martes, 3 de septiembre de 2024

HINCHADA DEL CALI, PRENSA Y SER FELICES

 

Por Germán Ayala Osorio

 

La invasión a la cancha de parte de hinchas del deportivo Cali, como forma de protesta por la derrota que sufría y sufrió finalmente con el deportivo Pasto, es un hecho extradeportivo que tiene un fuerte anclaje en las erróneas maneras como en general los hinchas del fútbol manejan la derrota e incluso, los triunfos.  Al final, la actitud asumida por el grupo de hinchas y los comentarios que la prensa recogió a la salida del estadio Palmaseca están inexorablemente atados a un problema cultural-civilizatorio del que deberían ocuparse los aficionados, las directivas de los equipos de fútbol y la prensa deportiva.

Inicio con las responsabilidades que aún no asumen los periodistas deportivos que reducen su trabajo a cubrir los resultados y transmitir los comentarios de los futbolistas y los técnicos. Cuando se presentan desmanes e invasiones a las canchas, los periodistas lamentan los hechos, sin advertir que tienen obligaciones que deben asumir como informadores. Lo primero que deberían de hacer es usar los espacios periodísticos y las transmisiones en directo de los partidos para decirles a los hinchas lo inconveniente que resulta que ellos les entreguen a 11 jugadores la responsabilidad de hacerlos felices. Craso error que cometen los aficionados que asisten asiduamente a los estadios. Ese es un problema cultural-civilizatorio que termina en actos de violencia física, verbal y simbólica como ir a protestar a la sede en donde entrenan, amenazar a los jugadores y atacar a piedra el bus que los transporta.

Al hincha furibundo o dolido por la derrota hay que confrontarlo. En lugar de abrirle los micrófonos para que desahogue su frustración por la derrota, diciendo barbaridades y madrazos, a ese aficionado hay que llamarle la atención y decirle que el del problema es él y no los jugadores. Se trata de un simple juego en el que se puede perder, ganar o empatar. Es así de sencillo.

Escuché a un hincha del deportivo Cali decir que “uno se mata trabajando para venir al estadio a verlos y no juegan ni mierda…”. Este hincha tiene un grave problema: está convencido de que el equipo y los jugadores están en la obligación de hacerlo feliz, de sacarlo de su desdichada vida como trabajador. Es en este punto en el que los periodistas deportivos deben aparecer para mostrarle a ese hincha que está equivocado. Decirle con sinceridad que su vida resulta insignificante para los jugadores y para las directivas del club.

Por ser un deporte de masas, el periodismo deportivo y los clubes han terminado por evitar cualquier confrontación al aficionado que depositó la obligación en terceros, de ser feliz. Claro, los clubes y los periodistas lo hacen por razones económicas y de rating. Los primeros necesitan que los hinchas compren las boletas y llenen los estadios; y los segundos, que escuchen las transmisiones radiales y televisivas con las que evitan al máximo enfrentar a unos hinchas que arrastran el ya señalado  problema, muy seguramente inoculado por la misma prensa deportiva.

Entiendo que la prensa deportiva jamás asumirá esa tarea que calza muy bien con aquello de la "responsabilidad social de los medios", porque justamente la violencia en los estadios les permite ganar rating.  El "negocio" es redondo: alimentar a diario las pasiones de la hinchada y por esa vía la ignorancia y la incapacidad para llegar a concluir que están equivocados en la manera como se relacionan con los equipos y con la Selección de Mayores (masculina, por supuesto). Una vez se presentan los desmanes, tienen los periodistas con qué rellenar sus espacios informativos y de "análisis". 

Y para colmo de males, la mayoría de los actos de violencia los protagonizan hombres, machos cuyas masculinidades devienen en una crisis aún no detectada por ellos mismos, justamente porque están atrapados en el círculo vicioso en el que los clubes y los periodistas deportivos los metieron. 

En cuanto a los clubes, qué interesante sería que las relaciones con las barras bravas no se redujeran a la entrega de boletas y quizás al patrocinio de viajes y la confección de pancartas, entre otros menesteres. Por el contrario, que haya un proceso de formación de hinchas responsables que, si bien “aman” al equipo, entiendan que ser felices no está atado exclusivamente a lo que hagan en la cancha los atletas.  

Adenda: fui un hincha furibundo del Deportivo Cali. Con mi padre y mi hermano  Walter compartimos tardes en el Pascual Guerrero. Unas amargas y otras llenas de felicidad. Eso sí, muy temprano comprendí que estaba en el error en el que hoy están cientos de miles de hinchas del Glorioso Deportivo Cali. Sobre la crisis institucional y deportiva del club, quizás obedece a que a las últimas directivas jamás les interesó consolidar un proyecto deportivo de largo plazo.  Caer a la B parece una salida a la crisis financiera y deportiva. 







lunes, 2 de septiembre de 2024

Autoridad Territorial Económica y Ambiental- ATEA- y los imponderables culturales

 

Por GERMÀN AYALA OSORIO 

Con el decreto-ley 1094 del 28 de agosto de 2024 el Estado colombiano salda una deuda histórica con los indígenas del Cauca y en particular con el CRIC, al reconocer a sus pueblos como autoridades ambientales dentro de sus territorios. El artículo primero de dicho instrumento legal tiene como objeto "reconocer el Mandato de la Autoridad Territorial Económica y Ambiental - ATEA como un instrumento de derecho propio de las autoridades tradicionales de los pueblos indígenas que conforman el Consejo Regional Indígena - CRIC, así como las competencias de sus autoridades y establecer mecanismos de coordinación y operativización entre y las entidades en armonía con la política indígena integral de la autoridad territorial y ambiental, como de la Constitución, y demás instrumentos normativos que económicos y ambientales los pueblos indígenas"

Sin duda alguna se trata de un avance importante en materia de conservación ambiental y ecológica de los ecosistemas presentes dentro de los resguardos. Eso sí, la aplicación del decreto-ley enfrenta varios imponderables que superan el sentido del instrumento legal y que ameritaría la inclusión de una ruta interna para enfrentarlos. Uno de esas contingencias está asociada a la presencia de colonos o comunidades afros en las inmediaciones de los resguardos o zonas de amortiguación de ecosistemas, en especial los boscosos en los que están asentados los indígenas. Esa puede ser en adelante una fuente de conflicto en razón a las diferencias existentes entre la cosmovisión ancestral y las ideas que los colonos arrastran en materia de goce y relacionamiento con el territorio y la naturaleza.

Otro de esos inconmensurables tienen que ver con los procesos de "erosión" cultural (aculturación) que se puedan presentar con el paso del tiempo dentro de las comunidades indígenas y que representen cambios en las maneras históricas como se fijaron las relaciones con la naturaleza. El monocultivo de la marihuana por ejemplo es ya un problema cultural, ecológico, socioambiental y estético para los indígenas en Jambalò (Cauca). Así lo han reconocido los mayores. 

A partir de la experiencia acumulada con la siembra de la marihuana dentro de los resguardos es importante que los mismos dirigentes del CRIC y sus mayores  generen los mecanismos internos que les permitan controlar los impactos psicosociales y culturales que pueda estar generando en los jóvenes indígenas el proceso de siembra, control y cosecha del cultivo de la cannabis. 

Por lo anterior, en el Decreto-ley bien se pudo incluir un mecanismo de diálogo interétnico e interinstitucional que permita enfrentar procesos culturales erosivos que terminen cambiando la cosmogonía de los Nasa y otros pueblos asentados en el Cauca y las maneras de relacionarse con los ecosistemas. 



