martes, 31 de octubre de 2023

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ACEPTA LA TERNA PARA FISCAL: GOLPE A BARBOSA

 

Por Germán Ayala Osorio

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) acaba de informarle al país que acepta la terna enviada por el presidente de la República, para escoger la nueva fiscal general de la nación. Al fijar el cronograma para que las ternadas expongan ante los togados sus visiones de la fiscalía y proyectos a ejecutar, el alto tribunal niega la sucia y hedionda insinuación que en su momento hizo el saliente fiscal, Francisco Barbosa, cuando se atrevió a decir que “lo mejor que le podía pasar al país es que Martha Mancera quedara al frente de la fiscalía”, su mano derecha.

Aunque la CSJ evitó llamarle la atención a Barbosa por sus silencios ante denuncias periodísticas por la captura mafiosa y criminal de la entidad, o por sus intervenciones en política y el agrio enfrentamiento personal e institucional con el presidente de la República y la presidencia, con la aceptación de la terna, los magistrados mandan un positivo mensaje institucional de cara a recuperar para el Estado de Derecho al ente investigador, que Barbosa convirtió en un bufete de abogados al servicio del expresidiario, Álvaro Uribe Vélez.

Cualquiera de las juristas que resulte designada como la nueva fiscal general de la Nación recibirá a una entidad permeada por un ethos mafioso y criminal emanado de bandas criminales y narcotraficantes que de tiempo atrás corrompieron y capturaron a fiscales e investigadores. Deberá trabajar la nueva fiscal para borrar toda conexión que hayan dejado los fiscales Luis Camilo Osorio, Néstor Humberto Martínez Neira y claro, las que dejará el inefable y ladino Francisco Barbosa.

Una vez recuperada la fiscalía para el Estado de derecho, el pulso político del presidente Petro con Sarmiento Angulo y el clan Char, entre otros actores políticos y económicos, podría terminar al favor del jefe del Estado, siempre y cuando la fiscal elegida asuma con vehemencia y decisión limpiar la entidad y sacar a todos los corruptos que la pusieron al servicio del clan del Golfo y del uribismo.

Hasta el último día como fiscal general, Barbosa dejará ver su pobre talante, su ignorancia en temas jurídicos, en particular en derecho penal; y su enorme ego, el mismo que le permitió auto alabarse diciéndole a un medio de comunicación que él era el hombre más preparado del país. Sin duda alguna, Barbosa es un homúnculo, un abogado sin criterio y con todos los vicios de los políticos tradicionales en Colombia.

En el 2026 lo veremos como candidato presidencial, con el apoyo de Fenalco y del uribismo. Ya el país conoce de su talante y de su egocéntrico carácter, razón por la que votar por Barbosa sería un acto de total complicidad con un operador judicial que le hizo mucho daños a la fiscalía general de la Nación.




Imagen tomada de Blu radio. 

CLANES POLÍTICOS: LOS ESLABONES DE UNA SOCIEDAD IGNORANTE

 

Por Germán Ayala Osorio


De los resultados electorales del 29 de octubre se puede colegir que hay una Colombia mafiosa y criminal que se resiste a quedar relegada del control y de la captura histórica del Estado. En buena medida, los triunfos de los sempiternos clanes políticos en el Cesar, Valle del Cauca y Barranquilla, entre otros, representan el regreso de la cooptación de las entidades estatales, lo que asegura su privatización y, por tanto, la naturalización de la corrupción público-privada.

Los millonarios contratistas son el eslabón sobre el que la captura del Estado se convierte en una realidad incontrastable y lo que es peor, insuperable. Ellos son la fuente del ethos mafioso que guía, cada que hay elecciones, a todos los que se embarcan en las faenas de conquistar alcaldías, gobernaciones y la presidencia de la República a como dé lugar. 

De esa manera, la derecha da un paso seguro con miras a recuperar, en el 2026, lo que Petro les quitó: la Casa de Nariño, baluarte importante y definitivo para darle continuidad al proyecto político premoderno, insostenible y violento que siempre inspiró a quienes acostumbraron el país a vivir entre feudos, sin una idea clara de nación y mucho menos, con una que pueda cambiar la historia del país.

La narrativa con la que validamos que somos un país de regiones contribuye en buena medida a la consolidación de los clanes políticos que fungen como los custodios de cientos de miles de ciudadanos que comparten unas mismas características: indignidad e ignorancia política. Entonces, nacen las matronas, los barones electorales o las baronesas, especie de reyezuelos que creen haber alcanzado la gloria, cuando lo que realmente han conseguido es sumir a sus regiones en el atraso cultural, asociado este a actividades económicas insostenibles sistémicamente hablando (ganadería extensiva, monocultivos de caña y palma africana), que solo sirven para naturalizar las relaciones feudales.

Esas matronas o barones electorales “gobiernan” con todo y sus carencias culturales, emocionales y espirituales. Y quienes votan por ellos, se convierten en replicadores del sinuoso ethos que guía a quienes asumen el poder político regional sin mayor aspiración que enriquecerse para tratar de minimizar los efectos de su pobreza mental y cultural. Sus familias acumulan vergüenzas, procesos judiciales y señalamientos de todo tipo. Si esa es la idea de construir país y una sociedad mejor, están totalmente equivocados.

 ¿Cómo cambiar esa realidad, se preguntan millones de compatriotas? La respuesta gravita alrededor de la cultura política y no tanto en torno a la lucha ideológica que quedó planteada a partir del triunfo de Gustavo Petro.

El asunto de fondo es que no hay en estos momentos en Colombia nadie que esté liderando un cambio cultural que revolucione cómo hacer política y administrar el Estado con criterios modernos que nos lleven a abandonar la relación feudal entre gobernantes locales y sus comunidades. Mientras llega ese líder, debemos empezar a promover la narrativa que califica como inconvenientes, sinuosos, perversos y peligrosos a todos los clanes políticos que operan en el país.

Los medios de comunicación masiva no están cumpliendo la labor educativa que les correspondería hacer, para formar ciudadanos modernos y superar así la condición de siervos o de “súbditos”. Sus editores y periodistas están haciéndole el juego a la matriz cultural que el ethos mafioso naturalizó.




Imagen tomada de Youtube.com

lunes, 30 de octubre de 2023

VOTO EN BLANCO “DERROTÓ” A DILIAN FRANCISCA TORO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En una democracia formal y procedimental como la colombiana, los ciudadanos participan de las jornadas electorales bajo disímiles motivaciones, de las que se destacan el voto por conveniencia económica y política (voto clientelista y por lo tanto, corrupto), el voto de opinión, el útil, como también el voto en contra. Quienes se abstienen de ejercer el voto lo hacen también por diversos motivos: desconfianza en la institucionalidad democrática, rabia, pereza o simplemente, porque se ignora cómo opera el Estado y qué es eso de una democracia participativa.

En la jornada electoral del 29 de octubre, para el caso del Valle del Cauca y Cali, el voto en blanco y la abstención se hicieron notar. En la capital del departamento, la abstención fue del 54,86, guarismo no despreciable al momento de intentar entender qué razones hubo para que se diera ese comportamiento de los caleños. De un potencial electoral de 1.816.828, tan solo se acercaron a los sitios de votación 820.266 ciudadanos. Es decir, casi un millón de personas desconocieron el deber de participar.

El voto en blanco alcanzó el 31,04% lo que equivale a 235.037 votos. Para que nos hagamos una idea, el ganador de la contienda electoral, Alejandro Eder, obtuvo 315.599, es decir, 80.562 votos más que el voto en blanco. Roberto Ortiz, el segundo candidato, obtuvo 220.404 sufragios, esto es, 14.633 votos menos que el voto en blanco.

Desde la sociología política y electoral, ese 31,04% que votó en blanco, lo hizo, sin duda alguna, como expresión de un evidente descontento y desconfianza hacia los candidatos que disputaron la alcaldía. También se puede hacer esta lectura de ese guarismo: el agotamiento social de la política y en particular de la política electoral en una ciudad que atraviesa una evidente crisis social, cultural, política y económica, ancorada, clara está a dos fenómenos: la pandemia del Covid 19 y el estallido social.

