Por Germán Ayala Osorio
Llamar Marcha del Silencio
a las movilizaciones que el Centro Democrático convocó para este domingo 15 de
junio bien puede obedecer al interés de convertir el atentado sicarial contra
Miguel Uribe Turbay en un acontecimiento político atado inexorablemente a un proceso
de persecución ideológica y política adelantado por la izquierda en cabeza del
gobierno Petro. Más claro: el uribismo busca
equiparar su Marcha del Silencio a la ocurrida en Bogotá en 1948, cuando
Jorge Eliécer Gaitán Ayala organizó y lideró una movilización bajo ese nombre,
en protesta por la persecución política encabezada por el gobierno de Mariano
Ospina Pérez en contra los campesinos liberales.
En su informe, la Comisión de la
Verdad se refiere en estos términos a la Marcha del Silencio convocada por
Gaitán Ayala: “Ante el hostigamiento que vivían los gaitanistas y su
impunidad, el 11 de abril de 1947 Gaitán le remitió al presidente Mariano
Ospina y al ministro de Gobierno un «Memorial de Agravios». Pero la
violencia era tanta que el 7 de febrero de 1948 Gaitán convocó su famosa Marcha
del Silencio, probablemente la manifestación ciudadana más
multitudinaria de la historia de Bogotá, si se toma en cuenta su tamaño en ese
momento”.
Sin duda alguna, dicha pretensión
del uribismo es una exageración política e histórica en la medida en que hay circunstancias
que hacen pensar que el atentado contra el precandidato conservador Miguel
Uribe Turbay pudo ordenarse desde las mismas mesnadas de la derecha para
afectar la legitimidad y la gobernabilidad del gobierno progresista que
encabeza Gustavo Petro, un caudillo tan popular como lo fuera en su momento el
inmolado líder del partido liberal, Jorge Eliécer Gaitán.
Convertida la Marcha del
Silencio del 48 en un referente histórico de la violencia política
desatada en la época, su escritura entre altas y bajas representa una forma de
reconocimiento por su importancia histórica, hasta el punto de que su forma
escritural se asemeja a las diferencias que hay cuando se hace referencia a la violencia
como práctica sociopolítica y a la Violencia como la etapa sangrienta
protagonizada por liberales y conservadores. De allí que no sea lo mismo
escribir Marcha del Silencio o Marcha del silencio.
Varios titulares de prensa ayudan
a que el objetivo político de esta “nueva” Marcha del Silencio se cumpla. Otros,
por el contrario, reducen el sentido de las movilizaciones al hecho criminal en
el que está comprometida la vida del senador del Centro Democrático. Veamos
algunos ejemplos, que dan cuenta de unas lecturas ambiguas de parte de los
editores. Caracol radio tituló así una nota: “Marcha del Silencio por la
vida de Miguel Uribe: hora, ciudades y puntos de movilización 15 de junio”.
Entre tanto, W radio le apostó a validar
la dimensión histórica que el pretende dar el uribismo. El titular y la bajada
dicen: “Marcha del silencio en Bogotá y más ciudades:
Fecha, horarios y razones de la manifestación”. “El próximo domingo 15
de junio se llevarán a cabo una serie de manifestaciones en distintas
ciudades del territorio colombiano como una muestra de rechazo a la violencia y
el terrorismo”. Aunque W radio escribió sin mayúscula la palabra silencio,
quizás en un intento por no hacer referencia a la Marcha del 48, en el resumen
de la nota periodística aporta a la consolidación de una narrativa catastrofista
al momento de señalar que las movilizaciones del domingo se dan en rechazo a la
violencia y el terrorismo, como si estas prácticas hicieran parte de un proceso
del cual el atentado contra el precandidato conservador deviene con un carácter
cruelmente ejemplarizante.
Noticias Caracol y El Colombiano son dos medios que hacen parte de la cofradía mediática que le viene haciendo oposición política al gobierno Petro. Sus titulares son similares. El noticiero privado tituló así una nota: “Marcha del Silencio el domingo 15 de junio: los puntos de concentración en Bogotá y otras ciudades”. Nótese que Caracol Noticias usa la misma nomenclatura con la que históricamente los colombianos recuerdan la movilización ocurrida en Bogotá en 1948. En la “bajada o resumen” del mismo texto informativo se lee que “la marcha es convocada por el Centro Democrático, como rechazo al atentado contra el precandidato Miguel Uribe Turbay, quien permanece en estado crítico en la Fundación Santa Fe de Bogotá”. El periódico antioqueño, entre tanto, tituló así su texto informativo: “Marcha del silencio: puntos de concentración y horarios de la manifestación en solidaridad con Miguel Uribe”.
Más allá de las suspicacias que
surgen del uso de las mayúsculas al momento de nombrar las movilizaciones programadas
para el domingo 15 de junio, lo cierto es que llamar Marcha del Silencio
a la jornada de protesta es en sí mismo un acto político cuyo carácter se pretende
minimizar e incluso ocultar por las manifestaciones de pesar y las cadenas de
oración en favor de la vida del senador atacado.
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