Imagen tomada de la red. 

domingo, 1 de septiembre de 2024

PETRO Y LAS "MUÑECAS DE LA MAFIA"

 

Por Germán Ayala Osorio

 

Que “Colombia es la democracia más antigua de América Latina” es quizás el imaginario colectivo que más daño le ha hecho a los colombianos, cuando se trata de evaluar críticamente los violentos gobiernos de Turbay Ayala (1978-1982), Uribe Vélez (2002-2010) e Iván Duque Márquez (2018-2022). Sumando las dos últimas administraciones, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que fueron 12 años de un régimen que violó sistemáticamente los derechos humanos de campesinos, comunidades ancestrales, defensores del ambiente y los DDHH y los jóvenes que salieron a protestar durante el estallido social de 2021.  Durante el gobierno de Turbay Ayala se aplicó el temido Estatuto de Seguridad. En los tiempos de Uribe, la también temida Seguridad Democrática. Ambas políticas de represión, persecución, estigmatización y muerte.

La manida frase deviene respaldada en el hecho de que no hubo en el país rupturas constitucionales por la toma del poder por parte de los militares, como las que soportaron países como Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, para nombrar solo las del cono sur. Salvo la “dictadura” de Rojas Pinilla, la democracia colombiana ha gozado de buena salud, eso sí, de la salud que conservadores y liberales le permitieron tener. Ha sido una democracia restringida, procedimental y reglada, pero incapaz de garantizar derechos colectivos e individuales de millones de colombianos que viven en la pobreza y en la miseria.

El uso cotidiano de esa frase sirvió para ocultar una realidad: hemos sido, por largos años, una narcodemocracia, un narco Estado, esto es, un régimen democrático capturado por mafias asociadas al contrabando de todo tipo de mercancías, incluidas las armas y al narcotráfico. Eso en cuanto a la ilegalidad. En lo que respecta a la legalidad, operan en Colombia mafias de tipo político, expresadas en la compra de votos, el clientelismo, la financiación de campañas políticas y la captura de instituciones del Estado de parte de corporaciones, clanes o familias políticas que prácticamente privatizaron la operación estatal, evitando así que cumpliera con lo prescrito en la Carta política de 1991.

Es en ese marco en el que debe entenderse la frase expresada por el presidente Petro, que causó revuelo en las redes sociales y los ámbitos mediático y político. El jefe del Estado dijo que “las periodistas del poder, las muñecas de la mafia construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir basta”.

Tratemos de desmenuzar el sentido de lo dicho y lo no dicho por el mandatario de los colombianos. Como es evidente, Petro hace referencia exclusivamente a mujeres periodistas. Curiosamente, algunas de las periodistas que “brincaron” por aquello de “muñecas de la mafia” están atadas a clanes políticos cuyos miembros han sido investigados y condenados por actos de corrupción electoral; otros afrontan investigaciones por paramilitarismo y homicidios.

Aunque el presidente de la República evita dar nombres, él sabía muy bien que el guante se lo iban a calzar o a chantar específicas periodistas que vienen confrontándolo política y mediáticamente. Ha sido tal el hostigamiento que ha sufrido Petro y su familia, que las relaciones prensa tradicional vs presidente de la República devienen marcadas por una fuerte, visible y mutua animadversión. Estamos ante un tipo de violencia discursiva jamás vista en el país recientemente entre un presidente de la República y el sector de la prensa que defiende adentelladas eso que se conoce como la derecha uribizada.

La recién posesionada Defensora del Pueblo, Iris Marín, refutó la expresión del presidente Petro. Dijo la funcionaria- investida por el propio presidente de la República, que "No esperen de mí como defensora del pueblo que justifique el lenguaje discriminatorio o que estigmatiza a las mujeres. “No somos muñecas, ni instrumentos de nadie”.

Lo curioso del debate que desató lo dicho por Petro es que nadie recoge la segunda parte de la frase. Es decir, a nadie parece importarle que, durante el gobierno de Duque, siguiendo las directrices de Uribe Vélez, se calificara la protesta social como “terrorismo urbano”. De esa manera, Duque y su gobierno tomaron distancia de las más mínimas garantías constitucionales y democráticas para consolidar un gobierno de mano dura, que fue capaz de desaparecer muchachos, de sacarles los ojos a por lo menos 60 jóvenes, de asesinar a otros tantos y violar mujeres durante el estallido social. Videla y Galtieri, en Argentina, hicieron lo mismo. Pinochet en Chile, con las “caravanas de la muerte”, hicieron lo propio. De igual manera, Stroessner en Paraguay.

La expresión presidencial resulta estigmatizante y profundamente machista. Hay allí una salida en falso del mandatario que contribuye aún más a la crispación ideológica y política que vive el país desde el 7 de agosto de 2022. Otra cosa es que Petro falte a la verdad histórica que cientos de miles de colombianos quieren ocultar o no desean ver: que somos un narco Estado, una narco democracia, y que la gran prensa, con o sin muñecas, defiende de tiempo atrás a un viejo régimen de poder que se ha portado de manera dictatorial, criminal, corrupta y mafiosa.

La reacción de Petro bien puede obedecer a que pasa por un momento de inestabilidad emocional a raíz de la salida intempestiva de su hija menor Antonella, por cuenta del matoneo y el hostigamiento contra la menor que lideraron periodistas y artistas mujeres. 

Quizás va siendo hora de mirarnos en el espejo de nuestra propia historia y reconocer que eso es lo que hemos construido por acción o por omisión. Somos un país de bandidos: unos de cuello blanco, otros vestidos de camuflado; otros con micrófono en mano. Sobre esto último baste con recordar el listado de periodistas que hacían parte de la nómina del Cartel de Cali. Dejémonos de sensiblerías y aceptemos que como sociedad venimos confundidos moralmente y arrastrando taras civilizatorias y democráticas.


Imagen tomada de petro - Búsqueda Imágenes (bing.com)


sábado, 31 de agosto de 2024

LA PETROFOBIA MEDIÁTICA Y FARANDULERA SACÓ DEL PAÍS A ANTONELLA PETRO

 

Por Germán Ayala Osorio

La salida intempestiva del país de Antonella Petro Alcocer, hija del presidente de la República, da cuenta de los niveles de odio a los que hemos llegado en Colombia por cuenta de tres hechos sociopolíticos ligados entre sí: el primero de estos está enlazado a la llegada al poder por primera vez de la izquierda democrática, en más de 200 años de República,  realidad inesperada para la que no estaban preparados la mayoría de los agentes del "viejo" establecimiento. 

El segundo hecho está atado al pasado de ese primer presidente progresista: se trata de un exguerrillero del M-19, guerrilla urbana caracterizada por dar golpes mediáticos como el robo de 5 mil armas del cantón norte de Bogotá, el robo de la espada de Bolívar y protagonista en la redacción de la Constitución de 1991. La toma del Palacio de Justicia, de la que no participó Gustavo Petro, ha servido de catalizador a la animadversión que profesan cientos de miles de colombianos hacia el presidente y su familia. 

El tercero está enlazado a la Petrofobia alentada por las empresas mediáticas que acordaron hacerle oposición política apelando a mentiras, exageraciones, amañadas interpretaciones y ataques personales contra el presidente y los miembros de su familia. Todas esas acciones como resultado del clasismo y el sectarismo ideológico de la derecha hegemónica. Todos los santos días en los magacines radiales Blu radio y La FM el tema de conversación es lo que hace, dice o deja de decir el presidente de la República. Entre tanto, diarios como El Colombiano y El Tiempo tergiversan los hechos políticos con el claro objetivo de deslegitimar al gobierno y generar incertidumbres y en casos muy precisos, pánico económico. Lo que viene haciendo la revista Semana es la constatación de la ideologización del periodismo y por tanto, del fallecimiento de su deontología y de sus mínimos éticos. 

Es bajo esa realidad sociopolítica que es posible entender el obligado abandono del país de Antonella Petro, sometida a un proceso de acoso y hostigamiento en redes sociales y en escenarios públicos como estadios de fútbol, por ser hija de Petro. Los ataques a la menor de edad incluyeron burlas asociadas a su figura física, elemento este que hace evidente la ruindad y la bajeza de quienes atacaron y asediaron a la joven, hasta obligarla a abandonar la Casa de Nariño. 