Al no tener rostro ese 31,04%, el alcalde electo no podrá acercarse para conocer las motivaciones de quienes votamos en blanco. Lo que sí está obligado a hacer el señor Eder es a devolverle a la ciudadanía la confianza en sus instituciones locales a través de un ejercicio del poder político lo más transparente posible. Sabemos que será difícil que Eder lo haga porque lo acompañan contratistas y políticos de Cambio Radical y del Centro Democrático, dos colectividades que la opinión pública asocia con corrupción público-privada.

Entre los votos nulos (24.071) y los no marcados (39.203) suman 63.274 votos (7,7%), cifra no despreciable de la que no hay explicación que satisfaga los análisis, pero sí dejan varios interrogantes: ¿Los que marcaron mal, lo hicieron a propósito o porque desconocen la lógica de los formularios?; los no marcados se pueden entender como un voto rabioso y la desconfianza que produce el voto en blanco, por considerarlo poco efectivo?

Para el caso de la gobernación, el voto en blanco fue también significativo: alcanzó 459.031 sufragios, esto es, el 27,61%. Dilian Francisca Toro Torres, gobernadora electa, alcanzó apenas 265.169 votos (el 35,02%), lo que políticamente da por “ganador” al voto en blanco, pero jurídicamente no tiene validez porque no alcanzó el 50%. Que el voto en blanco haya superado a todos los aspirantes es un indicador claro de desconfianza en la democracia electoral en la región, sumida en el desprestigio, justamente, por el poder hegemónico del clan Dilian. Su triunfo, a la luz del voto en blanco, le permitirá un ejercicio del poder con una baja legitimidad social y política, asunto que muy poco le importará a la baronesa de Guacarí.  Es de tal dimensión lo acontecido en el Valle del Cauca, que sumando los porcentajes de los candidatos derrotados por Toro Torres, apenas suman el 33,88%, esto es, el 6,27% más que el guarismo del voto en blanco que fue del 27,61%.

Se advierte un cansancio en vallecaucanos y caleños y un agotamiento de la democracia como régimen de poder sobre el que recaen demasiadas demandas y aspiraciones del colectivo. Mientras el ethos mafioso siga guiando la vida privada y pública de operadores políticos, judiciales y de los ciudadanos que venden su voto por un contrato millonario, un puesto en una alcaldía o unas tejas, la desconfianza en la democracia electoral seguirá creciendo hasta que llegue el día en el que el voto en blanco gane jurídicamente y se tengan que repetir las elecciones con candidatos diferentes.  



Imagen tomada de Kienyke


ELECCIONES REGIONALES: EN EL TEMA AMBIENTAL, TAMBIÉN PERDIÓ EL GOBIERNO

 

Por Germán Ayala Osorio, Ph D en Regiones Sostenibles

 

Después de la jornada electoral, bien vale la pena poner la atención en temas conexos a la variable política: el medio ambiente, el desarrollo económico, la sostenibilidad, el cuidado y el aprovechamiento de todo lo que brindan los ecosistemas naturales.

De los 32 departamentos que tiene el país, por lo menos 11 tienen un enorme potencial ambiental y ecológico expresado en la existencia de valiosos ecosistemas estratégicos: ríos, selvas, madres viejas, llanuras y cadenas montañosas. Los resultados electorales señalan que los departamentos de Vichada, Putumayo, Guainía y Meta quedaron en manos de fuerzas políticas que se caracterizan porque sus dirigentes le han apostado en el pasado a actividades económicas insostenibles: ganadería extensiva de baja producción, la instalación de monocultivos de palma africana y caña de azúcar para producir etanol para los vehículos y claro está, aquellos que se dedican a cultivos de uso ilícito y a especular con el precio de la tierra. Recientemente, emergió como actor socio ambiental negativo, la comunidad Menonita de Puerto Gaitán (Meta), lo que significa que el factor religioso entra a hacer más compleja la situación de la tierra en zonas biodiversas, por los conflictos de tierras que ya se advierten de tiempo atrás.

Durante las administraciones de Uribe Vélez, Juan Manuel Santos e Iván Duque Márquez, la deforestación creció, así como las señaladas actividades económicas que operaron sin mayores controles de parte de la institucionalidad ambiental, debilitada, especialmente, durante los aciagos 8 años de gobierno del hoy sub judice ciudadano, Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).

Para los casos del Vichada, Putumayo, Guainía y Meta los partidos de la U, Liberal, Centro Democrático y Conservador gobernarán dichos territorios de la mano de sus nulas consideraciones ambientales, lo que iría claramente en contravía del objetivo mayor del PND: (re) ordenar el territorio alrededor del agua y por esa vía, apostarle a un desarrollo económico sostenible, bajo una mirada sistémica y no bajo la observancia de garantizar, exclusivamente, las inversiones y el poder político, dejando de lado variables culturales, socio ambientales, paisajísticas, estéticas y ecológicas.

El Pacto Histórico, con otros partidos y movimientos, lograron el control de los departamentos del Amazonas y Casanare. Para este último caso, el control lo comparte con el Partido Verde, colectividad que poco o nada defiende la causa ambiental. Es decir, el Verde es solo la fachada de un inexistente discurso ambientalista. Ese mismo partido gerenciará, de la mano del movimiento político, ASI, y el partido Conservador, el departamento del Guaviare.

Sobre el departamento del Vaupés hay que decir que quedó en manos del Movimiento Gente en Movimiento, agrupación que no se le conoce defensa alguna de asuntos relacionados con la causa ambiental. En lo que corresponde al departamento de Arauca, quedó en manos del Centro Democrático (CD), partido que promueve la ganadería extensiva de baja producción y los monocultivos agroindustriales cuyas lógicas transforman ecológica y paisajísticamente los ecosistemas que suelen intervenir y transformar. La hegemonía de la caña de azúcar en el valle geográfico del río Cauca es el referente de desarrollo de los políticos del CD (uribismo).

En cuanto al departamento del Chocó, este quedó en manos del Partido Liberal, colectividad que en el pasado tampoco ha exhibido preocupaciones por los temas socio ambientales asociados a la protección de la selva chocoana y el ecosistema de manglar.

De la mano de las preocupaciones por el cambio climático, el presidente Gustavo Petro agita un discurso ambientalista que sus copartidarios aún no enarbolan como se esperaría que ocurriera. Bajo este panorama político-electoral, el presidente Petro deberá librar una lucha enconada con las autoridades ambientales locales, contaminadas por el clientelismo, la corrupción, la ineficiencia administrativa y la inoperancia. A lo que se suma la presencia de grupos al margen de la ley que viven de la siembre de coca y del narcotráfico.

Habrá que ver con qué estrategias el gobierno de Petro va a lidiar con la adversidad que supone los departamentos que, con potencial en biodiversidad, quedaron en manos de fuerzas políticas totalmente desconectadas de la causa ambiental.




Imagen tomada de EFEverde

domingo, 29 de octubre de 2023

ELECCIONES REGIONALES: GOLPE ELECTORAL Y POLÍTICO A PETRO Y AL PACTO HISTÓRICO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Al final de la jornada electoral hay que señalar que, en ciudades capitales y departamentos, ganaron las maquinarias partidistas y en particular políticos del talante de Álvaro Uribe Vélez, Dilian Francisca Toro Torres y Germán Vargas Lleras. Es decir, más de lo mismo.

Ya habrá tiempo para decantar el mapa político que dejan los resultados de los comicios en el resto del país y en particular, el voto en blanco y la abstención. Mientras tanto, hay que decir que en Cali, Medellín, Bogotá y Barranquilla triunfaron las maquinarias electoreras, el clientelismo, el voto amarrado, y el poder económico y político de los contratistas. Es decir, estamos ante el poder incontrastable del voto útil, económicamente hablando.

Para el caso de Bogotá, el triunfo inobjetable de Carlos Fernando Galán constituye una verdadera “pela” electoral y política al petrismo, al Pacto Histórico y al propio presidente de la República. Detrás de la victoria del hijo menor del inmolado líder, Luis Carlos Galán, están la élite excluyente de la capital, el ladino Germán Vargas Lleras y los sempiternos contratistas. Por supuesto que también aparece Claudia López, política cada vez más cercana, éticamente, a lo que se conoce como el uribismo.

