viernes, 21 de marzo de 2025

RAZONES PARA DECIR NO A LA REBAJA DE LOS SALARIOS DE LOS CONGRESISTAS


Por Germán Ayala Osorio

Lo más probable es que el proyecto de ley con el que se propone bajar el salario de los congresistas sufra la misma suerte de la reforma laboral: que se hunda. Hay varias circunstancias -o quizás son razones- que garantizarán el voto negativo a dicha iniciativa.

La primera es que muchas de las curules- por no decir todas- devienen atadas a pactos económicos y políticos entre los candidatos y los mecenas que les patrocinan las campañas. Una vez alcanzada la curul, en Senado o en Cámara, el beneficiado deberá destinar un porcentaje de los 50 millones de pesos a pagarle el favor a los bienhechores que les regalaron el puesto en el legislativo. O lo hacen de manera directa comprometiendo una parte de la jugosa asignación salarial o gestionando millonarios contratos para los contratistas, empresas o lobistas que financiaron las campañas. Esto último es “ley”. Y punto.

Convertirse en congresista, a sabiendas de que deberá legislar a favor de los empresarios que lo patrocinan y muchas veces en contra del pueblo al que supuestamente representa, constituye una forma de prostitución política no muy alejada de las prácticas y de lo que se vive en las “casas de putas” de ciudades y pueblos. Los acuerdos al interior del Congreso no se hacen necesariamente en las noches o madrugadas y bajo el bombillo rojo muy propio de las casas de citas.

La segunda es que ser congresista es una forma de escalar socialmente en una sociedad clasista y arribista como la colombiana en la que el estatus, el reconocimiento y el tener dinero suelen valer más que formarse académicamente para ejercer una profesión o de servir al prójimo. “Hacer cuatro senados y cuatro cámaras para luego irse a una playa paradisíaca” es una aspiración generalizada en muchos de los congresistas. De esa manera, garantizan su futuro. Otros se quedan más tiempo y consolidan sagas familiares a través de las cuales las curules se heredan o se traspasan entre hijos, sobrinos, tíos o amigos. Así operan los Clanes y por esa vía el ethos mafioso se naturaliza en el país y también la prostitución de la política.

Y de cara a las próximas elecciones al Congreso, quienes desde ya están pensando en llegar por primera vez o de regresar a dicha corporación deben estar haciendo fuerza y quizás presión a los legisladores para que hundan la propuesta, a todas luces inconvenientes para los intereses corporativos, individuales y de clase que los anima para intentar “coronar” una curul. De aprobarse la disminución de los salarios no tendría sentido intentar llegar al Congreso en el 2026.

En el fondo hay una crisis cultural y civilizatoria en la operación del Congreso y en las maneras regladas para llegar al Legislativo. Pluricrisis que no se superará rebajándole el salario a los HP (Honorables Parlamentarios), aunque la iniciativa resulta popularmente atractiva. De aprobarse dicho proyecto, ya buscarán las maneras de devolverle el dinero a los empresarios que les “regalaron” las curules y de sacar provecho de  ser congresista en un país como Colombia.



congresistas de colombia ganan 50 millones de pesos - Búsqueda Imágenes

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