Lo sucedido con Antonella Petro Alcocer debería de hacernos reflexionar sobre los violentos y peligrosos niveles de crispación ideológica a los que hemos llegado por cuenta de aquellos periodistas vedettes y figuras de la farándula, como Marbelle, que se resisten a aceptar que 11 millones de colombianos votaron y eligieron al exguerrillero del M-19 que una vez perdonado por el Estado, se acogió al sistema político y democrático. Y fue bajo esas reglas que se convirtió en jefe del Estado. 

Hay que recordar que la cantante Marbelle atacó por lo menos en dos ocasiones a Antonella. En la primera, se burló del tamaño de los ojos de la hija del presidente. Y en la segunda, la descalificó haciendo alusión a que se veía como una habitante de calle. Marbelle hizo un juicio estético, fruto de su evidente arribismo. 

En la red X Petro ha sabido "capotiar" los ataques políticos e incluso personales que ha recibido de una oposición social y política a la que le ha faltado grandeza, argumentos y dosis de eticidad y moralidad muy comunes en sociedades civilizadas. No se puede esperar que una menor de edad como Antonella asuma los sistemáticos hostigamientos de la misma forma como lo ha hecho su progenitor. 

Si las partes enfrentadas no le bajan un tanto a la violencia discursiva y los medios masivos hegemónicos hacen lo propio con la Petrofobia, las elecciones de 2026 pueden resultar más violentas. 





viernes, 30 de agosto de 2024

¿QUIÉN ASUME EL COSTO DE LA EUTANASIA A JAVIER ACOSTA?: LA IMPERTINENTE PREGUNTA DE NOTICIAS CARACOL

 

Por Germán Ayala Osorio


Javier Acosta  ya descansa en paz después de que se le aplicara la eutanasia, aunque su memoria sigue en boca de la discusión moral que acompaña a la decisión de poner fin a la vida a través de ese procedimiento médico.

Su decisión, respetada por unos y cuestionada por otros, expuso nuevamente el debate moral en torno a la decisión de poner fin a la vida por enfermedades que someten a los pacientes a vivir en condiciones de indignidad. Ese era el caso de Javier Acosta, de allí que practicarse el procedimiento eutanásico era la única salida. 

No sorprende en un país católico que aún cree en el cuento o mejor, en aquella sentencia divina que señala que "Dios es el único que puede disponer de nuestra vida". Como tampoco tampoco asombra el tratamiento amarillista, indolente e irrespetuoso que algunos medios le dieron al caso de Acosta. Me referiré en esta columna a Noticias Caracol, medio que no solo irrespetó la decisión tomada por el fiel hincha de los Millonarios, sino que se atrevió a hacer una pregunta impertinente, cargada de "mala leche", de ruindad y mezquindad. ¿Quién asume el costo de una eutanasia como la que le practicarán a Javier Acosta? se preguntaron en el noticiero. El interrogante lo expusieron en un trino que borraron luego de ver las negativas reacciones que provocó en la red X.

En una rápida búsqueda en Google, se encuentra que dicho procedimiento no tiene ningún costo. Y si lo tiene, imagino que lo debe asumir el sistema de aseguramiento, a través de las EPS. Así entonces, pudo el periodista o la persona que maneja la cuenta en X del citado noticiero hacer la misma exploración y responderse la pregunta. 

El interrogante que hacen los de Noticias Caracol está asociado a la intención de añadir un elemento más a la polémica moral que se mantiene vigente en el país en torno a la eutanasia. Para aprovecharse de la situación, buscando rating, el noticiero sirvió de caja de resonancia a un médico que aseguró que estaba en la capacidad de salvar la vida de Acosta. "Médico asegura que puede ayudar a Javier Acosta: "Tengo la posibilidad de salvar esa vida", es el titular del informativo. La misma difusión hicieron otros medios, entre ellos Semana. 

Justamente, el registro del "médico salvador" representa el amarillismo  y la intención manifiesta de un sector de la prensa de explotar mediática y moralmente la decisión de Javier Acosta. Esos tratamientos periodísticos resultan a todas luces impertinentes, irrespetuosos y atados a la lectura moralizante de la iglesia Católica, institución que teme que el "miedo a Dios" se pierda y por esa vía se debilite la vieja y anacrónica doctrina religiosa que insiste en la idea, estúpida por demás, que "vinimos a este mundo a sufrir, para ganarnos el cielo y el paraíso". Javier Acosta estaba sufriendo y la ciencia médica ya no podía hacer nada por él. 

De acuerdo con Noticias Caracol y los creyentes que salieron a criticar su decisión, Acosta estaba obligado a continuar soportando dolores y amputaciones por el solo hecho de no ir en contra de la voluntad del "Creador".  

Javier Acosta partió hoy. Buen viaje, compañero. Infortunadamente, la ética periodística de medios como Caracol Noticias hace rato descansa en paz. 


Imagen tomada de la red X. 

ADENDA: en un ejercicio serio y profesional del periodismo, Noticias Caracol debería de preguntarle al expresidente Iván Duque Márquez sobre los 9 billones de pesos que se perdieron del OCAD PAZ. Pero no. Su línea editorial se lo impide porque ante todo están para defender la imagen de la derecha y eso incluye no exponer al nefasto expresidente Duque. Resulta más beneficioso, política, moralmente y en términos de rating, insistir en cuestionar la eutanasia para defender el proyecto hegemónico que el noticiero representa, de la mano de la iglesia católica.  



FEMINISMO Y CANDIDATURAS DE CABAL Y VICKY DÁVILA

 

Por Germán Ayala Osorio


Las candidaturas presidenciales de las señoras conservadoras Victoria Eugenia Dávila Hoyos y María Fernanda Cabal Molina podrían asumirse como una reivindicación de las mujeres, en una sociedad patriarcal y misógina como la colombiana, en la que la política ha estado dominada por la presencia incontrastable de los hombres. Pero no. 

Por el contrario, tanto Dávila como Cabal, a pesar de ser mujeres, representan los intereses, pero sobre todo las formas en las que vienen actuando el grupo de machos que concentran el poder económico y político en el país. Representan la tradición, la premodernidad y la doble moral de una sociedad como la colombiana que deviene confundida ética y moralmente. Ambas rezanderas y seguidoras de la iglesia Católica, institución que a través del tiempo demostró su misoginia institucionalmente naturalizada. 

Más claro: sus candidaturas en lugar de ayudar a la consolidación de las apuestas, o por lo menos de representar en algo la lucha feminista, son la constatación de que en Colombia hay mujeres, sobre todo en la política, que se la juegan todo el tiempo para que esa sociedad patriarcal y misógina se extienda en el tiempo a través de la vigencia de hombres públicos como Álvaro Uribe Vélez,  líder y patrón de las dos aspirantes. 

Eso sí, no faltará que de manera interesada aparezca una columnista que diga lo contrario: que Cabal Molina y Dávila Hoyos son dos abanderadas feministas, circunstancia que debería de garantizarles todo el apoyo electoral de las mujeres que hacen parte del movimiento feminista o que simpatizan con sus ideas. 

Cabal Molina, apoyada por lo que se conoce como el uribismo y el sector azucarero del Valle del Cauca, defiende a dentelladas al expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez, un macho cabrío, violento y con visos de misoginia, que demostró su desconfianza en las mujeres que desean gobernar a un país machista como Colombia. La misma defensa ha hecho a través de su particular ejercicio del periodismo la señora Dávila Hoyos. Su admiración hacia el vulgar latifundista y caballista raya con una ridícula veneración, muy propia de la gente creyente en Colombia que suele hacerle la venia a machos a pesar de los cuestionamientos  morales, éticos y los líos judiciales, como es el caso del exmandatario antioqueño. 