El rechazo a Petro como persona y político está contenido en la abultada victoria de Galán, lo que deja al presidente de la República bastante débil de cara a negociar y buscar con una parte de la élite bogotana cercana a los grandes Cacaos, un urgente pacto político que permita al Pacto Histórico y al propio gobierno superar esta difícil coyuntura política.

En lo que corresponde al triunfo de Fico Gutiérrez, hay que decir que representa el resurgimiento político de Álvaro Uribe Vélez y del GEA, golpeados fuertemente, el primero por la Corte Suprema de Justicia que lo tiene en condición sub judice y el segundo por la administración de Daniel Quintero. Así entonces, con los alcaldes de Medellín y Bogotá el presidente de la República deberá sentarse a hablar con tono pausado, si de verdad está comprometido en dejar andando el proyecto progresista que inspira, pero que aún no lidera como debería hacerlo. Petro deviene ensimismado si tenemos en cuenta que no logra aún rodearse de líderes carismáticos capaces de convencer al electorado más allá de discursos grandilocuentes.

Por el contrario, si Petro plantea una relación conflictiva con estos y otros mandatarios locales y regionales, su plan de desarrollo quedará en letra muerta y la derecha lo usaría como lápida para identificar, en el 2026, la tumba del progresismo.

Los resultados en Cali dan cuenta del poder político de Vargas Lleras, político que apoyó al nuevo alcalde de la ciudad, Alejandro Eder. Estamos ante el triunfo de lo más excelso de la godarria vallecaucana y bogotana, en cabeza de Vargas Lleras, cabeza visible del partido más corrupto del país, solo seguido del Centro Democrático: Cambio Radical. Como epicentro del estallido social, la izquierda y el Pacto Histórico se equivocaron al llegar divididos a la contienda electoral y sobre todo, al apoyar al frágil, acomodaticio y confuso candidato, Danis Rentería.

De todas maneras, en la capital del Valle del Cauca solo hubo dos campañas: la de Eder y la del Chontico Ortiz, ambos representantes de la derecha y de las maquinarias políticas tradicionales. Las diferencias entre los dos corresponden a un asunto de linajes, de nada más.

El poder de Dilian Francisca Toro quedó demostrado en su regreso a la gobernación del departamento, fortín político que da cuenta de la consistencia de su estructura clientelar y la de sus maquinarias. Recordemos que la saliente gobernadora, Clara Luz Roldán, fue puesta allí por la maquinaria electoral que logró consolidar Dilian Francisca.

El caso de Barranquilla es vergonzoso y vergonzante en términos democráticos. No era necesario hacer elecciones en la capital del Atlántico, porque de antemano el país sabía que iba a triunfar este hijo del inefable clan Char, recientemente involucrado, de acuerdo con documentos oficiales del Estado mexicano, en relaciones con el cartel de Sinaloa. Las relaciones entre los Char y Petro no pasan por su mejor momento, lo que permite pensar que, de ser elegida fiscal general de la Nación, cualquiera de las mujeres que hacen parte de la terna enviada a la Corte Suprema de Justicia, Petro estaría confirmando su interés de afectar política y judicialmente a los miembros del clan Char.

Así las cosas, Petro, el petrismo y el Pacto Histórico acaban de recibir un duro golpe electoral y político, que los obliga a revisar sus procesos de formación de cuadros, mejorar las ejecutorias en las regiones, y aprender a comunicar lo que se hace bien. Petro debe aprender que un verdadero líder es aquel que forma cuadros y no aquel que se rodea de gente que aplaude y asiente como “perritos de taxi”.

Adenda: El Centro Democrático también ganó las gobernaciones de Santander y Antioquia; y la alcaldía de Bucaramanga, compartida con el movimiento Colombia Justa y Libres. 


Imagen tomada de EL ESPECTADOR

sábado, 28 de octubre de 2023

¿CASTIGO COLECTIVO O GENOCIDIO?

 

 

Por Germán Ayala Osorio

Cuánta razón tenía Nietzsche al señalar que el “lenguaje es una prisión de la cual no podemos escapar”; o el propio Heidegger cuando dijo que "el lenguaje es la casa del ser”. Bajo estas dos sentencias se podría entender esta disquisición alrededor del acto de habla más engañoso y atroz, eufemística y estéticamente hablando que se haya escuchado reciente y públicamente en medio de una guerra asimétrica: “castigo colectivo”, así llamó la ONU la venganza del Estado israelí contra Hámas, un enemigo casi invisible, cuya condición fantasmal, sirvió a los militares sionistas para justificar el “castigo colectivo”.

Habitar en el lenguaje es quizás la más maravillosa experiencia del ser humano, pero también, la más engañosa cuando aparecen los dobleces en los actos de habla y los eufemismos. Con ocasión del genocidio israelí contra el pueblo palestino, en Occidente se empezó a naturalizar el terrorismo del Estado de Israel, potencia militar y aliado de Estados Unidos en la convulsionada zona, a través del uso de la expresión “castigo colectivo”.

Vaya eufemismo tenebroso ese de “castigo colectivo” con el que se legitimó la violenta y exagerada venganza de Israel, en contra del pueblo palestino, por culpa de la también violenta y execrable acción terrorista de Hámas. Ante la dificultad de castigar a quienes perpetraron los ataques contra blancos civiles israelíes, entonces bienvenida la masacre, el genocidio y el desplazamiento forzado de palestinos. La furia divina que desató Hámas no tiene límites para los israelíes, elevados ellos mismos, con la ayuda de Occidente y de la inoperante ONU, en un pueblo iluminado, capaz de traer luz al mundo asesinando niñas y niños, mujeres y hombres, en lo que sin ambages constituye una limpieza étnica que nos recuerda a los criminales nazis durante el Holocausto. En el mismo escenario aparece la voz “pausa humanitaria” para evitarse el problema de exigir que se detengan las hostilidades.

Es el lenguaje nuestra condena en la medida en que lo usamos para agredir a los diferentes, validar crímenes a través de calificativos como “animales o bestias”; también, para ponernos por encima en una acción moralizante perfectamente anclada al uso de expresiones como “somos los elegidos”, “somos seres de luz” y esos otros, los palestinos, o los impíos, los negros, indígenas, sudacas o cualquier otra comunidad, son los de la “oscuridad”. Tanto en lo privado como en lo público, el lenguaje cumple la misma función: afianzar una identidad ancorada a la pulsión humana de eliminar al Otro, cuando este compite contra mí en un proceso compartido de afianzamiento identitario (étnico-cultural).

En Colombia sí que sabemos del uso de eufemismos para esconder los oprobios de los guerreros. José Obdulio Gaviria, primo del asesino serial y narcotraficante, Pablo Emilio Escobar Gaviria, dijo en su momento que en el país no había desplazados, sino migrantes internos. La intención del ladino político del Centro Democrático era clara: ocultar la responsabilidad del Estado y de los otros actores armados por los millones de desplazados que provocaron en medios de las hostilidades con ocasión del conflicto armado interno. Y por supuesto, negar la existencia de las víctimas del horroroso crimen de lesa humanidad.

Expresiones como “dar de baja” o “neutralizar”, de uso común en Colombia, también son engañosos eufemismos con los que se ocultan los crímenes que cometen agentes estatales, escudados, claro está, en la siempre discutida legitimidad y en la legalidad de las instituciones que representan.

Mientras vemos por televisión y las redes sociales el genocidio del pueblo palestino, a manos del Ejército israelí, no podemos olvidar que cuando hablamos o escribimos, dejamos salir la esencia de nuestro ser; claro, un ser que, encerrado en su propio lenguaje, buscará la forma de escapar de sus responsabilidades o simplemente, validar lo que él considera que es lo correcto, así sea inmoral. Al final, lo moral y lo ético son construcciones lingüísticas cuya fuerza ilocutiva no depende de la grafía que les da vida.  


