sábado, 11 de octubre de 2025

EXPRESIDENTE URIBE INTIMIDA A PERIODISTAS DE CUESTIÓN PÚBLICA

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Si algo dejó claro Álvaro Uribe Vélez durante sus ocho aciagos años de gobierno es que le incomodaba que la prensa le preguntara por hechos del pasado y confrontara sus decisiones, sus presuntos vínculos con grupos paramilitares y acciones de gobierno atadas a la aplicación de la seguridad democrática, la misma política que dejó 6402 crímenes de Estado, mal llamados falsos positivos. Ya el país sabe que entre 2002 y 2010 los periodistas que se atrevieron a criticarlo fueron perseguidos, chuzados y  llamados por el presidente Uribe como “amigos de los terroristas”.

Para infortunio del ahora expresidente, en el 2018 nació el medio alternativo digital Cuestión Pública, cuyo equipo de trabajo se caracteriza por editar serios informes periodísticos que no solo confrontan la mediocridad y los compromisos políticos e ideológicos de la prensa hegemónica, sino que incomodan al latifundista y domador de bestias nacido en Salgar, Antioquia.

Uribe Vélez, por el poder político que aún ostenta a pesar de estar condenado en primera instancia por graves políticos y de la pérdida del “teflón” que la prensa hegemónica le construyó por ser él una invención mediática, envió un derecho de petición a Cuestión Pública en el que le solicitaba a sus periodistas información financiera y contractual con figuras públicas con las que Uribe Vélez tiene controversias políticas y judiciales.

La inusual, irrespetuosa, extraña e intimidante solicitud del exmandatario, llamado por Juan Manuel Santos “rufián de esquina”, apuntaba a  saber si Cuestión Pública tenía “…vínculos contractuales, de servicios, consultoría, colaboraciones editoriales, donaciones o coautoría de proyectos con el periodista Daniel Coronell, el senador y precandidato presidencial Iván Cepeda, el abogado penalista Miguel Ángel del Río, el abogado defensor de derechos humanos Reinaldo Villalba y el exfiscal general y hoy ministro de Justicia, Eduardo Montealegre”.

La petición del ganadero y latifundista antioqueño se da por la evidente molestia que le produjo el cubrimiento periodístico que hizo Cuestión Pública del juicio en el que finalmente fue condenado por tres graves delitos. Y recientemente se disgustó el expresidente y expresidiario al momento de ser interrogado por los hechos relacionados con el caso conocido como el “Parqueadero Padilla”.

La respuesta, digna y consecuente de Cuestión Pública contrasta con el silencio y la tímida, por no decir nula solidaridad de los medios masivos, columnistas y reconocidos periodistas con los colegas por la  clara intimidación del exmandatario antioqueño.  Vamos a ser claros: no tenemos ni hemos tenido ninguna relación contractual o monetaria con las personas que menciona, salvo las de carácter periodístico realizadas con rigor y bajo todos nuestros estándares de calidad. Consideramos que su solicitud tiene un tono de censura, una presión que podría buscar influir en nuestro trabajo periodístico. En Cuestión Pública no nos vamos a dejar intimidar: seguiremos haciendo periodismo independiente, riguroso y valiente. Y, ojo, informar no es un delito”.

Desde La Otra Tribuna me solidarizo con los colegas de Cuestión Pública por el terror que debieron sentir una vez recibieron el conminatorio derecho de petición de un expresidente que usa su intimidante figura y poder para confrontar a los periodistas que buscan explicaciones y la escurridiza verdad, como si se tratara de un censor oficial.

Termino con esta frase que muy seguramente no le gusta al primer expresidente colombiano condenado por delitos no políticos. “El periodismo no debe ser neutral, sino comprometido con la verdad y la justicia” (Ryszard Kapuscinski).

Adenda: si por algo se distingue el gremio de periodistas es por la insolidaridad y la división entre quienes buscan la verdad y aquellos que optan por defender primero el salario, antes que apostarle a dar con esa quimera. 


Imagen tomada de la red internet. 

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