A la directora de Semana la apoyan los clanes Gilinski y Gnecco. Recordemos que los miembros del primer clan son de origen judío-lituano. Es posible, entonces, que dentro de esa familia se defienda la estructura patriarcal hebrea que de acuerdo con Aurora Salvatierra Ossorio, "concede al varón la autoridad sobre los miembros de lo que se designa como la casa del padre". Así las cosas, una eventual presidencia de Cabal o Dávila las convertiría en  meros instrumentos de los agentes más visibles del machismo en Colombia. 

Ojalá que las mujeres en Colombia no coman cuento al "discurso feminista" que de manera natural brota de las aspiraciones políticas de Cabal y Dávila por el solo hecho de ser mujeres.  


 

Imagen tomada de Infobae. 


 






INVAMER, NOTICIAS CARACOL Y LA PETROFOBIA

 

Por GERMÁN AYALA OSORIO


En la más reciente encuesta publicada por Noticias Caracol  contratada con la firma Invamer, la desaprobación del presidente de la República llega al 60%, mientras que la aprobación de la gestión del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, alias Fico, llega al 70%.  Ese contraste tiene detrás toda una intención electoral de cara a las elecciones de 2026. Sobre este asunto, volveré al final.

Las encuestas que hace Invamer para Noticias Caracol tienen varios elementos que le hacen perder credibilidad a los resultados, mirados estos desde una perspectiva ético-política: el primero, que el propietario de la empresa demoscópica es Jorge Londoño de la Cuesta, exgerente de EPM, amigo íntimo de Fico Gutiérrez, uribista pura sangre y enemigo de Petro. El segundo, que el Noticiero Caracol hace parte de la cofradía de medios masivos que optaron por hacerle oposición política al actual gobierno, decisión que hace pensar que al contratar la encuesta subyace el interés de seguir afectando la imagen de Petro. Lo más probable es que sigan contratando encuestas hasta antes del 7 de agosto de 2026.

La contratación de la encuesta sirve de cierre al plan trazado por varias empresas periodísticas, incluidas Caracol y Blu radio, consistente en generar incertidumbres y un sutil pánico económico a través de escándalos, falsas noticias y exageraciones. Las recientes tergiversaciones con la supuesta escasez del combustible para los aviones, los problemas para sacar y renovar los pasaportes; la expropiación de la propiedad privada en el marco de la jurisdicción agraria y la expropiación del ahorro de los colombianos por cuenta de las "inversiones forzosas", sirven para que la opinión pública vaya aceptando la narrativa mediática que señala que el país va mal, que "llegó el comunismo" y que "nos vamos a convertir en Venezuela". 

Así las cosas, lo que hace Caracol al contratar la encuesta con Invamer es confirmar si el esfuerzo político-mediático de afectar negativamente al gobierno ha valido la pena. Y el resultado del 60% de desaprobación (es del 58%, pero los mismos medios, lo redondean), cierto o no, le da confianza a los directivos del señalado noticiero para seguir en la misma línea editorial. 

En cuanto a la imagen favorable de Gutiérrez que exhibe el resultado de la encuesta, le sirve a la derecha antioqueña para insistir en que el pupilo del GEA y de  otros grupos de poder económico y político le siguen apostando a una eventual candidatura presidencial de alias Fico. Creerán que su evidente Petrofobia puede ser suficiente para enfrentar a la candidata o candidato que reciba el guiño del jefe del Estado en búsqueda de dar continuidad al proyecto progresista. 




Imagen tomada  de Caracol. 


miércoles, 28 de agosto de 2024

LA CAÑA DE AZÚCAR: ¿PAISAJE CULTURAL?



 Por Germán Ayala Osorio

Proponerle a la Unesco que reconozca a Cali y al Valle del Cauca, o quizás al valle geográfico del río Cauca como "paisaje cultural de la caña de azúcar" es pretender invalidar, desconocer, ocultar  o minimizar los graves impactos socio ambientales, ecológicos y paisajísticos generados por el monocultivo de la señalada gramínea en ese vasto territorio. 

Semejante propuesta salió de un "acuerdo marco" entre los alcaldes de Palmira, Pradera, Candelaria, Florida y Cali, territorios asediados y cercados por el monocultivo de la caña de azúcar. Imagino que el exabrupto histórico-cultural salió de boca del alcalde de Cali, reconocido hijo de la élite azucarera. 

Como sede de la COP16, sus autoridades no pueden maquillar la realidad que agobia a los caleños y  a los vallecaucanos. Cali enfrenta grandes desafíos socio ambientales y ecológicos. Sus 7 ríos mueren lentamente. En cuanto a los Farallones, la minería y las constructoras amenazan su estructura ecosistémica y los servicios ambientales que de allí se derivan. Y la situación ambiental del Valle del Cauca no es la mejor. Candelaria, por ejemplo, en los 90 ya enfrentó una crisis en sus aguas subterráneas, resultado de la sobreexplotación azucarera. La infraestructura vial está sometida a los pesados tracto camiones y los habitantes de los cinco municipios a millones de partículas suspendidas por cuenta del polvo que levantan las tractomulas. 

Si semejante propuesta nace porque está por comenzar la COP16, ello solo confirma que dicho evento solo servirá para seguir debatiendo y debatiendo, como parte del "turismo académico", mientras el actual modelo agro extractivista y la construcción desordenada de la ciudad ponen en riesgo la sostenibilidad sistémica de la ciudad y la vida de caleños y caleñas.  

Si semejante propuesta la hizo el alcalde de Cali, debemos hacer memoria para entender que efectivamente semejante solicitud a la Unesco constituye un exabrupto. 

El alcalde de Cali, Alejandro Eder es miembro de la familia latifundista y cañicultora, responsable en buena medida de la violenta transformación del paisaje biodiverso que ofrecía la región antes de la llegada de la caña de azúcar. Entre 1967 y 1976 Henry Eder fue director de la CVC y continuó haciendo parte de la junta directiva de dicha "autoridad" ambiental que prácticamente "le hizo y le hace aún el cuarto" a los azucareros que sobreexplotan las aguas superficiales y las subterráneas y abusan de la quema del follaje de la caña que produce lo que se conoce como la "nieve negra" o la insoportable pavesa. 

Lo que se ha vivido en el norte del Cauca y el sur del Valle del Cauca es un proceso violento de sometimiento social y cultural de las comunidades campesinas (afros e indígenas) que vivían del pan coger. Cuando se asentó el Ingenio del Cauca en jurisdicción de Miranda (Cauca), bajo la dirección de Harold Eder, esos cultivos de pan coger empezaron a desaparecer para darle paso a la presencia extensiva e incontrastable de la caña de azúcar. Murieron árboles frutales como zapote, caimo y la naranja lima y cultivos de millo, entre otros más. El hermoso paisaje natural fue pereciendo ante la fuerza invasora de la gramínea. Lo que tenemos hoy en el valle geográfico del río Cauca es un paisaje artificial monótono, que aburre a quienes recorren las vías principales y las secundarias rodeadas por el monocultivo. 

La presencia hegemónica de la caña de azúcar en el norte del Cauca y en todo el Valle del Cauca y los alrededores de la ciudad de Cali obedece a un proceso de sometimiento de los ecosistemas naturales-históricos con todo y las territorialidades que allí florecían de la mano de las comunidades allí asentadas y que fueron desarraigadas a través del uso de la violencia física, la inundación de predios para que perdieran sus cosechas, para obligarlos a vender barata la tierra; otros fueron víctimas de engaños judiciales de todo tipo. 

En el valle geográfico del río Cauca no hay un paisaje cultural. Lo que hay es un paisaje monótono, fruto de un largo proceso de sometimiento socio ambiental, ecológico y cultural. 