Imagen tomada de France 24


viernes, 27 de octubre de 2023

EN EL ÚLTIMO DEBATE DE NOTICIAS CARACOL, NO HUBO DEBATE

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El noticiero Caracol Noticias insiste en un formato de debate que, curiosamente, no facilita la discusión y la disputa de ideas entre los participantes. En el último debate con seis candidatos a la alcaldía de Bogotá, tanto el canal Caracol, como el propio noticiero, con sus presentadores, convirtieron el espacio televisado en un contrapunteo contra el gobierno de Gustavo Petro alrededor de las relaciones que cada uno tendría con el presidente de la República, de resultar electo este 29 de octubre como alcalde de la ciudad capital. Es decir, aprovecharon que el candidato del gobierno nacional, Gustavo Bolívar declinó la invitación que le hicieron, por no compartir una parte de la dinámica programada y porque se hizo costumbre en otros debates, hacer encerronas contra el único candidato de izquierda.

Después de hora y media, no hubo debate. Los candidatos expusieron sus ideas con una rapidez que no permite realmente contrastar su viabilidad y seriedad. Y es así, por el poco tiempo dado para cada pregunta o tema propuesto para la discusión. Preguntas de si o no, no permiten la discusión de las ideas. Hay demasiados bloques y preguntas insulsas hechas por los periodistas que parecen reclamar el protagonismo como vedettes. Insisto: hay demasiado protagonismo de parte de los tres presentadores. La audiencia quisiera escuchar a los candidatos y no a periodistas preguntando sobre asuntos personales o dejando salir sus preferencias políticas e ideológicas.

Lo que sí quedó en evidencia es el parecido de las propuestas para combatir la inseguridad de todos los aspirantes a suceder a Claudia López: más policías, drones, cámaras de reconocimiento facial y cárcel para los ladrones. El candidato Molano, a lo Bukele, insiste en que construirá una mega cárcel para meter en esta a todos los ladrones. Olvida el exministro de Defensa de Duque que en el fondo hay un problema de política criminal y jurídico que no se soluciona con la construcción de la cárcel. El general retirado, Juan Vargas, promete acabar con el Tren de Aragua, estructura criminal, manejada por venezolanos. El candidato Rodrigo Lara, a lo Uribe, prometió perseguirlos y meterlos a la cárcel.

Al final, en el último tramo del fallido “debate”, los periodistas-protagonistas confrontaron a los candidatos con temas y asuntos en los que ellos, en el pasado, fueron protagonistas. El fin último era que asumieran responsabilidades políticas. Por ejemplo, al candidato Juan Daniel Oviedo (uribista y el candidato de Claudia López) le enrostraron una opinión positiva que él expresó en la Tele Letal en 2019 a favor del inefable ministro de Hacienda, del gobierno del presidente-títere, Iván Duque Márquez, el mal recordado Alberto Carrasquilla. La pregunta, a todas luces tendenciosa, buscaba confrontar el criterio de Oviedo, por haber expresado una opinión favorable de Carrasquilla al que llamó “crack” de la política fiscal, cuando fue el gran responsable del estallido social de 2021. Oviedo le corrigió a la periodista, pues el programa de la Tele Letal fue dos antes del paro nacional.

Para el caso de Molano, este fue confrontado con el caso de la masacre de civiles del Remanso, de la que el hoy candidato Molano no se arrepiente y mucho menos asume responsabilidad política alguna, por haber autorizado y legitimado la acción militar que terminó en el asesinato de civiles por parte de miembros del Ejército nacional.

Insisto en que hay demasiado protagonismo de los colegas periodistas. Mejor sería pensar en un formato en el que cada candidato explicara, en 5 minutos, su plan de gobierno. Y luego, darle tres minutos para que lo dicho sea confrontado, con argumentos, por los demás aspirantes. Es mejor invitar a expertos para que confronten lo propuesto por los candidatos. De esa manera, se les restaría protagonismo a estos periodistas-vedettes que todo el tiempo se quieren robar el show.



Imagen tomada de Facebook. 

LO QUE FALTABA: DISIDENCIAS DE LAS FARC INSTALANDO MESAS DE VOTACIÓN

Por Germán Ayala Osorio

 

Invitar a las Disidencias de las Farc a instalar mesas de votación en el corregimiento de El Plateado (Argelia, Cauca) constituye un exabrupto político, que bien puede ser leído como una claudicación del Estado y del gobierno, y por supuesto, la legitimación del grupo insurgente. Nuevamente, el alto gobierno o en particular el jefe de la delegación de paz, dándole de qué hablar a los medios de comunicación que están del lado de los sectores de poder económico, social y político que desean que todo lo que haga el presidente Petro, salga mal.

Todo indica que, entre el Gobierno y sus ministros, no hay coordinación alguna con Camilo González Posso, jefe de la delegación de paz que dialoga con el estado mayor central (EMC) de las disidencias farianas. Aunque el impasse ya fue superado y el comando de esa guerrilla se comprometió a retirarse de la zona y dejar que la jornada electoral de este domingo 29 de octubre transcurra con normalidad, hay asuntos que bien vale la pena revisar en la ya enrevesada negociación.

El primero de esos asuntos es la arrogancia de la comandancia de esa guerrilla y su constante demostración de fuerza y de su presencia histórica en el sur del departamento del Cauca, territorio que las fuerzas militares venían recuperando a sangre y fuego, lo que obligó a esa insurgencia a pactar un cese bilateral al fuego, sin que esa decisión les impidiera continuar haciendo actividades de control de la población civil.

El segundo aspecto tiene que ver con la real voluntad de paz, entendida esta como la entrega de armas, desmovilización y reincorporación a la vida social, política y económica del país. El control de la economía ilegal y los réditos sociales, económicos y políticos que generan las ganancias del negocio del narcotráfico hacen ver los proyectos productivos echados a andar después de la firma del acuerdo de paz de La Habana con el grueso de los frentes de las Farc, como migajas de un Estado y de la sociedad colombianas que no están en capacidad e interés de ofrecer más a los desmovilizados.

Mientras exista el negocio del tráfico de droga, de estas disidencias brotarán otras tantas, que irán creciendo de la misma manera que lo hicieron las estructuras que hoy cumplen las órdenes de alias Iván Mordisco: de la mano de narcos, traficantes de armas y la captura de municipios y corregimientos alejados de los centros de poder. Territorios estos en los que brilla la ausencia del Estado.

Un tercer aspecto tiene que ver con las relaciones entre el presidente Petro, en su rol de comandante supremo de las fuerzas armadas, y el Ejército nacional, fuerza sobre la que recae el peso del orden público en el país. Si bien en la práctica parece haber un cambio en la doctrina del “enemigo interno” que obliga a los militares a poner, por encima de resultados operacionales, la vida de los civiles y el bienestar de las comunidades, el Centro Democrático y en general la derecha política asume esa nueva realidad como un debilitamiento de la capacidad y de la fuerza de los militares a la hora de combatir a la insurgencia. Esa lectura maliciosa que hacen políticos uribistas puede calar en oficiales y suboficiales con mando de tropa, cuyas conductas pueden terminar en violaciones a los DDHH o en acciones de sabotaje a los procesos de diálogo que se adelantan con estas disidencias y con el ELN.

Mientras se termina de aclarar lo que pasó, este 29 de octubre será una jornada electoral en la que se define en buena medida la viabilidad y legitimidad del proyecto político que encarna el presidente Petro y el Pacto Histórico.



Imagen tomada de EL TIEMPO


miércoles, 25 de octubre de 2023

GUSTAVO BOLÍVAR SE CALENTÓ Y D’ARCY QUIIN QUEDÓ EN EVIDENCIA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Si de algo se vienen dando cuenta las audiencias, en particular quienes consumen redes sociales y se forman en escuelas de periodismo en donde se hacen análisis críticos del trabajo de la prensa, es que las empresas mediáticas tienen intereses económicos y políticos, lo que significa que la información que publican deviene contaminada por los lixiviados que producen la mezcla de esos dos intereses.

