la vicepresidenta Francia Márquez Mina, responsable del ministerio de la Igualdad. Márquez Mina expuso las molestias que le generan la presencia y el trabajo de Laura Sarabia y Armando Benedetti, asunto que deja ver, de cara al país, una incontrastable fractura política. Posterior a la intervención de Márquez Mina vino la de la ministra del medio ambiente, Susana Muhamad, quien, con lágrimas habló de la existencia de “agendas paralelas y entrampamientos” dentro del gobierno por parte de funcionarios públicos  que no están comprometidos con sacar adelante el proyecto de gobierno. “Como feminista, no puedo compartir este espacio con Benedetti”, dijo la jefa de la cartera ambiental, dejando en manos del presidente una decisión ante el evidente disgusto que produce el cuestionado político.

Después de escuchar las quejas de sus dos ministras, Petro terminó defendiendo a su amigo del alma, Armando Benedetti, de quien dijo que tenía mucho del pensamiento de Jaime Bateman. Y habló de la segunda oportunidad como factor humano, no sin antes advertir de los riesgos que él ve en la aplicación de un feminismo “enemigo de los hombres”. 

Hacer públicos los Consejos de Ministros como lo decidió el presidente de la República hace parte de su idea maximalista de la democracia y de la relación aplicada de ese concepto con los intereses del pueblo, otra categoría históricamente usada para legitimar todo tipo de decisiones políticas. Estamos ante un ejercicio de transparencia que conlleva riesgos políticos y mediáticos por la existencia de una oposición que usa los medios masivos hegemónicos para cubrir de manera tendenciosa la puesta en marcha del plan de gobierno. Y atado a ese trabajo articulado de varias empresas mediáticas cuyo objetivo es deslegitimar a la actual administración aparece la capacidad de entender del pueblo y el interés de este para escuchar la perorata presidencial y las respuestas de cada ministro. Se suma a lo anterior las circunstancias institucionales que asociadas a la burocracia oficial y en particular a la existencia de funcionarios uribistas, incluso petristas y de otros sectores políticos que serían responsables de las llamadas “agendas paralelas y las acciones de entrampamiento” de las que habló Muhamad.

Petro justificó la medida diciendo que “la democracia es que el pueblo pueda vigilar, participar y decidir. En su mayoría, todo acto administrativo debe ser público y transparente. Prefiero que el pueblo se dé cuenta de qué hacemos nosotros, porque acá no tenemos nada que ocultar”.

En su particular “alocución”, el presidente Petro les “jaló las orejas” a sus ministros por el incumplimiento del 75% de los 166 compromisos gubernamentales con el pueblo. Cartera por cartera, Petro, en medio de referencias a hechos de la historia política y universal, vainazos reiterados a la oligarquía local, así como a los hechos de la actual compleja coyuntura por la atraviesa las relaciones políticas y diplomáticas con los Estados Unidos, el jefe del Estado fue llamando la atención de sus subalternos y dejándoles tareas puntuales. Justamente, ese bajo nivel de cumplimiento de lo pactado con las comunidades del 15% lo sabrá aprovechar la oposición para insistir en la narrativa que señala que el gobierno “no ejecuta y no cumple” y que el país “va hacia el abismo”.

Ya veremos cómo aprovechan la Oposición política y mediática semejante catarsis para seguir atacando al gobierno Petro y por esa vía consolidar la narrativa de que el país va mal. ¿Se equivocó Petro al permitir hacer público el consejo de ministro? Por supuesto que sí.  Le dejó servido a sus enemigos y a la prensa un enorme material para especular y sacar conclusiones. Los memes darán cuenta del desacierto que fue haber expuesto, como si se tratara de un sórdido episodio de la Casa de los Famosos, los problemas internos y el mal ambiente laboral que generan Benedetti y Sarabia. 




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lunes, 3 de febrero de 2025

DAVID LUNA Y VICKY DÁVILA QUIEREN “SALVAR A COLOMBIA”

 

Por Germán Ayala Osorio

Con las candidaturas presidenciales confirmadas de David Luna y Vicky Dávila de Gnecco aparecen narrativas que se suman a las ya lanzadas por voceros de la derecha como los carcamales expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe y la congresista María Fernanda Cabal. Esos tres agentes del establecimiento colombiano ya gritaron a voz en cuello que se proponen “recuperar y a salvar a Colombia”. Una frase efectista y populista con la que quieren ocultar lo que hicieron durante 30 años César Gaviria y el propio Álvaro Uribe: concentrar la riqueza y la tierra en pocas manos, socializar la pobreza, empobrecer y eliminar física y simbólicamente al campesinado y consolidar un modelo de desarrollo económico insostenible.