Adenda: sugiero buscar las investigaciones y los artículos científicos de los profesores Mario Pérez y Hernando Uribe Castro. Pueden también consultar mi tesis doctoral intitulada "Estado, agroindustria cañera y afectaciones socio-ambientales. Sostenibilidad asistémica funcional y ontologías de la resistencia en municipios del Norte del Cauca y Sur del Valle del Cauca".  





martes, 27 de agosto de 2024

INFLUENCER, CUARTO PODER, LA RED X Y LA CALLE

 

Por Germán Ayala Osorio 


La crisis de credibilidad y legitimidad por la que atraviesan las empresas que hacen parte de lo que se conoce como el Cuarto Poder se aceleró y profundizó con la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño. 

No hay duda alguna de que al fungir como actores políticos en oposición al gobierno, de la mano de sectores de poder económico y político, medios tradicionales como RCN, Caracol, Semana, El Colombiano, El Tiempo, El País y los magacines radiales La FM, La W y Blu radio perdieron el bien preciado de la credibilidad y terminaron pareciéndose en su actuar a las "bodegas ideologizadas" a las que atacan por estar al servicio del gobierno Petro.

El haberle apostado a deslegitimar al primer gobierno progresista en Colombia, apelando a las tergiversaciones de los hechos y a las mentiras, obligó al presidente Petro a rodearse de periodistas alternativos o influencer para enfrentar los ataques diarios de esas empresas mediáticas que al correr  sus líneas éticas terminaron sacrificando credibilidad e incluso la legitimidad de un oficio como el periodismo que en sí mismo es una forma de poder y es la extensión mediatizada de los intereses de los conglomerados económicos que los sostienen. 

Las disputas entre periodistas afectos al viejo régimen uribista y los amigos del gobierno Petro se dan en el escenario predilecto del presidente de la República: la red X. Es allí en donde los influencer defensores del gobierno se la juegan a diario por desmentir a los periodistas-estafetas que cumplen con la innoble tarea de generar miedo, desazón, incertidumbres sociales y hasta pánico económico. 

Por supuesto que se trata de una pelea entre tigre y burro amarrado. Los periodistas afectos a Petro deben de saber que la influencia de las empresas mediáticas se mantiene en sectores poblacionales que creen ciegamente en lo que les dicen a diario noticieros como Caracol y RCN y revistas radiales como Blu radio. Por lo anterior, sería recomendable que los influencer que hoy reciben remuneraciones del gobierno salgan de la red X y se vayan a la calle para contrarrestar los efectos negativos que la prensa tradicional genera en sectores de la opinión. Ojalá visitaran restaurantes populares y peluquerías en las que sintonizan a los noticieros de televisión de RCN o Caracol  para que se den cuenta de que es en esos espacios en los que también se deben confrontar las mentiras y las amañadas interpretaciones que a diario hacen de los hechos políticos y económicos. 

Quedan dos años de noticias falsas y tergiversaciones, lo que obliga a los influencer a doblegar esfuerzos para desmentir a la gran prensa bogotana  que hará hasta lo imposible para dejar en sus audiencias la sensación de que el primer gobierno de izquierda fue un verdadero fiasco, lo que se traduce en la necesidad de votar en el 2026 en contra del proyecto político que representa el Pacto Histórico. 

Insisto: hay que salir de esa letrina ideológica que es la red X. Hay que andar las calles para tomarle el pulso a la opinión pública que a diario recibe la influencia de la prensa uribizada. La red X es una trinchera, pero también constituye una burbuja que nos aleja de la realidad cotidiana. Hay que salir a conversar con taxistas y choferes de bus, población que suele consumir a diario magacines como Blu radio y La FM, los dos espacios radiales que a diario destrozan al gobierno Petro. Esa es la estrategia. 


Imagen tomada de Semana.com


lunes, 26 de agosto de 2024

REUNIÓN URIBE-CARLOS FERNANDO GALÁN

 

Por Germán Ayala Osorio


Bastó con que el presidente Petro dijera que buscaría la unificación en un solo partido de todas las fuerzas políticas de izquierda y progresistas, para que el expresidente y expresidiario Álvaro Uribe Vélez iniciara actividades proselitistas de cara a recuperar la Casa de Nari en el 2026. 

Uribe Vélez, como buen "animal político" invitó a Carlos Fernando Galán, alcalde mayor de Bogotá, para ir definiendo posibles candidatos de la derecha de cara a las elecciones de 2026. 

El anuncio presidencial pone a Petro de manera anticipada como jefe único de la izquierda democrática y el progresismo. Petro le está apostando a graduarse en el 2026 de "gran elector" , poniendo en  la Casa de Nariño al candidato o candidata de su predilección. Ojalá apoye las aspiraciones de Carolina Corcho. 

La reunión de Uribe-Galán confirma la intención  del expresidente antioqueño de seguir siendo el gran elector que fue capaz de poner dos presidentes. En su "palmarés" electoral están los nombres de Juan Manuel Santos e Iván Duque Márquez. Este último, un títere silencioso, fiel y obediente. A pesar de su desastrosa y violenta administración y los líos judiciales del caudillo, el uribismo como seudo doctrina sigue vigente porque una parte importante del país comulga con el ethos mafioso, la política de seguridad democrática, el Todo Vale, el unanimismo ideológico, el Estado mínimo al servicio de unos pocos y un modelo de desarrollo que desestima la vida de los campesinos y el valor de los ecosistemas naturales. Ganaderos, mineros y el sector agroindustrial gustan de Uribe porque saben que jamás le interesó conservar la biodiversidad.  Justamente, el encuentro entre el vulgar caballista -Santos diría el rufián de esquina- confirma que lejos está Uribe de retirarse de la vida política y electoral. Él necesita mantener su vigencia política porque sus líos con la justicia y los de su hermano Santiago requieren de favores y presiones políticas. 

Al reunirse con Carlos Fernando Galán, el expresidiario y expresidente golpea  a Germán Vargas Lleras, quien prácticamente "crió" políticamente al hoy alcalde de Bogotá. El mandatario de los bogotanos al parecer optó por  tomar distancia de Vargas Lleras porque sabe que su falta carisma y el mal nombre que arrastra no le ofrecen garantías para apostarle a convertirse en presidente de la República.   

Es probable que la reunión con Carlos Fernando Galán sirva para que el alcalde de la capital del país piense en renunciar para convertirse en el candidato-títere de Uribe; o quizás para abrirle espacio a su hermano Juan Manuel Galán para jugar a lo mismo: ser un Duque II, con una salvedad: el apellido Galán aún seduce a una parte de la población que cree que  Juan Manuel y Carlos Fernando pueden enarbolar la bandera que agitó su inmolado padre, Luis Carlos Galán Sarmiento. Por supuesto que se trata de un sector del país y de la opinión pública que arrastra una enorme  e incontrastable ingenuidad -diría que ignorancia-  pues no quieren ver que los hijos de Galán hace rato demostraron que les gusta relacionarse con la vieja derecha colombiana e incluso que parecen simpatizar con aquellos sectores de poder económico y político de los que se sospecha salió la orden para asesinar a su progenitor.  

Está claro que en el 2026 veremos a dos pesos pesados de la política colombiana disputándose la Casa de Nariño. Dos caudillos: uno, progresista y con un modelo de Estado y sociedad modernos; y el otro, un viejo anacrónico y derechoso que cree profundamente en la "violencia legítima del Estado" como la única forma de superar los problemas del país. Petro representa la modernidad, mientras que Uribe Vélez, el atraso y la consolidación de la tara civilizatoria y democrática de la que vengo hablando en esta tribuna. 


 


Imagen tomada de Semana.com

domingo, 25 de agosto de 2024

LA DIVISIÓN DE PODERES Y LA DÍFICIL TAREA DE GOBERNAR A COLOMBIA

 

Por Germán Ayala Osorio

Son varias las razones y circunstancias que hacen ingobernable a Colombia. A simple vista se notan las circunstancias culturales que, asociadas a un naturalizado ethos mafioso, impiden que cualquier esfuerzo de cambio en las corruptas prácticas políticas y el ejercicio criminal del poder fructifique en el mediano plazo.