Debido a esos intereses y los compromisos que de estos se derivan, los periodistas suelen traspasar los límites de la decencia y el decoro, en ese camino de convertirse en estafetas del régimen de poder o mandaderos de los editores, quienes cumplen con la tarea de satisfacer a los propietarios de las empresas mediáticas.

Lo debates televisivos que se vienen realizando, han servido para evidenciar conductas tendenciosas y preferencias de los periodistas y de las casas periodísticas para las que trabajan. Por ejemplo, el director del noticiero Caracol Noticias, dejó ver con claridad su sesgo político y favoritismo por el candidato a la alcaldía de Medellín, el uribista, Federico Gutiérrez, alias Fico.

Pues bien, anoche, en el debate televisado entre los candidatos a la alcaldía de Bogotá, organizado por EL TIEMPO y City Tv, la periodista D’Arcy Quiin, esposa del empresario Alberto Ríos Velilla, conocido con el zar de las basuras en Bogotá, hizo la tarea de incomodar al candidato de la izquierda y del gobierno, Gustavo Bolívar, con el recurrente tema de los muchachos de la Primera Línea.

A decir verdad, Quiin cumplió con un principio básico del periodismo: molestar y confrontar, en este caso, al candidato que le preocupa al sector de clase que representa la periodista y a los medios EL TIEMPO, SEMANA, EL COLOMBIANO y EL PAÍS de Cali, y, en particular, a La FM de RCN, programa radial para el que trabaja la reconocida comunicadora.

La crítica que le cabe a la pregunta que le lanzó a Bolívar se funda en cuatro aspectos: el primero, por la recurrencia del interrogante que, cargado de mala leche, busca, de manera tendenciosa, que sectores de la sociedad bogotana asocien a Bolívar con los hechos vandálicos ocurridos en ciudades como Cali y Bogotá, y el miedo que se generó durante los días del estallido social en 2021;  el segundo aspecto tiene que ver con la narrativa que promovió el gobierno del presidente-títere, Iván Duque Márquez, con la que se calificó a los muchachos de la Primera Línea como terroristas urbanos, tesis esta que recoge el general de la Policía en uso de buen retiro, Jorge Luis Vargas, también candidato a la alcaldía de la capital del país; el tercero aspecto aparece porque queda la sensación, al escuchar la pregunta, que la Primera Línea, como organización, se mantiene en pie de lucha, lo que significa que Bolívar sería, de llegar al Palacio Liévano, su representante y amigo; y el cuarto y no por ello el menos importante, porque a los demás candidatos no se les incomodó de esa manera. Es decir, Quiin no aplicó el principio de molestar, a todos los candidatos: fue selectiva y por lo tanto, tendenciosa.

Esta fue la pregunta que le sacó el bloque al candidato del Pacto Histórico: “Si usted es elegido alcalde de Bogotá, ¿cuál va a ser la relación de la administración distrital con los integrantes de la ‘primera línea’, les va a dar subsidios, los va a integrar o qué va a hacer con ellos?”.

Por supuesto que la reacción de Bolívar es legítima porque el interrogante viene cargado de mala leche y con el hedor de los lixiviados que se producen cuando los intereses, políticos y económicos, se mezclan y aparecen en este tipo de debates.

Esta fue la respuesta del escritor y candidato, en un tono airado, que terminó por opacar el debate y dejar mal parada a la periodista en cuestión: “Los medios de comunicación deberían disimular las encerronas que siempre me hacen con el mismo tema. Siempre me traen a los debates a preguntarme por la ‘primera línea’ como si yo la hubiera financiado”.

De contera, Quiin trató de pasar por chistosa, al llamarle la atención al candidato Jorge Enrique Robledo porque se estaba durmiendo. La reacción de Robledo no se hizo esperar y exigió respeto de la conductora del debate. En este caso, Quiin irrespetó al excongresista, pero también a la audiencia que estaba apreciando el debate. A pesar de las disculpas presentadas por la periodista, su patanería la dejó ver como una periodista poco profesional.

Al final, fue una noche para olvidar para la periodista. Las maneras en el periodismo son importantes. Y en esta ocasión, Quiin se equivocó de cabo a rabo, pues fue impertinente y grosera con Robledo y tendenciosa con Bolívar.


Imagen tomada de Pulzo


lunes, 23 de octubre de 2023

CONFIRMAN REVOCATORIA DE CANDIDATURA DE RODOLFO HERNÁNDEZ

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En las demandas de revocatorias de candidaturas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) resuelve por estos días antes de las elecciones del 29 de octubre, hay casos como el de Rodolfo Hernández que no deberían de atenderse y asumirse exclusivamente desde la perspectiva jurídico-política que se desprende del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que señala que solo el fallo condenatorio de un juez de la República puede impedir que un ciudadano ejerza el derecho político a ser elegido. Por el contrario, deberían de primar razones morales y éticas.

Huelga recordar que ese memorable fallo nace de la sanción que el entonces Procurador General, un momio recalcitrante, Alejandro Ordóñez Maldonado, le impuso al alcalde de Bogotá de la época y hoy presidente de la República, Gustavo Petro Urrego. Ordóñez sacó del cargo a Petro y este corrió a la CIDH y al sistema interamericano para defender su derecho a ser elegido. Todos sabemos que Petro pudo terminar su mandato como alcalde mayor de la capital del país.

No podemos olvidar que sobre Rodolfo Hernández recaen sanciones de la Procuraduría General de la Nación, entidad disciplinar y administrativa que, a la luz del mencionado fallo del tribunal internacional, no podría restringir su derecho a ser elegido al cargo de elección popular al que aspira de manera obstinada: la gobernación de Santander.  Se suma a las decisiones de la PGN el hecho de que ya fue llamado a juicio por el caso de Vitalogic, proceso que no se sabe por qué no avanzó, justamente, para evitar llegar a este desgaste jurídico para las instituciones. Este elemento que es jurídico-político, recoge las razones morales y éticas que deben tenerse en cuenta por la ciudadanía y ojalá por el propio CNE, al momento de revisar y decidir sobre todas las demandas de revocatoria que han llegado. Pero sabemos que en ese organismo hay sujetos cuestionados moral y éticamente e incluso, con procesos abiertos y llamados a juicio por parte de la Corte Suprema de Justicia. Es el caso del uribista Álvaro Hernán Prada, procesado por ser cómplice en la manipulación de testigos en la que incurrió su jefe político, el expresidiario y expresidente, Álvaro Uribe Vélez, imputado por ese delito y por fraude procesal.

Constituye una burla para las instituciones y la sociedad que candidatos cuestionados y adportas de un juicio, insistan en ser elegidos por el solo hecho de tener las maquinarias y poder económico para aspirar a un cargo de elección popular. Una sociedad moralmente confundida como la colombiana necesita que los elementos jurídico-políticos, en casos específicos, sean superados por lecturas moralizantes, en aras de que los electores y el resto de la comunidad sientan que aquellos candidatos y candidatas con serios señalamientos de haber cometido actos de corrupción, no deberían resultar elegidos. Como también resulta una guaza el hecho de que el magistrado del CNE, Álvaro Prada esté en ese organismo, cuando ya fue llamado a juicio. Esas son las inmoralidades que nublan y enturbian las razones jurídicas, en el marco de una sociedad que naturalizó el ethos mafioso.

Lo mejor que puede hacer el candidato Hernández es retirarse de la política. Ya amasó una fortuna. Vaya y cuide su salud, señor Rodolfo Hernández. Dele un respiro al país. Por candidatos como Usted, millones de colombianos se abstienen de participar y votar en las jornadas electorales. Vaya, siga gozando de fiestas en yates.

Al magistrado Prada hay que decirle que su presencia en el CNE ensucia aún más la ya cuestionada imagen de la autoridad electoral. Es inmoral que adportas de un juicio por graves delitos, haya aceptado ser magistrado del Consejo Nacional Electoral.

La naturalizada legitimad del derecho y la de los factores jurídico-políticos que en un momento dado hagan posible una candidatura como la de Hernández se erosiona al momento de revisar las actuaciones públicas de los aspirantes a ser elegidos a través del voto. Ya bastante tenemos con clanes políticos cuyos miembros continúan en la carrera electoral a pesar de que comparten los mismos niveles de inmoralidad y de baja altura ética que la que exhibe Rodolfo Hernández.