David Luna, de las entrañas de Cambio Radical y alfil del afable exvicepresidente Germán Vargas Lleras ya lanzó su propia consigna: “el país hay que reconstruirlo moral, física y económicamente”. Con evidentes diferencias semánticas, el manzanillo David Luna se presenta ante los colombianos como un líder moral capaz de “salvar al país” de la debacle moral en la que cayó la nación, según él, por culpa de Petro.

Entre tanto, la periodista uribista Vicky Dávila de Gnecco, con un discurso lleno de lugares comunes se presenta como la anti-política, anticorrupción y como salvadora del país porque Colombia va hacia el abismo, hacia el caos.

Luna y Dávila de Gnecco se caracterizan por tener discursos básicos. A pesar de haber obtenido títulos universitarios al hablar se les nota a leguas una incontrastable debilidad conceptual. Eso sí, hábil y sinuosamente intentan ocultar sus vacíos conceptuales apelando a una narrativa moralizante que insiste en dividir el país entre “buenos y malos”. Y los buenos son ellos y quienes se les acercarán al momento de conformar las alianzas que de todas maneras tendrán que hacer así insistan en presentarse como “independientes”.

La exdirectora de Semana y el excongresista de Cambio Radical se presentarán por firmas, estratagema de uso común en Colombia para engañar al electorado fingiendo independencia y autonomía para tomar decisiones en un país en el que desde hace más de 100 años opera y gobierna un establecimiento retardatario y mafioso en el que hay agentes de poder económico y político que estarán dispuestos a patrocinar sus campañas “independientes”. Más claro: Luna y Dávila de Gnecco mienten porque el primero es ficha de Vargas Lleras y de los conservadores; y la segunda es la “muñeca” que comparten los clanes Gilinski y Gnecco.

Encuentro similitudes entre lo expresado por la exdirectora de Semana en La W con lo consignado en los 100 puntos del Manifiesto Democrático de su admirado expresidente Uribe. Por ejemplo, en el punto 43, Uribe declaró que gobernaría “sin corrupción ni politiquería los recursos tienen que alcanzar para erradicar la miseria y construir justicia social”.  Al igual que Uribe, la periodista dice “amar a Colombia”, lo que la acerca al expresidente y expresidiario antioqueño en los puntos 97, 98 y 100. Es decir, sin vanidad de poder, Dávila de Gnecco se “hará moler por Colombia”.

Si en su momento Uribe, gracias a la prensa hegemónica que lo apoyó se presentó como el “salvador” del país, Vicky Dávila aspira a ser la “heroína” en un país plagado de cocaína, fuente de la corrupción público-privada que ella sueña con acabar. 



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domingo, 2 de febrero de 2025

MARCO RUBIO SOMETIÓ AL PRESIDENTE DE PANAMÁ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Después de la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá y del 10% a las de China, el gobierno de los Estados Unidos le ganó el pulso a José Raúl Mulino, presidente de Panamá. Y por esa vía, de manera indirecta golpea las pretensiones económicas del país asiático en este continente.

Recordemos que Trump dijo que el canal interoceánico panameño estaba siendo operado por la China, razón por la que tomaría acciones para recuperarlo porque Panamá estaría violando el principio de neutralidad consignado en el tratado Torrijos-Carter. En ese momento, el presidente Mulino se mostró digno e incluso alcanzó a "mostrarle los dientes" a Trump cuando le reiteró que el canal era de Panamá. 

Realmente lo que había de fondo en la molestia y amenaza de Trump era el memorando de entendimiento que Panamá y China firmaron en el 2017 y que debía renovarse en el 2026. Pues bien, Mulino confirmó que su gobierno no lo renovará. Es el primer triunfo político internacional que logra Marco Rubio, el enviado del presidente estadounidense al Istmo con el fin de presionar a Mulino para que no extendiera dicho memorando conocido bajo las condiciones de la Nueva Ruta de la Seda, proyecto de expansión económica de China a través de la construcción de infraestructura (vías y puertos) por todo el mundo. Marco Rubio terminó sometiendo a su voluntad al presidente panameño. 