Como sociedad arrastramos una especie de "tara civilizatoria y democrática" que exhiben de tiempo atrás los grupos armados, en especial aquellos que en los años 60 se presentaron como "revolucionarios", pero que terminaron convertidas en estructuras criminales que le hacen el juego a los sectores de poder tradicional que los llevaron a pensar en que era posible tomarse el poder a tiros.  

Esa "tara" también es la marca visible que dejan ver los miembros de una élite tradicional rentista, inmoral, pero pacata; esa misma "tara civilizatoria y democrática" es la fuente de su racismo, aporofobia, clasismo y una homofobia de dientes para afuera, porque adentro de sus clanes conviven con todo tipo de experiencias homosexuales que en el fondo avergüenzan a sus más importantes líderes. 

Todo lo anterior termina manifestándose en las maneras como operan instituciones estatales que, permeadas por el ethos mafioso y la "tara civilizatoria y democrática", consolidan ideas disímiles alrededor de lo que debe ser el Estado.

La operación de los tres poderes públicos en Colombia hace pensar en que a las dificultades culturales se suman las institucionales, ancoradas a disímiles concepciones del Estado que terminan en una separación de poderes que supera el espíritu de los pesos y contrapesos de la democracia, para terminar en las siempre caprichosas interpretaciones de la Constitución de 1991 de parte de encopetados magistrados que no son inmunes a las "taras civilizatorias y democráticas" que como sociedad arrastramos.  

Las altas cortes no actúan siempre como garantes del cambio en las maneras como actúa el Estado y en los resultados de esa operación en materia de de garantía de derechos humanos, justicia ambiental y tributaria, entre otras. 

Para la derecha, por ejemplo, el Estado debe estar al servicio exclusivo de los intereses particulares y en particular de los más ricos. Ello explicaría el sentido de recientes fallos de la Corte Constitucional a los que el jurista Rodrigo Uprimny caracteriza como "pro ricos". 

"Nuestra Corte Constitucional parece estar entrando en una suerte de era Lochner por decisiones que están dando al traste con la reforma tributaria de Petro, que precisamente buscaba una mayor justicia tributaria. La primera de ellas fue la sentencia C-489/23, que declaró inconstitucional la prohibición de la deducción de las regalías, con lo cual privó al Estado de unos seis billones de pesos anuales, que ahora quedan en manos de las industrias extractivas. Y ahora, según información de prensa, existe un riesgoso empate en la Corte que podría acarrear la caída del impuesto al patrimonio...Pasaríamos así de la vieja Corte, que protegía a los más vulnerables y defendía el Estado social de derecho, a la época Lochner de la nueva Corte: un tribunal que sobreprotege las libertades económicas y la propiedad en desmedro de la garantía de los derechos sociales, con lo cual termina favoreciendo a los ricos y poderosos y minando los esfuerzos de justicia social".

Nadie puede atreverse a desconocer que la violencia política en los territorios rurales, a lo que se suma la inseguridad en las ciudades capitales aportan su grano de arena a la difícil tarea de gobernar del primer presidente progresista en más de 200 años de República. Pero quizás la mayor dificultad para lograr cambiar lo que viene mal en el país está en una división de poderes permeada por los mezquinos intereses de los miembros de una élite rentista que acostumbró al país a que la operación del Estado debe estar orientada exclusivamente al servicio del capital y del enriquecimiento de unos pocos. 

No todos los magistrados que llegan a las altas cortes, en especial a la Corte Constitucional y el Consejo de Estado están alineados con la idea de consolidar en Colombia un Estado moderno, civilizado y una República. Por el contrario, muchos togados llegan a esas instancias de poder con la firme intención de mantener las condiciones históricas de un establecimiento que le apunta a mantener las injusticias ambientales y tributarias.

Así las cosas, olvidémonos de cualquier posibilidad de superar las injusticias ambientales, laborales y la tributarias con una Corte Constitucional que funge más como opositora política del actual gobierno, que como garante de la Carta Política; de igual manera, desechemos cualquier deseo de que algún día Colombia se comporte como una verdadera República. 



Imagen tomada de Colombia.com




viernes, 23 de agosto de 2024

OPOSITORES Y DEFENSORES DEL GOBIERNO: UNA LUCHA DIARIA

 


Los sectores políticos y mediáticos que le hacen oposición al gobierno Petro han apelado a todo tipo de exageraciones, mentiras, interpretaciones maliciosas y noticias falsas para generar un mal ambiente político y económico y crear pánico en la opinión pública. Eso es innegable. Hay suficientes pruebas que así lo demuestran. 

El objetivo inicial de desestabilizar al actual gobierno cambió. Al faltar apenas dos años para terminar, ahora le apuntan a consolidar una mala imagen de figuras como Francia Márquez Mina y en general de todos los que participaron del primer gobierno progresista y de izquierda en la Colombia derechosa, clasista, homofóbica, aporofóbica y racista.  Ya están en "modo" elecciones de 2026, lo que indica que la guerra sucia ya empezó. 

Eso sí, ante las bajezas y ruindades de esos sectores de poder político y mediático, el gobierno, sus más fieles congresistas y sus simpatizantes en la red social X, se han defendido de buena manera, sin superar el problema de comunicación que aún acompaña a la actual administración. ¿Qué ha faltado? 1. Saber  "cacarear" los logros, en lugar de enfrascarse en disputas discursivas que desgastan más al gobierno que a quienes le hacen oposición.  2. Una gran dosis de auto crítica para reconocer que se han cometido errores garrafales. En la  más reciente alocución, Petro reconoció que el ethos mafioso permeó las huestes de su gobierno. 

Nombro algunos de esos errores sobre los que la prensa hegemónica y afecta al "viejo" régimen les cobra a diario: haber hecho alianzas con políticos del talante de Armando Benedetti, crear el ministerio de la Igualdad sin haber entendido que en sus dinámicas las otras carteras y en general el Estado es paquidérmico, ineficiente e ineficaz por cuenta de una cantidad de burócratas a los que solo les interesa cobrar el sueldo; otro error garrafal fue haberse metido  con el negocio de los pasaportes sin haber asegurado la existencia de la firma y la infraestructura suficiente para asegurar el control estatal de la emisión de esos documentos; y mantener dentro del gobierno cuotas burocráticas asociadas a los intereses de varios expresidentes y congresistas uribistas.

Para defender las gestiones de Petro y su vicepresidenta los activistas de las redes sociales exponen como argumentos los malos ejemplos Iván Duque y Martha Lucía Ramírez. Ello constituye un error pues caen en comparaciones que terminan aprovechando los periodistas y las empresas mediáticas que en el pasado defendieron a los gobiernos uribistas, tapándoles todas sus cochinadas. 

Cuando se llega a gobernar, el espejo retrovisor es importante para exponer aquellas decisiones tomadas en el pasado que afectan en materia grave la operación y la propia de toma de decisiones de la actual administración. Lo que está mal es quedarse en la queja que señala que antes la prensa tradicional jamás criticó lo hecho por la dupla Duque-Ramírez y que hoy sus medios y periodistas están dedicados a examinar con lupa, pero sin perspectiva histórica, todo lo que hacen y dicen Petro y Francia Márquez. 

Se sabía de antemano que la derecha apelaría a todas las formas de lucha con tal de desprestigiar al primer gobierno de izquierda. La unión de empresas mediáticas y la permanente consulta periodística a los enemigos y detractores de Petro y Márquez Mina es la más evidente de las estrategias a las que apelaron los sectores de poder que perdieron el control de la Casa de Nariño.

Queda realmente un año para ejecutar bien el presupuesto. Ojalá se haga de manera inteligente, sin mezquindades y sin las prácticas clientelistas y corruptas que se prometieron superar. El 2026 será un año electoral, lo que obliga al gobierno y a sus defensores a consolidar un balance y una narrativa convincente y certera que destaque los logros, reconozca lo que no se hizo, así como los errores cometidos. Y de una vez ir preparando los cuadros y la estrategia electoral si de verdad están pensando en darle continuidad al proyecto político que dejará andando Gustavo Petro. 







