Por Germán Ayala Osorio
Las marchas del M18, con Día
Cívico a bordo, servirán para medir cómo está realmente el apoyo popular al
presidente Petro y a su llamado a una consulta popular que podría terminar siendo
un plebiscito. Por todo lo que antecede,
pueden darse dos escenarios: el primero, que las movilizaciones resulten
multitudinarias y el segundo, que sean tan poco concurridas como esperan el
empresariado, los congresistas opositores y por supuesto las empresas mediáticas
que las cubrirán con especial atención.
Si la jornada favorece
ampliamente al gobierno y su llamado a la consulta popular, el progresismo y
Petro sacarán pecho y la asumirán como la primera batalla ganada a la derecha que
se niega a instalar al país en estadios de esa modernidad tardía a la que le
vienen huyendo las élites tradicionales de tiempo atrás.
Será entonces la oportunidad para
crear y consolidar la narrativa que señala que efectivamente las mayorías del constituyente
primario estarían dispuestas a votar afirmativamente las preguntas que den vida
a la consulta popular que sí o sí deberá aprobar la plenaria del Senado. Ese
resultado le metería más presión a los senadores que discutirán si aprueban o
desaprueban la consulta popular. Pero cuidado que el éxito de ese discurso
dependerá en buena parte de los tratamientos periodístico-noticiosos que haga
la prensa hegemónica que desde ya le está apostando al fracaso de las
movilizaciones del Martes 18.
Por lo anterior, la oficina de
comunicaciones de la Casa de Nariño (¿Existe?), RTVC, los youtubers y las bodegas
petristas deberán estar atentos a esos cubrimientos con los que las empresas
mediáticas de la derecha presentarán un balance agridulce para el gobierno. Muy
seguramente la directriz editorial ya está dada para todos los noticieros, periódicos
y programas radiales: evitar a toda costa magnificar las movilizaciones,
esto es, evitar calificarlas como apoteósicas, monumentales, grandiosas, multitudinarias,
profusas, entusiastas o frenéticas. Un trabajo coordinado, pero sobre todo
responsable y sin triunfalismos de parte de los medios oficiales y los
influenciadores petristas sería la mejor estrategia para enfrentar a los siempre
tendenciosos medios hegemónicos que harán su mejor esfuerzo para minimizar el
resultado de las marchas.
Por el contrario, si las marchas
resultan tímidas, casi rayando en el fracaso, los medios públicos, las bodegas
y los youtubers petristas deberán redoblar esfuerzos para informar, pero sobre
todo para analizar ese escenario de por sí catastrófico para el gobierno y su idea
de sacar adelante la consulta popular. Se da por descontada la fiesta que se
vivirá en las salas de redacción de los medios masivos del Establecimiento si
las movilizaciones por lo menos en las principales ciudades del país no
resultan como el gobierno espera: multitudinarias.
No se puede olvidar lo que pasó con el plebiscito por la paz. Ese día, la gran prensa le apostó al fracaso, de la mano del uribismo. Mintieron y timaron a las audiencias. El triunfo del No fue una victoria que aunque pírrica, sirvió para confirmar que las influencia de las empresas mediáticas tradicionales seguía intacta. No se puede desestimar el poder de penetración de los medios masivos, así haya evidencias de cambios en las maneras como los colombianos consumen la información.
marchas del martes 18 y día civico - Búsqueda Imágenes
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