Esta primera victoria diplomática y política de Estados Unidos en este hemisferio podría agravar las ya tensas relaciones comerciales y económicas con Canadá y México por el aumento de los aranceles. Va a depender de la respuesta que finalmente decida dar el gobierno de Claudia Sheibaum y las otras que en adelante tome Canadá en retaliación a la antipática medida arancelaria.

Así las cosas, la Nueva Ruta de la Seda de China y los acercamientos de China a varios países latinoamericanos, como Perú y Colombia, podrían asumirlos los Estados Unidos como “provocaciones y riesgos para sus intereses”. De ahí podrían sobrevenirse amenazas y sanciones económicas.

La llegada de los chinos al Perú para construir el mega puerto de Chancay se asume como parte de los objetivos estratégicos de la Nueva Ruta de la Seda de mejorar la conectividad, los procesos logísticos y el intercambio comercial de mercancías.

La Nueva Ruta de la Sedarecibe el nombre de Iniciativa de la Franja y la Ruta, BRI en inglés.  Fue anunciada por el presidente chino Xi Jinping en septiembre de 2013 en una visita realizada a Kazajistán. El objetivo de este proyecto es conseguir revitalizar los antiguos caminos comerciales de la Ruta de la Seda mediante el desarrollo de infraestructura y promocionando del comercio entre Asia, Europa y África”.

Estamos ante un pulso político entre USA y China. Mientras que los gringos miran con desprecio a su “patio trasero”, los chinos ven una oportunidad para seguir conquistando mercados con su gran oferta de mercancías y en particular en la venta de tecnología. Ya veremos qué pasa. Con la reculada de Mulino, la posibilidad de que los países de América latina se unan para enfrentar las amenazas y la animadversión del coloso del Norte se torna lejana, casi imposible. 





TRUMP, MIGRACIONES Y GLOBALIZACIÓN

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Las medidas de protección económica adoptadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y la criminalización de los migrantes están atadas al largo y sostenido proceso de globalización en el que a pesar de que el mundo se interconectó y se hizo pequeño gracias al triunfo del capitalismo, los sentimientos endogámicos, fundados en supremacismos étnico-civilizatorios siempre estuvieron presentes en quienes vieron los riesgos y sufrieron los efectos de la llegada de millones de migrantes del sur global, convertido por largo tiempo en la cantera y la letrina de las fuerzas económicas del ampuloso norte.

Aunque las responsabilidades son mutuas por los sistemáticos encontronazos culturales entre locales y foráneos, entre civilizados e incivilizados, las culpas siempre señalan hacia ese grupo poblacional universal en el que confluyen africanos, asiáticos y latinoamericanos, asumidos como indeseables plagas en los encuentros cotidianos, pero útiles instrumentos de trabajo para producir la riqueza con la que los países ricos seguirán dominando a aquellos que de manera desesperada buscan el deseado desarrollo económico.

La estigmatización de los inmigrantes no es un asunto exclusivo de los Estados Unidos. En varios países de la civilizada Europa la xenofobia que despertó la migración de latinos y africanos ha sido brutal. Esos comportamientos hostiles hacia los migrantes vienen aupados desde gobiernos y sectores societales que se cansaron de tener que soportar prácticas culturales consideradas impuras e incivilizadas, a lo que hay que sumar medidas económicas de protección humanitaria (subsidios) hacia quienes llegaron al viejo continente y a los Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.

En esta etapa que recién inaugura Trump hay que recordar los riesgos y las tensiones de las que habló Bauman cuando escribió La Globalización, consecuencias humanas. “La globalización divide en la misma medida que une: la causa de la división son las mismas que promueven la uniformidad del globo. Los procesos globalizadores incluyen una segregación, separación y marginación social progresiva”.

Trump no busca exclusivamente “volver a hacer grande a América” sino que le está apostando a limpiar su país de los efectos culturales e incluso raciales que dejaron años de una hibridación cultural sostenida por la necesidad de trabajo de millones de ilegales y el aprovechamiento económico y político del “sistema gringo” permeado desde hace tiempo por un ethos mafioso que se creía exclusivo de países como Colombia, Perú y otros tantos de centro América.  