Imagen tomada de Facebook

jueves, 22 de agosto de 2024

FRANCIA MÁRQUEZ Y EL MINISTERIO DE LA IGUALDAD

 

Por Germán Ayala Osorio


Con la irrupción de Francia Márquez Mina como figura política y agente electoral, el racismo y el clasismo se exacerbó de tal manera que la Vicepresidenta debió hacer uso del aparato de justicia para ponerle freno al hostigamiento étnico del que fue víctima. La más mediática de sus victimarias fue la señora Luz Fabiola Rubiano, condenada a 17 meses de prisión por actos de discriminación y hostigamiento. Recordemos que la llamó "simio". 

Aunque las agitadas aguas del racismo estructural se calmaron un poco al ver que Francia Márquez estaba dispuesta a llevar a los tribunales a los "odiadores raciales de oficio", las miradas de los medios y de los sectores de Oposición se volcaron sobre la doble condición de Vicepresidenta y ministra de la Igualdad para examinar su capacidad de gestión frente a la nueva cartera, creada en buena medida para pagarle con burocracia el millón de votos que puso a la campaña presidencial de Gustavo Petro. 

Más allá de la ínfima ejecución presupuestal de la cartera de la Igualdad (del 0.3%), que puede leerse de varias maneras, la discusión de fondo está en si realmente para atacar la desigualdad en el país se necesitaba de un ministerio cuando esa condición deviene normalizada porque es generada por las lógicas del modelo político, social, económico y cultural dominante que para nada tienen en cuenta a los pueblos afros, campesinos e indígenas. Se trata, finalmente, de un modelo de sociedad urbanizada que odia a todo lo que huela a ruralidad, incluido en ese sentimiento a quienes viven en esos territorios alejados de las ciudades capitales, pero sobre todo de las lógicas del consumo y de la ausencia de conexiones con los ecosistemas naturales-históricos.

Es decir, la desigualdad en Colombia está íntimamente atada a la problemas de acceso y calidad de la educación y la salud, el ejercicio del poder atado a una élite "blanca" que practica muy bien el racismo y el clasismo; a la operación misma del Estado y por supuesto a los problemas de productividad de un modelo económico de origen agro extractivo y un débil aparato productivo. 

Hubiese sido suficiente con sentarse a diseñar planes y políticas públicas con un enfoque sistémico que permitiera combatir la desigualdad comprometiendo los presupuestos, pero sobre todo cambiando las miradas de todos los ministerios. Insistir en crear un nuevo ministerio sin haber solucionado la paquidérmica operación de las instituciones oficiales es un error de cálculo político que la derecha le está cobrando muy duro a Francia Márquez en primera instancia por ser mujer y negra, y al gobierno, por ser de izquierda. 

Las empresas mediáticas y los periodistas que se declararon en oposición al gobierno Petro decidieron vigilar muy de cerca el lenguaje de la ministra Márquez Mina para calificarla como una mujer "arrogante, soberbia, grosera y displicente". Primero fue la expresión "de malas" en el caso del uso del helicóptero y ahora la frase "rebotó dos voces, eso ya no es problema mío". Esos actos de habla deben conectarse con la manera errada con la que Francia Márquez asumió la rápida transición de lideresa social, a mujer política, a funcionaria pública. 

Francia Márquez está pagando con creces la novatada y el tratar de enfrentar el racismo asumiendo una postura reactiva y confrontacional que dejó al descubierto su inmadurez política, pero sobre todo, el nulo acompañamiento de asesores de imagen que le ayudaran a manejar las presiones, las críticas y el asedio político-mediático. 

Márquez Mina debe entender que su futuro político no depende exclusivamente de si hace o no una buena gestión frente al ministerio de la Igualdad. Le quedan dos años para intentar cambiar la imagen de inepta e ignara que la Oposición político-mediática le está consolidando. Ya el Pacto Histórico cometió el error de crear esa cartera. Quizás la salida esté en trasladar o de usar esos recursos junto con otros ministerios que permitan abordar sistémicamente el problema de la desigualdad. De esa manera, podrán darle un entierro digno a una idea que claramente resultó mal. 



Imagen tomada de Caracol.

martes, 20 de agosto de 2024

COMISIÓN ASESORA DE RELACIONES EXTERIORES: DUQUE, PASTRANA, GAVIRIA Y URIBE DIJERON NO; SAMPER Y SANTOS, SÍ

 

Por GERMÁN AYALA OSORIO


Los expresidentes de la República son figuras políticas de las que la opinión pública espera, imagina y hasta desea que sus comportamientos sean ejemplares y acordes con la dignidad que representan en su calidad de ex jefes de Estado. 

Dentro de ese deseado perfil se espera que actúen con sindéresis y la madurez suficientes para responder ante coyunturas en las que sus opiniones se consideran importantes para el devenir del país, en lo que tiene que ver con las relaciones exteriores. 

Ante la compleja crisis política que enfrenta Venezuela, el gobierno de Petro ha tratado de no afectar las relaciones comerciales, diplomáticas y políticas con el vecino país. Ello explica su cautela ante los hechos electorales que hacen pensar en que efectivamente hubo fraude en las pasadas elecciones presidenciales en la República Bolivariana de Venezuela; Petro propuso, junto con México y Brasil, salidas políticas y civilizadas a esa difícil situación. 

Pensar en volver a cerrar la frontera con Venezuela y romper relaciones, como lo hizo Iván Duque durante su gobierno, afectaría en materia grave la vida de cientos de miles de colombianos y venezolanos que sobreviven del comercio legal e ilegal que ocurre en la porosa frontera entre los dos países. 

En la actual coyuntura, Colombia prácticamente se quedó sola lidiando con las presiones internacionales. Petro debe lidiar a diario con las presiones que le hacen los medios y los sectores de la Oposición que lo califican de ser "cómplice de Maduro en el robo de las pasadas elecciones presidenciales" en Venezuela. 

Así las cosas y quizás buscando consensos en medio de un clima político crispado, el gobierno de Petro invitó a los expresidentes a reunirse bajo el manto de lo que se conoce como la Comisión Asesora  de Relaciones Exteriores (artículo 225 de la Constitución). 

Los exmandatarios Andrés Pastrana e Iván Duque Márquez dijeron no a la invitación. Se sumaron a la negativa, los expresidentes Gaviria y Uribe. Este último conversó con el canciller Murillo, a quien le expuso sus consideraciones.  Al final, solo Juan Manuel Santos y Ernesto Samper asistirán. 

Aunque no están obligados a asistir, de ellos se espera que ante la invitación del actual Gobierno acudan al llamado dejando de lado las diferencias ideológicas, personales y políticas. La convocatoria del Canciller, emanada del presidente de la República, debe entenderse como un acto político con el que todos deponen sus diferencias para poner por encima un asunto de Estado clave: conservar  o no las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas con el régimen de Nicolás Maduro Moros. 

El mentecato de Iván Duque expresó públicamente sus razones:  “No asistiré a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores porque no comparto la posición ambivalente y cómplice del gobierno Petro con la dictadura de Venezuela, frente a las atrocidades, sistematicidad de la violación de los derechos humanos”.

En el mismo sentido se pronunció el también mentecato expresidente Pastrana: “En lo internacional Colombia siempre ha mantenido una política clara de respeto a la libertad y la democracia. Este gobierno prefirió el apoyo a las tiranías y al terrorismo”.

Sin duda alguna, las reacciones de Pastrana y Duque devienen con un carácter infantil, propias de dos exmandatarios viscerales en sus posturasy declarados enemigos del presidente Petro. El primero está enfrentado judicialmente con el jefe del Estado por una demanda que interpuso el presidente contra Pastrana por  injuria y calumnia. Entre tanto, Iván Duque y Petro mantienen agarrados en la red X por decisiones  económicas equivocadas que según el jefe del Estado tomó Duque durante su administración. 