La decisión en segunda instancia del CNE puede ser que jurídicamente, a la luz de la CIDH, resulte violatoria del sentido del fallo que en su momento emitió el alto tribunal internacional; pero moral y éticamente resulta ejemplarizante contra un ciudadano que no solo “se caga en las normas”, sino que ataca físicamente a sus adversarios políticos.



Imagen tomada de EL ESPECTADOR

domingo, 22 de octubre de 2023

JUAN ROBERTO VARGAS Y CARACOL NOTICIAS APOYAN LAS CANDIDATURAS DE EDER, FICO GUTIÉRREZ, CHAR Y GALÁN

 

Por Germán Ayala Osorio

 

El director de Noticias Caracol, Juan Roberto Vargas, es un periodista tendencioso y cercano a lo que se llama el uribismo. En la emisión de hoy domingo 22 de octubre entrevistó, por separado, a los candidatos a la alcaldía de Medellín, Federico Gutiérrez, alias Fico y Juan Carlos Upegui.

La decisión de entrevistar a los dos candidatos más opcionados se debió a que el debate programado fue cancelado por el nivel de crispación electoral y política que por estos días se vio en Medellín, por cuenta de unas riñas entre simpatizantes de las dos campañas. Ese argumento es débil. No será que Caracol le hizo el favor a Fico de evitarle el estrés y el miedo que le produce ir a debates por su evidente incapacidad discursiva? 

Vargas no se destaca precisamente por ser un periodista objetivo y crítico. Por el contrario, deja entrever en sus entrevistas su tendencioso y melifluo carácter con el que conduce las entrevistas.

Al momento de entrevistar al candidato Upegui, el presentador de noticias dispuso que las dos sillas estuvieran una frente de la otra, para transmitir la idea de una confrontación. Esa manera de disponer del espacio puso a Upegui en una posición incómoda no solo por la cercanía física, sino por los actos de habla y el tono que Vargas usó para preguntarle a Upegui por asuntos relacionados con sus propuestas. Fue evidente que Vargas quería atacar a su entrevistado, incomodarlo y fustigarlo con asuntos como el lazo de consanguinidad con la esposa del recién renunciado alcalde de Medellín, Daniel Quintero. Vargas le preguntó con insistencia a Upegui por el origen de los recursos económicos gastados en la campaña. Este aspecto no lo tocó al momento en el que entrevistó a Federico Gutiérrez, quien cuenta con el respaldo de Álvaro Uribe y del GEA.

La disposición espacial de las sillas con Gutiérrez, alias Fico, fue diferente, pues Juan Roberto Vargas no quiso enfrentar al candidato de su predilección por estar conectado con el expresidiario y expresidente, Álvaro Uribe Vélez. Con alias Fico, a Vargas se le notó cómodo y tranquilo. Obligado por las circunstancias y por querer parecer neutral y objetivo, Vargas le preguntó a Gutiérrez por el caso de su secretario de seguridad, cuando él fungió como alcalde de Medellín. Se trata de Gustavo Villegas, condenado por tener relaciones con la organización sicarial conocida como la Oficina de Envigado. Fico se refirió al tema sin contestar la pregunta y sin mentar el nombre de su secretario. Vargas no insistió, como sí lo hizo cuando Upegui evitó contestar sobre el origen de los dineros que entraron a su campaña.

Así entonces, Vargas y su noticiero Noticias Caracol dejaron clara su apuesta electoral y política. Y lo vienen haciendo de tiempo atrás. Por ejemplo, para el caso de Cali, están apoyando al candidato Alejandro Eder; para el de Barranquilla, acompañan a Alex Char; en Bogotá, le hacen fuerza a Carlos Fernando Galán.

 

Imagen tomada de Pulzo.com

EL AGOTAMIENTO DE LA DEMOCRACIA

 

Por Germán Ayala Osorio

Por ser la democracia el régimen de poder considerado la antítesis de la dictadura, se da por sentado que su funcionamiento siempre será legítimo y, por tanto, cualquier crítica por los problemas sobrevinientes siempre serán responsabilidad de los gobiernos, la clase dirigente y los pueblos que la validan, cada cierto tiempo, institucional, electoral y políticamente.

Este 29 de octubre, los colombianos irán a las urnas para escoger gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles. La coyuntura electoral en Colombia se mueve entre dos polos: extender a las regiones el proyecto político progresista que orienta el presidente de la República, Gustavo Petro o frenar su consolidación, tarea esta que asumió tempranamente y con decisión sectores de la derecha económica y política a los que no les interesa para nada cambiar las condiciones que el viejo Establecimiento colombiano logró imponer durante más de 50 años: pobreza extrema, desigualdad, informalidad y el sempiterno clientelismo. 

Entre tanto, venezolanos y argentinos hicieron lo propio ayer 22 de octubre pero en circunstancias diferentes. En Venezuela, sus habitantes votaron en las primarias de la Oposición en Venezuela. De acuerdo con fuentes periodísticas, el triunfo lo obtuvo María Corina Machado, quien está inhabilitada por decisión de la Contraloría, por presiones del régimen de Nicolás Maduro Moros. De confirmarse el triunfo de Machado,  en las elecciones de 2024 se enfrentará a las maquinarias de Maduro. Del régimen venezolano hay que decir que se mueve entre ser una dictadura de corte socialista (del viejo socialismo soviético) o una, fruto de la eliminación de la división de poderes, esencia de la democracia. Podríamos hablar de una democracia restringida dado el enorme poder político y administrativo que concentra el actual presidente de la República. Por el lado de Argentina, los gauchos salieron hoy a sufragar para elegir a quienes, en segunda vuelta, se disputarán el derecho a gobernar por 4 años: Sergio Massa y Javier Milei.

En los tres países noto un agotamiento del sistema democrático. Para el caso colombiano, y de acuerdo con las denuncias de instituciones oficiales y de medios alternativos, cientos de candidatos cuestionados por corrupción llegarán a gobernaciones y alcaldías, con el firme propósito de evitar, justamente, la profundización de la democracia en los términos planteados por Chantal Mouffe. Se espera que varios clanes mafiosos continúen al frente de gobernaciones y alcaldías importantes por el nivel de desarrollo económico. 

El porcentaje de abstención y el voto blanco dan cuenta de tiempo atrás del agotamiento y de la pérdida de credibilidad de un sistema que parece inmejorable, pero que arrastra sempiternos problemas asociados a la también eterna corrupción público y privada en los tres países señalados, gracias a la captura del Estado y su posterior privatización.

Hay momentos en los que la democracia se agota o termina agotando a los pueblos y a los ciudadanos que hacen visibles las prácticas y los valores democráticos. Por ejemplo, las votaciones y las movilizaciones que convocan los gobiernos y los sectores de la oposición hacen posible hablar del agotamiento de la democracia; a la extenuación de la democracia se suman la pobreza, el hambre, la corrupción y la operación de Estados cada vez más capturados por mafias corporativas asociadas a ideas propias del neoliberalismo. Venezuela y Colombia, recientemente, vienen experimentando en las calles enfrentamientos ideológicos, políticos, racismo y clasismo, que le restan valor a la democracia.

Las promesas de cambio también aportan a la consunción de los regímenes democráticos, en particular cuando lo propuesto se asume con un carácter maximalista y las masas populares lo entienden como un “borrón y cuenta nueva” de todo lo negativo que las grandes mayorías han soportado. Y eso es un imposible. Colombia lo está viviendo con la llegada de Petro al poder y su idea del cambio; y lo puede vivir Argentina si Milei se convierte en presidente de la República y llega a la Casa Rosada. Aunque podría llamarse la Casa Tostada, por las locuras que ya el pueblo argentino le conoce a Milei. El excéntrico candidato presidencial usa como símbolo para erradicar la corrupción y a los corruptos, una motosierra; a lo que se suma su intención de reducir el Estado y acabar con el Banco central. 