Para lograr la grandeza y la limpieza, Trump necesita, vaya contradicción, de ciudadanos migrantes, en particular latinos que denigren de su origen y sean capaces de hablarles duro, en español, a aquellos gobiernos que les dé “arrebatos de dignidad y soberanía”. El cubano americano Marco Rubio es un buen ejemplo de esas fichas a las que apela el octogenario putero para consolidar su proceso de limpieza étnica y de animadversión migratoria hacia América Latina. Por supuesto que Colombia también ofrece su cuota. El congresista republicano, Bernie Moreno, es otra ficha clave para las intenciones del presidente de los Estados Unidos. Moreno dejó ver su enorme desprecio hacia Colombia al momento de proponerle a su ídolo que impusiera sanciones económicas al país.


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sábado, 1 de febrero de 2025

IVÁN DUQUE Y EL PLAN PARA ASESINAR A NICOLÁS MADURO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Que el ex boina verde Jordan Goudreau diga que el entonces presidente de Colombia Iván Duque Márquez y el expresidente Uribe Vélez acompañaron la idea de una incursión militar en Venezuela para asesinar a Nicolás Maduro Moros constituye un hecho noticioso que debería ocupar la atención de toda la prensa colombiana. A pesar de que fue La W el programa radial que entrevistó al mercenario, el hecho noticioso no ha sido recogido como se esperaría que lo hicieran las otras empresas mediáticas, para convertirlo en un escándalo político de gran envergadura.

El legionario Goudreau, de origen canadiense, dijo a La W que les informaron que Iván Duque nos iba a dar campos para entrenar, paso seguro en la frontera entre Colombia y Venezuela y poder traer a Colombia lo que necesitáramos, pero tenían una contingencia que era atacar al ELN. Había mucha gente en esa reunión. Hubo otra persona que salió a relucir y fue Uribe, él tenía representantes como Lester Toledo, que decía que se había reunido con Duque y Uribe. El señor Lester Toledo tenía el teléfono en altavoz, escuché la voz de Duque, esas presentaciones se hicieron, querían que nos reuniéramos, pero no me gusta reunirme con presidentes”En su misma versión el mercenario señaló que detrás de la organización del operativo estuvo Juan Guaidó, presidente “interino” de Venezuela.

Más allá de los dimes y diretes que puedan sobrevenir si es que los propietarios de los medios masivos colombianos no se deciden a dar la directriz a sus periodistas de olvidarse de lo dicho por Goudreau, hay un asunto de fondo que no se puede dejar de señalar: durante los ocho años de Uribe y la aplicación a rajatabla de su temida política de seguridad democrática se consolidó un régimen criminal por la probada paramilitarización de varias instituciones estatales, como el Congreso de la época, guarniciones militares y el entonces DAS, cooptado por las AUC y usado por Uribe Vélez como su policía política para perseguir periodistas, enemigos y críticos de su gobierno.

Bajo esas circunstancias contextuales, y si lo dicho por el mercenario en mención es cierto, la llegada de Iván Duque Márquez a la Casa de Nariño en calidad de monigote de Uribe no solo sirvió para criminalizar la protesta social en el marco del estallido social, sino para que Colombia se consolidara como un Estado asesino y gansteril, capaz de participar de operaciones militares-sicariales para ultimar al presidente de Venezuela. Ya exportamos sicarios-mercenarios que se fueron a la guerra entre Ucrania y Rusia, mientras que otros participaron del operativo internacional que terminó con el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse. Así las cosas, por cuenta del uribismo se estaría echando a la basura la tradición democrática y respetuosa del Estado colombiano de los asuntos internos de otras naciones.

Ya el país reconoce que efectivamente Iván Duque Márquez fue el títere de Uribe. Ahora, si lo dicho por el legionario resulta verídico, quedaría claro que como consecuencia de esa relación de dominación que ejerció el expresidente antioqueño sobre el “gordo marica”, como lo llamó María Fernanda Cabal, Duque será recordado como el jefe en la sombra de los mercenarios que estuvieron a punto de asesinar al presidente venezolano. Grave y espeluznante.

Adenda: algo puede haber detrás de la revelación que La FM permitió. ¿Le quieren cobrar algo a Duque? ¿Se trata de una acción propia del fuego amigo?