Todo el tiempo se quejan Pastrana y Duque que el actual presidente ideologizó los temas económicos, la diplomacia y los asuntos políticos. Pero actúan de manera similar, exponiendo argumentos ideologizados que por estar atados a la naturaleza misma de la Derecha, les parece que no devienen con ese carácter. Para este par de mentecatos solo existe la ideología de izquierda en razón a que aún no se acostumbran a ver en la Casa de Nariño a un político diferente y un tanto hostil para las maneras en las que el establecimiento colombiano está acostumbrado a relacionarse con los jefes de Estado: a manosearlos y a imponerles decisiones de carácter macroeconómico. 

Bien por Santos y Samper que al decir sí a la invitación, dejan ver su talante de estadistas, en el sentido en que son capaces de deponer sus diferencias y reparos, en beneficio del Estado y de la nación. Muy mal por Duque y Pastrana dos infantiles expresidentes. El hijo de Pastrana envejeció y no maduró. Y Duque, más joven, prefiere seguir actuando con la inmadurez propia de un cuarentón que se encontró con la presidencia y con una vida pública que lo supera porque claramente actúa como un hombre falto de juicio, esto es, un cretino. Entre tanto, el expresidiario y expresidente Álvaro Uribe por lo menos tuvo la gallardía de llamar al Canciller a exponer sus puntos de vista. César Gaviria morirá siendo el mismo político ambivalente del que se puede esperar cualquier cosa. Al igual que Pastrana, también envejeció mal. 



Imagen tomada de EL TIEMPO.COM


lunes, 19 de agosto de 2024

"Nosotros no confiamos en los negros"

 


Por GERMÁN AYALA OSORIO


Otro hecho de racismo en la Sucursal del Cielo, en la Cali negra, en la del Petronio Álvarez. En la Colombia racista. Esta vez por cuenta de un patrullero de la Policía que en medio de un rifirrafe con un joven afro le dijo que ellos, los policías,  "no confían en los negros". Esa fue la respuesta que el policial le dio al joven de piel de ébano quien expresó que desconfía de la institución armada. El reprochable acto racista se dio en medio de un llamado que hizo el muchacho afrocolombiano a la policía ante un robo que él estaba presenciando, pero que los uniformados asumieron que el muchacho hacía parte del ilícito. 

Una vez hecho viral el episodio, desde la dirección general de la Policía se indicó que se abriría una investigación contra el uniformado. Lo sucedido me hizo recordar una anécdota que protagonizó una tía hace muchísimos años atrás y la letra de la canción Han cogido la cosa. Vamos primero con el "cuento" de mi  querida tía. 

Caminaba ella junto con un amigo afro de toda la familia, de más o menos 1.85 de estatura, por el centro de la ciudad de Cali. Caía la tarde. Oscurecía. Ella se percata de que vienen en sentido contrario dos hombres afrocolombianos. La tía toma del brazo a su acompañante, también afro y le dice: "Ay Édgar, ahí vienen dos negros". El espigado hombre negro le contesta: "Aquí viene otro". Ahora recordemos apartes de la canción Han cogido la cosa, del Grupo Niche.

Que pa reirse se burlan de mi
Han cogido la cosa
Que pa reirse me agaran a mi
Que tengo grande la boca y la nariz
Que nada bueno no me encuentran a mi
Que yo soy prieto, que soy carabalí
Pero orgulloso me siento yo así
Han cogido la cosa
Que estoy de luto desde el dia que nací
Que trabajar no lo hizo dios para mi
Que me tostaron como si fuera cafe
Que me colaron y negrito quede
Han cogido la cosa
Blanco corriendo, atleta, negro corriendo, ratero
Blanco sin grado doctor y el negrito yerbatero...

Tanto la anécdota como el fragmento de la popular canción reflejan que el lenguaje de odio hacia los negros sigue estando presente entre nosotros. También en el humor. El policía que dejó salir la expresión racista hace parte de los sectores de la sociedad caleña y colombiana que desprecian, odian o subvaloran a la población negra, a los pueblos afros. 
Así entonces, más que una sanción ejemplarizante contra el uniformado, lo que necesita es educación. El mejor castigo que puede recibir el policía es asistir y aprobar un curso que dé cuenta del proceso de mestizaje del que él mismo hace parte, al igual que sus compañeros negros que también portan el uniforme de la Policía nacional. Debe leerse el libro Por qué somos así, de Emilio Yunis Turbay. Y también, escuchar, unas 10 veces, la canción Han cogido la cosa. Y claro, debe ofrecer disculpas públicas al joven y a todos los miembros de la comunidad afrocolombiana, incluida la vicepresidenta Francia Márquez Mina, mujer afro que ha soportado toda suerte de ataques racistas. 
El joven agredido también está obligado a ofrecer disculpas a los policiales y a la institución en general. No está bien desconfiar de la Policía, en particular cuando de reportar un ilícito se trata. 



Imagen tomada de ATB DIGITAL 

NEUTRALIZACIÓN DE LABORATORIOS DE COCAÍNA Y RESTAURACIÓN AMBIENTAL

 

Por GERMÁN AYALA OSORIO

El gobierno de Gustavo Petro asumió como ningún otro, dos tareas importantes que muy seguramente la opinión pública citadina no valora: la primera, detener la deforestación de ecosistemas naturales-históricos como Chiribiquete, sometido a disruptivos procesos de sometimiento y transformación a manos de narcos y ganaderos; y la segunda, atacar las economías ilegales que benefician a narcos, "guerrillas", paracos y empresarios, a través del decomiso constante de toneladas de cocaína.   

En lo que toca a la segunda tarea, hay que señalar que la interdicción de sumergibles y de otras formas por las que se logra sacar la cocaína procesada en zonas selváticas, expone dos objetivos sobre los que debería también de enfocarse la actual administración: la destrucción de los laboratorios para evitar justamente que se produzca el clorhidrato de cocaína y el inicio de la restauración de los ecosistemas afectados tanto por la adecuación de las zonas para instalar las "cocinas", como la quema misma de esas instalaciones rudimentarias. 

Hasta el momento no he escuchado de boca del presidente Petro y mucho menos de las autoridades ambientales y de la policía ambiental, el inicio de actividades de restauración o recuperación de los ecosistemas afectados. Lo peor que le puede pasar al país es abandonar los territorios intervenidos por las mafias, pues detrás de ellos siempre vienen la construcción o el mejoramiento de vías irregulares o ilegales y la llegada de colonos. 

Si bien se aplauden los resultados positivos obtenidos en la cumplimiento de las dos tareas, se echa de menos una política de restauración de los ecosistemas afectados. Si existe, debe el gobierno hacerla pública para que los expertos ofrezcan sus servicios para recuperar esas zonas afectadas.

Justamente, en Chiribiquete la Policía nacional anunció hace unos días que había destruido 5 puentes e igual número de vías construidos al interior del parque Chiribiquete. ¿En dónde estaban las autoridades cuando los ilegales hicieron el trazado e intervinieron la zona? 

Otro asunto del poco o nada se habla cuando se reportan esos hechos:¿ a los detenidos con la cocaína o los narcos que están detrás de esas actividades ilícitas se les imputan delitos contra el medio ambiente? 

Si estamos viviendo los efectos del cambio climático, no será hora de tipificar de una mejor manera los delitos ambientales y empezar hablar de "violencia ambiental" o "terrorismo socio ambiental"; habría que pensar en un aumento significativo de las penas para todos los agentes que participan del entramado criminal de deforestar para ganadería extensiva y la instalación de laboratorios de cocaína. 



Imagen tomada de Confidencial Colombia. 

EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL Y EL SÍNDROME DE LA ETERNIDAD

  Por Germán Ayala Osorio   Después del golpe de mano del ELN contra la instalación militar en Puerto Jordán (Arauca), el proceso de negocia...