Las guerras también aportan su grano de arena a la lasitud de las democracias en tanto que Estados democráticos le apuestan a la guerra o se comportan como Estados terroristas, para saciar la sed de venganza que guía la vida de primeros ministros o presidentes. Es el caso de Israel que se auto proclama como un Estado democrático, pero se comporta como un Estado terrorista y genocida.

En particulares coyunturas sociales, económicas y políticas, y debido al agotamiento de la democracia como referente de civilidad y construcción de humanidad, emergen líderes carismáticos que ofrecen invisibles cerramientos a la democracia, entendidos por los ciudadanos como única salida y solución a los graves problemas que aquejan a las democracias más desarrolladas y otras que sobreviven en medio de afugias, problemas y conflictos que comprometen la vida de cientos de millones de ciudadanos que validan todo el tiempo vivir en democracia, solo por ser lo contrario a la dictadura.


Imagen de France 24


sábado, 21 de octubre de 2023

PERIODISMO HUMANITARIO

 

Por Germán Ayala Osorio

 

En el cubrimiento de las guerras, los periodistas registran los hechos propios de las confrontaciones armadas: cantidad de heridos, muertos, desplazados, infraestructura atacada y destruida y el tipo de armamento usado por los bandos enfrentados. Casi que no hay tiempo para lamentar las “bajas” civiles, aunque se intenta hablar con los sobrevivientes para dejar sentada la barbarie y la pulsión humana de asesinar a sus semejantes.

Sin duda alguna, ese trabajo notarial resulta importante para la historia política universal, aunque termine sirviendo a los intereses de los fabricantes de armas, cuando la información registrada da cuenta del potencial destructivo de las bombas, destaca la calidad y el potencial destructivo de las armas desplegadas en los teatros de operaciones. Imagino a los “creativos” que construyen los misiles y las bombas, aplaudiendo sus “creaciones” y esperando a que lleguen más pedidos pues es posible que las confrontaciones se extiendan en el tiempo. Por eso, los conflictos armados fungen como las grandes vitrinas en donde afamados "dealer", fabricantes y vendedores de armas se frotan sus manos al ver que el negocio crece y crece. 

En los recientes hechos bélicos que comprometen al Estado de Israel y al grupo extremista Hámas de Palestina, los cubrimientos periodísticos de reputadas cadenas internacionales, dan cuenta de la cantidad de muertos y heridos civiles provocados por las dos fuerzas que participan de las hostilidades, en lo que se considera una guerra asimétrica.

Por cuenta del manido discurso de la “objetividad periodística”, ese trabajo de notarios les impide a los periodistas que están en terreno e incluso, a los editores y compañeros en los sets de transmisión, fustigar a los fabricantes y distribuidores de armas que proveen insumos para que Israel y Hámas sigan asesinando civiles, a diestra y siniestra.

Ese trabajo “objetivo y limpio” termina por insensibilizar a las audiencias que consumen la guerra asimétrica entre Israel y Hámas, cómodamente en salas de televisión de todo el mundo. Es tiempo de olvidarnos de hacer únicamente el trabajo notarial, para empezar a lanzar frases cuya contundencia llame la atención sobre la perversidad de nuestra condición humana. Es tiempo también de entregar consignas por la vida y en contra de todos los que promueven sentimientos de venganza y caen en el lugar común de decir "es que este empezó primero".

Las multitudinarias marchas pro-Palestina que se vienen sucediendo alrededor del mundo dan cuenta de un sentimiento anti-barbarie y antiguerra que la prensa mundial no está recogiendo de la mejor manera. Hay que empezar a fustigar a los guerreros, a los armamentistas y a quienes sobreviven en los remolinos de la venganza. Ya el cine comercial americano, especialmente, ha hecho suficiente para legitimar la venganza y graduar de héroes a los guerreros (llámense militares, mercenarios, milicianos o terroristas).

Si se revisan los tratamientos periodísticos dados por los medios televisivos de Colombia al conflicto entre Israel y Hámas, encontramos periodistas y medios afines a la causa judía, lo que les permite flagelar discursivamente a quienes, desde distintas instancias, claman por el cese al fuego y la búsqueda de salidas negociadas, bajo un principio ético: detener la producción de heridos y muertos.

Hay que trabajar en la construcción de un periodismo que bien podemos darle el apellido de humanitario, que sirva para erosionar los egos de los guerreros y de los guerreristas, y por ese camino, defender la vida de los civiles, sin importar la idea de territorio y nación que defiendan.

El asesinato de cientos de miles de niños y niñas no puede reducirse a un frío dato. No. Es una tragedia humanitaria y la confirmación de la perversidad de nuestra condición humana. Es tiempo, sin caer en puestas en escena y en la teatralización de los hechos noticiosos, que los reporteros, presentadores y editores dejen de lado la frialdad que exige la manida objetividad, para empezar a señalar, moral y éticamente, a todos aquellos que les dan herramientas a quienes están dispuestos a exterminar en nombre de un dios o simplemente por garantizar que siga el lucrativo negocio de las armas.



Imagen tomada de la BBC News.

viernes, 20 de octubre de 2023

MODERNIDAD, CONDICIÓN HUMANA Y CONFLICTO HAMÁS Y ESTADO DE ISRAEL

 

Por Germán Ayala Osorio

Las dos guerras mundiales pusieron en crisis el proyecto de la Modernidad. En adelante y a pesar de los horrores registrados, vistos y estudiados en esos dos lamentables escenarios de confrontación armada, la vida en el planeta continuó bajo la misma premisa que constituye a la vez, el más grande riesgo para la humanidad: la condición social de una especie que necesita de otros en una soñada solidaridad, para demostrar poder de intimidación y dominación a través de históricas y diversas estratagemas: las religiones y sus dioses, la política y el mercado (poder económico).

Aunque inconclusa, de la idea asociada al proyecto de la Modernidad pasamos rápidamente a la Postmodernidad sin haber comprendido del todo las causas y los efectos de esos dos cruentos escenarios en los que se probó que la pulsión de asesinar y someter es connatural a nuestra especie. El desarrollo económico y el progreso nos hicieron olvidar esas guerras y el Holocausto Nazi.

Las luchas ideológicas y militares en el marco de la Guerra Fría sirvieron también para probar la estupidez humana. Colombia aún sufre las consecuencias de esa ebullición y confrontación de ideas, contaminadas por la consecución de poder económico, en un mercado ilegal-legal, en el que se negocian armas, droga, vidas humanas, tierra y recursos naturales.

Luego vimos por televisión incursiones militares de los Estados Unidos, con el apoyo de países europeos en Afganistán e Irak, teatros de operaciones en los que se desató, en forma de Tormenta del Desierto, el instinto agresivo y la capacidad auto destructiva de los seres humanos. Claro, se hicieron bajo la égida de Estados “legítimos” que, ondeando una supremacía cultural Occidental, sometieron a pueblos enteros a la ignominia. Sus víctimas asumieron a los ejércitos invasores como defensores de pueblos pecadores, impíos, que requieren ser castigados y convertidos por otros dioses. Entonces, los expertos hablaron de la “guerra entre civilizaciones”.

El terrorismo de Estado nacería como una forma de degradación política de esa forma de dominación con la que se inauguró la modernidad: el Estado. Y el terrorismo de las guerrillas, milicias y de organizaciones calificadas como terroristas, también sirvió para confirmar que aquella pulsión es real y que las tres estratagemas usadas, también. Baste con recordar lo hecho por ETA, IRA y las guerrillas colombianas. Y por supuesto, el terrorismo de Estado, durante los gobiernos de Turbay Ayala (1974-1982), Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) y el de Iván Duque (2018-2022).

Cómo olvidar los ataques terroristas del 11/9 en los Estados Unidos y la reacción temeraria del gobierno americano de entonces, que inició una “Cruzada internacional contra el terrorismo”, para castigar a quienes, según las fuentes oficiales, se atrevieron a atacar al más grande gendarme del mundo. Nuevamente, religión, poder militar y su intocable mercado y la política validando el carácter avieso de la condición humana.

Y detrás de todo lo anterior, el histórico conflicto entre Palestina e Israel seguía vigente, lo que implicó la consolidación de odios de lado y lado y la confluencia del terrorismo como arma política y moral, usada tanto por el Estado de Israel, como por la organización Hamás.