La foto con la que exboina verde vincula a Iván Duque con operación contra régimen en Venezuela

DIGNIDAD: EL VOCABLO QUE PETRO DESENTERRÓ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Después de la tensión diplomática entre USA y Colombia, el país y el presidente Petro siguen hablando de Dignidad; sí, en mayúscula. Se trata de un concepto difícil de asir, esto es, de definir, entender, pero sobre todo de aplicar en la vida cotidiana. Quizás suceda lo mismo cuando al tratar de explicar qué es la justicia, resulte más fácil definir qué es la injusticia. Entonces, puede ayudar a la comprensión del concepto que mantiene la tirantez política e ideológica entre Petro y el gobierno de Trump y su vocero el cubanoamericano, Marco Rubio, hablar de indignidad. Al final de la columna haré referencia a este personaje.

La Dignidad humana es una construcción política y social que deviene ancorada a los históricos procesos civilizatorios por los que el ser humano ha transitado y transita aún en medio de culturas atadas a civilizaciones originalmente diferenciadas, de ahí que el pretendido carácter universal de la categoría Dignidad termine chocando con realidades locales, regionales y continentales.

Al exhumar el concepto de Dignidad en un pueblo como el colombiano que se acostumbró a vivir en condiciones de indignidad, Gustavo Petro hace que una parte importante de la sociedad ponga el foco en las decisiones y actitudes políticas asumidas por una clase política, empresarial y en general por una élite no cohesionada que supo inhumar dicho término con todo y su significado y significante. Ese entierro de quinta que le dieron a dicho vocablo se dio mientras los miembros de ese “selecto” grupo deponían su propia dignidad a cambio de un inmenso poder político y económico, así como un inmerecido reconocimiento que solo operan dentro del territorio colombiano.

Lo que la élite tradicional colombiana hizo durante mucho tiempo fue desvincular la Dignidad de sus intereses de clase. De esa manera lo vació de sentido práctico y universal, echándolo dentro del ideario de la izquierda y el progresismo para insistir en la necesidad de proscribirlo hasta hacerlo parecer inocuo o peligroso cuando este se enarbola para defender eso de “ser colombiano”, inmigrante o pobre.

La recuperación forzada que del concepto de Dignidad pretende hacer Petro genera demasiado ruido en una sociedad clasista, racista y homofóbica como la colombiana alentada moral y éticamente por liderazgos cargados de indignidad, fruto de la comprensión amañada de dicho concepto.

Las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales con los Estados Unidos siempre fueron el escenario propicio para echarle tierra, al mejor estilo de La Escombrera, a la Dignidad como principio y sustento moral y ético de esas relaciones de sumisión aceptadas sin chistar por las autoridades colombianas.

Presidentes como Gaviria, Pastrana, Uribe, Santos y Duque actuaron como cuidadores de la fosa en donde enterraron la Dignidad de la mayoría de los colombianos. Con la llegada de Petro a la Casa de Nariño su objetivo de exhumar el pretencioso vocablo lo redujo la derecha, con la ayuda de los medios hegemónicos, a un capricho presidencial fincado en el enorme ego del jefe del Estado. “¡Por Dios, a quién se le ocurre enfrentarse a los Estados Unidos!” es la frase y estribillo con el que se rasgan las vestiduras los políticos indignos que se sienten bendecidos por tener la visa americana y orgullosos de jamás haber puesto en marcha acciones multilaterales que redujeran la dependencia con el mercado estadounidense.

Y tal como sucedió en la película La estrategia del Caracol, la pregunta del “para qué todo esto”, la respuesta sigue siendo la misma: “…cómo que pa qué, para que le sirve a Usted la dignidad, ah, es que esa palabra no existe o no la usan allá en televisión… cómo que pa qué, pa la dignidad, pa la dignidad nuestra… qué pregunta este guevón”.

Marco Rubio es un cubanoamericano que practica muy bien lo que bien puede llamarse dignidad relativa, resultado de negarse, por intereses personales, a defender su origen cubano y el estar inmerso en eso de ser hispanoamericano. Junto a Rubio actúa Berni Moreno, el congresista republicano de origen colombiano que propuso al gobierno de Trump que imponga sanciones económicas a Colombia. Rubio y Moreno son cipayos que supieron vender la dignidad a cambio de una ciudadanía americana y de un poder político que ellos creen suficiente para esconder su indignidad.




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LO QUE SIGUE DESPUÉS DE LA CATARSIS MINISTERIAL

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