Con los brutales ataques de Hamás y del ejército israelí, vuelven los espectadores y los pensadores del mundo a poner de presente la preocupación de siempre: la posibilidad de que, el día de mañana, alguien obture “el botón rojo” que borre un continente entero.

Israel va camino a borrar del mapa a Palestina y a su pueblo, creyendo que así va a desaparecer a Hamás. Saben que Hamás no es una simple organización, sino un sentimiento, una visión de vida, auspiciada por Alá o por cualquier otro dios o Mesías. La permanencia de Hamás alimenta el mercado de las armas, el poder político de criminales de guerra como Netanyahu y la legitimidad de dioses que solo existen en las atormentadas vidas de miles de millones de seres humanos que necesitan de un dios para justificar sus animadversiones y resquemores contra aquellos que, por cualquier razón, no estamos dispuestos a soportar. Y la mejor forma de probarlo es ver cómo presidentes y comandantes militares, después de orar, salen a dar órdenes de asesinar; y otros, en la vida cotidiana, van a misa los domingos, para salir a maltratar vecinos, violar mujeres y violentar menores de edad.

Creo que es tiempo de ir pensando en dejar de lado religiones y Dioses salvadores y castigadores. Los problemas no los resolverán Alá o Jesucristo o cualquier otra idea de dios. Es más, los problemas no se van a resolver porque la especie humana, en sí misma, es el problema.



Imagen tomada de https://jesuschristformuslims.com/es/quien-es-nuestro-senor-dios-o-ala/


jueves, 19 de octubre de 2023

¿CANDIDATURAS INDEPENDIENTES O ESTRATEGIAS DE ENGAÑO?

 

Por Germán Ayala Osorio

 

A pocos días de las elecciones regionales, aparecen en la escena electoral varios candidatos a alcaldías de ciudades como Bogotá, Cali y Medellín, cuyas candidaturas están soportadas en “movimientos ciudadanos” con los que, de manera engañosa, pretenden hacerle creer a propios y extraños que sus aspiraciones están alejadas de los desacreditados partidos tradicionales. Adicionalmente, se presentan como “independientes” de las sempiternas maquinarias electorales y políticas y de los intereses siempre mezquinos de los grandes contratistas del Estado. Con esas prácticas sinuosas, esos movimientos ciudadanos y la democracia se vuelven como el papel, esto es, fácilmente deleznable.

Miremos varios ejemplos. En Cali, el candidato de la derecha, Alejandro Eder, inscribió su candidatura bajo el Movimiento Revivamos Cali. En la campaña de 2019, el nombre de su pasajera microempresa electoral se llamó Compromiso Ciudadano por Cali. De manera ladina, Eder pretende ocultar que lo acompañan los partidos Cambio Radical, de Vargas Lleras, una de las colectividades con más señalamientos por actos de corrupción cometidos por políticos apoyados por esa empresa electoral e incluso, por sus militantes y dirigentes. Varios de ellos condenados por homicidio y delitos contra la administración pública. De la U y del partido Conservador también lo están apoyando. 

Aunque lo negó en un reciente debate, en los mentideros políticos se dice que cuenta con el respaldo de varios políticos del Centro Democrático, partido desprestigiado por cuenta de la sistemática pérdida del teflón mediático de su propietario, el expresidiario y expresidente, Álvaro Uribe Vélez.

En la Capital del Cielo, el contrincante político de Eder, Roberto Ortiz, también aplicó la misma fórmula. Su movimiento se llama Firme con Cali. Al igual que Eder, el populista de derecha, reconocido en la ciudad por el juego del chance llamado El Chontico, le oculta a los votantes qué estructuras políticas y clientelares lo apoyan en su aspiración, la tercera, de convertirse en alcalde de la capital del Valle del Cauca.  A Ortiz lo respalda el partido Liberal y la U, de Dilián Francisca Toro.

Otro político que también hizo lo mismo que Eder y Ortiz en Cali, pero en Medellín, es Federico Gutiérrez, quien presentó su nombre a los paisas bajo su movimiento ciudadano, Creemos. Todos saben en Antioquia y en Medellín, que “Fico” es el ungido, nuevamente, de Uribe Vélez, quien insiste en seguir siendo un gran elector a pesar de que su figura se asocia a la corrupción y a la violencia política institucionalizada. Hay que recordar que el expresidente está imputado por los graves delitos de fraude procesal y manipulación de testigos, más centenares de investigaciones en Fiscalía, Corte Suprema de Justicia y Comisión de Acusaciones (Absoluciones) de la Cámara de Representantes.

Y en Bogotá, otro candidato que insiste en presentarse como “independiente” es Carlos Fernando Galán, hijo del inmolado político, Luis Carlos Galán Sarmiento. Su candidatura la inscribió bajo el emblemático partido Nuevo Liberalismo. Claramente, Galán quiere, tardíamente, recuperar el buen nombre de esa colectividad, asociado, por supuesto, a la imagen positiva que dejó su padre. Galán hijo, empezó su carrera política en Cambio Radical, el mismo en el que estuvieron el criminal Kiko Gómez y la controvertida política, Oneida Pinto. Incluso, Galán llegó a ser presidente de esa malograda colectividad política (2011-2012). Detrás de Carlos Fernando Galán están los amigos del “vendedor de buses”, Enrique Peñalosa y los contratistas de siempre.

Así las cosas, todos los movimientos ciudadanos por firmas no son otra cosa que una fachada y la estratagema política-electoral de quienes creen posible engañar a los votantes, presentándose como independientes, cuando los acompañan los vicios y las prácticas politiqueras que convirtieron la democracia colombiana en una formalidad.

Como régimen de poder, la democracia se ha servido de los partidos políticos no solo para mantener altos niveles de legitimidad, sino para darle a la competencia electoral un carácter institucional y formal, en aras de consolidar la idea de que esas asociaciones trabajan para el bien del colectivo.

Es claro que hoy en el mundo los partidos políticos tradicionales devienen en una profunda crisis identitaria, asociada al debilitamiento de sus ideas y programas. Las dificultades que enfrentan estas organizaciones políticas deben conectarse de manera directa y clara con la “evolución” de las sociedades, cuyos miembros deambulan entre llevar sus vidas ancoradas con rigor a lo que se conoce como el individualismo posesivo y/o insistir en la defensa de lo público, esto es, lo que nos interesa y conviene a todos. Al final, a los movimientos de Eder, Ortiz, Gutiérrez y Galán, llegan ciudadanos imbuidos en el individualismo posesivo y por supuesto, en la consecución de un puesto, una beca, un contrato.

El péndulo parece quedarse del lado de la primera circunstancia, lo que explica aún más el debilitamiento de los partidos y el surgimiento de microempresas electorales o sectas-partidos, guiadas por líderes-pastores, como sucede con el Centro Democrático, Cambio Radical y la U, entre otros tantos, que fungen más como mesías e iluminados, que como dirigentes políticos defensores coherentes de una particular ideología partidista y preocupados por el futuro de las grandes mayorías.  Se trata de liderazgos ancorados a hombres megalómanos que en lugar de formar cuadros para que los sucedan en un inmediato futuro, insisten en que son los únicos capaces de gobernar, pero, sobre todo, los únicos a los que se les pueden ocurrir las ideas de cambio que se necesitan para reorientar la vida económica, social y política del país.

Hay que decir que las crisis de los partidos políticos  no es un asunto exclusivo de la restringida democracia colombiana, aunque es posible que la sostenida crisis de los partidos tradicionales, e incluso, su eventual desaparición como estructuras legítimas y centros de pensamiento,  se note más y tenga mayores efectos en un país como Colombia en el que lo que más desprecian los operarios políticos es aquello de fortalecer y respetar la institucionalidad, aunque en precisos y convenientes momentos, salen a defenderla.


Imagen tomada de EL TIEMPO


“VAMOS A RECUPERAR EL PAÍS”

  Por Germán Ayala Osorio   En el ejercicio de la política suelen aparecer frases que bien pueden servir como eslogan de futuras campañ...